Vista en Miami: Escenario sensible para el buen arte

Ana Olema y Nilo Julián González Preval en el panel de poesía del XI Festival Vista

 

Durante los días 14 y 15 diciembre 2019 se desarrolló la oncena edición de Vista, Festival Independiente del Arte y la Literatura en Miami, en el ya prestigioso Museo de la Diáspora ubicado en la Coral Way. Un evento patrocinado por el Instituto La Rosa Blanca (The White Rose Institute), Foundation for Human Rights in Cuba, Fundación Rescate Jurídico, American Museum of the Cuban Diaspora, El Dorado Furniture y Vista Larga Foundation.

    He tenido la suerte de haber estado en casi todas las ediciones. Y, sin  temor a equivocarme, opino que esta edición ha sido como “la mayoría de edad” del Festival. Anoto que hubo mayor  concentración en el objetivo del evento, que es preservar y destacar la literatura en todos los géneros en que se produce en Cuba y en el extranjero. Eso es Vista: Agrupa en el presente y para la historia a los escritores  de adentro y de afuera. A esos de adentro que la dictadura no publica, que margina y que junto a los del exilio no considera parte de la literatura castrocomunista. Basta echar una rápida mirada al programa de los dos días para corroborarlo.

    Quiero destacar también que, en cuanto a la logística, haber agrupado las presentaciones en paneles además de aligerar tiempos dio mayor dinámica, cierta armonía y un toque de distinción al evento. Sin dudas, responde a un  buen sentido de la organización.

   Me parece importante enfatizar sobre el área de  premiación. Incluso no siendo la primera vez en Vista, algunos aún se sorprenden de que se llame  al premio ganado por Félix Luis Viera “Nacional”, cuando se convoca y entrega en Miami. Pero la idea es coherente con las mismas premisas del evento: reconocer a escritores destacados en un concepto integral de  nación, teniendo en cuenta a cubanos que viven en Cuba y a los de la diáspora. Estos premios nacionales contribuyen a conservar el concepto de nación. Yo pienso, particularmente, que si se ha cuidado, y hoy podemos hablar de un espíritu de nación cubana, se debe a que en la  diáspora se ha mantenido en prioridad ese sentimiento.  Aquí los premiados durante el XI Festival Vista:

   Premio Nacional de Literatura Independiente “Gastón Baquero”: Félix Luis Viera. Cubano, Residente en Miami.

   Premio en investigación y ensayo “Carlos Alberto Montaner”: Amir Valle.  Cubano. Residente en Alemania. Orlando Freire. Cubano. Residente en Cuba.

   Premio en poesía “Dulce María  Loynaz”. Juan Manuel López. Cubano. Residente en Dinamarca. José Alberto Velázquez. Cubano. Residente en Cuba. Y  dicho sea de paso, este último es uno de los pocos “escapaos”, sí, porque resulta que a los otros invitados de la Isla, por estar “regulados”, no los dejaron viajar, fueron detenidos en sus casas y hasta alguno llegó al aeropuerto.

    Si vemos el programa, podemos comprobar que los paneles contaron con figuras reconocidas en el mundo de la literatura. Unos del patio, como el poeta Vázquez Portal; el notable periodista y escritor Carlos Alberto Montaner; Juan Antonio Blanco; el periodista Rolando Cartaya; el escritor Armando de Armas; y José Hugo Fernández, entre otros. Y también  participaron Amir Valle, que viajó desde Alemania; o Ismael Sambra, residente en Canadá. Así como los pastores Mario Félix Lleonart y Yoaxis Marcheco, que llegaron desde el norte del país para participar en el  Festival.

   Cada uno de los paneles, así como las presentaciones aparte, tuvieron  atractivo y valor. Pero quiero particularizar en el panel de poesía del sábado, conducido por Chicho Porras y que, a pesar de cierto desnivel, que achaco más a la lectura que a la calidad de los poemas, el cierre, a tenor con los tiempos que vivimos, fue un verdadero espectáculo.

   Ana Olema y Nilo González, unidos en una especie de dueto con su renovado aire poético, más de la calle, más popular, asombraron y rescataron al público, ya en cierto marasmo a esa hora. Digamos que con Ana estamos frente a la poesía rap, todo ritmo, sonoridad, medio canción, y de marcado corte rapero. Y a Nilo desde el primer Festival Vista lo hemos disfrutado así, al natural, y es que para él la poesía es como andar, hablar, no le cuesta esfuerzo o al menos así lo recibe el público. Es un punto al recuerdo de Luis Carbonell con su poesía antillana. Nilo lo suelta todo y mezcla versos tradicionales con el sentir actual, como esos de «r con r, carril, las ruedas del ferrocarril».

    Quiero felicitarlos a ambos y debo decir que la presentación –en la que Nilo y Ana empezaron exponiendo sus proyectos «La Casa Templo del Arte Cubano» y «Umbrella Art Foundation», respectivamente, explicaron cómo hacen realidad el lema «Creciendo juntos» y siguieron con sus versos ¡OMG!– fue muy buena, buenísima. De excelente factura y cierre el panel, que con este punto final dejó en el público la impresión de que la poesía sigue viva y Miami es un escenario sensible para el buen arte.

     ¡Felicidades y gracias a los organizadores de Vista por abrir espacios a la cultura y al arte!

     Aparte de la presentación de libros, debates y ventas, Vista, como siempre, constituye un espacio de encuentro para colegas y amigos que nos hace pensar que sí, que estamos preservando y construyendo nación.