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Un río de tinta negra y caliente

Consideraciones sobre Espejo de isla, de Lidice Megla, con prólogo de José Hugo Fernández. Editorial Dos Islas, Miami, 2022


El bello poemario de Lidice Megla Espejo de isla, publicado en 2022 por la Editorial Dos Islas, en Miami, al cuidado de la editora y poeta Odalys Interián, comienza con una pregunta que considero muy seria: “¿Hasta qué punto ataja el poeta la lucidez?” Aparece en el poema “Filos de horizonte” que lo encabeza y, por estar ahí, abriendo el paisaje poético,  resuena durante toda la lectura. Es decir, que de alguna manera nos condiciona, haciendo que el término “lucidez” aparezca entre los versos como algo, digamos, subliminal. O como una forma de conciencia. En virtud de lo cual la lectura se abre paso de un modo más… lúcido.

Si creemos a Eckermann[1], Goethe era de la idea de que si uno pretendiese pensar cómo se debe hacer una poesía, se volvería loco y no haría nada de valor. Idea que hago mía. Y quiero creer que Lidice, lo tuviese o no presente, actuó en consecuencia, y recomiendo que como lectores hagamos lo mismo. Me refiero a no pensar en cómo lo ha hecho. Porque con eso me ocurre como con la definición (más socorrida) de Poesía. Yo no sé qué es la Poesía, tampoco me importa. Me basta con reconocer dónde está.

Así visto, la lectura, cualquier lectura, discurre de un modo, creo, más libre. Entramos en su universo (en el caso, el universo de Lidice) sintiendo, que no explicando, que es como se debe.

Con lo que vengo a decir más o menos lo que sigue: La lectura de poesía, quizá incluso su escritura, requiere de esa “ignorancia”. O, mejor, de esa “inocencia”. Tal vez sólo se trata de ir, palabra a palabra, latido a latido, puntada a puntada, reconociéndola y/o elaborándola, como si el poeta fuese el sastre que le hace el traje a medida. O sea, crearla en y/o durante la mera praxis, sin lastrar esa parte “sagrada” que, como he dicho, “sagrada” al fin., no deberíamos saber.

 

Y es así como Lidice se deja descifrar. Incluso quiero pensar que es así como ella quisiera que la leyésemos.

Para empezar, se hace esa pregunta que apunté  al principio. Es una pregunta sobre su escritura. Necesita saber cómo escribir respecto del paisaje sin enfangarse de paisaje. Y, luego, como para justificar una probable frustración (siempre, imagino, en el terreno de lo semántico) habla de su mano, y la describe como una mano que viene (¡qué hermoso!) “del reino de lo minúsculo”.  Porque esa mano, aunque se deshoja, florece, con independencia del orden o la simultaneidad. “Mano-flor, / se deshoja al florecer”, escribe. Y es ése, por decirlo de algún modo, el dato mágico.

Luego parece volver a la preocupación por la ingeniería del verso. Dice, hablándonos curiosamente de una certeza: “Yo sé que la poesía lleva el rostro de todos los idiomas”. Y por el tono parece decidida, esta vez sí, a hacer un ejercicio metaliterario. Pero no. Al  menos no en el sentido goetheano. Ese “rostro de todos los idiomas” lo cambia todo. Nos conduce a una reflexión sobre el medio, pero  no es siquiera una parte del qué. En cambio, sí que vale como objeto poético cuya sustancia, desde luego, parte de la manipulación de esos signos que, considerados en conjunto y según normas específicas, llamamos “idiomas”. O sea, con perdón de Schopenhauer, la “realidad” (en este caso de la poeta) como representación. Algo en lo que la poesía supera con diferencia a la filosofía. Excepto si, como ocurre a menudo, ésta se la apropia.

Después Lidice, como la gran poeta que es, levanta la mirada y… mira al mar. Algo “clásico”, sí, pero que ella hace de un modo muy personal y… moderno. Podemos verla asomándose al mar que ve libre, desde su soledad que es (y el detalle importa) una soledad elegida para “navegar en las profundidades propias”. Nada que ver, pues, con la del náufrago. Nada, al contrario.

Y a partir de ahí su visión abre las alas y vuela. Se detiene “en medio de mi isla, ahora como siempre, parada en/  mis humanas latitudes…”  e “intento lo que la tierra”. Y se encuentra con la paradoja existencial del ser:  “Estos dulces muros de hielo/ han dejado entrar a la del otro espejo”. Así que hay dos Lidices, una “flotando pacíficamente con/ todos mis diminutos átomos/ y mi cabeza carámbanos”, la “ rocked by Nature in the wind”, es decir, la de la mera naturaleza, y otra que es la de ese “rostro de todos los idiomas”, fluyendo a borbotones como un “río de tinta negra y caliente”.

Un río que corre en  una “Pesadilla de tinta negra” y se extiende sobre el papel de su (de nuestra) circunstancia. Y así, de pronto, mientras es arrastrada, la poeta descubre cosas: “Soy una habitación momentáneamente abandonada” , dice. Y añade ese verso inquietante que cito en el párrafo anterior: “salgo de mí misma hecha un río de tinta negra y/ caliente”. Y: “Afuera solo quedan el bosque y las llagas.” Es decir, bordeó el campo mimado del compromiso sin desviarse un  milímetro de su misión. Pisó como sólo saben hacerlo los poetas auténticos: sin prisa y sin la ceguera o la rabia de la simple ciudadana, que habría hecho volar por los aires a la primera.

Y a continuación están, sí, esas grullas inefables, mil, que “alzarán el vuelo”. Escribe: “Inevitablemente mil grullas alzarán el vuelo”. Hermosa, hermosísima sugerencia. Al releerla pienso de nuevo en ese tic de las definiciones y, arriesgándome a caer en una contradicción, diré algo que calificaré (intentando evitarla) de simple descripción. Diré algo como esto: La poesía es lo que no se dice. Seguramente  una apropiación, pero queda dicha. ¿Por qué si no las metáforas, los epítetos, las metonimias, las sinécdoques…? Y Lidice lo sabe. Lidice, por saberlo, se enfrenta a “lo intraducible de la vida”, rodeada de silencios.

