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Sorteo en el Festival Vista

Participa en la rifa caritativa de Vista Larga Foundation este 4 de agosto en el Festival Vista, que se celebrará en el Miami Hispanic Cultural Arts Center (111 SW 5ta AVE, Miami Fl 33130) a partir de las 3:00 p.m.

Los ganadores recibirán no menos de cuatro libros recién impresos de reconocidos autores cubanos, entre ellos:

Novela ‘La extraña familia’, de Maribel Feliú
Novela ‘Los jinetes fantasmas’, de José Hugo Fernández
Libro de relatos ‘El vuelo de la mariposa’, de Ariel Ruiz Urquiola
Libro ‘La piedra en el camino: Los nueve días en que murió Fidel Castro’, con testimonios, dibujos y artículos de 50 autores

Cada participante en el sorteo adquirirá un número por valor de $5.00 o cualquier otra cantidad superior que considere depositar. Los números pueden ser adquiridos depositando ya en Pay Pal (link al final de esta nota) o directamente, cash, durante el festival el día 4.

Habrá no menos de tres premiados, que aparecerán además en la galería Vista de esta edición del festival. Además de recibir estos libros, el primer lugar será premiado con crédito para adquirir sin costo alguno las novedades de Neo Club Ediciones durante cada edición del Festival Vista en Miami en los próximos dos años.

También, los escritores de Miami que deseen donar ejemplares de sus libros para esta rifa pueden contactarnos en la zona de comentarios de este mismo evento o por interno.

Una parte del dinero recaudado en esta rifa será enviado a la escritora Maribel Feliú en Cuba, madre soltera quien no solo ha sido perseguida y marginada por las instituciones oficiales sino que se encuentra en precario estado de salud junto con su hijo y su anciano padre, y tampoco ha podido recuperarse tras el paso de los últimos huracanes que afectaron la región oriental de la Isla. Las aguas destruyeron su biblioteca y su ordenador, su herramienta fundamental de trabajo.

Participa y apoya la creación en libertad. Trabajando por una cultura mejor:

https://www.paypal.com/cgi-bin/webscr?cmd=_s-xclick&hosted_button_id=KWFY7VLAUNJP2

Artistas se manifiestan contra la censura en Capitolio de La Habana

El pasado 21 de julio de 2018, en La Habana, los artistas Luis Manuel Otero Alcántara, Iris Ruiz, Amaury Pacheco, Soandry del Río, Yanelys Nuñez Leyva y José Ernesto Alonso se reunieron frente al Capitolio para manifestarse en un performance contra las regulaciones del Decreto 349/2018, que censura todavía más la libertad de creación en Cuba.

Tres de ellos, Otero, Pacheco y Del Río, fueron detenidos y llevados el Vivac (centro de detención). Se anunció que serían procesados por «escándalo público». Posteriormente, los dos últimos fueron liberados tras recibir multas. Otero, a quien le han presentado cargos de «agresión», aún no ha sido liberado.

Finalmente, Yanelys Nuñez realizó el performance que correspondía a Otero y consistía en una protesta con el cuerpo cubierto de excrementos.

«A través de su ministerio de incultura la dictadura ha decretado una ley que es el germen de la represión más brutal contra toda libertad de expresión en Cuba», expresó el artista total Luis Eligio de Omni en Facebook. «Es la condena de todos los artistas sin excepción y dice todo del nuevo títere Miguel Díaz Canel. Todos los artistas cubanos deberíamos manifestarnos de todos los modos posibles contra este nuevo acto de terror del estado dictatorial en contra del pueblo cubano».

El decreto 349, publicado el pasado 10 de julio en la Gaceta Oficial de Cuba, sirve a las fuerzas represivas del castrismo en el poder para controlar las presentaciones de los artistas independientes y deja numerosos resquicios para colar la censura institucional. Incluso apunta hacia la literatura, llegando a prohibir la venta de libros de personas «naturales y jurídicas» que contengan «textos lesivos a los valores éticos y culturales».

Francis Sánchez entrevista a Rafael Almanza

«Hay algo soberbio y poderoso en su aspecto espontáneo, descuidado, más propio de un profeta exiliado que habita sobre una cumbre estrecha», dice el poeta Francis Sánchez sobre el Premio Nacional de Literatura Independiente de Cuba 2017, Rafael Almanza. «Lo visité por primera vez allí, en su casa vieja de la calle Rosario, a principios de este siglo. Habíamos coincidido antes cuando se fundó la Unión Católica de Prensa en un templo de esta ciudad en 1996. Su leyenda es la de un escritor independiente, un hombre-isla en el centro, peleado con el orden de cosas imperante en Cuba. No he dejado de volver sobre mis pasos una y otra vez. Tiene, además, el don suave de la simpatía».

«No tengo dudas de que se trata de una de las personas más lúcidas, rigurosas, auténticas y laboriosas que conozco. Siempre quise entrevistarlo en alguna de mis visitas a su casa, o sea, atraparlo, quedarme con algo de su voz», añade Francis.

