Homenaje póstumo al amigo que me ha honrado

La desaparición física del destacado escritor cubano Arnoldo Tauler, me sorprendió mucho. No tuve noticias de que padeciera alguna enfermedad. Me sorprendió también que no apareciera ni una simple nota sobre su fallecimiento en ningún medio, y me enteré tarde de su muerte ocurrida el pasado 15 de febrero de este 2021, a la edad de 84 años, aparentemente de un ataque cardiaco, según me dijo su hijo Jesús desde La Habana. Me enteré por un soneto publicado en Facebook que le dedicó in memoriam el actor y poeta cubano Erwin Dorado. Y pensé que era una broma.

Nos comunicábamos a menudo y cada vez que iba a Miami nos encontrábamos. Así es la vida. Tanta guerra. Tanto «silencio competitivo». Tanto luchar para morirse igual. Y todavía no aprendemos y nos peleamos hasta por la más mínima mierda. Oriundo de Santiago de Cuba, vivía desterrado en Miami con su familia, y escribía y se presentaba con modestia a pesar de ser un escritor incansable y exitoso, y además un excelente director y guionista de programas de radio y televisión. Su voluminosa obra da prueba de esto. Libros como El caracol manchado y El pescador de fantasías y otros cuentos, nos atrapan de principio a fin. Hizo con el lenguaje y su estructura lo que le dio la gana hacer, hasta hacerlo propio. Se adueñó de la palabra viva y “abusó” de ella hasta convertirla en literatura.

No era muy adicto a los eventos y sin embargo me hizo el honor de presentar mi libro Cuentos de la prisión más grande del mundo en mi primera aparición en el V Festival Vista de Miami, el 10 de diciembre de 2016. Pensé que con mi invitación lo podría estimular a seguir participando. No lo logré. Sin embargo, supo lo que es ser amigo y con esa virtud a cuestas se fue al otro mundo sin despedirse de mí.

Me enviaba y dedicaba siempre con orgullo sus libros. En su novela Quetzal, escribió: Para mi hermano Ismael Sambra, esta, mi mejor obra literaria, bendecida ya porque lleva delante, como bandera victoriosa, tu valioso y poético exergo. Un abrazo. Arnoldo. Y precisamente mi presentación en el evento de Miami la comenzó con este exergo.

Mi dolor y reconocimiento póstumo van con él y con la publicación de esta presentación que hizo de mi libro, y que hasta ahora permanecía inédita. Honor eterno al amigo eterno. EPD.

Breves notas para presentar un libro de obligatoria lectura

Deseo iniciar esta presentación con palabras propias del autor de este libro Cuentos de la prisión más grande del mundo, el poeta y narrador Ismael Sambra: “¿Quién le dijo que no a la palabra?/ amiga aquí te tengo/ aquí te reproduzco/ aquí te alcanzo…” (Hombre familiar o Monólogo de las confesiones).

Con este libro de cuentos Sambra niega, rechaza y vence el silencio que le impuso una injusta prisión, y, tras apoderarse del derecho a esa palabra por la que ha sido condenado, la reproduce con verdadera maestría para entonces alcanzarla en toda su significación, no sólo literaria, sino también testimonial.

Y es que este libro, narrado sin barroquismos ni rebuscadas metáforas, impone su retórica sencilla, al estilo de Onelio Jorge Cardoso, para darnos a conocer doce desgarradoras historias, relatadas por los que sufrieron los rigores y el maltrato de las prisiones cubanas y por el propio autor, quien también fue víctima del abuso. Ni la humillación ni la maldad pudieron vencer la fe en la libertad de la que fueron arbitrariamente despojados.

Esta es una obra escrita con pedazos del corazón, pues, en su encierro, Ismael Sambra, como en un rompecabezas, tuvo que ir sacando de entre las rejas, gracias a la ayuda de custodios y familiares, los fragmentos de lo que luego sería esta digna y al mismo tiempo dolorosa evidencia que hoy puede mostrar con orgullo en forma de libro.