Y concluye diciéndonos en “Lumbre verdadera” : “no dejes para una sola muerte todo el pensamiento.” Con lo que nos devuelve a la pregunta del principio: ¿Hasta qué punto ataja el poeta la lucidez? Pero entonces estaremos en el fondo de ese río de tinta negra y caliente, y sabremos la respuesta.

Apéndice

No puedo irme sin llamar la atención sobre el valioso prólogo de José Hugo Fernández. A él los remito. Disfrutarán de buena prosa y de un enfoque iluminador. Les adelanto sólo lo siguiente: “Se habla mucho acerca del estilo, aunque muy poco de nuevo se diga. En esa línea, ni más ni menos, me gustaría añadir que la clave del elegante estilo de Lidice radica en el sencillo encanto de su existencia.”

Nada que añadir. O sí. ¿Por qué no volver brevemente a  las conversaciones de Eckermann con Goethe que (para que se entienda mi “fijación”)  he leído por estos días? Goethe dijo: “…nadie tiene motivos de enorgullecerse por haber hecho un buen poema.” [2]

Lidice sí.


 

[1]  Conversaciones con Goethe,  J. P: Eckermann

[2] Conversaciones con Goethe, J. P. Eckermann.

¿Está loco Vladimir Putin?

La pregunta se la hace el periodista y narrador Juan Manuel Cao. Él no lo cree, ni yo tampoco. Está un poco loco, como todos los dictadores, pero eso no le impide tener una cierta idea distorsionada de la realidad. ¿Estaba loco Adolfo Hitler o era un manipulador que generaba ataques de pánico en todos los que le rodeaban? ¿Estaba loco Fidel Castro cuando suponía que el “imperialismo yanqui” le enviaba los ciclones y lo denunciaba desde la tribuna? En todo caso, la locura es una categoría médica que cambia parcialmente con cada edición del DSM o Manual de Diagnósticos y Estadísticas de los Trastornos Mentales de la “Asociación Americana de Psiquiatría”.

Esto viene a cuento de Vladimir Putin. Sus ideas de la diplomacia y de la vulnerabilidad de su país son las del cardenal Richeliu y las de su sucesor, el cardenal Mazarino, telón de fondo de algunas de las mejores narraciones de Los tres mosqueteros. Fueron ideas excelentes para engrandecer a Francia en el siglo XVII, pero ridículas en el siglo XXI para referirse a Rusia. Rusia es el mayor país de la tierra (el doble de Canadá). Y el más poblado de los países europeos o euro-asiáticos, si vamos a ser más precisos en el terreno de la demografía: 150 millones de habitantes.

Putin no ha advertido que la tecnología militar ha cambiado la faz de Rusia para siempre. Sería impensable que los jinetes de Mongolia, bebiendo la sangre de sus pequeñas cabalgaduras, conquistaran un territorio tan grande como lograron en la Edad Media. (El mayor imperio continuo que habían visto los humanos). O que los cosacos rusos (hay cosacos también en Ucrania) se insubordinaran exitosamente contra Moscú. Eso, sencillamente, no es posible.

Por eso es tan vil la acción de Putin contra los ucranianos y contra los rusos. Son dos pueblos unidos por la historia y por la etnia, pero separados por la política desde que Lenin (y luego Stalin) dejaron a millones de ucranianos morir de hambre para darles una fallida lección de economía política.

Los ucranianos mayoritariamente quieren montar tienda aparte. Desean parecerse a los franceses, a los ingleses y a los estadounidenses en sus formas políticas. Acusarlos de “nazis”, cuando es judío quien fue electo presidente por una abrumadora mayoría, es una repugnante mentira que, afortunadamente, casi nadie ha creído en Ucrania ni en Rusia. Ha tenido que publicarse una reseña de los parientes de Zelensky, y una entrevista de Fareed Zakaria en CNN (el periodista indio-estadounidense), para saber que uno de sus bisabuelos fue quemado vivo en el terrible Holocausto. Ocurrió en un ataque típico de las SS, organizado por los nazis en los villorrios de Ucrania durante la Segunda Guerra mundial.

Realmente, Putin no está solo en esa postura antigua ante las esferas de influencia y el mundillo segregado por el cardenal Richelieu en la primera mitad del siglo XVII. Toda esa gente que piensa que fue una “enorme tragedia” la desaparición del Bloque del Este -Vladimir Putin entre ellos- está equivocada. Cada vez se acentuaba más la diferencia entre los bloques. Con cada hallazgo de la ciencia, con cada desarrollo de la tecnología, que casi siempre ocurrían en Occidente, se ampliaba el foso que separaba ambos bloques.

Putin cometió un inmenso error tratando de revivir el extraño universo en el que recuerda a la URSS. Se hundió cada vez más dominando (y asesinando) a los chechenos, a los moldavos, a los georgianos y, últimamente, a los ucranianos. Afortunadamente -para Ucrania y también para Rusia- no pudo “tragarse” a Ucrania y tuvo que variar sus objetivos concretando a la zona de “Donbás”. Ese territorio, limítrofe con Rusia, en el sureste de Ucrania, donde el porcentaje de rusófilos es mucho mayor, pero al dividir en dos Donetsk y Luhansk y llamarlos “Repúblicas populares” se hizo evidente que intentaba revivir el imperio soviético, lo que no hizo felices a esos rusófilos. Una cosa es sentirse rusos y otra muy diferente es sentirse soviéticos.

 ¿Hasta qué punto Putin rectificará? No creo que suceda. Seguirá atado al ejemplo del cardenal Richelieu sin advertir que lo que era bueno para Francia, en el siglo XVII, puede hundir a Rusia en el XXI. Estados Unidos descubrió que las colonias eran muy costosas y no traían más que contratiempos. Cuando siguió el ejemplo de Europa, casi naufraga con Filipinas, pero en 1946, al fin de la Segunda Guerra mundial, les dieron la total independencia. Puerto Rico es un barril sin fondo, y si no se lo quitan del presupuesto es porque en el 1917 otorgaron la ciudadanía a los puertorriqueños y ese es un privilegio permanente. Los ejemplos sobran: nunca España, Portugal y Turquía han sido más prósperas y felices que cuando se transformaron en democracias carentes de colonias.

