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El idiota de Vladimir Putin

No creo que Ucrania pueda entrar en la OTAN. Es triste, pero es así. El idiota de Putin se lo impide. ¿Por qué “idiota”? Es una palabra muy fuerte. “Idiota”, porque el ex agente del KGB está encadenado a una percepción geopolítica anterior a la aviación supersónica y a la cohetería. Su visión es de cuando el mundo se dividía en zonas de influencia y tenía sentido rodear a las naciones de una coraza aparentemente impenetrable. Hoy la cohetería supersónica y las armas nucleares, a lo que se agrega el comercio internacional (por aquello de las “sanciones”), transforman en obsoleta la vieja visión de las relaciones internacionales.

La Primera y la Segunda guerras mundiales (la segunda guerra fue una simple deriva de la primera) fueron objeto de la misma visión equivocada, pero ya no hay derecho a errar. Al fin y al cabo, la aviación estaba en pañales en 1914, cuando asesinaron al archiduque Fernando, el heredero del imperio austro-húngaro, y a su mujer Sofía Chotek en Sarajevo, oscuro comienzo del conflicto que se saldó con 50 millones de muertos, tres imperios desmantelados –el austro-alemán, el ruso y el turco- y un cuarto, el británico, se fue desvaneciendo lentamente.

¿Qué le queda a Ucrania por hacer si no puede entrar en la OTAN? Fabricar armas atómicas, como ha hecho Corea del Norte. Donald Trump no le perdonó la vida a Kim Jong-un por simpatía, sino porque no quiso correr el riesgo remoto de que un bombazo cayera en Nueva York, San Francisco, Chicago o Miami.  Si Ucrania hubiera tenido armas nucleares, otro gallo cantaría, como tuvo hasta la década de los noventa del siglo pasado.

En ese momento se las devolvió a Moscú por medio de un acuerdo del que fueron garantes el Reino Unido y USA. Putin no se habría atrevido a arriesgar Moscú o San Petersburgo por la mala idea de invadir Ucrania. Se olvida que Ucrania era el tercer país del planeta con mayor número de ojivas nucleares: 1,900. Si hubiese conservado sólo una docena el panorama sería diferente. Por supuesto que tras generar esa devastación Ucrania quedaría absolutamente destruida, pero Rusia también estuviera muy afectada.

No sé cómo los think-tanks rusos no advierten que la OTAN es un club donde se prohíbe la “proliferación de armas nucleares”. Los que las tienen (USA, Inglaterra y Francia) no tienen interés en que otros países las posean. Si yo fuera consejero de Putin le diría que Ucrania está mejor dentro de la OTAN que fuera de ella. Lo mismo que sucede con las naciones que constituían la coraza que supuestamente protegía a la URSS: Polonia, Chequia, Eslovaquia (Checoslovaquia), Rumanía, Bulgaria y los tres países bálticos, todos intelectual y económicamente capaces de fabricar armamento nuclear.

Doy por sentado que Vladimir Putin no quiere volver a la etapa colectivista de Rusia. Supongo que, en realidad, ha renunciado al marxismo. Recuerdo que en los noventa se utilizaba la metáfora de la “pecera” y “la sopa de pescado” para afirmar que era muy difícil regresar a la etapa capitalista. También recuerdo la cola de menesterosos, casi todos ancianos, con una botella de vodka en las manos, tratando de venderla; o el hecho de que los “Uber”, sin app, fueron inventados en las ciudades rusas, donde bastaba detener un vehículo y contratarlo para que te llevaran a algún sitio por un precio muy módico.