La entrevista completa en la revista digital independiente Árbol invertido. Clic sobre este enlace:

https://www.arbolinvertido.com/entrevistas/yo-he-escogido-la-libertad-trece-preguntas-rafael-almanza

 

 

Luis Pérez de Castro presenta su nueva novela en Santa Clara

La presentación de la novela Mujer desnuda en la noche (Neo Club Ediciones), del escritor cubano Luis Pérez de Castro, tuvo lugar el pasado 5 de julio de 2018 en el Obispado de Santa Clara. Frente a un público mayoritariamente femenino, el autor disertó sobre las experiencias y circunstancias de este libro singular, que se lee de un tirón por su organicidad y ritmo vibrante, unido a unas anécdotas estremecedoras.

En esta novela relampagueante, Mayra, la protagonista indiscutible, pasa un año en prisión, 365 noches de encierro donde su cuerpo y su mente, bajo el constante acoso de las circunstancias, libran una intensa batalla por la supervivencia espiritual. El libro en Amazon:

https://www.amazon.com/Mujer-desnuda-en-noche-Spanish/dp/1987602021/

Pérez de Castro (Pinar del Río, 1966) es historiador, abogado, narrador, poeta, crítico literario. Ha publicado, entre otros, los libros de cuentos Nostalgia del cíclope (Ed. Libre Idea 2004), Mientras arde en silencio mi voz (Ed. Capiro, 2006) y Epístolas de un loco (Ed. Mecenas, 2007), los poemarios Confesiones del Abad (Ed. Matanzas, 2005) y Testimonio del pagano (Ed. Unicornio, 2007) y el libro de crítica literaria Estas palabras, estos silencios (Neo Club Ediciones, 2015). Ha obtenido, entre otros, los premios Mercedes Matamoros, 2003; Félix Pita Rodríguez, 2006; Farraluque, 2007, y el Primer Accésit certamen de relato breve LGTBI, Premios Lorca (España, 2013).

La mentira del verdadero Rafael Alcides

 

Nacido en el poblado bayamés de Barrancas en 1933, Rafael Alcides falleció ayer en La Habana. Su poesía incluye títulos como Himnos de la montaña (1961), Gitana (1962), La pata de palo (1967), Agradecido como un perro (1983), Y se mueren y vuelven y se mueren (1986), Noche en el recuerdo (1989), Nadie (1993, reedición en Bokeh, Leiden, 2016), Conversaciones con Dios (Sevilla, 2014) y la antología GMT (Renacimiento, Sevilla, 2009). Como narrador, publicó la novela El anillo de Ciro Capote (Renacimiento, Sevilla, 2011), el libro de crónicas Memorias del porvenir (Premio “Café Bretón & Bodegas Olarra”, AMG Editor, Logroño, 2011) y el libro de relatos Un cuento de hadas que termina mal (Logroño, 2011). Es uno de los mejores poetas cubanos vivos y rechazó el castrismo dominante en su patria desde seis décadas atrás. Su obra alcanzaría el más alto galardón a que aspira un gran poeta: la trascendencia otorgada por el reconocimiento de cientos de lectores de su país.

«La muerte no es verdad cuando se ha cumplido bien la obra de la vida», diría con su estilo proverbial y quevediano el inmenso cubano, hombre y poeta, José Martí. Y evoco esa máxima-verso al leer, entre otros espacios en el blog 14 y Medio, la mala, pésima noticia de la muerte ayer en Cuba del poetamigo Rafael Alcides.

Alcides no fue: es y será (trascendencia tripartita, válida en su caso) un inmenso cubano, un gran hombre y un icónico poeta, afirmación que en su (y mi) patria, destruida por la plaga castrista, hoy merecerían escasos cubanos, hombres y poetas.

A Alcides yo lo leía y admiraba desde joven, si bien solo pude conocerlo en la capital de los ‘70s, durante mis estudios universitarios, cuando también conocí a otros integrantes de la Generación del ’50, caracterizada por su estilo conversacional (en Alcides tal impronta asumiría mucho mejores derroteros como hombre de su tiempo, para decirlo con Martí, una vez más, pues incursionaría en las luchas ciudadanas).

Pero, además de continuar leyendo sus hermosos poemas cuando todos le huían como un apestado por su osada postura anticastrista y renuncia a su membresía de la Uneac, fui a visitarlo con otro buen poetamigo —cuyo nombre oculto, por no afectarlo, pues él vive en Cuba y ya se saben los lectores qué puede pasarle si lo saben vinculado conmigo— y charlamos largo rato sobre su situación, con él y su infaltable Regina Coyula, a la que yo conocía desde antes.

En otra ocasión, él tuvo la gentileza de visitarnos a Mayra y a mí en nuestro apartamento, donde también hablamos sobre la malhadada vida de nuestra oprimida patria. Más tarde, el invariable y siempre amable poetamigo (cuyo nombre omito), me dio a elegir un poeta de la Generación del ’50 como tema para un ensayo. Por supuesto, escogí a Alcides y su inesperada y hermosa poesía amatoria, sobre la que escribí el amplio texto evaluativo: «Rafael Alcides y los sonidos del mundo», incluido en el número monográfico especial dedicado a esa Generación, publicado en la revista especializada española Zurgay, en diciembre de 1998.

