Manuel Díaz Martínez (1936 – 2023)

Ha muerto en Gran Canaria el poeta cubano Manuel Díaz Martínez, uno de los más altos exponentes de la llamada Generación del 50 de la poesía cubana.

Nació en Santa Clara hace 86 años y, además de poeta de excelencia, destacó por su valentía ante la adversidad, frente a los oportunistas que han medrado y desagraciadamente aún medran del gobierno existente en Cuba hace 64 años; estas condiciones, sumadas a la serenidad, el ánimo de justicia y el concepto de la amistad que lo distinguieron, se hicieron patentes en no pocos lances que sostuviera con los “funcionarios”, los “oficialistas” que tanto mal han hecho a la ideología que dicen representar.

A raíz de su salida de Cuba, a principios de la década de 1990, uno de los oportunistas profesionales aludidos la emprendió contra Manuel mediante un artículo en la prensa cubana, para “fusilarlo con fango” como suele decirse. De más estaría agregar que, como ocurre en estos casos, el firmante del texto se sabía con la impunidad de que nadie le podría replicar; es decir, cobardía suma.

De cualquier manera, la obra de Díaz Martínez trasciende cualquier cochambre ambiente.

Me encontré con el poeta en muy diversos puntos de la geografía cubana, desde oriente a occidente. En La Habana, tantas veces en la casa de otro excelente poeta cubano, César López (1933-2020), quien solía brindar pan y techo a los amigos y, a veces, a quienes no lo eran, sin esperar nada a cambio. Son muchos los recuerdos de estas veladas. Cito la “ponencia” de Manuel acerca de que “Ganar un premio es importante; pero no ganarlo carece de la menor importancia” y la “discusión y análisis” del poema “Numismática”, del propio Manuel, en la que estuviera presente, entre otros, con la humildad y la lucidez que lo caracterizaban, Ángel Escobar, ese magnífico poeta muerto a destiempo.

De una de aquellas tertulias surgió mi poema, dedicado a Manuel, “Los guerreros”, publicado en mi libro Y me han dolido los cuchillos y que reproduzco más abajo, y al cual él respondiera con “Discurso del títere”, que también reproduzco.

No debe extrañarnos que la muerte de Manuel Díaz Martínez no resulte reseñada en la prensa autorizada en Cuba —toda en la nómina del gobierno—; según los cánones allá impuestos, él, como decidió partir al exilio, no nació en la Isla.  No es cubano.

Los guerreros

a Manuel Díaz Martínez

Manuel, esta noche la luna está escondida,
no se ve,
parece que la tapó un burócrata, o quizás
—que no es lo mismo—
un funcionario,
tan bonita que es la luna, Manuel,
pero no hoy no sale,
parece que la tapó un persecutor de
dobles-sentidos
o tal vez un censor ingenuo o quién sabe
si un censor a sabiendas,
tan bonita que es la luna, Manuel, pero parece
que hoy la tapó el filisteo
que busca en los poetas la ponzoña escondida
para seguir viviendo filisteo de los poetas,
tan bonita que es, Manuel, tan bonita,
pero parece que hoy la tapó un viajante de cuarta
con su enorme radiograbadora traída
de allende los misterios,
ay, tan bonita que es,
Manuel, pero hoy no sale,
parece que la tapó un repetidor de discursos
con uno bien largo y más grueso todavía;
ah,
ah, te estaba engañando, Manuel,
sólo era un juego:
la luna está ahí,
majestuosa y limpia como debe de estar
esta noche,
ahí, mírala,
Manuel, ahí
como siempre
custodiada
por sus fieles guerreros imbatibles:
los que no tienen más que el furor de la canción,
el corazón,
el poema.

Julio de 1989


IV Puente de Letras con Manuel Díaz Martínez

 

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(El Condado, Santa Clara, Cuba, 19 de agosto de 1945), poeta, cuentista y novelista, es autor de una copiosa obra en los tres géneros. En su país natal recibió el Premio David de Poesía, en 1976, por Una melodía sin ton ni son bajo la lluvia; el Nacional de Novela de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, en 1987, por Con tu vestido blanco, que recibiera al año siguiente el Premio de la Crítica, distinción que ya había recibido, en 1983, por su libro de cuentos En el nombre del hijo. En 2019 le fue otorgado el Premio Nacional de Literatura Independiente “Gastón Baquero”, auspiciado por varias instituciones culturales cubanas en el exilio y el premio Pluma de Oro de Publicaciones Entre Líneas. Su libro de cuentos Las llamas en el cielo retoma la narrativa fantástica en su país; sus novelas Con tu vestido blanco y El corazón del rey abordan la marginalidad; la primera en la época prerrevolucionaria, la segunda en los inicios de la instauración del comunismo en Cuba. Su novela Un ciervo herido —con varias ediciones— tiene como tema central la vida en un campamento de las UMAP (Unidades Militares de Ayuda a la Producción), campos de trabajo forzado que existieron en Cuba, de 1965 a 1968, adonde fueron enviados religiosos de diversas filiaciones, lumpen, homosexuales y otros. En 2010 publicó el poemario La patria es una naranja, escrito durante su exilio en México —donde vivió durante 20 años, de 1995 a 2015— y que ha sido objeto de varias reediciones y de una crítica favorable. Una antología de su poesía apareció en 2019 con el título Sin ton ni son. Es ciudadano mexicano por naturalización. En la actualidad reside en Miami.