De alguna manera continúa vigente la metáfora de la “pecera” y la “sopa de pescado”. Casi nadie quiere volver al colectivismo. En efecto, fue muy difícil devolverle a la sociedad y al mercado la facultad de producir, con las inevitables diferencias que se generan, y el hecho de que, efectivamente, hay perdedores y ganadores en el modelo capitalista de producción. Esto tiene que ver con el carácter del emprendedor, con los estudios, con la familia que se tiene, con los contactos, con los valores, con la moneda en que realizan las transacciones, hasta con la suerte, y con el resto de los factores que intervienen en los resultados. A veces son tan injustos como la apariencia, incluida la raza, las preferencias sexuales, el género a que se pertenece y el peso y el tamaño del agente económico. No obstante, el colectivismo es cien veces peor y la gente está dispuesta a matar o dejarse matar para no involucionar en esa dirección.

Cuando visitaba Moscú escuché muchas veces que “hay que quitarle a Rusia el peso de la URSS”. Me pareció una consigna muy inteligente. Ni USA, ni el resto del “mundo libre”, y es igual lo que eso signifique, tienen otro peso que el de la propia “calidad social” con que cuentan, lo que significa que millones de personas intentan ingresar en esos países a como dé lugar. ¿Cuándo va a descubrir Putin que matando chechenos, abjasios o ucranianos no va a construir ni reconstruir nada, salvo su propio fracaso? Sólo por eso merece el calificativo de idiota.


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Diez respuestas de Gleyvis Coro Montanet

2022 es el año, también, de la segunda parte del libro Retrato del exilio cubano, serie de entrevistas que Neo Club Ediciones publicó en 2015 y cuya principal intención, como el título indica, fue dar a conocer una especie de radiografía de la comunidad cubana en el exterior a través de sus definiciones. Ahora, con nuevos entrevistados de ambas orillas, esta segunda entrega de la saga profundiza en el contexto cubano del día después, cuando el castrismo en el poder entra en su recta final.

Al habla con la escritora Gleyvis Coro Montanet:

Armando Añel- ¿Qué es para usted la patria?

Gleyvis Coro Montanet- Una gran nube de puntos en el gráfico de felicidad contra tiempo. Allí es. Allí está.

AA- ¿Qué es la libertad?

GCM- El sustantivo que califica un estado mental de independencia o de relación saludable con los estados represivos coexistentes.

AA- ¿Cómo y cuándo Cuba será libre?

GCM- Cuba será libre de todas las maneras posibles, todavía inimaginables. Cuando el canario amarillo no tenga el ojo tan negro.

AA- ¿Qué hacemos con, o qué se hacen, los cientos de miles de cubanos considerados castristas una vez Cuba sea libre?

GCM- Procesarlos.

AA- La difamación, el brete, las teorías de la conspiración, etc., han contribuido grandemente a afianzar el totalitarismo en Cuba en los últimos 63 años. ¿Cómo atenuar esta tendencia sociológica en una Cuba en democracia, con conexión abierta a Internet?

GCM- Con humor, dieta vegetariana y una vida sexual activa.

AA- ¿Usted votaría a favor de incluir una asignatura contra la envidia en un futuro sistema de educación en Cuba?

GCM- No. Ya hay demasiado contenido en los programas de estudio. Meter un asunto como este en un programa de estudio es exagerar su importancia y complejizarlo.

AA- ¿Cuán positivamente puede contribuir a la liberación y desarrollo de Cuba el activismo político youtuber liderado actualmente, entre otros, por influencers como los Pichy Boys, Alain Paparazzi o Alexander Otaola?

GCM- Pienso que la respuesta a esta pregunta podría hallarse en un panel de congreso, tipo LASA, para que los investigadores dedicados a estos temas viajen, se reencuentren y engrosen sus cv. En paralelo, los influencers referenciados aumentarían su visibilidad.

Bien mirado, este buen rollito podría ser el faro que señalara el camino de la liberación y el progreso para la región que nos preocupa.

AA- ¿Qué tipo de influencia podría ejercer Estados Unidos en el futuro de Cuba teniendo en cuenta los estrechos lazos existentes entre ambos países desde hace, por lo menos, tres siglos?

GCM- Al margen del calado de la influencia, lo único pronosticable es que será muy estadounidense.

AA- ¿Usted quiere ser enterrada en la mayor de las Antillas o, por el contrario, prefiere que sus cenizas sean arrojadas al mar?