Putin no lo entiende. Regreso a la pregunta de Cao: ¿está loco Vladimir Putin?


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Los fundadores del desprecio piden ayuda

Yolanda Ferrer Gómez, de la Asamblea Nacional de Cuba (unicameral), “pide ayuda” a parlamentarios mexicanos para que estos lleguen a congresistas estadounidenses. Dice:

“Ustedes nos pueden ayudar a llegar en Estados Unidos a congresistas, a sectores diversos donde hay muchas personas que sensibilizar, muchas verdades que dar conocer para que se unan a esta batalla y ayuden a detener la campaña político-comunicacional desatada contra Cuba, para poner fin a la cruzada de odio, a la injerencia; para que prevalezcan y se respeten los principios del Derecho Internacional y la paz».

Como si ellos, los comunistas de la Isla, no fueran los fundadores del odio entre cubanos; los que desprecian a quienes no piensan como ellos, los que encarcelan a hombres y mujeres cuyo único delito ha sido manifestarse pacíficamente en contra de la política existente en el país; los que censuran a escritores y artistas cuyas obras los enjuicien; los que deciden qué cubanos sí y cuáles no pueden volver a su tierra siquiera a ver a familiares en muchos casos a punto de morir; los que han destacado por la injerencia en no pocos países de los cinco continentes; los que han sumido a Cuba en el pánico y la miseria…

¿O esto es mentira?


 

Cuba, la ex-utopía

Nuestro destino nunca es un lugar, sino una nueva forma de ver las cosas.

Henry Miller


 

Jean Paul Sartre, en su visita a la gran isla del Caribe durante los 60’s, halló un eco existencialista de la gloriosa revolución francesa. Encontró que la libertad escaseaba en aquel momento, pero eso se podía obviar “porque Cuba era entonces una plaza sitiada, donde disensión era traición”.  Cuando llegaran a la sociedad prometida, ya serían libres. La igualdad abundaba (casi todos reptaban orgullosamente en la pobreza colectiva) y la fraternidad la encontró por toneladas porque los cubanos son buenos anfitriones. No se sabe si llegó a conocer que a algunos visitantes con afinidades ideológicas se les ofrece un tour especialmente diseñado, con facilidad para acceder a muchachas y jovencitos necesitados y accesibles. Los compañeros de causa eran atendidos con explicaciones entre tragos y sábanas, y a la vez le mataban el hambre a algún siervo de la gleba local, que en retribución se esmeraba en explicar la felicidad que le provoca su equal apartheid.

Además, los revolucionarios cubanos habían aprendido de la propia Revolución inauguradora, la francesa. Ya no empleaban la guillotina en la plaza pública, ni el afilado sable napoleónico en guerras cruentas. Acá todo era un poco a lo Carnaval del Caribe. Solo los más recalcitrantes contrarrevolucionarios, unos sucios gusanos, eran aplastados en paredones madrugueros. Pero la masa de disidentes y enemigos del pueblo era expatriada hacia La Florida cercana, a que el Imperio se hiciera cargo de sus reptantes vidas. Hay que tener en consideración que esta expatriación al coloso del norte, y ver allí en carrera desbocada la industrialización, es algo que está en el DNA y la cultura cubana, desde Félix Varela y José Martí y hasta el primer presidente cubano, Don Tomás Estrada Palma.

De todas formas, Sartre entrevió en Cuba algo de Liberté, égalité, fraternité… Nada se obtiene sin costo. Como turista sociológico, confirmó lo que en su diario de navegación Cristóbal Colón había sostenido unos 500 años antes:  “Estas son las tierras más hermosas que ojos humanos han visto”.

La intelligentsia del mundo, luego, validó la primera impresión colombina y la sartreana reconfirmatoria. Muchos intelectuales visitaron la isla en los 60’s y 70’s, y algunos comprobaron que aquí había aterrizado la Utopía, hasta adivinaban huellas y canciones de unicornios. Y eso a pesar de estar bloqueada por la maldad imperialista yanqui. Desfilaron por La Habana Simone de Beauvoir, Susan Sontag, Allen Ginsburg, Julio Cortázar, Vargas Llosa, García Márquez,  Ignacio Ramonet, Frei Betto, Elena Poniatowska, Paco Ignacio Taibo II, Laura Esquivel, etc., etc., etc. Puede que oyeran en la madrugada algún apagado estruendo o vieron en los ojos de la masa adoctrinada algún destello de siervo encadenado a su feudo, pero se lo callaron porque nada es perfecto.

Pero algunos regresaron desilusionados, como Vargas Llosa o Ginsberg. No, aquello no tenía que ver con Platón ni con Moro, más bien era algo de la hechura de Maquiavelo o de Stalin. Pero los más acallaron ciertas evidencias y continuaron su amor platónico hacia la utopía caribeña.

Hoy, más de medio siglo después, ya no son tantos los que van de intelectuales-turistas a Cuba, el toupos de las utopías. Pero aún hay una buena parte de la intelectualidad del mundo, ahora más bien académicos de humanidades de Occidente (esos que las sociedades industriales han designado como educadores aun cuando nunca han salido de los muros de las Universidades). Se van a la isla caribeña en tour “educativo”.  Muestran a sus estudiantes una sociedad alternativa, contenta, bailarina, sensorial. Si alguna suciedad se sale de la alfombra que pisan, ese fallo en el país-vidriera lo explican con una palabrita mágica: bloqueo. Los malos capitalistas del norte, atan las manos de los eficientes funcionarios gubernamentales. ¡Si no nos tuvieran sometidos a bloqueo, esto sería un emporio económico! Todos los guias de turismo tenían que decir esto, o perderían la licencia.  Es de suponer que Sartre recibió su discursito también.

No es el sistema colectivista el que produce esa miseria apenas cubierta con ropita capitalista. No es el burocratismo, el centralismo o las medidas incoherentes y absurdas. Le echan la culpa al “bloqueo”, a los huracanes, al incremento del nivel del mar o a las pérfidas mariposas migratorias. Destacan la traición mariposil: malagradecidos estos insectos, contrarrevolucionarios que la Revolución perdonó, magnánimamente no guillotinó, sino que bondadosamente les envió a malvivir al capitalismo floridano. Aun así, regresan ahora llenos de odio y de dólares, a comprar conciencias. Vienen perfumados y disfrazados con ropitas Lacoste o Pierre Cardín, intentando ocultar su cualidad de seres reptantes con unas alitas pegadas.