Años después —de acuerdo con Radio Martí—, renunciaría a ser miembro de la UNEAC y su Medalla Conmemorativa por el Aniversario 50 de esa institución, cuando afirmara: «Soy un escritor prohibido […], ¿qué sentido tiene mi membresía en la Unión de Escritores, para qué yo quiero pertenecer a una organización donde no me puedo defender ni mucho menos…?». Claro que tal actitud, tendría una rápida y agresiva respuesta de la policía política, que se encargó de obstaculizar cada actividad con su nombre, como cuando fuerzas de la Seguridad de Estado impidieron la exhibición del documental Nadie, del realizador Miguel Coyula, cuyo protagonista es el poeta.

La excelente producción literaria alcideana abarca, asimismo, poesía, narrativa (cuentos y novela), crónica y periodismo, si bien sería el verso la óptima zona de su válido quehacer literario que, desde décadas atrás, honra las letras cubanas de las dos orillas. Como narrador, publicaría las novelas Un caballo, dos hombres y una mujer (1986) y El anillo de Ciro Capote, los relatos de Un cuento de hadas que termina mal y el libro de crónicas Memorias del porvenir (todos en 2011).

Aunque no solía presentarse en eventos, en su juventud recibiría Mención 1965 del Premio Casa de las Américas por su novela Contracastro, que nunca le dejarían publicar. Aunque rechazara el cuestionado Premio Nacional de Literatura en Cuba, solo entregado por lo general a escritores oficialistas; en cambio, sí aceptaría de muy buena gana en 2015 el Premio de Literatura Independiente “Gastón Baquero” convocado por Puente a la Vista, Neo Club Ediciones, el Club de Escritores Independientes de Cuba y el Instituto La Rosa Blanca, otorgado en Miami a escritores independientes. Entre 2014 y 2015, colaboraría con la agencia Cubanet, de Miami.

Me imagino que el oficialismo ahora insistirá con Regina en la edición de sus poemarios en la Isla, a la que incansablemente defendió contra los desmanes del comunismo tropical de los Castro que, en contubernio con el pésimo (des)gobierno obamista, le impidió viajar a Estados Unidos cumplimentando una invitación de organizaciones culturales, entre otras cosas para recibir el Premio Nacional de Literatura Independiente “Gastón Baquero” (galardón que tanto le satisfizo por su contenido político), en la que habría sido su última salida del país.

Para concluir, añado fragmentos de mi mencionado ensayo sobre su poética amatoria, incluido en un volumen de crítica de libros de poesía que publicará Ediciones Baquiana en 2019:

Narrador y poeta (o viceversa, pues ambos «oficios» se bifurcan en los senderos de su jardín literario, parafraseando a Borges), en Rafael Alcides se da una simbiosis rara —para emplear un término grato a Darío—, no común entre sus contemporáneos.

[…] Aspecto singular del coloquialismo expresivo de este poeta esencial, tal lo denominan con razón Virgilio López Lemus y Manuel Díaz Martínez —sus más agudos analistas— es que sus mejores textos son muchas veces poemas en prosa/narraciones líricas, que (a la manera del Eduardo Galeano de El libro de los abrazos y de Augusto Monterroso en buena parte de su obra) se nos antojan brevísimos poemas/relatos para ser incluidos en libros de poesía y de narraciones.

Otros atisbos se revelan en su poética —traspasada por recursos de la narrativa—, que entraña una de las plenas y ricas expresiones del coloquialismo y del que, a pesar de su fuerte otredad de narrador, o quizás por ello mismo, es uno de los más consistentes poetas con genuinas improntas de su generación.

La muerte —presente a lo largo de su obra— resulta menos metafísica en el poeta que en sus colegas generacionales y abarca una amplia parábola, siempre guiada por un realismo lírico de honda fibra aunque toque temas bíblicos y de otra estirpe, intertextualizándolos con otros afines o no.

La tan traída y llevada «efusión sentimental» le viene de un bien y muy racional neorromanticismo, tan logradamente asimilado. De ahí su apego por la poesía de José Angel Buesa y Carilda Oliver Labra.

A no dudarlo, desde los épicos Himnos de montaña (1961) y Gitana (1962) pasando por libros de madurez, como La pata de palo y, sobre todo, Agradecido como un perro (selección poética de 1983, Premio de la Crítica ese año), así como Y se mueren, y vuelven, y se mueren (1988), Noche en el recuerdo (1989), hasta llegar al cenital Nadie (1993), su poética toda nos mueve y conmueve, del corazón a la razón, la notable asunción del amor en su mayor acepción que, en no pocos instantes, deviene erotismo de fina raigambre, no obstante su a ratos descarnado tono, a resultas del ardiente clamor sanguíneo/cerebral/sexual del sentimiento más antiguo de los humanos en su vocación terrenal.

Buen ejemplo de lo que digo es este poema de 1962, justamente titulado «El amor»: “El amor es un pájaro / tejiendo en la mañana; / pero el amor eres tú / debajo de mis noches. / El amor es tu lengua, / desvergonzada culpable / del insomnio. / Y de las estrellas.”