GCM- Soy de cementerios. He visitado todos los cementerios que he podido. Me gustan las tumbas. Y me gustaría que los jóvenes pudieran visitar la mía en Pinar del Río o en Madrid. Me acojo al modelo-faraón de llevarme algo de las personas que me amaron. Me han amado mujeres y hombres magníficos.

El sitio dependerá de la plata que pueda dejarle a quien correrá con esos menesteres que, lógicamente, no podré realizar en persona.

Más que el nombre de la zona que dé sustrato a mi ataúd me interesa mi epitafio. Que no la caguen poniendo cualquier barbaridad los que me sobrevivan. El verdadero sitio de reposo de una persona ingeniosa es su epitafio.

Esta podría ser la versión corta: Ya toco la rosa.

Y esta la larga:

He cruzado mil pantanos
diciendo la misma cosa:
Después tocaré la rosa,
después gozaré a dos manos.
Si al salir de los pantanos
no lo hice victoriosa
-sin odio ni planes vanos-
me dije la misma cosa:
Después gozaré a dos manos,
después tocaré la rosa.

AA- Por favor, revélenos el nombre secreto de Cuba.

GCM- Cuba adquiere denominaciones mutantes. De momento, se llama Maykel Osorbo.


 

Diez respuestas de Rafael Vilches

2022 es el año, también, de la segunda parte del libro Retrato del exilio cubano, serie de entrevistas que Neo Club Ediciones publicó en 2015 y cuya principal intención, como el título indica, fue dar a conocer una especie de radiografía de la comunidad cubana en el exterior a través de sus definiciones. Ahora, con nuevos entrevistados de ambas orillas, esta segunda entrega de la saga profundiza en el contexto cubano del día después, cuando el castrismo en el poder entra en su recta final.

Al habla con el escritor Rafael Vilches:

Armando Añel- ¿Qué es para usted la patria?

Rafael Vilches- Mi infancia, la familia, mis amigos, ese lugar que llevas a todas partes y al que quieres retornar cada mañana a la salida del sol.

AA- ¿Qué es la libertad?

RV- Es saber que tus sueños no serán cercenados. Que puedes gritar en una plaza o en la calle “Libertad” y no irás a parar a una cárcel. Que te paras en la puerta de tu casa y entonas Patria y vida y los vecinos se unirán a tu canto. Que nadie invadirá tu espacio con un acto de repudio por pensar diferente. Que puedes salir a la calle y los policías no van a odiar que grites “Abajo la dictadura, abajo los dictadores, abajo el comunismo”.

«La libertad es el derecho que tienen las personas a actuar libremente, pensar y hablar sin hipocresía». José Martí.

AA- ¿Cómo y cuándo Cuba será libre?

RV- Cuando todos los cubanos que padecemos los abusos de la dictadura nos percatemos que somos más que ellos. Que hay otras maneras de vivir a plenitud, sin carencias. Que el comunismo es capitalismo de Estado. Que en Cuba los únicos que viven como seres humanos, son los que se encuentran en el poder desde 1959. Que quienes gritan «Patria o Muerte» desde una tribuna no defienden al pueblo: protegen su riqueza. El día que el pueblo despierte, ese día dejaremos de ser una posesión de este gobierno genocida.

AA- ¿Qué hacemos con, o qué se hacen, los cientos de miles de cubanos considerados castristas una vez Cuba sea libre?

RV- Se quitarán la máscara y, si no tienen que responder a la justicia por crímenes cometidos, harán su vida normal.

AA- La difamación, el brete, las teorías de la conspiración, etc., han contribuido grandemente a afianzar el totalitarismo en Cuba en los últimos 63 años. ¿Cómo atenuar esta tendencia sociológica en una Cuba en democracia, con conexión abierta a Internet?

RV- Es un proceso de desintoxicación que llevará años. Pero nada es imposible. Ya es hora de que todos sepamos cuál es la Cuba en la que hemos padecido un gobierno genocida, al que hay que acusar de crímenes de lesa humanidad.

