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San Isidro: 140 académicos en todo el mundo critican actitud del régimen cubano

Una carta pública firmada por más de 140 académicos de varios colegios y universidades del mundo fue publicada por Letras Libres este lunes en rechazo a «las posturas antidemocráticas que el gobierno cubano ha desplegado como respuesta a lo que consideran reclamos justos de la sociedad civil, y urgen a las autoridades a entablar un diálogo nacional».

«Lo sucedido en días recientes en Cuba, a raíz de la huelga de hambre realizada por miembros del Movimiento San Isidro, ha puesto sobre el tapete la demanda, por parte de un sector diverso y nada desdeñable de la sociedad civil, de cambios que conduzcan a la democratización de la sociedad y la política cubanas», apunta el texto. «Los sucesos pasados han hecho evidente, además, la disposición mayoritaria al diálogo como vehículo de cambio, y desde diversas publicaciones académicos formados en universidades cubanas han abogado también por un diálogo efectivo entre la sociedad y el gobierno de la Isla, que incluya a todos los actores y del cual emerjan soluciones democratizantes reales».

«Ante la organización por parte de diferentes voceros de la sociedad civil de una agenda de diálogo abierto y transparente, las autoridades cubanas han respondido con una campaña de difamación mediática de algunos actores, muchos de los cuales se encuentran sometidos a vigilancia, acoso policial, interrogatorios y arrestos arbitrarios y constantes», añadieron. «La noche del 27 de noviembre pasado, cuando cientos de manifestantes se congregaron frente al Ministerio de Cultura para protestar la violencia estatal ejercida contra los miembros del Movimiento San Isidro, y exigir de manera pacífica la apertura de canales de diálogo, la policía acordonó las calles aledañas, impidiendo el acceso incluso de personas que llevaban agua y comida para los manifestantes».

Para leer la carta completa, clic aquí.


 

Miami: Cuba Decide llama a manifestarse en solidaridad con el Movimiento San Isidro

Rosa María Payá en América Tevé

Promotores del movimiento Cuba Decide, liderado por la activista Rosa María Payá, convocaron esta semana a una procesión el próximo jueves 10 de diciembre, a partir de las 5:00 p.m., desde la Torre de la Libertad hasta la Iglesia Gesu en Miami.

Se trata de un evento en solidaridad con los activistas que estuvieron cercados en la sede del Movimiento San Isidro, en la Habana Vieja, y con quienes permanecen bajo asedio policial en toda la Isla; “con los cientos de jóvenes que se manifestaron el 27 de noviembre en La Habana, con los presos políticos y con todos los cubanos que exigen su derecho a tener derechos”.

Tras la manifestación independiente frente al Ministerio de Cultura de Cuba el pasado día 27, numerosos activistas y creadores, opositores y periodistas permanecen cercados en sus casas de La Habana y otras provincias, o han sido amenazados, detenidos o sufrido mítines de repudio.

En Washington D.C., la protesta tendrá lugar frente a la embajada del régimen castrista a partir de las 3:00 p.m. Las manifestaciones se sucederán en varias ciudades alrededor del mundo, como La Haya, Madrid, Ginebra y Bilbao, entre otras.


 

Premio de Narrativa ‘Reinaldo Arenas’ anuncia ganadores de su cuarta edición

Convocada por el proyecto Puente a la Vista y sus amigos, la cuarta edición del concurso Reinaldo Arenas, cuyo principal objetivo es promocionar la narrativa y a los narradores cubanos más allá de sus afiliaciones o lugar de residencia, anunció este 7 de diciembre de 2020 los resultados de la convocatoria.

Un jurado compuesto por los escritores y críticos José Hugo Fernández, Jorge Olivera Castillo y Manuel Gayol Mecías, tras revisar una preselección de 75 libros de narrativa –primer corte–, acordó por consenso:

Otorgar el Primer Premio al libro Sálvame si puedes, del narrador y poeta Rafael Vilches Proenza, “obra que recrea un tema de actualidad con eficiente progresión rítmica, el uso de un lenguaje ameno y el buen tino a la hora de describir tanto las acciones como los entornos”, una novela “de feliz iniciación, repleta de elementos profundos”.

El Segundo Premio correspondió a la compilación de relatos Coto de caza, del joven escritor villaclareño Michel González Basnueva.

Además, el jurado decidió entregar las siguientes menciones: Blackout, de Anisley Miraz; No me hablen de Cuba, de Grethel Delgado; Los verdaderos hombres se ahorcan, de Daniel Zayas, y Un refugio para olvidos, de Maykel Paneque.

A continuación, el comentario de los jurados a esta cuarta edición del Premio:

Jorge Olivera

Ha sido un reto enorme escoger la obra ganadora en esta edición del concurso Reinaldo Arenas. Esta vez fueron cerca de 80 textos tras el primer corte, la mayoría con la suficiente calidad para merecer la máxima distinción o figurar entre las obras finalistas.

Tras cotejar opiniones, el jurado decidió premiar la novela Sálvame si puedes, de Rafael Vilches. Una obra que recrea un tema de actualidad con una eficiente progresión rítmica, el uso de un lenguaje ameno y el buen tino a la hora de describir tanto las acciones como los entornos a lo largo de la historia de casi 180 páginas.

No estaría de más subrayar el alto nivel de los textos presentados, lo que implicó un arduo proceso de selección.  Sin dudas, Cuba cuenta con excelentes narradores. Este espacio ofrece una oportunidad de asomarse a esa realidad sin exclusiones y con el ánimo de continuar visibilizando el trabajo de los escritores de dentro y fuera de la Isla.