Otro siempre citable por antológico, al margen de ser uno de los extensos e intensos poemas amatorios publicados en la Isla, es «Crónica de amor», cuya calidad se corrobora de inmediato. Comprobémoslo con la lectura de un fragmento de la segunda parte: “Esta no es una carta para abrir / en un día de primavera, es una carta para abrir cualquier día de la vida. / Aquí no se dice nada absolutamente original. / Aquí se dice sencillamente que un hombre amó a una mujer / y que esa mujer le amó a él, que todavía hoy se puede ver el rastro de ternura / que ambos dejaron en las calles de aquel tiempo.”

Por el desenfado y cierto desaliño (aparente y a propósito) de sus versos, este otro excelente texto define muy bien la poética de Rafael Alcides Pérez, quien combina a lo ya enunciado otros rasgos esenciales de su quehacer, como son, a saber: la ironía y la autoironía, la posición crítica, (6) el humor y la contención que distancian el exceso emocional en su más alto instante para alejar momentáneamente el clímax de la carga de romanticidad del objeto poético, con el fin de entrar en otra dimensión más coloquial y tocar aspectos ¿pedestres o simples, vulgares o elementales? de la vida cotidiana, que como tales son tenidos (y temidos) por «imposibles» entre otros poetas que los consideran «no líricos», característica apuntada por López Lemus en términos de que en Alcides hay «una búsqueda de temas de la mayor inmediatez para explorar sus posibilidades poéticas, que llega a veces a lo insólito», desde incluso sus títulos, tal se advierte, por apenas poner una muestra, en este fragmento de la tercera y última estrofa de «Que trata del canibalismo», incluido como los anteriores en Agradecido…: «Porque / dime, amor, / mujer que hoy reinas en los sueños del poeta / con ese vestido criminal mucho más dañino que toda la música de Beethoven, / dime, corazón, / bestia lila, / yegua del crepúsculo, / pedacito de pan / con mantequilla del cielo…”

Tal se atisba en su libro posterior de mayor significación: Nadie, pues en éste, quizá como en ningún otro título suyo desde Agradecido…, el salto cualitativo es de enorme connotación, toda vez que, si bien incluye de nuevo poemas queridos por el poeta, los lectores y, por supuesto, la crítica, y por ello recurrentes, inserta otros ¿posmodernos? que, por su intertextualidad y extratextualidad, constituyen singulares textos de su producción y de la publicada, durante este decenio, en el panorama más actual de la poesía cubana.

El mejor ejemplo es Sobre los Manuscritos de Amberes, donde el poeta crea/recrea una historia cruzada con Joseph K, alter ego kafkiano y de su propia vida en su natal y bayamés Barrancas, poblado mínimo, caserío de tanta significación, como su infancia y familia, en su poética.

En Nadie se corrobora, una vez más, la alcanzada madurez desde hace años y a toda prueba del tiempo devastador —«contra el polvo, los fantasmas y el olvido»— (9) de Rafael Alcides Pérez en su poética de esencia y trascendencia.

Por todo lo apuntado, el gran cubano, hombre y poeta no murió ayer ni nada por el estilo, sino, al contrario: con la sonrisa que nunca abandonará su rostro mintió para seguir burlándose de, y luchando contra, el ya exangüe castrismo. Tal es la mentira del verdadero Rafael Alcides, un verdadero poeta cubano de hoy, de mañana y de siempre.

Los poetas despiden al poeta

«Ha muerto en La Habana, a los 85 años, víctima de un cáncer, Rafael Alcides, uno de los grandes poetas cubanos del siglo XX y figura eminente de la Generación del 50 de la literatura cubana. En la foto, tomada hace pocos años en una plaza de Logroño (España), Rafael aparece en el centro, acompañado por los poetas, también cubanos, Raúl Rivero (derecha) y yo (izquierda)». Manuel Díaz Martínez en Facebook

«Estoy descojonado. ¿Que falleció el poeta Rafael Alcides? No es posible. No es justo. No estábamos preparados. ¿Quién dijo que Rafael Alcides se podía morir? Me enteré por un post de Yoe Suarez. Su esposa, Regina, me lo acaba de confirmar. Siento una impotencia tremenda. Y una gran tristeza porque se me han quedado muchas cosas sin publicar sobre él para hacerle saber mi admiración, mi cariño. Se lo dije, se lo traté de hacer sentir con más de un abrazo, pero hoy nada de eso me basta. La última vez que hablamos él se movía en la silla tratando de disimular un gran dolor. Tuvo hasta el final un coraje sin límites. Fue uno de los más buenos cuando cundía la enfermedad del espíritu entre la mayoría. Estaba sano de conciencia. Se ha curado al fin del mal de vivir entre una masa de fantasmas. Nadie como él». Francis Sánchez en Facebook

Rafael Alcides

«Alcides no fue: es y será (trascendencia tripartita, válida en su caso) un inmenso cubano, un gran hombre y un icónico poeta, afirmación que en su (y mi) patria, destruida por la plaga castrista, hoy merecerían escasos cubanos, hombres y poetas». Waldo González López