AA- ¿Usted votaría a favor de incluir una asignatura contra la envidia en un futuro sistema de educación en Cuba?

RV- Sí.

AA- ¿Cuán positivamente puede contribuir a la liberación y desarrollo de Cuba el activismo político youtuber liderado actualmente, entre otros, por influencers como los Pichy Boys, Alain Paparazzi o Alexander Otaola?

RV- Los sigo. Después de la libertad, apostaría por influencers como Luis Dener, aunque trato de seguirlos a todos y todos ellos aportan, los creo necesarios. Es bueno que existan muchas maneras de hacerle ver al pueblo cubano que Cuba es una granja de los Castro, un campo de concentración.

AA- ¿Qué tipo de influencia podría ejercer Estados Unidos en el futuro de Cuba teniendo en cuenta los estrechos lazos existentes entre ambos países desde hace, por lo menos, tres siglos?

RV- No sé, hasta ahora lo único que ha hecho es darle vida a la dictadura cubana.

AA- ¿Usted quiere ser enterrado en la mayor de las Antillas o, por el contrario, prefiere que sus cenizas sean arrojadas al mar?

RV- Después que muera, que mis hijos decidan qué hacer con el cuerpo que dejo. Mi alma y mi espíritu encontrarán el camino a casa.

AA- Por favor, revélenos el nombre secreto de Cuba.

RV- Isla-cárcel.

Campo de concentración comunista.

El burdel de los Castro.

El vertedero universal de la izquierda.


 

María Cristina Fernández y José M. Fernández Pequeño en el Koubek Center

El Miami Dade College invita este miércoles 23 de marzo de 2022 al evento literario “Te leo un cuento”, con la participación de los escritores cubanos María Cristina Fernández y José M. Fernández Pequeño.

Cuándo: Miércoles 23 de marzo, 7:30 p.m.

Dónde: Miami Dade College’s Koubek Center

(2705 SW 3rd Street, Miami, FL 33135 )

Dos narradores leen sus cuentos ante el público y dialogan sobre algunas características del género y de su relación creativa con este:

María Cristina Fernández (Santiago de Cuba, 1970). Ha publicado, entre otros libros, El maestro en el cuerpo, Procesión lejos de Bretaña, El cielo de los deseos, No nací en Castalia y la noveleta Cachete y la Tropa del Don, Premio Kindergarten de la editorial El mar y la montaña. Su libro P (Ediciones Furtivas, 2020) fue reconocido por el Florida Book Awards con la Silver Medal en la categoría de libros en español. Su producción literaria ha recibido varios premios y aparecido en numerosas publicaciones de varios países.

José M. Fernández Pequeño (Bayamo, 1953). Escritor y profesor universitario. Ha publicado numerosos libros en géneros como la crítica literaria, la narrativa, el ensayo y la literatura infantil. Entre los reconocimientos que ha recibido figuran: Premio Memoria de la UNESCO en ensayo (1997); Premio Internacional Casa de Teatro en cuento (República Dominicana, 2001); Premio Nacional de Ensayo Pedro Francisco Bonó (República Dominicana, 2008); finalista del Premio Iberoamericano de Cuentos Juan Rulfo (Francia, 2012) y Medalla de Oro en los Florida Book Awards 2014.

Diez respuestas de Manuel Díaz Martínez

Foto cortesía de Infonortedigital

2022 es el año, también, de la segunda parte del libro Retrato del exilio cubano, serie de entrevistas que Neo Club Ediciones publicó en 2015 y cuya principal intención, como el título indica, fue dar a conocer una especie de radiografía de la comunidad cubana en el exterior a través de sus definiciones. Ahora, con nuevos entrevistados de ambas orillas, esta segunda entrega de la saga profundiza en el contexto cubano del día después, cuando el castrismo en el poder entra en su recta final.

Al habla con el poeta Manuel Díaz Martínez, Premio Nacional de Literatura Independiente de Cuba:

Armando Añel- ¿Qué es para usted la patria?