Estas orugas contaminadas de imperio, siguen siendo aquellos gusanos que el genio de F. Castro reconoció y nombró bien temprano en la gesta de la Revolución. En su maldad, últimamente han llevado semillas de marabú para regarlas por donde quiera en la isla de la utopía y arrodillarla ante el imperio. Por eso la agricultura en Cuba ha disminuido tanto.

Puede que así sea. Puede que la intelectualidad del mundo insista en mirar a Cuba con ojos estrábicos. Pero allí no hubo, no hay y no habrá unicornios y conejos mágicos. Lo que hay es un país improductivo, que ha vivido subvencionado por siempre, solo una obra bufa de igualitarismo, una puesta en escena.

Intelectualidad e industrialización

Toda una capa de la población del mundo, la llamada intelectualidad, vive hoy subvencionada desde la enorme productividad de la industrialización. Se entregan a sueños que ni hubieran imaginado los humanistas renacentistas. A Aldo Moro o a Erasmo de Rotterdam les hubiera costado mucho plantear como utópicas algunas de las realidades que viven millones de profesionales, funcionarios y académicos que se han formado en áreas de humanidades. Y son principalmente estos señores sin pie en tierra, a los que les cuesta tanto aceptar que en Cuba se equivocaron, que esa no fue la vía, que el mundo avanza regido no por dinamita, poesía e ingeniería social, sino por algoritmos, planos, ciencia y tecnología.

A la intelectualidad del mundo actual le cuesta aceptar que la evolución cultural es asunto de creativas individualidades excepcionales, que luego concurren en concertación. A Hollywood y a la academia humanística, a los buenistas de buró y a los igualitaristas de plástico, les es difícil aceptar que sus propuestas son inviables. Que ya no hacen falta guerrilleros ni generales, sino ingenieros y generalistas.

Pero esa intelectualidad se pierde en sus sueños, ahora cada vez más adaptados a googlear para pensar y a usar el GPS para ir a un mall a 300 metros de su casa. Nada extraño que lean Cuba y automáticamente continúen repitiendo el mantra: “Estas son las tierras más hermosas que ojos humanos han visto”.

Pero algo ha cambiado en la mayor isla del Caribe. ¿No se enteran?

Origen del yerro

Utopía ha sido otra forma de llamar a lo deseable, irreal y casi imposible. Tendemos a ubicar la utopía en una isla o en una ciudad. Hoy, de hecho, todo está interconectado en el mundo. ¿Es procedente aún pensar en islas-utopías?

Sin embargo, la humanización del mundo es utópica en su esencia y profundidad. De hecho, toda construcción humana es soñadora. Así fue como emergimos de nuestras miserias zoológicas. Son las utopías las que pueden hacer el mundo más humano. Tendemos a percibir la utopía enfrentada al planeta, cuando, de hecho, de la utopía nace el mundo. Pero debemos saber cuándo la utopía ya ha devenido distopía, cuándo y por qué detener nuestras propuestas. Y ese es el caso de Cuba 2022.

El Caribe y sus islas llenas de playas paradisíacas parecen ser un buen escenario utópico. Parecen el escenario perfecto para la amistad y el baile. Los nativos son lo más parecido al buen salvaje que puede aspirar a ver un neoyorkino, un parisino y ahora un moscovita. Por ello, ¡vengan a nuestro resort, turistas!

Pero tengo una pregunta:  ¿por qué los turistas vienen de países industrializados ubicados en áreas subtropicales y en las tropicales impera un subdesarrollo evidente? Parece faltar algo en las maravillosas selvas y mares tropicales. Algo falta al Caribe.  ¿Qué es?

El Almirante Colón, el maravillado utopista, puede haber estado otra vez bien equivocado. Y también Sartre et al.   ¿O no, y son unos hábiles vendedores de droga?

Utopías y utopías: Hay que diferenciar dos géneros.

Utopía destructo: Se basan en una verdad secuestrada por un grupo o, peor aún, por un individuo, generalmente en períodos de gran tensión social, de guerras. Se construyen pretendiendo acelerones “revolucionarios”, esto es, romper sistemas, biorritmos y la sostenibilidad del Cosmos. La información se transmite por medio de la palabra hablada o escrita, con numerosas imprecisiones y, a veces, veladas o evidentes mentiras. Generalmente siguen dogmas y criterios subjetivos (siguen al líder, la otredad, convencer o vencer a los infieles, superioridad de la raza, nuestro Dios es la gloria, igualdad de todos los seres humanos, etc.). Es decir, siguen criterios intelectuales cuestionables y en su hechura participan los seres humanos por “inducción” (uso de la fuerza, liderazgo, propaganda, amenaza). Tienen como referencia constante a entes grupales intangibles (el pueblo, la humanidad, el reino, la tribu…).

Utopía constructo: Construye sociedad paulatina y evolutivamente, por concertación desde muchas cabezas, generalmente en períodos de paz o estabilidad, dando preeminencia a criterios y razones científicas. La información se transmite por medio de sustentamientos precisos y objetivos (fórmulas, leyes, mapas, planos, etc.). La palabra es secundaria, complementaria. En ello participan orgánicamente miríadas de seres humanos, pero se da su espacio al excepcional (el individuo selecto). Se acepta que vivir en sociedad es concertar ideas desde disimiles ángulos e individualidades. Ambas pretenden edificar casas, mansiones, organizaciones, ciudades, países. Mas una es sueño, la otra pesadilla.

La historia de la humanidad no es más que lo que ha solidificado de sus utopías. Pero ya no vale solo el sueño homínido, ahora hay que meditar cartesianamente. Si hemos salido de las históricas miserias, se debe en lo fundamental a la sistematicidad de la Ciencia y la practicidad de la Tecnología.  Eso es lo que me permite llevar en mi bolsillo una multiplicada Biblioteca de Alejandría.