José Hugo Fernández

El Premio de Narrativa Reinaldo Arenas se ha convertido en un referente de la mejor literatura cubana que nace en estos días no sólo dentro de la Isla sino también en el exterior, pero en ambos casos al margen de los organismos de la dictadura. No se trata únicamente de una alternativa para buscar remedio a la censura y al ninguneo que tanto daño han ocasionado a la creación nacional en las últimas décadas: Este premio, al igual que la institución que lo convoca, el proyecto Puente a La Vista, ocupan ya un lugar como auténtica representatividad de la cultura cubana en tanto ejercicio libre e independiente.

No es extraño entonces que cada convocatoria reciba una mayor cantidad de obras, sobre todo del interior de la Isla, lo cual propicia que también funcione como descubridor de nuevos talentos que probablemente estaban condenados al anonimato perenne.

En el caso del primer premio de este año, Sálvame si puedes, se trata de una bella novela donde un adolescente con inclinaciones artísticas y homosexuales narra su día a día en un pueblito del interior cubano en el que reinan la miseria, la ignorancia, los prejuicios, el drama sociopolítico y la desesperanza. La selección desprejuiciada y el consenso del jurado, ajeno, como de costumbre, a ningún otro compromiso que no sea con la real calidad literaria, añaden así otros nombres a la extensa lista de buenos escritores cubanos que han encontrado vía para su realización a través del Premio Reinaldo Arenas.

Manuel Gayol Mecías

Como ha dicho José Hugo Fernández, Sálvame si puedes es una novela de feliz iniciación, repleta de elementos profundos. Narra la vida de varios adolescentes que se esfuerzan por sobrevivir la cotidianidad de una isla bajo el totalitarismo castrista y pone de manifiesto el fenómeno de las bibliotecas independientes y cómo el joven cubano se las arregla para encontrar su propia libertad. Hay momentos políticamente fuertes, en los que se pone de manifiesto el carácter fascista de la dictadura, como cuando desmantela bibliotecas en casas particulares y hasta quema libros.

Hago la observación de que en esta edición del Premio se ha recibido una considerable cantidad de libros de calidad, como también es el caso de Coto de caza, de Michel González Basnueva, entre otros. Lo que resulta muy alentador y revela que el concurso gana en interés y prestigio, por participación (con gran número de cuadernos), excelencia y dignidad.


El 27N fue un acto de real espontaneidad

Tal como lo fueron el limón, las tripas, «somos continuidad» y otros términos o frases que han estado de moda en su momento, el adjetivo espontáneo se ha vuelto un cliché, una burla, un meme. Pero en este caso es aconsejable sacarlo del contexto caricaturesco que ha tomado y aceptar que lo sucedido el 27 de noviembre frente al Ministerio de Cultura fue un verdadero acto de espontaneidad.

Todo el que estuvo ahí se enteró como pudo, sin previa coordinación y seguramente pospuso cualquier compromiso o actividad del día para asistir al MINCULT. Lo que comenzó con alrededor de quince personas tomó dimensiones insólitas, por lo menos en la escena cubana, donde este tipo de acciones hace sesenta años se salen del plano común.

Al final de la noche se encontraban reunidas en la calle 2 entre 15 y 13 más de 400 personas, en su mayoría jóvenes, reclamando los derechos que como ciudadanos nos pertenecen. Mas si se cuentan las fuerzas policiales desplegadas en los alrededores, se puede decir que había el doble de asistentes. La naturalidad del acontecimiento demostró desde un principio que en Cuba hay una gran comunidad de personas inconformes con el presente que se habita y están dispuestas a cambiarlo.

Una generación que ha perdido el miedo enfundado en nuestros padres. Son los nuevos cineastas, escritores, actores, músicos, periodistas independientes y demás representantes de la sociedad civil que piensan una Cuba diferente y ponen sus energías para construirla con el granito de arena que cada cual pueda aportar.

Fueron los actos violentos contra los huelguistas del Movimiento San Isidro (MSI), ocurridos en la noche del 26 de noviembre, el detonante para que se aglomeraran frente a la institución personas de todas las manifestaciones artísticas, intelectuales, periodistas y ciudadanos comunes a protestar en contra de la violencia que ejerce el Estado hacia quien se expresa opuesto al régimen o alza su voz para disentir.

Personas que nunca habían asumido posturas políticas directamente frontales se llegaban, comentaban el descontento y la impotencia que sentían por todo lo ocurrido. Se notaba en las caras de los presentes el hastío ante toda una larga historia de represión y censura que todos concuerdan debe acabar.

A pesar de la tensión en el ambiente, sobre todo por la amenaza constante al estar rodeados de fuerzas policiales, tanto uniformadas como vestidos de civil, los ánimos se mantuvieron estables. Quienes habían asistido mantenían la calma, sin hablarlo; todos sabían que el objetivo era una manifestación pacífica para lograr un despertar de las masas y no convertir ese espacio en una segunda plaza de Tiananmén. Por eso en las largas horas de espera se cantaron canciones, se hicieron lecturas de poesía y se aprovechaba el momento para coincidir con amistades que no veíamos desde hacía mucho tiempo. Se aplaudía, por el arte, por nosotros, por nuestras libertades. Se aplaudía como reconocimiento por estar presentes.

De los y las participantes algunos se identificaban con el Movimiento San Isidro, otros no. Pero lo que todos tenían claro es que la intervención violenta y los arrestos forzados de los miembros del MSI, en su sede, habían sido injustos, no eran permisibles y había que pedir por el cese de estos episodios donde el DSE hace el papel de cruel verdugo y la institución que debería proteger a los artistas se lava las manos como Poncio Pilatos, alegando, en las propias palabras del viceministro Fernando Rojas, desconocimiento de estos actos represivos.

