Una transición pacífica o la guerra de los tomates

Quizá una de las razones por las que en España tuvo éxito la transición hacia la democracia, tras el régimen franquista, radique en las frecuentes guerras de tomates, o tomatinas, que allí se producen de manera organizada. Festivales que canalizan inteligentemente la roña, la agresividad y hasta la envidia de los ciudadanos más extrovertidos, reajustándolas en la recreación.

En Cuba libre habría que organizar guerras de tomates mensuales o trimestrales. También se podrían popularizar, con sumo orden y precisión, batallas campales con pistolitas y metralletas de agua. Probablemente estos eventos a la larga, sistematizados convenientemente, ayudarían a mitigar el espíritu caníbal de muchos cubanos, estimulando el progreso y la convivencia pacífica en Estado de Derecho.

Que la cubanidad pueda realizarse sin que corra la sangre. Que los cubanos, finalmente, puedan vivir en relativa paz, aceptando sus diferencias. Tomate y agua intensiva. Agua y puré de tomate. Hasta acabar con la picazón.