En Humanidades (sociología, politología, abogacía, filosofía…) aún hoy continuamos subrayando, citando y discutiendo lo que dijo Confucio, Platón, Aristóteles, Lao Tse, San Agustín, Rousseau, Voltaire, Bujarin, Marx, Lenin, Sartre, Gramsci, Derrida, Foucault… Algunos aún pretenden que un libro es palanca para mover al mundo. Las palabras de un intelectual solo pueden cambiar la evolución cultural cuando es genial y se dan a su alrededor ciertas condiciones subjetivas y objetivas, bien raras.

En el caso del mal llamado “marxismo cultural”, cuya paternidad se achaca a Gramsci, es muy desacertado estimar que este señor es capaz de “interpretar la historia” y nos la explica en un libro hecho en las extremas condiciones de una cárcel. El mundo es un ecosistema muy complejo para que se mueva por palabras. No hay tal ábrete sésamo. Eso es vanidad de intelectuales.

Nadie debe pretender dejar el mundo tal como es. Pero tratar de cambiarlo construyendo castillos en el aire constituye una pretensión vana y cara. Al planeta lo están haciendo evolucionar culturalmente agrimensores, arquitectos y albañiles. No hablantines.

El intelecto utópico

Todo intelecto es utópico. Las vacas no. En esencia algunos creemos que nuestra mente es suficiente como para entender y comprender el mundo, incluso el universo. Algunos somos tan arrogantes que pretendemos saber rectificarle sus deslices.

Si la mente utópica no es consciente de sus propias limitaciones como simple cerebro, si pretende ser bisturí social, es muy posible que en su demencia eche mano de guillotina, ametralladora, bomba atómica u otras maneras más veladas de ingeniería social.

La imaginación y cultura humana han crecido alimentándose de los viajeros-cronistas. Los más tempranos que recordamos son Marco Polo y Cristóbal Colón. Ellos dejaron correr sus asombros y luego sus sueños y echaron temprana leña al fuego de sus utopías, que luego hicimos nuestras.

Casualmente, Colón se lanzó a sus exageraciones utópicas cuando se deslumbró en el bosque lluvioso tropical (rain forest) de Baracoa, al Oriente de Cuba. Tal vez del diario de Colón extrajeron Jean-Jacques Rousseau y Jean Paul Sartre sus planteamientos utópicos y sus salvajes inocentes.

Pero, en mi criterio, hay algo que deja sin validez actual sus supuestos, porque, en una sociedad humana, el pretendido contrato social tiene que ser entre individuos, no entre pececitos en un cardumen, ni soldaditos de plomo. Este es el grave problema del cuerpo de saber que se ha dado en llamar “Sociología”, que en los hechos debiera llamarse Socialismología.

La humanidad, o el pueblo, no son una masa informe, no constituyen una sopa de moléculas humanas. La humanidad está compuesta de individualidades, bien diferenciables, que concurren en ecosistemas de individuos compitentes y cooperantes. Lo decisivo no es la masa sino sus excepcionales y fundadores. Estos son los imprescindibles.

Son determinados individuos excepcionales los que van moviendo la humanidad de ser una recua a ser humanidad, no es la masa ovejuna ni porcina la que da un salto hacia el futuro. El humanismo no se alimenta y funda en nuestra improductiva y feroz animalidad gregaria, sino en la excepcionalidad de individuos creativos, morales y fundadores, en sociedades industrializadas que se han liberado (y nos liberan) de nuestras miserias zoológicas.

El desmerengamiento

El experimento que se pretendió montar en Cuba, ha venido a menos porque se «pensó con furia» y ahora Cuba es solo un exótico destino de playa. Hoy la utopía se mueve a golpe de clic. Si la mente utópica no es consciente de sus propias limitaciones como simple cerebro y no se eleva y no busca conceso con otros seres humanos, se convierte en ingeniero social a golpe de pluma o espada, de hoz o martillo,  y recientemente de misil y dron.

Los hombres de a caballo, al galope, producen utopías destructo. Como son las sociedades militarizadas y medievales de Rusia, Corea del Norte, Cuba o Venezuela. Y eso es lo que la intelectualidad del mundo debe acabar de ver ahora. Para evitarle más sufrimiento a la población cubana. Cuba para nada ha venido a ser “La República” de Platón. Ni siquiera es una república. Más parece una satrapía que una utopía.


 

‘La Concordia’, de Evelio Traba

Evelio Traba ha escrito una novela histórica, abrumadora, fascinante, que atrapa y enamora con su poesía: La Concordia (Ediciones Furtivas, 2021).

El lector de este libro ha de estar dispuesto a desandar los laberintos de una villa remota en la memoria, Bayamo. Transitar un espacio poblado de personajes antiguos, convivir con ellos en un tiempo que ya se fue, ir con cautela acosado por las llamaradas y descubrir por sí solo que está ante una nación que renace bajo el fuego.

La Concordia es un asombro que el escritor recrea donde se funda la nacionalidad cubana. Un libro que nos paraliza al rescatar un trozo de historia desde las cenizas y el humo.

Esta obra estalló como un coctel molotov dentro de la literatura cubana de los 2000. Con ella, Traba mostró las garras anunciando las dotes del narrador que es hoy.

Con una prosa fluida nos ha entregado una pieza en la que hay aportes importantes a la historiografía de la Isla, a ese rompecabezas literario del que formamos parte indiscutible, a este ajiaco que es ser cubano.

Esta novela abrió a Evelio Traba las puertas al accésit del Premio Latinoamericano y Caribeño de Novela Alba Narrativa 2012, quien lo diera a conocer en el continente americano distinguiendo su voz entre los novelistas jóvenes de la región.

Un libro necesario para desentrañar los derroteros de la historia de Cuba.


 

‘Cuba: Intra-history. An Unremitting Struggle’, an essential book

Rafael Diaz-Balart, senatorial campaign. Gibara, Oriente Province, October 1958

Until now it was not possible to buy Rafael Diaz-Balart’s memoirs online. Or you could only buy the book if you were very lucky. The good news is that Cuba: Intra-history. An Unremitting Struggle (Instituto La Rosa Blanca, 2022) is now available to everyone. This is a book full of surprising angles and unforeseen treasures that young Cubans should read. Truly, this is also a very revealing biography for readers of all ages.