«El escritor Rafael Alcides, quien murió en La Habana este 19 de junio a los 85 años, tenía un almacén de novelas y poemas inéditos en su casa. Llevaba más de tres décadas sin que se publicara un libro suyo en su patria. Primero fue porque los comisarios, al no poder someterlo, no querían publicarle. Luego, fue Alcides quien no quiso que le publicaran. Lo dejó claro: dijo que no lo aceptaría hasta el día en que sus libros pudieran estar en las librerías cubanas junto a los de todos los autores cubanos prohibidos por el régimen». Luis Cino en Cubanet

«En 2011, a Rafael Alcides le otorgaron la Medalla Conmemorativa por el cincuentenario de la Unión. En el verano de 2014 la devolvió en un sobre junto con una carta donde declinaba su membrecía de esa institución. «En vista de que ya a mis libros no los dejan entrar en Cuba ni por la Aduana ni por el correo, lo que es igual a prohibirme como autor, renuncio a la UNEAC», escribía. Hay aldabonazos que truenan los portones». Yoe Suárez en Arbol Invertido

«Rafael Alcides contaba con la humildad, la modestia, la nobleza que tantas veces forman parte de los grandes artistas. Y la entereza que distingue a los verdaderos creadores». Félix Luis Viera en Cubaencuentro

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Entre la ‘IndignAcción’ y la mayoría habita la verdad

 

Es indudable que la mayor de las preocupaciones de un escritor/político/ciudadano, o como en un momento determinado se le quiera llamar, es la de proyectar su obra y de alguna manera trascender por medio de su escritura. En ese sentido algunos autores pretenden reflejar, a través de sus personajes y/o reflexiones, las inquietudes y motivaciones que los desvelan y de esa manera manifestarse. Se cumple, así, una de las más importantes y dificultosas funciones del juego de la creación: una presencia anímica del escritor no obstante que ella no represente la personalidad ni su ideario en su totalidad. Es, sí, la manera de expresarse por medio de una instrumentación que le permite develar sus propósitos. Tal es el caso del libro IndignAcción, publicado por la Editorial Planeta S. A., 2017, y con su tercera edición en enero de 2018, el cual, por la variedad de sus apuestas formales, por la limpieza y serenidad de su escritura, por la estrategia de desplazar la voz del Yo lírico hacia el habla del otro –de una muchedumbre que a otros se les antoja llamar multitud-, y por su diálogo con la historia, con otra realidad solo admisible por el que sufre a favor del prójimo, dejó de ser propiedad de su autor, Iván Duque, para convertirse en el libro no solo de todos los colombianos, también en el libro de los que vivimos –y sufrimos- un poco más allá de las fronteras que, inexplicablemente, dividen nuestros países.

Estamos en presencia de un libro novedoso no solo por los resortes donde se apoya la forma de decir del escritor, sino por esa otra forma tan unipersonal de dialogar con la historia, desde la historia íntima del Yo lírico hasta la historia que podríamos sombrear con mayúscula. Pareciera como si sus imágenes y metáforas resurgieran de los intersticios de una pluralidad de voces para mostrarnos que la visión lírica del devenir humano se halla en las márgenes de la misma historia del hombre.

Para escapar de la amenaza populista debemos canalizar toda la energía y la fuerza de nuestra indignación en acciones positivas, compromiso social y conciencia ciudadana. Esta es la base de la indignAcción: asumir individual y colectivamente la responsabilidad que tenemos con la construcción de un mejor país para todos.

Este es el libro que has soñado o, en un momento determinado, no vieron tus ojos. Con esta referencia, plasmada en la página 17, comienza a «dislocar» al lector, a quitarle seguridades, costumbres, para forzarlo a leer con facilidad, a renovarse si persiste en el descubrimiento de una realidad atribuida a muchos.

Libro que transcurre como las sagradas escrituras: IndignAcción, página 13; Analicémonos, página 20; Nos bebemos lo del mercado, página 24; La del rebusque, página 47; Oiga Echeverri, cómo qué nos tumbaron, página 49; Lo que el viento se llevó, página 87; Soñémoslo, página 107; Construyámoslos, página 168; y en la página 171 unas Notas donde se confiesan diálogos y encuentros con clásicos como, por solo citar ejemplos, Winston S. Churchill, Albert Einstein, Walt Disney, Raymond Aron, Henry Ford, Mahatma Ganddhi, Kart Cobain, Francisco de Quevedo, Thomas Jefferson, Juan Pablo II, Pablo Piccaso, Jean Paul Sastre, Thomas Fuller y otros tantos que con su pensamiento iluminaron la sociedad no solo de su tiempo, también del futuro, y nos lleva sin discontinuidad hasta metas sólo presentidas por Iván y donde se aprecia el bien logrado oficio de plegar el lenguaje a su acción interior y su acción a la necesidad del lenguaje. Estrategia que al mismo tiempo confronta la libertad del decir -algo imprescindible en estos tiempos marcados por la violencia y el no reconocimiento al prójimo-, apunta al riesgo y a la rotante dinámica de un texto autorreferente, absuelto de toda finalidad anecdótica y sustentado por su propia anatomía: no refiere a otra cosa más allá de la posibilidad de conocerse a sí mismo frente al espejo multidimencional que somos esa ciudadanía –donde el se reconoce- y que en el marco jurisdiccional nos llamamos todos.