Según Rojas, él mismo desconocía el cerco que rodeaba el inmueble, pues no había tenido tiempo de salir a la calle y los arboles no permitían mucha vista. No solo era en los alrededores, en otros sitios de la ciudad se notaban fuerzas paramilitares dispuestas a reprimir. En la Habana Vieja se observaron carros de las tropas especiales con armas largas. ¿Qué querían demostrar? ¿En serio era necesario tanto gasto de recursos y violencia para un grupo de jóvenes en su mayoría, que por demás promovían la paz?

En los días siguientes las campañas de desmoralización hacia quienes asistimos a esa manifestación no han cesado. Supuestamente somos mercenarios asalariados que seguimos una agenda para desestabilizar al gobierno. Como tampoco ha cesado el asedio a los miembros que entramos en la reunión y a los cuales se nos había prometido otro encuentro con el ministro. Se nos había prometido una tregua al hostigamiento intenso que muchos vivieron en los días previos.

Sé que esto puede sonar inocente e ingenuo, pero los que estábamos dentro de esa reunión somos artistas, intelectuales, periodistas, personas que creemos en las ideas, en el diálogo y en conformar acuerdos mediante la paz. Incluso aunque alguno de los miembros tenga un mayor acercamiento con el activismo, ninguno es político de formación. Somos personas que sentimos un amor inmenso por Cuba y cuyo mayor deseo es verla próspera.

Si fuimos ahí fue a dar una oportunidad a la institución y sus representantes de dialogar y abrir las mentes. Fuimos en apoyo de causas justas. Porque el encarcelamiento del rapero Denis Solís es una injusticia. En la televisión pueden mostrarlo como quieran, diciendo malas palabras y expresándose de una forma que quizás no sea bien vista a los ojos de la sociedad. Pero las acciones de Denis son el resultados de una revolución donde los jóvenes negros como él son marginados, condenados a vivir en las zonas más periféricas en condiciones de pobreza. Pues sí, la revolución dio posibilidad de estudios para todos pero los jóvenes como Denis no son mayoría en las aulas universitarias, ni siquiera existe un balance de equidad.

Hoy nos muestran como delincuentes, mercenarios y contrarrevolucionarios y las imágenes que salen en la TV mayormente son las de personas negras. De los artistas independientes que más han sido reprimidos, casualmente los que han cumplido condenas siguen el patrón de ser jóvenes negros. No es solo Denis Solís, es Luis Manuel, es Mikel Osorbo, es Silverio Portal, que sin ser artista fue cruelmente reprimido y encarcelado. Esto evidencia que en Cuba la represión es racista y muchos de los que estábamos allí fuimos por esos cambios. Fuimos porque buscamos una sociedad donde se practique la equidad y la inclusividad.

En el grupo había artistas que pertenecen a las instituciones y en este momento ya se están pensando su renuncia. Todo el accionar del Estado ha aumentado de forma abismal la decepción que tiene el pueblo cubano con sus dirigentes.

La institución ha sido capaz de defraudar y echar por tierra las esperanzas de figuras representativas como lo es el cineasta Fernando Pérez, quien abogó en todo momento por el diálogo y que se escucharan los planteamientos de los presentes, pues él cree en la juventud.

El Ministerio de Cultura rompió el diálogo y se inventó otro show mediático donde no podía faltar el descrédito por su incapacidad de dialogar con personas verdaderamente criticas que expresan razones de peso que a estas alturas no hay base ni argumentos para desmentir. Obvió uno de los planteamientos que se mencionaron en la reunión, que es el espacio que debería tener la prensa independiente para cubrir eventos oficiales y dar una visión diferente de la mostrada por los medios oficiales de comunicación.

Cada palabra que se dijo en la reunión de la noche del 27 de noviembre, que duró casi cuatro horas, está respaldada y documentada por un largo historial de represión que gracias a las redes e internet son de dominio público. En una conversación unilateral como lo que se hizo este 5 de diciembre en el Ministerio de Cultura, se puede decir lo que sea y armar cualquier guion, pero en un debate frontal con un moderador neutro, quienes representan a las instituciones quedarían desmoralizados. Quedarían ante la única opción de retirarse y dejar el curso de la nación en manos de quienes tengan ideas más frescas, democráticas e inclusivas.


 

Reinaldo Arenas: 30º aniversario de su muerte

El pasado abril se cumplieron 40 años del masivo éxodo de ciudadanos cubanos, huyendo literalmente por el puerto del Mariel hacia el “enemigo del norte”, que representó un gigantesco puente marítimo de un pueblo que escapaba del ya entonces fracasado modelo estalinista, copiado burdamente por el castrismo desde los años 60.

Los cubanos que entonces huyeron en ese post-revolucionario 1980 ya no eran batistianos, ni siquiera latifundistas o burgueses. Mucho menos, comerciantes o propietarios, pues ya todos habían sido eliminados… En realidad, por el Mariel salió el pueblo llano y pobre (trabajadores, funcionarios, estudiantes…),  porque para esa fecha ya en Cuba no quedaba ningún vestigio del capitalismo prerrevolucionario (que fue erradicado entre 1960 y 1968). Tampoco había “cuentapropista” ni “emprendedores”, todo el pueblo cubano trabajaba para el Estado opresor y, sencillamente, esta descomunal huída a través del Estrecho de la Florida fue una gran espantada popular (unos 125.000 cubanos) que buscaban el camino de la libertad y el progreso que se les negaba en su patria.