Rafael Diaz-Balart (1926-2005) was the Majority Leader and Majority Caucus Chairman in the House of Representatives of Cuba from 1954 to 1958. In January 1959, in New York City, he founded the first organization to fight the Castro regime, ‘The White Rose’. In Cuba: Intra-history. An Unremitting Struggle Rafael tells the story of his life through the modern history of Cuba. Both elements, the biography of the author and the history of Cuba, complement each other harmoniously, giving us an invaluable volume of knowledge.

About his father, Rafael Diaz-Balart, Congressman Lincoln Diaz Balart writes in the prologue of this indispensable book:

“His constant compass was his love for Cuba and his desire for freedom for all Cubans. But his thoughts and ideas evolved throughout his life. For example, he wrote a book on a theory he called ‘Bi-Americanism’. Years later, when I asked him why he never published it, he told me he no longer agreed with it. ‘Don’t forget Abraham Lincoln’s words’, he used to say, ‘I do not think much of a man who is not wiser today than he was yesterday’. What’s important in life, my father would say, is to maintain proper conduct; and to do that, many times it is necessary to change attitudes, opinions and even affiliations”.

In this book, Rafael Diaz-Balart delves into a great diversity of themes, situations and historical crossroads. His vision is also reflected in the text of the draft political program of La Rosa Blanca, included in this book as an epilogue. It is a document of great value for the institutional future of Cuba.


 

Diez respuestas de Anthony González

2022 es el año, también, de la segunda parte del libro Retrato del exilio cubano, serie de entrevistas que Neo Club Ediciones publicó en 2015 y cuya principal intención, como el título indica, fue dar a conocer una especie de radiografía de la comunidad cubana en el exterior a través de sus definiciones. Ahora, con nuevos entrevistados de ambas orillas, esta segunda entrega de la saga profundiza en el contexto cubano del día después, cuando el castrismo en el poder entra en su recta final.

Al habla con el escritor Anthony González:

Armando Añel- ¿Qué es para usted la patria?

Anthony González- Fue, mucho antes de yo nacer, un símbolo bajo cuyo manto se proponía unión, prosperidad e independencia. Algo necesario para afianzar el concepto de nacionalidad en un sitio donde la única ciudadanía concebida era la de la Metrópolis. Ahora ya es un lugar común cuya etimología es utilizada a su antojo por malos versadores y políticos corruptos, aunque esto último es redundancia.

AA- ¿Qué es la libertad?

AG- La posibilidad de escoger el camino que uno desee en la vida. El éxito o el fracaso es responsabilidad individual.

AA- ¿Cómo y cuándo Cuba será libre?

AG- No lo sé. Pero se han perdido muchas posibilidades. Hay demasiados intereses ocultos que entorpecen las posibilidades de un cambio. En este momento no veo una figura con capacidad de convocatoria como para lograr una acción que obligue al cambio. Hay posiciones que no comprendo, aunque parten de personas inteligentes con un amplio reconocimiento artístico y valores estéticos incuestionables. Adoptan una posición extremadamente crítica con cualquier propuesta, ya sea colectiva o individual. Esa postura beneficia solamente al gobierno castrista. Las fisuras hay que buscarlas dentro del régimen, no dentro de la oposición.

AA- ¿Qué hacemos con, o qué se hacen, los cientos de miles de cubanos considerados castristas una vez Cuba sea libre?

AG- Los que están implicados, de cualquier manera, en el genocidio, deberán ser juzgados de acuerdo a leyes internacionales. Los demás, sumarlos. Que formen un partido de oposición si les da la gana. No podemos continuar la matanza física e intelectual de la población cubana ni caer en el mismo error de 1959. Tenemos que aprender a convivir con todos y para el bien de todos.

AA- La difamación, el brete, las teorías de la conspiración, etc., han contribuido grandemente a afianzar el totalitarismo en Cuba en los últimos 63 años. ¿Cómo atenuar esta tendencia sociológica en una Cuba en democracia, con conexión abierta a Internet?

AG- Yo diría que desde hace muchos años, más de los consabidos 63, ese es el deporte preferido del cubano. No es el béisbol o la quimbumbia, sino el choteo y hasta la crítica crítica. Es un modo de ver la vida que se acentuó a conveniencia del régimen. Cuando cada cual sepa que es dueño de su propio destino y tiene que labrarse el camino para vivir, el chisme, el brete, la descalificación por cualquier motivo, bajarán el tono en su proporción adecuada. Forma parte de la idiosincrasia del cubano. En Estados Unidos hay democracia, conexión abierta a internet y muchos cubanos que se mantienen con esas mismas costumbres.

AA- ¿Usted votaría a favor de incluir una asignatura contra la envidia en un futuro sistema de educación en Cuba?

AG- ¿Existe esa asignatura en algún lugar del mundo?  El principio está escrito desde antes de nuestra era. Basta con leer los 10 mandamientos. Por cierto, el décimo es bien explícito al respecto.

AA- ¿Cuán positivamente puede contribuir a la liberación y desarrollo de Cuba el activismo político youtuber liderado actualmente, entre otros, por influencers como los Pichy Boys, Alain Paparazzi o Alexander Otaola?

AG- No los sigo. De manera que no tengo la menor idea del impacto social o el alcance del contenido de sus programas.

AA- ¿Qué tipo de influencia podría ejercer Estados Unidos en el futuro de Cuba teniendo en cuenta los estrechos lazos existentes entre ambos países desde hace, por lo menos, tres siglos?

AG- Hay que reconstruir totalmente un país devastado en todos los aspectos de la vida, principalmente el social. Pero es difícil hacerlo sin infraestructura. Entonces Estados Unidos puede ayudar mucho con programas sociales e inversiones. El capital cubanoamericano es realmente fuerte como para invertir en un lugar donde hay un incentivo de 11 millones de consumidores potenciales bajo un modelo de demanda y no de oferta.

AA- ¿Usted quiere ser enterrado en la mayor de las Antillas o, por el contrario, prefiere que sus cenizas sean arrojadas al mar?