Manuel Díaz Martínez- La patria, lejos de los que muchos piensan, no es el sitio del planeta donde nacemos, sino aquel en que cursamos la niñez. O sea, donde empezamos a descubrir el mundo y a sobrevivir en él.

AA- ¿Qué es la libertad?

MDM- Lo contrario del castrismo, por ejemplo. En un texto que escribí hace algún tiempo afirmé que la libertad es poder ejercer el derecho natural que las personas tenemos a vivir como seres humanos, no como bestias o autómatas.

AA- ¿Cómo y cuándo Cuba será libre?

MDM- Cuando los cubanos que están arrodillados se pongan de pie.

AA- ¿Qué hacemos con, o qué se hacen, los cientos de miles de cubanos considerados castristas una vez Cuba sea libre?

MDM- A los que hayan cometido crímenes por los cuales deban responder ante la justicia se los juzgará con las debidas garantías procesales, y a todos  se les garantizará, como al resto de los ciudadanos, el ejercicio de las libertades, derechos y deberes que caracterizan la democracia, empezando por el derecho a emigrar si les apetece.

AA- La difamación, el brete, las teorías de la conspiración, etc., han contribuido grandemente a afianzar el totalitarismo en Cuba en los últimos 63 años. ¿Cómo atenuar esta tendencia sociológica en una Cuba en democracia, con conexión abierta a Internet?

MDM- Nada favorece más la aparición y el desarrollo de esas lacras que la ausencia de libertad de expresión. Por lo mismo, nada contribuye tanto a desactivarlas como la libre y suficiente difusión de los conocimientos y las ideas. Las mentiras germinan en todas las sociedades, pero en las democráticas tienen las piernas cortas. En cambio, los regímenes dictatoriales pueden subsistir gracias a ellas y a la censura que las ampara. De esto último, Cuba es una muestra fehaciente.

AA- ¿Usted votaría a favor de incluir una asignatura contra la envidia en un futuro sistema de educación en Cuba?

MDM- Sí, nada se pierde con probar. Quizás tengamos resultados envidiables.

AA- ¿Cuán positivamente puede contribuir a la liberación y desarrollo de Cuba el activismo político youtuber liderado actualmente, entre otros, por influencers como los Pichy Boys, Alain Paparazzi o Alexander Otaola?

MDM- De los tres citados, Otaola es el único que conozco, y pienso que realiza una útil labor de información y denuncia de lo que desafortunadamente está sucediendo en Cuba.

AA- ¿Qué tipo de influencia podría ejercer Estados Unidos en el futuro de Cuba teniendo en cuenta los estrechos lazos existentes entre ambos países desde hace, por lo menos, tres siglos?

MDM- Espero y deseo, por el bien tanto de los cubanos como de los estadounidenses, que esa influencia sea inteligente y propicie la aparición de una próspera democracia en la isla.

AA- ¿Usted quiere ser enterrado en la mayor de las Antillas o, por el contrario, prefiere que sus cenizas sean arrojadas al mar?

MDM- Francamente, me da igual lo que hagan con mis cenizas; aunque, puesto a expresar un deseo, me place imaginar que con ellas abonen una arboleda.

AA- Por favor, revélenos el nombre secreto de Cuba.

MDM- Ínsula Desbarataria.


 

Mucho más que historia: Las memorias de Rafael Díaz Balart

Hasta ahora no era posible comprarlas online, o solo de segunda mano si andabas con mucha suerte, pero ya están al alcance de todos las memorias de Rafael Díaz Balart, Cuba: Intrahistoria. Una lucha sin tregua (Instituto La Rosa Blanca, 2022), libro lleno de ángulos sorprendentes y tesoros imprevistos que deben leer, en primer lugar, los jóvenes cubanos menores de ochenta años —no es un chiste—, quienes crecieron sufriendo una educación supuestamente gratuita que en el fondo camuflaba, aún camufla, una operación de enmascaramiento sociocultural de proporciones gigantescas. Esto es intrahistoria de Cuba, sí, pero de verdad. Aquí se juega al duro y sin guante.