En esa trayectoria de días (una verdadera odisea) salieron decenas de escritores, pintores y artistas cubanos. La lista de autores cubanos que salieron en esa inmensa huída ha crecido por su obra intelectual posterior y hoy son reconocidos en sus respectivos campos de creación, conformando orgullosamente la extraordinaria generación del Mariel.

No obstante, debemos recalcar, con cierta rotundidad, que estos compatriotas jamás fueron emigrantes, sino cientos de miles de nuevos exiliados políticos que se sumaron a un largo exilio histórico que ya contaba con varios millones… Vale recordar que las autoridades norteamericanas consideraron a esos ciudadanos cubanos como solicitantes de asilo y no los catalogaron como refugiados económicos.

Solo la lista de creadores e intelectuales cubanos que lograron escapar en esa travesía  es una muestra más de la gran pérdida de apoyo popular que ya afrontaba el régimen del 59 tras los sucesos de la embajada del Perú y su consiguiente éxodo marítimo.

Reinaldo Arenas en Betania

Como nuestra casa editora se fundó siete años después de estos hechos históricos, en 1987, no fue hasta esos años finales de los 80 y principios de los 90 que publicamos a algunos autores de ese valorado grupo exiliado, como la poesía completa del icono de esa generación, el narrador y poeta cubano Reinaldo Arenas (Holguín, 1943 – Nueva York, 1990). Poemarios, como: Voluntad de vivir manifestándose (1989) y Leprosorio. Trilogía poética (1990). Y poemarios de Roberto Valero (1990) y Rafael Bordao (1988). Además, de Arenas publicamos otros dos libros: Conversación con Reinaldo Arenas (1990) del profesor cubano Francisco Soto y el libro de documentos Plebiscito a Fidel Castro (1990) con el reconocido pintor cubano Jorge Camacho como coautor. La edición de este libro fue un proyecto personal de Arenas, el cual desarrolló con sumo ahínco en sus últimos meses de vida.

Ejemplares impresos de estos cuatro libros mencionados los recibió su autor en su apartamento de Nueva York (antes de su suicidio) y me consta –como editor–  que se involucró en su difusión y promoción dentro de las posibilidades de ese momento final de su vida, como su participación en la presentación del poemario Voluntad de vivir manifestándose en la famosa Tertulia Literaria Hispanoamericana que dirigía el ya fallecido poeta español Rafael Montesinos. Acto celebrado en noviembre de 1989 en el Instituto de Cooperación Iberoamericana de Madrid.

Como simpática anécdota de esa velada madrileña, donde asistió casi toda la nutrida colonia de intelectuales cubanos exiliados, encabezados por Gastón Baquero (sentado en primera línea), recordaré que en medio de la lectura se fue la luz y Reinaldo Arenas, que leía con su cadencia usual, soltó, como horrorizado: “¡Dios mío, por un momento pensé que todavía estaba en Cuba!”. Y siguió declamando sus poemas –de memoria, sin luz–, lo que motivó que tan pronto se acabó el apagón un sonoro aplauso del público le apremiara a que continuara leyendo a pesar de la adversidad de la oscuridad.

Además de estas obras de Reinaldo Arenas en Betania, hay que señalar la selección de su poesía para la antología Poetas cubanos en Nueva York (1988), con prólogo del profesor cubano José Olivio Jiménez (con los poemas “Aportes”, Sinfonía”, “Premio”, “Cuando le dijeron”, “Un cuento”, Esas espléndidas diosas” y “Voluntad de vivir manifestándose”), y también poemas suyos en Al pie de la memoria. Antología de poetas cubanos en el exilio, 1959-2002 (2003), con prólogo-poema del poeta cubano Manuel Díaz Martínez (con los poemas: “Aportes”, “Voluntas de vivir manifestándose”; “Cuando le dijeron”. “Mar”, “El otoño me regala una hoja” y “Autoepitafio”); ambos libros de Felipe Lázaro.

Referente al libro de poesía Voluntad de vivir manifestándose, este se divide en cuatro partes: Esa sinfonía que milagrosamente escuchas, Sonetos desde el infierno, Mi amante el mar y El otoño me regala una hoja. En cuanto a Leprosorio. Trilogía poética, tiene tres divisiones: El Central (Fundación), Morir en junio y con la boca afuera (Ciudad) y Leprosorio (Éxodo). Como se lee,  Reinaldo Arenas sumó a esta segunda entrega betaniana su primer poemario publicado con anterioridad en España: El Central (Barcelona: Seix Barral, 1981). O sea, que estos dos poemarios citados reunían toda la producción poética de Arenas, hasta la edición de Inferno. Poesía completa (Barcelona: Lumen 2001) y su segunda edición (Argentina, 2018) con prólogo del escritor cubano Juan Abreu.