Es así que Sambra libera la palabra para demostrar con valentía que las ideas no se pueden encarcelar. Con esa naturalidad propia de quien reproduce fielmente el tono atormentado y desafiante de sus personajes, el autor, ajustado a esta forma expresiva, nos cuenta sus amargas experiencias personales y su osada decisión de dar a conocer al mundo las condiciones inhumanas de la injusta condena y el trato cruel a los que, como él, por discrepar con las inoperantes imposiciones de la dictadura, tienen que defender su inocencia a través de los barrotes y cerrojos que les impuso una prisión inmerecida.

Por eso este libro, por encima de sus valores estilísticos, tiene otra connotación que está enmarcada en su histórica condición documental, al reproducir con franqueza el habla coloquial, su sencilla pero profunda trascendencia reveladora, que no sólo nos persuade a creer lo que nos relata, sino que también nos conmueve, al reflejar de manera vívida la realidad que la dictadura castrista siempre ha negado.

Cuando se quiera conocer parte de la triste historia del pueblo cubano bajo la dictadura castrista, hay que acudir a este documento literario Cuentos de la prisión más grande del mundo, prisión que no está enmarcada solo por las rejas de la cárcel de Boniato o cualquiera otra de las cientos de prisiones que ha construido el castrismo, sino, además, por las rejas ideológicas de opresión, tortura y muerte que rodean las fronteras marítimas de la Isla de Cuba, y que Sambra, con destreza y ojo documental, nos narra por haber alcanzado la palabra atrevida y precisa que dignifica la libertad que merece el pueblo cubano.

Aunque hubiésemos querido verlo en vida enfrentando la justicia de un tribunal y condenado por asesino a sobrevivir en los mismos inmundos calabozos que les asignó al autor de esta obra y a sus personajes presentados, en días pasados hemos tenido la grata noticia de la muerte del dictador Fidel Castro. Esto me ha hecho recordar unos versos de José Martí. “Yo he visto al águila herida/ Volar al azul sereno/ Y morir en su guarida/ La víbora del veneno”. El águila herida de Sambra pudo al fin volar con entera libertad al azul sereno, y desde allí ver cómo moría en su guarida esa víbora del veneno.

Antes de finalizar debo subrayar algo que es evidente y que honra al autor, y es que al escribir esta obra Ismael Sambra rinde homenaje merecido a todos los ex presos políticos en el exilio, y también a los que valientemente hoy defienden la libertad y el valor de los derechos humanos desde las inmundas mazmorras de la prisión más grande del mundo, que es Cuba.

Estas breves palabras no pretenden ni pueden abarcar toda la significación de este libro. Por eso dejemos que el propio autor, como partícipe y protagonista, sea quien nos cuente los detalles de este imbatible documento literario. Con ustedes Ismael Sambra, poeta, escritor, ensayista, periodista. Ha recibido varios premios y reconocimientos. Ha sido traducido a varios idiomas. Autor de más de 20 libros, entre ellos Hombre familiar o Monólogo de las confesiones (poesía), Vivir lo soñado (cuentos breves), El único José Martí, principal opositor a Fidel Castro (ensayo), Queridos amantes de la libertad (periodismo), Los ángulos del silencio (Trilogía poética), El color de la lluvia (relato para niños, edición bilingüe). Fue fundador junto a otros del primer grupo de escritores cubanos independientes, conocido como El Grupo.


Arnoldo Tauler, narrador, ensayista, director y escritor de programas de televisión. Licenciado en Letras en la Universidad de Oriente, premio UNEAC de literatura. Es autor de más de 20 libros, entre ellos La sangre regresada (cuentos), Los siete pasos del sumario (novela), Las cáscaras del hombre (cuentos), El general Sombra (novela), La noche de los escorpiones (novela), Batalla contra el eclipse (novela), El Dron, atentado al presidente (novela de espionaje) y Técnica artística de cine y televisión (ensayo).