El político y abogado Rafael Díaz Balart (1926-2005) fue líder de la mayoría y presidente del comité parlamentario mayoritario en la Cámara de Representantes de Cuba entre 1954 y 1958. Tan pronto como en enero de 1959, en Nueva York, fundó la primera organización anticastrista de cuantas han sido: La Rosa Blanca. En Cuba: intrahistoria. Una lucha sin tregua, precedido por un sustancioso prólogo de su hijo, el congresista Lincoln Díaz Balart, Rafael consigue narrar la historia de su vida a través de sucesos claves de cara a la historia moderna de Cuba. Ambos elementos, la biografía del autor y la historia de Cuba, se complementan armoniosamente regalándonos un volumen de conocimiento invaluable.

Dice de su padre Lincoln Díaz Balart en el prólogo:

“Su brújula inalterable fue su amor por Cuba y su anhelo de libertad para los cubanos. Pero su pensamiento evolucionó constantemente a través de su vida. Escribió un libro sobre una tesis suya que llamó Bi-Americanismo, por ejemplo, y años después, al preguntarle yo por qué nunca lo había publicado, me dijo que ya no estaba de acuerdo con esa tesis. ‘Recuerda la frase de Abraham Lincoln’, solía decir: ‘Desgraciado del hombre que no sea más sabio cada día que el día anterior. Lo importante en la vida es mantener invariable una conducta. Para lo cual es necesario, muchas veces, variar de actitudes, de opiniones y hasta de militancias’”.

Así, sobresale en este libro la visión de Rafael Díaz Balart frente a una diversidad de temas, situaciones y encrucijadas históricas, visión también reflejada en el texto del proyecto de programa político de La Rosa Blanca, incluido en este libro a manera de epílogo y de gran valor para el futuro institucional de Cuba. Cierro esta reseña con varias citas del autor que corroboran lo que digo:


“Como es obvio, no puede haber democracia sin política, ni política sin políticos. Las campañas contra la política y los políticos tienden a tener inspiración totalitaria”.

“La Rosa Blanca rechaza las etiquetas eurocéntricas de derecha e izquierda”.

“No existe una explicación razonable para aquellas demostraciones ilimitadas de adhesión y entusiasmo a favor del dirigente del 26 de Julio, hasta que se escarba un poco la epidermis de la situación y se hace presente el factor racista y el factor clasista. El hijo de un gallego, blanco y alto, había derrocado a un mulato de las más humildes capas sociales de la nación. La frase que corría por los ‘clubes elegantes’, en los últimos tiempos del régimen de Batista, dice mucho: ‘Que se vaya el negro, aunque venga el caos’. El racismo y el clasismo son las grandes claves ignoradas de nuestra historia”.

“En enero de 1959 se estableció en Cuba un régimen de gángsters, por gángsters y para gángsters, dirigido por el gángster en jefe”.

“La Segunda República deberá fundarse en las instituciones y no en las personas”.

“Ni los de adentro deben ver a los de afuera como conquistadores, ni los de afuera deben ver a los de adentro como colaboracionistas. Todos hemos sido víctimas y todos vamos a construir nuestro futuro. Es así como triunfaremos”.

 

David Beckham, Qatar y los médicos cubanos

Contingente Henry Reeve. Médicos explotados por el régimen cubano

David Beckham es un gran futbolista inglés. Tiene 46 años. Comenzó a jugar profesionalmente muy joven en el Manchester. Se jubiló a los 38. Pasó por el Real Madrid y allí aprendió a chapurrear español. Ahí me enteré de su nombre. Es medio negociante y medio judío. Su abuelo materno era judío. Acaba de firmar con Qatar un jugoso contrato para las relaciones públicas por 277 millones de dólares. El acuerdo incluye que promocione el campeonato mundial del 2022, pero será por una década. Se jugará en Doha, la capital de Qatar, a fines de este año. Se espera que Beckham estimule el turismo. Es socio de Jorge Mas Santos, el hijo del difunto Jorge Mas Canosa, en todo lo que tiene que ver con el fútbol.