Iván Duque, como todo mortal, sucumbe a la nostalgia, al encuentro y desencuentro, a todo lo que un día sus antecesores le dijeron le pertenecía y hoy, al mirarse una vez mas el espejo, se dio cuenta le faltaba. Desde el recóndito interior de su aparato discursivo aparecen sus descendientes de sangre noble y apellido real, el único amigo de su generación capaz de batirse con lo peor, o mejor aún, con sus enemigos; sus controversias sostenida con un proyecto político que, mas allá de un proyecto, podría ser la plataforma programática o constitucional de cualquier país que sueñe salir del subdesarrollo.

En este libro vive la bondad, el sentir de un hombre y de un equipo de trabajo que ha dejado de soñar en sí para pensar en cuantos lo rodean, en cuantos dejan todo atrás para seguirlos sin pensar en un mañana, en un futuro por el que, quizás, muchos apuestan, pero aún no están convencidos que sea real.

Aquí, bajo las ramas de este frondoso árbol, todo un país convive en el mismo universo de un tiempo como detenido. Realidad y tiempo un tanto fantasmal, que se opone radicalmente a otra experiencia que no sea a un futuro mejor para todos, escritura o pensamiento que se resiste y se revela contra las convenciones y constituye un modo de afirmación de su propia identidad personal.

En la lectura se constata inmediatamente el desdén por toda simetría o marco de ordenamiento, observable en la explicita restricción del referente y en la omisión de un sentido manifiesto, lo que podría considerarse la elusión de un significado totalizador: el Yo plural. De esta manera el libro dispersa su circular movimiento en un espacio caracterizado por su movilidad, por un tiempo que únicamente se muestra en la fugacidad del instante, en ese momento que los hechos se apropian del lector, haciéndose cada vez más creíbles, en una novedad verbal que supone un pensamiento más que poético, humanístico, el que pretende capturar al ser que está detrás de la escritura: el lector, o para mejor decir, el ciudadano común.

En opinión de este crítico, estamos ante una conformación lírica, ficcional o no, cuya funcionalidad en el discurso nos invita al acercamiento, a la reflexión sobre una historia, como ya he enunciado, que crea una nueva. Pero este desorden es entrópico; regresa a la determinación intrínseca de su existencia y el texto, en apariencia cambiante por la actividad que propicia y los sujetos involucrados, deja aflorar en la superficie del acontecer lingüístico la interioridad más contundente del pensamiento: una instancia anterior a la razón, una temporalidad aparentemente imaginaria.

Siempre me quedará la otra mejilla, solo hay que golpear duro y evitar su limosna para vivir en paz, podría decir Iván Duque con docilidad y bajo la mirada escrutadora y a la vez compresiva de todo un pueblo que lo sigue llamado Colombia. Pero lo que nunca se podrá imaginar Iván y cuantos lo quieran cuestionar, pese a su buen afán de morir por el prójimo, es que siempre quedará la historia por no tener rostro único, por reconocerse en la multiplicidad, cuando el Yo, la comunicación o la acción, se vislumbran como realidades posibles.

Los que gustamos no de la política cerrada, encasillada en códigos que solo benefician a grupos que piensan no más que en ellos, en la bolsa de valores y en el valor contable, ninguna mejor opción para salir del hostigamiento y el hastío que otra forma de ver la política, como este gran libro que podríamos llamar poema reflexivo y desenfadado, y que Iván Duque, para beneplácito de todos, llama IndignAcción.

Bienaventurado sea entre esta gran multitud que llamamos humanidad.

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La Declaración de Bogotá en Ginebra

Junto a Rosa María Payá y otros activistas cubanos, Idabell Rosales, presidenta de Vista Larga Foundation, entregó la Declaración de Bogotá este martes 15 de mayo de 2018 en Ginebra, Suiza.

Rosales entregó la Declaración junto a importantes documentos de la CCDHRN y del proyecto Cuba Decide –que pide un plebiscito vinculante para comenzar un proceso electoral transparente, internacionalmente supervisado en Cuba– a representantes de la Oficina del Alto Comisionado de la ONU.

Con más de cien firmas de intelectuales, escritores y artistas, la Declaración de Bogotá, dada a conocer durante el primer Festival Vista en Colombia (Universidad Sergio Arboleda) el 30 de abril pasado, acordó:

a) Condenar la escalada represiva contra los escritores y artistas alternativos residentes en Cuba

b) Exigir al régimen cubano que respete el derecho de los escritores y artistas a crear en libertad, de conformidad con la Declaración Universal de los Derechos Humanos

c) Emprender una campaña internacional de denuncia que dificulte a la dictadura la implementación impune de sus violaciones

d) Pedir la solidaridad, en forma de firmas, de todos aquellos escritores y artistas cubanos, y de otros países, capaces de sensibilizarse con sus colegas retenidos por la fuerza en la Isla

DECLARACIÓN DE BOGOTÁ

#00 Bienal Alternativa de La Habana

La #00 Bienal Alternativa de La Habana, evento independiente surgido tras la postergación de la XIII Bienal de La Habana por el oficialismo cultural cubano, abrió sus puertas el pasado 5 de mayo en La Habana con talleres, exposiciones y paneles relacionados con la creación de vanguardia.