En este sentido, de Arenas se podría decir que es un poeta tardío, pues publicó su primer libro de poesía –el citado El Central (1981)– a sus 38 años, pero con toda certeza podemos afirmar que ya escribía poesía desde su llegada a La Habana a principios de los años 60, aunque no la publicase ni pudiese publicarla por la represión imperante. Como se sabe, él publica su primer libro con 24 años, su reconocida novela Celestino… en 1967 (único libro de Arenas publicado en la Cuba castrista), pues su segunda novela El mundo alucinante (1969) ya la tiene que publicar en el extranjero, y con su exilio de 1980 publica (en cascada) toda su magnífica obra: innumerables novelas y libros de cuentos, ensayos y teatro… que suman una extensa bibliografía y lo convierten en una de las voces literarias más representativas del siglo XX cubano. Sin embargo, como autor cubano (él siendo cubanísimo, guajiro confeso) tuvo que publicar la mayoría de su obra literaria en el destierro hasta su temprana muerte a los 47 años en el exilio neoyorkino (1990), cuando hizo pública su estremecedora carta de despedida, donde culpaba al dictador Fidel Castro de su tragedia personal y la de todo su pueblo…

30º Aniversario de su muerte en el exilio

Al cumplirse otro aniversario del fallecimiento de Reinaldo Arenas (un 7 de diciembre, como la muerte de Maceo) hay que destacar que su trayectoria literaria ya ha trascendido a su muerte con una obra espléndidamente lúcida y rebelde, atrevida y contestataria, profundamente cubana, de una constante oposición al régimen del 59. Su genuina literatura siempre ha sido disidente y su narrativa, poemas, ensayos y teatro han desafiado a todo poder represor. Pero, sobre todo, su vida y sus obras son irrefutables testigos y veraces testimonios que condenan al Estado totalitario castrista que lo machacó sin piedad y lo trituró en vida, tanto en la Isla como en el exilio.

Tres poemas de Reinaldo Arenas:


 

Aportes

 

Carlos Marx

no tuvo nunca sin saberlo una grabadora

estratégicamente colocada en su sitio más íntimo.

Nadie lo espió desde la acera de enfrente

mientras a sus anchas garrapateaba pliegos y más pliegos.

Pudo incluso darse el lujo de maquinar

                                                               pausadamente

contra el sistema imperante.

Carlos Marx

no conoció la retractación obligatoria,

no tuvo por qué sospechar que su mejor amigo

podría ser un policía,

ni, mucho menos, tuvo que convertirse en policía.

La precosa para la cola que nos da derecho a seguir en la cola

donde finalmente lo que había eran repuestos para presillas

(“¡Y ya se acabaron, compañero!”)

le fue también desconocida.

Que yo sepa

no sufrió un código que lo obligase a pelarse al rape

o a extirpar su antihigiénica barba.

Su época no lo conminó a esconder sus manuscritos

de la mirada de Engels.

(Por otra parte, la amistad de estos dos hombres

Nunca fue “preocupación moral” para el Estado).

Si alguna vez llevó una mujer a su habitación

no tuvo que guardar sus escritos bajo la colchoneta

y, por cautela política,

hacerle, mientras la acariciaba, la apología al Zar de Rusia

o al Imperio Austrohúngaro

Carlos Marx

escribió lo que pensó.

Pudo entrar y salir de su país,

                       Soñó, meditó, habló, tramó, trabajó y luchó

contra el partido o la fuerza oficial imperante en su época.

Todo eso que Carlos Marx pudo hacer pertenece ya a nuestra prehistoria.

Sus aportes a la época contemporánea han sido inmensos.

La Habana, junio de 1969.

Voluntad de vivir manifestándose

 

Ahora me comen.

Ahora siento cómo suben y me tiran de las uñas.

Oigo sus roer llegarme hasta los testículos.

Tierra, me echan tierra

Y piedra

Que me cubre.

Me aplastan y vituperan

Repitiendo no sé qué aberrante resolución que me atañe.

                        Me han sepultado.

Han danzado sobre mí.

Han apisonado bien el suelo.

Se han ido, se han ido dejándome bien muerto y enterrado.

Este es mi momento.

Prisión del Morro, La Habana, 1975.  

Mar

  

Ya no tenemos el mar,

Pero tenemos voz para inventarlo.

No tenemos el mar,

Pero tenemos mares que no podremos olvidar:

El mar encrespado de la cólera,

el mar viscoso del destierro,

el fúlgido mar de la soledad,

el mar de la traición y el desamparo.

No tenemos el mar,

pero tenemos mares.

Mares repletos de excrementos,

mares de gomas de automóviles

donde empecinadamente deriva un esqueleto

(las falanges aún aferradas a la cámara

y el fragor de la metralla en el oleaje).

No tenemos mar,

pero tenemos mares.

Mares de inescrupulosos traficantes,

mares de esbirros disfrazados de bañistas

y profesores que comercian con el crimen,

mares de playas convertidas en trincheras,

mares de cuerpos baleados

que aún retumban en nuestra memoria salpicándola.

No tenemos mar,

pero tenemos náufragos,

tenemos uñas, tenemos dedos cercenados,

alguna oreja y un ojo que el ahíto tiburón no quiso aprovechar.

Tenemos uñas,

siempre tendremos uñas

y las aguas hirvientes de las furias,

y esas aguas, las pestilentes, la agresivas aguas,

se alzarán victoriosas con sus víctimas

hasta formar un solo mar de horror,

un mar unánime,

un mar sin tiempo y sin orillas sobre el abultado vientre del verdugo

 

Todos los poemas pertenecen al poemario Voluntad de vivir manifestándose (Betania, 1989).

 


 Bibliografía de Reinaldo Arenas (actualizada, 2020):

Poesía: El Central (1981), Voluntad de vivir manifestándose (1989), Leprosorio. Trilogía poética (1990) e Inferno. Poesía completa (2001 y 2018).

Narrativa: Celestino antes del alba (1967), El mundo alucinante (1968 y 1969), Con los ojos cerrados (1972),  El palacio de las blanquísimas mofetas (1980), La vieja Rosa (1980), Termina el desfile (1981), Cantando en el pozo (1982), es otra edición de Celestino antes del alba,  Otra vez el mar (1982), Arturo, la estrella más brillante (1984), La loma del Ángel (1987), El portero (1989), Viaje a La Habana (1990),  El color del verano y El asalto (1991),  Antes que anochezca (1991), Adiós a mamá (1993), entre otras.