AG- No sé decirte. Morirme no está dentro de mis prioridades en estos momentos.

AA- Por favor, revélenos el nombre secreto de Cuba.

AG- Never say never again.


 

Diez respuestas de Enrique Patterson

2022 es el año, también, de la segunda parte del libro Retrato del exilio cubano, serie de entrevistas que Neo Club Ediciones publicó en 2015 y cuya principal intención, como el título indica, fue dar a conocer una especie de radiografía de la comunidad cubana en el exterior a través de sus definiciones. Ahora, con nuevos entrevistados de ambas orillas, esta segunda entrega de la saga profundiza en el contexto cubano del día después, cuando el castrismo en el poder entra en su recta final.

Al habla con el profesor y ensayista Enrique Patterson:

Armando Añel- ¿Qué es para usted la patria?

Enrique Patterson- Un sitio donde se tenga derechos, libertad y la posibilidad de construir -o de creer que se pueda- la pequeña felicidad posible a todo ser humano, es la única patria que considero en este corto viaje que es vivir. Todo lo demás pudiera reducirse a mapas, relatos y mitos de poder. Lo más grande que se tiene son nuestros hijos. ¿Cuál sería más mi patria, donde nací y no tengo derechos o donde nacieron mis hijas, lo único que tengo?

AA- ¿Qué es la libertad?

EP- Poder elegir. Nadie es totalmente libre, nuestras elecciones están condicionadas por circunstancias que no controlamos. Pero en ese marco restringido, la posibilidad de elegir define nuestra libertad.

AA- ¿Cómo y cuándo Cuba será libre?

EP- No sé. Desearía que lo fuera. Es más fácil que Cuba se libere del castrismo, ya eso sería un avance, a que logre ser libre en verdad. Nuestra superficialidad, nuestro complejo de superioridad, nuestra propensión a inferiorizar a gran parte de nuestros hermanos latinoamericanos y a otros grupos, la intransigencia respecto a otros puntos de vista, atentan contra nuestra libertad. Somos, como pueblo, muy superficiales. Me da tristeza decirlo, pero lo veo así.

AA- ¿Qué hacemos con, o qué se hacen, los cientos de miles de cubanos considerados castristas una vez Cuba sea libre?

EP- La pregunta es demasiado peligrosa, implica la posibilidad de un genocidio y habría que repoblar la isla casi por completo. La pregunta que me hago es esta: ¿Castro hizo a los castristas o los castristas hicieron a Castro? Castro es la expresión individual de toda la negatividad de nuestra historia, y hay que recordar que al inicio de la Revolución, cuando el caudillo dijo aquella frase terrible de “¿elecciones para qué ?”, la mayoría -sí, la mayoría- fanática aplaudió. Reformulo la pregunta: ¿qué hacemos con el castrismo una vez que el régimen caiga? Porque el dinosaurio seguirá ahí, esperando la oportunidad.

Frenar al castrismo implica establecer un Estado de Derecho, un régimen constitucional que impida la formación de mayorías aplastantes, es decir, un sistema parlamentario, en lugar de presidencial, que obligue a la negociación política para formar mayorías cualificadas. Un sistema político donde la fiscalía general de la república sea totalmente independiente del gobierno de turno, unas leyes que impidan que los funcionarios o políticos a los que se les demuestre corrupción no puedan nunca ser electos a cargos políticos o funcionarios del Estado, o hacer negocios con entidades del Estado.

Tenemos otro problema con los castristas. El anticastrismo es también castrista en muchos de sus métodos. Cambiar de enemigo no es lo mismo que dejar de usar sus armas. No me considero anticastrista. La posición de rebelde y prisionero de un mismo universo no me parece ni política ni psicológica ni culturalmente sana. Soy demócrata y rechazo al pensamiento único, a las dictaduras de izquierda o de derecha, al nacionalismo enfermizo, a los supremacismos, al pensamiento antiliberal (porque elimina la posibilidad de la pluralidad y del pensamiento crítico).

Estamos llenos de anticastristas a distancia que en la isla no tuvieron la entereza para decir que no, que nunca levantaron la mano en contra de la injusticia contra un compañero, de “amigos” o colegas que doblaban la esquina para no tener que saludarte, de vociferantes en las manifestaciones a favor del Mesías acá reconvertidos en vociferantes a distancia en contra del mismo Mesías o del mesianismo que antes apoyaban.

AA- La difamación, el brete, las teorías de la conspiración, etc., han contribuido grandemente a afianzar el totalitarismo en Cuba en los últimos 63 años. ¿Cómo atenuar esta tendencia sociológica en una Cuba en democracia, con conexión abierta a Internet?

EP- No lo sé. El castrismo ha convertido al cubano en bretero. Siempre tuvimos propensión al brete, pero lo totalitario ayudó al brete a ser total. Es método de gobierno. Las elites históricamente han tenido la función de establecer el tono de lo más aceptable socialmente, pero, ¿si son breteras? O, ¿y si sin serlo son incapaces de dominar el discurso público?

AA- ¿Usted votaría a favor de incluir una asignatura contra la envidia en un futuro sistema de educación en Cuba?

EP- Totalmente de acuerdo. Contra la envidia y la arrogancia. En fin, una asignatura semejante a Moral y Cívica. El castrismo es resultado de la envidia de las mayorías (nuestra herencia española) y de la desidia de las elites económicas republicanas. No logro explicarme cómo la burguesía cubana financió a un caudillo que venía con su ejército particular. Es la actitud de una elite suicida.

AA- ¿Cuán positivamente puede contribuir a la liberación y desarrollo de Cuba el activismo político youtuber liderado actualmente, entre otros, por influencers como los Pichy Boys, Alain Paparazzi o Alexander Otaola?

EP- A mi juicio, no mucho. En el sentido de que si identificamos al castrismo con la chusmería no se me hace de buen gusto enfrentarlo con sus mismas armas. Es posible que sean efectivos en socavar al régimen, pero no al sustento psicológico y sociológico del sistema. Por otro lado, la influencia de esos actores es la expresión de la falta de liderazgo del exilio. El ultimo líder que tuvo el exilio -no era de mi gusto, pero era un auténtico líder- fue Jorge Mas Canosa. ¿Por qué ya no hay líderes? Sencillamente porque ya no hay exilio. Los cubanos decidieron mudarse, hacer vida en otra parte de modo definitivo. El éxito de las plataformas online (da dinero) se debe a que el tema político cubano ha pasado a ser parte de la esfera del entretenimiento. La política no se puede entender a la vez como negocio. Si es buen negocio, seguro que no es buena política.