Organizada por los artistas Luis Manuel Otero Alcántara, Yanelys Núñe, Iris Ruiz, Katherine Bisquet, Amaury Pacheco, Yuri Obregón y José Ernesto Alonso, entre otros coordinadores, la bienal tiene lugar en las casas y estudios de algunos de los participantes.

En el evento participan decenas de artistas y proyectos independientes con residencia fuera y dentro de Cuba, como Sandra Ceballos, Tania Bruguera, Gerardo Mosquera, Lynn Cruz, Thiago Morandi, Polyanna Morgana, Diego Gil, Alicia Torres, Miguel García, Reynier Leyva Novo, Hamlet Lavastida, Ariel Maceo, Luis Trápaga, Lía Villares y Ana Olema, entre otros.

«Olema dio una lección de buen arte con el excelente y bellísimo performance donde pone una demanda al gobierno cubano por expropiación de su cuerpo», refirió Bruguera a propósito de esta artista exiliada, que viajó desde Estados Unidos. «En INSTAR, orgullosos».

Según funcionarios del Ministerio de Cultura (oficialista), la 00Bienal es «un evento auspiciado por la contrarrevolución» y va en contra de la política cultural cubana. La bienal cierra el próximo 15 de mayo.

Declaración de Bogotá

Los escritores cubanos reunidos en la ciudad de Bogotá, participantes en el Primer Festival Vista de Colombia,

Teniendo en cuenta la situación de acoso, amenazas y persecución en que desarrollan su labor los artistas y escritores de la Isla que no comulgan con la ideología oficial o simplemente trabajan de manera alternativa,

Ante las continuas violaciones a los derechos de asociación y movimiento de los creadores independientes,

Ante el recrudecimiento de las actividades represivas del régimen vigente en la Isla, las cuales incluyen el secuestro de varios creadores en territorio cubano –casos de los escritores Victor Manuel Domínguez, Roberto Quiñones Haces, Henry Constantín Ferreiro, Ileana Alvarez y Francis Sánchez, del escritor y activista LGTB Pedro Manuel González Reinoso y del músico Gorki Águila, a quienes se les ha impedido viajar fuera de Cuba en los últimos 12 meses teniendo incluso sus documentos en regla y sus permisos y pasajes de avión ya pagados; y del escritor Ángel Santiesteban, que el 27 de abril pasó 24 horas en un calabozo de La Habana bajo falsas acusaciones de la policía política, que buscaba impedir su asistencia a la edición de este Festival Vista en la Universidad Sergio Arboleda, de Bogotá,

Conociendo, además, que la lista de creadores cubanos secuestrados por la dictadura en los últimos meses es más amplia (los nombres relacionados en esta declaración son solo los más conocidos o aquellos que en su momento han tenido más impacto mediático),

Acordamos:

a) Condenar la escalada represiva contra los escritores y artistas alternativos residentes en Cuba

b) Exigir al régimen cubano que respete el derecho de los escritores y artistas a crear en libertad, de conformidad con la Declaración Universal de los Derechos Humanos

c) Emprender una campaña internacional de denuncia que dificulte a la dictadura la implementación impune de sus violaciones

d) Pedir la solidaridad, en forma de firmas, de todos aquellos escritores y artistas cubanos, y de otros países, capaces de sensibilizarse con sus colegas retenidos por la fuerza en la Isla

La presente declaración continuará acumulando firmas de adhesión en las próximas semanas para luego circular en todos aquellos medios informativos que se hagan eco de ella, y será propuesta a la comisión de derechos humanos en Ginebra.

Somos conscientes de que, tras 60 años en el poder, el régimen vigente en Cuba ha tejido una vasta red de compromisos y apoyos a nivel internacional, en virtud de una ideología totalitaria. Pero no podemos permanecer impasibles ante el abuso de todo un Estado contra creadores cuyo único «pecado» ha sido pensar con cabeza propia y crear en consecuencia, en un país cuyas instituciones y leyes responden prioritariamente a los intereses del Partido Comunista y sus dirigentes.