Ensayo: Necesidad de libertad (1986), Un plebiscito a Fidel Castro (1990)  con Jorge Camacho como coautor, Conversación con Reinaldo Arenas (1990) de Francisco Soto.

Teatro: Persecución (1986).

Revista:  Mariel (1983-1985).


Libros de Reinaldo Arenas en Betania (disponibles): 

* Voluntad de vivir manifestándose  (1989).

128 pp. Colección Betania de Poesía  ISBN: 84-86662-09-5. PV: 15.00 euros.

*  Leprosorio. Trilogía poética (1990).

144 pp. Colección Betania de Poesía. ISBN: 8486662-67-2.  PV: 15.00 euros.

*  Un plebiscito a Fidel Castro (1990) con Jorge Camacho (coautor).

152 pp. Colección Documentos. ISBN: 84-86662-68-0. PV: 15.00 euros.

*  Conversación con Reinaldo Arenas  (1990) de Francisco Soto

72 pp. Colección Palabra Viva.  ISBN: 84-86662-57-5. PV: 10.00 euros.


 

Cuba: Carta abierta a Fernando Rojas

La carta abierta de Inés Casal Enríquez, madre del artista visual Julio Llópiz Casal, al viceministro de Cultura de Cuba, Fernando Rojas, constituye otra voz poderosa en la denuncia a un régimen castrista que, en la tradición fascista y comunista, por estos días insiste en utilizar una de sus armas favoritas contra quienes disienten: La criminalización del diferente y el asesinato de su reputación.

Llópiz Casal estuvo entre los cientos de jóvenes artistas y activistas que el pasado 27 de noviembre se plantaron frente al Ministerio de Cultura en La Habana exigiendo la libertad del rapero Denis Solís y el cese del bloqueo gubernamental a la creación independiente en Cuba, y a quienes Rojas prometió un segundo encuentro que nunca se produjo. La carta ya circula en las redes sociales:

Carta abierta

Fernando: si te parece irrespetuoso que te dirija una carta por esta vía, te pido disculpas. Y te aseguro que lo hago de esta forma porque no tengo ninguna otra vía para comunicarme contigo. Quien sabe si tampoco leas esto que escribo, pero «el que mi mensaje no sea nunca recibido, no significa que no valga la pena enviarlo».

También me disculpo por tutearte, pero esta «carta» va dirigida al ser humano que conocí hace años (aunque tal vez tú no te acuerdes de mí), y no al funcionario que hoy eres. Y me cuesta mucho tratarte de «usted», cuando te conocí como Fernandito, como te llamaban tus padres. Confío en que tampoco lo veas mal.

Sé de la estirpe de donde provienes. Tus padres fueron mis compañeros de trabajo, mis jefes y mis amigos durante mucho tiempo en la Universidad de la Habana. Tu padre, Fernando Rojas, Rector de la UH por varios años, fue un hombre íntegro y honrado, que dedicó toda su vida a su país y a su Revolución, que educó, junto a la dulce Fefa, a cuatro hijos en el sentimiento de la verdad y la honestidad ante todo. Aunque algunos miserables (siempre los hay) le puedan haber criticado y hasta acusado por algunas «debilidades humanas», pero nunca por corrupto u oportunista.

Pero así como yo conozco bien a tu familia tú puede que hayas olvidado de dónde proviene y quién es mi hijo Julio César Llópiz Casal.

También mi hijo proviene de unos padres íntegros, honestos, que entregaron todas sus fuerzas, todas sus energías, todo su conocimiento, todos sus sueños revolucionarios a la UH y a su país. Y que también educaron a sus dos hijos en el respeto a la verdad y al decoro, que es lo que tienen las personas cuando no ocultan lo que piensan.

Yo sé cuáles son los deberes de un cargo o un partido. Yo fui militante del PCC durante casi 30 años, y lo fui a conciencia, porque creí en la Revolución, de corazón. Aunque desde hace años me sienta traicionada en mis sueños más puros. Pero ningún cargo, ninguna orientación partidista me hizo mentir o traicionar a mi conciencia. Por suerte, estuve siempre rodeada de compañeros que fuimos capaces de discutir lo que no entendimos. Cuando me sentí traicionada por la Revolución (porque no fui yo quien traicionó), simplemente dejé de creer en ella.

Mi hijo, Fernando, no es terrorista, y tú lo sabes.

Mi hijo, Fernando, no busca desestabilizar al sistema y, mucho menos, incitar a un levantamiento popular, y tú lo sabes.

Mi hijo, Fernando, no está manipulado, dirigido, pagado por ningún gobierno extranjero, por ninguna organización, por ningún medio de prensa, y tú lo sabes.

Mi hijo, Fernando, no es un delincuente, es un artista cubano que también trabaja por Cuba y para Cuba, y tú lo sabes.

Mi hijo, Fernando, dice lo que piensa en cualquier lugar y circunstancia, y tú lo sabes.

Mi hijo, Fernando, es un hombre bueno, y tú lo sabes.

Por eso, desde el fondo de mi corazón, te pido que trates, ahora sí desde tu deber como funcionario, de atajar a tiempo una campaña difamatoria y cobarde que se ha desatado en los medios de comunicación oficiales contra personas pacíficas que sólo han querido ser oídas. Este circo mediático puede llegar a consecuencias inimaginables y terribles.