AA- ¿Qué tipo de influencia podría ejercer Estados Unidos en el futuro de Cuba teniendo en cuenta los estrechos lazos existentes entre ambos países desde hace, por lo menos, tres siglos?

EP- La geografía y la geopolítica mandan. Cuba puede tener un futuro económico exitoso a partir de su cercanía natural y una relación económica estrecha con los Estados Unidos. ¿Como puede protegerse Cuba de las fuerzas que tienden a desintegrar el Estado de Derecho y el orden liberal del sistema norteamericano? Lo ignoro. Es que veo a no pocos cubanos -a derecha y a izquierda- inmersos en ese universo. Espero que eso no triunfe aquí, porque por ahí se llega al fascismo o, en términos actuales, al putinismo.

AA- ¿Usted quiere ser enterrado en la mayor de las Antillas o, por el contrario, prefiere que sus cenizas sean arrojadas al mar?

EP- No en la mayor de las Antillas. No deseo ser enterrado allí de donde me tuve que ir, donde no se me respetó. Hasta que no decida otra cosa, hasta ahora que me entierren donde mis hijas puedan visitarme, o lo diré cuando decida hacer testamento. Nunca en el mar.

AA- Por favor, revélenos el nombre secreto de Cuba.

EP- Infamia.


 

Diez respuestas de Lynn Cruz

2022 es el año, también, de la segunda parte del libro Retrato del exilio cubano, serie de entrevistas que Neo Club Ediciones publicó en 2015 y cuya principal intención, como el título indica, fue dar a conocer una especie de radiografía de la comunidad cubana en el exterior a través de sus definiciones. Ahora, con nuevos entrevistados de ambas orillas, esta segunda entrega de la saga profundiza en el contexto cubano del día después, cuando el castrismo en el poder entra en su recta final.

Al habla con la productora y actriz Lynn Cruz:

Armando Añel- ¿Qué es para usted la patria?

Lynn Cruz- El lugar de mi infancia.

AA- ¿Qué es la libertad?

LC- El derecho a pensar y expresar libremente mis ideas.

AA- ¿Cómo y cuándo Cuba será libre?

LC- Cuando exista la misma proporción entre el derecho y el deber.

AA- ¿Qué hacemos con, o qué se hacen, los cientos de miles de cubanos considerados castristas una vez Cuba sea libre?

LC- Tribunales para todos los que han cometido delitos administrativos o legislativos por razones políticas.

AA- La difamación, el brete, las teorías de la conspiración, etc., han contribuido grandemente a afianzar el totalitarismo en Cuba en los últimos 63 años. ¿Cómo atenuar esta tendencia sociológica en una Cuba en democracia, con conexión abierta a Internet?

LC- El nuevo gobierno en mi opinión debería sacar lo mejor de los cubanos. La solidaridad y su alto concepto de la justicia.

AA- ¿Usted votaría a favor de incluir una asignatura contra la envidia en un futuro sistema de educación en Cuba?

LC- No incluiría asignaturas que contengan en el título la palabra «Contra». Pondría más asignaturas relacionadas con la creación y el activismo, para que las personas descubran el poder de la palabra y del arte.

AA- ¿Cuán positivamente puede contribuir a la liberación y desarrollo de Cuba el activismo político youtuber liderado actualmente, entre otros, por influencers como los Pichy Boys, Alain Paparazzi o Alexander Otaola?

LC- No los sigo.

AA- ¿Qué tipo de influencia podría ejercer Estados Unidos en el futuro de Cuba teniendo en cuenta los estrechos lazos existentes entre ambos países desde hace, por lo menos, tres siglos?

LC- El problema de EE. UU. de cara a Latinoamérica es que no hablamos ni pensamos en inglés. Tampoco somos vistos como iguales, como en la Unión Europea. El camino sería ese, convivir de manera comunitaria respetando lo esencial, la diferencia cultural. Pero eso es utópico, para empezar EE. UU. tendría que dejar de vender armas en Latinoamérica y retirar la DEA. Esos serían los primeros pasos.

AA- ¿Usted quiere ser enterrada en la mayor de las Antillas o, por el contrario, prefiere que sus cenizas sean arrojadas al mar?

LC- Me parece una vanidad decir cómo quiero ser enterrada. Lo dejo en manos de quien me herede. Sé que serán buenas manos.

AA- Por favor, revélenos el nombre secreto de Cuba.

LC- Estado mental.


 

Los 10 grandes logros de Putin tras invadir Ucrania

Los grandes logros del Súper Zar Putin tras la invasión a Ucrania:

-Despertó a Alemania y convirtió a Rusia en Corea del Norte

-Unificó a la OTAN y desinfló el mito de un ejército ruso que supuestamente estaba a la par del de EE. UU.

-Provocó un éxodo de gente joven rusa en el área de high-tech, una fuga de cerebros, y encima un éxodo masivo de compañías extranjeras de Rusia

-Terminó acusado de criminal de guerra con sus cuentas bancarias y yates confiscados alrededor del mundo

-Convirtió a Rusia en un paria internacional

-Logró contraer el Producto Interno Bruto en un 50%, provocando una escasez generalizada de alimentos en Rusia

-Desangró al ejército ruso, que ha sufrido más bajas en un mes que los Estados Unidos en 21 años en Afganistán

-Está a punto de provocar una humillante derrota estratégica para Rusia en Ucrania

-Empujó a Europa a comprar mucho más gas natural de los Estados Unidos y de otros exportadores suplantando las exportaciones energéticas de Rusia

-Y finalmente, terminó convirtiendo a Rusia en un país mucho más dependiente de China

Putin soñaba con pajaritos volando, pero las pobres aves tenían las alas partidas y estaban muy mal alimentadas para llegar a algún sitio. Un fiasco total.


 

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