 

Bogotá, Colombia. 30 de abril de 2018

Firmas en Bogotá:

Ángel Santiesteban-Prats

Armando de Armas

Armando Añel

Faisel Iglesias

Luis Pérez de Castro

Rafael Vilches Proenza

Firmas alrededor del mundo (en progresión):
 
Adriana García (escritora y periodista, México)
Alberto Lauro (escritor, Cuba)
Aldito Menéndez (artista plástico, Cuba)
Alejandro González Acosta (escritor, Cuba)
Alejandro Querejeta Barceló (escritor, Cuba)
Alvaro Alba (escritor y periodista, Cuba)
Amir Valle (escritor, Cuba)
Ana María Valenzuela (escritora, Cuba)
Andrés Barca Díaz (fotógrafo y escritor, Cuba)
Ariel Aboal (fotógrafo y escritor, Cuba)
Arístides Pumariega (artista plástico, Cuba)
Armando Chaguaceda (historiador y ensayista)
Armando León Viera (escritor y periodista, Cuba)
Armando Nuviola (editor, Cuba)
Baltasar Santiago Martín (escritor, Cuba)
Carlos Alberto Dueñas (escritor, Cuba)
Carlos Alberto Montaner (escritor y periodista, Cuba)
Carlos Barrunto (escritor, Cuba)
Carlos Michel Fuentes (escritor y dibujante, Cuba)
Carmen Morales Ramírez (escritora, Cuba)
Daniel Carrazana (teatrista, Cuba)
Daniel Morales (escritor, Cuba)
Delio Regueral (fotógrafo, Cuba)
Daphne Rosas (pintora y arquitecta, Cuba)
Denis Fortún (escritor, Cuba)
Eduardo Lolo (profesor y escritor, Cuba)
Enrique Patterson (profesor y escritor, Cuba)
Evelio Taillacq (actor, dramaturgo y director, Cuba)
Félix Luis Viera (escritor, Cuba)
Francisco Alemán de las Casas (escritor, Cuba)
Ismael Sambra (escritor, Cuba)
Jacovo Machover (escritor, Cuba)
Javier Iglesias (escritor y guionista, Cuba)
Jesús Hernández Cuéllar (periodista y escritor, Cuba)
Joaquín Gálvez (escritor, Cuba)
Jorge Olivera Castillo (escritor y periodista, Cuba)
Jorge Sanguinetty (escritor y economista, Cuba)
José Antonio Navarrete (curador y editor, Cuba)
José Hugo Fernández (escritor, Cuba)
José M. Fernández Pequeño (escritor, Cuba)
Josep Rodríguez (escritor, Cuba)
Juan Antonio Blanco (historiador y ensayista, Cuba)
Juan Carlos Recio (escritor, Cuba)
Juan de Jesús Gutiérrez (artista plástico, Cuba)
Irasema Otero (cineasta, Cuba)
Isbel González (escritor y diseñador, Cuba)
Lien Carrazana Lau (escritora, Cuba)
Lilianne Ruiz (periodista y promotora, Cuba)
Lilo Vilaplana (cineasta, Cuba)
Luis Bofill (músico, Cuba)
Luis de la Paz (escritor y periodista, Cuba)
Luis Felipe Rojas (escritor y periodista, Cuba)
Luis González (escritor, Cuba)
Luis Leonel León (editor y periodista, Cuba)
Mairym Cruz Bernal (escritora, Puerto Rico)
Mamela Fiallo (periodista y traductora, Ecuador)
Manuel Alberto Morejón (periodista, Cuba)
Manuel Díaz Martínez (escritor, Cuba)
Manuel Gayol Mecías (escritor y editor, Cuba)
Manuel Vázquez Portal (escritor, Cuba)
María del Carmen Ares Marrero (dramaturga, Cuba)
María Elena Faguagua (escritora y académica, Cuba)
María Eugenia Caseiro (escritora, Cuba)
Marlene Azor (académica, Cuba)
Marlene Moleón (escritora y editora, Cuba)
Massiel Rubio (escritora y actriz, Cuba)
Mayda Anias Martínez (escritora, Cuba)
Mayra del Carmen Hernández (editora, Cuba)
Mercedes Eleine Gonzalez (editora, Cuba)
Michel G. Nuñez (fotógrafo, Cuba)
Modesto Arocha (editor y escritor, Cuba)
Nereyda González (académica, Cuba)
Nonardo Perea (escritor y artista audiovisual, Cuba)
Norge Sánchez (escritor, Cuba)
Nuvia Inés Estévez (escritora, Cuba)
Odette Alonso (escritora, Cuba)
Omar Santana (artista plástico, Cuba)
Orlando Luis Pardo (escritor, Cuba)
Ogsmande Lescayllers (escritor, Cuba)
Pablo Aguabella Valdivia (actor, Cuba)
Pedro Junco López (escritor, Cuba)
Rafael Almanza (escritor, Cuba)
Rafael Alvarez Domenech (artista multidisciplinario, Cuba)
Rafael Bordao (editor, Cuba)
Ramón Fernández Larrea (escritor, Cuba)
Randy Espinet (periodista y analista, Cuba)
Rebeca Ulloa (escritora y promotora, Cuba)
Regina Coyula (historiadora y periodista, Cuba)
Reynaldo Fernández Pavón (compositor y escritor, Cuba)
Roberto Alvarez Quiñones (periodista e historiador, Cuba)
Tony Joaquín (escritor y guionista, Cuba)
Verónica Vega (escritora, Cuba)
Waldo Díaz-Balart (pintor, Cuba)
Waldo González López (escritor, Cuba)
Wilfredo A. Ramos (teatrista, Cuba)
Yoaxis Marcheco (escritora y promotora, Cuba)

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