Y eso, Fernando, también tú lo sabes.


 

Cuba: El Ministerio de Cultura apuesta por la incultura y la violencia

Jóvenes se solidarizan con el Movimiento San Isidro en Miami. 25 de noviembre de 2020

Como era de esperar, el Ministerio de Cultura de Cuba, dirigido por Alpidio Alonso, suspendió este jueves una reunión aplazada el 27 de noviembre pasado por el viceministro Fernando Rojas, cuando cientos de jóvenes escritores y artistas se plantaron frente a la sede del organismo en La Habana en solidaridad con el Movimiento San Isidro, pidiendo la libertad del rapero Denis Solís y el cese del acoso gubernamental contra la creación independiente.

En una clara apuesta por la desinformación y la incultura de la violencia y los mítines de repudio, Alonso tuiteó este viernes 4 de diciembre: «Con los mercenarios, no nos entendemos».

Echando mano una vez más a la gastada retórica nacionalista de priorización del enfrentamiento con Estados Unidos, el oficialista Cubarte aseguró que el «ministro de Cultura no se reunirá con personas que tienen contacto directo y reciben financiamiento, apoyo logístico y respaldo propagandístico del Gobierno de los Estados Unidos y sus funcionarios. Tampoco lo hará con medios de prensa financiados por agencias federales estadounidenses».

Por su parte, el tristemente célebre exministro Abel Prieto intentó otra vez dividir y criminalizar al pujante Movimiento San Isidro al asegurar, en el periódico propagandístico Granma, que «es necesario separar claramente la historieta de los marginales de San Isidro y lo sucedido en el Ministerio de Cultura. En el segundo caso, hay valiosos jóvenes que deben ser atendidos».

Según el oficialismo, los representantes del Movimiento San Isidro carecen «de legitimidad y ética para emplazar a las instituciones de la cultura cubana».

«El gobierno de Cuba pudo ejercer de mediador en las conversaciones de paz de Colombia, pudo negociar con Obama, ¿pero no puede negociar con sus artistas y con su pueblo?», se preguntó en Facebook la artista independiente Tania Bruguera, quien formara parte del grupo que intercambió con Rojas el 27 de noviembre pasado. «¿El gobierno cubano no puede responder un correo electrónico pidiendo garantías para un diálogo?»

Incluso el cantautor Silvio Rodríguez, tradicional defensor del régimen, escribió en su blog Segunda cita: «Da la impresión de que se agarraron de lo que fuera para suspender el diálogo, para quitárselo de arriba (suena a orientación superior). Un amigo me escribe: ‘Se les fue la mano. Ese pulseo sabían que no era ganable’. Y le respondí: No están preparados para ganar ningún pulseo que no sea el de los cojones. Pobres de nosotros».

La militarización de La Habana y otras ciudades de Cuba, así como el bloqueo oficialista de viviendas de artistas y escritores independientes, más múltiples secuestros express, han sido una constante en estos días, tras la manifestación frente al Ministerio de Cultura la pasada semana.


La UNEAC por los caminos de la represión: Amenazan a Carlos Esquivel y Ana Rosa Díaz

Carlos Esquivel y Rafael Vilches en el parque Antonio Maceo, de Las Tunas

No es sorpresa para casi nadie que la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) constituye uno de los brazos represivos más eficaces con que cuenta la dictadura cubana. En estos días “revueltos”, como los llamara un poeta oficialista en Facebook, el escritor Carlos Esquivel Guerra está siendo amenazado con ser expulsado de la organización, al igual que la escritora, artista plástica y actriz Ana Rosa Díaz Naranjo.

Esquivel, por haberse hecho una foto con el escritor independiente Rafael Vilches Proenza en el parque Antonio Maceo de Las Tunas (oriente de Cuba), en solidaridad con los artistas y escritores del Movimiento San Isidro que protestan en La Habana para que se eliminen las tiendas en divisas –moneda que los trabajadores no perciben en Cuba– y se libere al rapero contestatario Denis Solís.

Díaz Naranjo, por darle likes y compartir publicaciones de artistas y escritores cubanos de la vanguardia artística y literaria del país también en apoyo al Movimiento San Isidro y los jóvenes estudiantes, artistas, escritores e intelectuales que junto a varias figuras culturales se plantaron delante del Ministerio de Cultura en La Habana para hacer solicitudes como el cese del hostigamiento y la represión contra la creación independiente y la ya mencionada excarcelación de Solís.

“Las amenazas a Esquivel y Ana Rosa giraron alrededor de mi nombre, pero yo no les debo nada”, declaró a esta redacción Vilches Proenza, cuyo trabajo en el ámbito independiente es conocido y de larga data. “Alguien que yo apreciaba llegó a decir que yo no era nadie, que era un mierda, que no existía en la cultura cubana y no sé cuántos improperios más”.

Cabe recordar que en agosto pasado, tras dirigir una carta abierta al gobernante Miguel Díaz-Canel, fue expulsado de la UNEAC el escritor camagüeyano Pedro Armando Junco, a quien el oficialismo también le prohibió realizar su peña ‘Escritores al bate’.

“No hay más alternativa que abrir la talanquera a una juventud ávida de libertad y de progreso”, concluyó Junco por esos días. “Muchos aún son dóciles y temerosos, pero otros ya están valerosos y dispuestos. Cuando los valientes y dispuestos sean mayoría frente a los dóciles y temerosos, llegará el cambio en Cuba”.


