«Con el corazón roto, les informo que mi padre, Carlos Alberto Montaner, falleció plácidamente arropado con su familia el jueves 29 de junio en Madrid, España. Ha fallecido en su domicilio de modo apacible y acompañado de sus seres más queridos tras enfrentar una enfermedad neurodegenerativa. Doy las gracias a los profesionales de la sanidad pública española, a la Asociación Derecho a Morir Dignamente y a todos los familiares y amigos que le han manifestado tanto afecto en el tramo final de una prolífica vida, marcada por la defensa de las libertades individuales. Su despedida será un acto íntimo y privado». Carlos Alberto Montaner Jr.
«Ha muerto nuestro Carlos Alberto Montaner, el más brillante de los intelectuales cubanos. Su gloria continuará eternamente». Ángel Osiris Milián
«Carlos Alberto Montaner fue, sobre todas las cosas, un hombre noble y bueno». Osvaldo Alfonso Valdés
«Se nos fue Carlos Alberto Montaner. Fue uno de los grandes intelectuales latinoamericanos. Pero lo que no saben muchos es que también fue una buenísima persona, generoso con sus colegas, amigo de todos, con un gran sentido del humor. Dejó una huella enorme en muchos de nosotros». Andrés Oppenheimer
«Leer y estudiar su obra, y ver en su vida el mejor ejemplo e inspiración, forma parte de su inmortalidad. Un hombre tan íntegro que se nos hace inolvidable. Los imprescindibles nunca mueren». Suanet Alfonso
«De los grandes de Hispanoamérica. A mi juicio, el más importante de los pensadores contemporáneos de la región. Una mente admirable y una facilidad para expresar las ideas inigualable, de la cual aprendimos muchos». Erick Nogueira Dumenigo
«Un ser de luz y sabiduría». Rita Martín
«Uno de los intelectuales más importantes de toda la América hispana». Pedro Bruzón Sosa
«Ha muerto Carlos Alberto.
Ha muerto el gran Montaner.
Ha muerto, y murió sin ver
—en su tierra, a cielo abierto—
el fin de ese desconcierto
—de ese horror— que es el castrismo.
Ya nada será lo mismo
sin su palabra certera.
Adiós, maestro, te espera
la deidad del periodismo».
Alexis Romay
«Hizo lo que pudo, como escribió en su último artículo… ¡y cómo pudo hacer! Fue la luz al final del túnel de la ignorancia y mantuvo en jaque permanente al régimen más nocivo en la historia del hemisferio. Al extremo de que el castrismo, desesperado, lo convirtió en el principal blanco de su arma por antonomasia: La difamación». Armando Añel