 

Mientras la televisión cubana promueve una campaña de odio

Mientras la televisión cubana promueve una campaña de odio contra el Movimiento San Isidro calificándonos de terroristas y aliados a personas o grupos que ni conocemos, es el gobierno quien realmente incita a la violencia y quien viola las leyes cubanas y los pactos firmados con la ONU.

El miedo inhibe el discernimiento. Pero podemos analizar, gracias al ejemplo que nos han dado las personas que han puesto su cuerpo en nombre de una libertad colectiva.

En la televisión muestran a Luis Manuel Otero Alcantara como un delincuente común que según ellos no es artista por no ser egresado de las escuelas cubanas.  Sin su autorización ponen fotos de él, sacándolas del contexto original y sin darle el derecho a réplica. Igual con la foto donde varios del grupo aparecemos junto a Luis Almagro. Eso es difamación, y las leyes cubanas lo contemplan como delito. A los periodistas independientes nos amenazan con procesarnos por «usurpación de capacidad legal» si no hemos estudiado periodismo. (Quisiera acotar que yo trabajé como guionista en la radio sin haber estudiado en ninguna universidad cubana).

A quienes sí son egresados de periodismo y colaboran con medios independientes, les dicen  que «ya no son periodistas».

Desalojaron de un domicilio particular a personas que se reunieron a leer poesía como protesta por la encarcelación de un rapero tras un juicio sumario. Usaron la violencia y el pretexto del Covid, agentes de la Seguridad del Estado vestidos con batas de médico. Eso es usurpación de capacidad legal. Secuestran, acosan, difaman.

Hoy, el Ministerio de Cultura debe dar respuesta a las demandas planteadas el 27 de noviembre pasado y han sitiado el ministerio para que los demandantes no puedan llegar. Pretenden dividirlos, y enfrentarlos, con amenazas o con promesas. Los quieren engañar, como hicieron con el grupo de animalistas que protestamos frente a Zoonosis hace un año.

Cuba se está sacudiendo de un largo letargo que nos ha robado un país y los sueños de varias generaciones.

Es el momento de discernir la verdad para no repetir el «asesinato moral», como calificó la filósofa Hannah Arendt a la actitud de renunciar a valorar por nosotros mismos qué está bien y qué está mal.

La mentira puede correr por décadas.

La verdad la alcanza en un segundo.


 

PEN Internacional y PEN Club de Escritores en el Exilio denuncian represión en Cuba

El PEN Internacional y el PEN Club de Escritores Cubanos en el Exilio expresaron este 2 de diciembre su preocupación “por el intento de silenciar a creadores, escritores, intelectuales y periodistas críticos con el poder”, e hicieron “un llamado urgente al gobierno cubano para que detenga su constante acoso a artistas y, en particular, al Movimiento San Isidro en su derecho a la libertad de expresión, artística, de asociación y manifestación”.

“PEN Internacional se solidariza con el Movimiento San Isidro y pide al Gobierno de Cuba respetar la libertad de expresión y artística, y los derechos humanos de todos sus ciudadanos. PEN siempre ha honrado la literatura cubana y las grandes voces como José Martí, José Lezama Lima, Guillermo Cabrera Infante y Lydia Cabrera, entre otros, que han formado parte esencial de la literatura universal”, declaró Jennifer Clement, Presidente de PEN Internacional.

“Del 16 al 26 de noviembre de 2020, 15 activistas, artistas y periodistas se reunieron en la sede del Movimiento San Isidro en protesta por la detención arbitraria y violenta del músico Denís Solís González el 9 de noviembre de 2020, sentenciado a 8 meses de privación de la libertad por ‘desacato’ a la autoridad”, apuntó la página de la organización.

La sentencia y la huelga de hambre

“La sentencia se pronunció en menos de 72 horas después de su detención. Conforme a estándares internacionales, Solís sufrió una desaparición forzada. Los agentes de seguridad que lo arrestaron, no presentaron una orden válida, información de cargos ni derechos que podría ejercer, y se desconoció su paradero durante tres días.

“Durante los días de protesta pacífica, al grupo le fue impedido el movimiento, por lo que realizaron una lectura poética en su sede. Después, como consecuencia del robo de sus víveres, decidieron entrar en huelga de hambre; por último, una sustancia que suponen es ácido clorhídrico, fue arrojado en la puerta y azotea de la sede, perjudicando el suministro de agua.

“El 18 de noviembre de 2020, nueve de los activistas que aguardaban en la sede del Movimiento San Isidro comenzaron huelgas de hambre para pedir la liberación de su colega Solís. Los primeros cuatro de hambre y sed: el artista visual Luis Manuel Otero Alcántara, los músicos Maykel Castillo y Humberto Mena, el periodista independiente Esteban Rodríguez, el científico Oscar Casanella, la periodista Ileana Hernández, los activistas Osmani Pardo, Adrián Rubio y el artista visual Yasser Castellanos. Durante los días siguientes, cinco de ellos abandonaron la huelga paulatinamente y dos personas más la comenzaron: la escritora Katherine Bisquet y la curadora Anamely Ramos.

“El jueves 26 de noviembre, la sede del Movimiento fue allanada por agentes de seguridad y los artistas fueron detenidos y liberados horas más tarde, salvo Otero Alcántara, retenido y trasladado a un hospital, donde continuó con la huelga de hambre hasta el 29 de noviembre. La curadora Anamely Ramos, por su parte, fue nuevamente detenida en la madrugada del 27 de noviembre y estuvo 12 horas recluida dentro de una patrulla policial. En ese tiempo tanto ella como el artista Luis Manuel Otero Alcántara fueron declarados presos de conciencia por Amnistía Internacional”.

El texto completo en la página del PEN Internacional.


 

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