Cuando se enteró Peter Tatchell, el activista de los Derechos Humanos radicado en el Reino Unido (en realidad nació y se crió en Australia, donde fue candidato a diputado por el Partido Laborista), lamentó que Beckham, por dinero, prestara su nombre y bien ganado prestigio a mortificar a las personas LGBTQ, vinculándose a un gobierno que tiene en su código penal penas de hasta cinco años de cárcel contra dos adultos del mismo sexo que consientan en tener relaciones sexuales.

Sin embargo, Beckham tiene un problema mucho más grave con el Departamento de Estado. Especialmente, cuando se ha visto la enorme importancia que hoy se le da local, nacional e internacionalmente a la política de sanciones por las repetidas violaciones de la ley. En este caso, se trata de un delito severo que Estados Unidos y otras naciones civilizadas se toman muy en serio: Human traffiking, como se desprende del libro de Conchita Sarnoff (Traffiking), centrado en el caso de Jeffrey Epstein.

Eso incluye prostitución infantil, importación de inmigrantes ilegales y contratación de personas en régimen de semiesclavitud. Con el agravante de que los dos primeros delitos los propician y cometen delincuentes solitarios (por ejemplo, los coyotes), o mafias que luchan despiadada y encarnizadamente por establecer un territorio, mientras el tercer delito lo realizan encorbatados ejecutivos de Estados interesados en hacerse favores ideológicos, o por simple y brutal corrupción, o por una suma de los dos elementos, contraviniendo los acuerdos firmados en el seno de la Organización Internacional del Trabajo.

Le llaman The Cuban Hospital of Qatar y no hay un adarme de exageración en ese nombre. Los 475 médicos, enfermeros y técnicos que operan la institución son cubanos. ¿Por qué son todos cubanos? ¿Quizás para vigilarlos mejor? ¿O para que no exista un testigo “extranjero” de que violan las leyes? La primera ruptura de las normas es que todos han tenido que entregar los pasaportes al “compañero que se ocupa de la Seguridad”. Eso está totalmente prohibido. Allí se le conoce por “Manolo el de la Seguridad”. Es un nombre falso. Pudiera ser “Felipe, Carlos o Agustín.”

Leo y traduzco partes una extensa nota del The Guardian, un diario del Reino Unido que se caracteriza por ser de izquierda. Dice el titular: “El acuerdo secreto de Cuba con Qatar que le permite a Cuba quedarse con el 90% de los salarios que los cubanos reciben”. Eso es traffiking o que venga Dios y lo vea. Eso es mantener ilegalmente a un régimen incapaz de sostenerse a sí mismo y se mantiene exportando y explotando a sus profesionales.

El mismo periódico afirma que para Cuba el negocio es redondo. Le deja anualmente entre 6 y 8 billones de dólares. Mucho más que el turismo. No tiene que importar azúcar (sí: azúcar) y plátanos de la vecina República Dominicana. No necesita insumos ni tratar a cuerpo de rey a los extranjeros. Es perfecto para sostener a las dictaduras. Al extremo de que Corea del Norte también tiene un lugar reservado para turismo médico en Qatar. Y se sabe que Alexander Lukaschenko, el tirano de Bielorrusia, quiere también participar en el “negocio” de la salud.

En Cuba, durante la esclavitud, las personas “decentes” llevaban a los prostíbulos a las “negritas” más jóvenes y bonitas (algunas verdaderamente niñas) para explotarlas. Les ponían un precio y se dividían al 50% los ingresos que las muchachas producían entre el lupanar y los “dueños de las negritas”.

Algunos «dueños», como el mítico Julián Zulueta (“me he hecho rico comprando blancos en España y vendiendo negros en Cuba”), propietario de 2000 esclavos, un creyente en los incentivos laborales, reservaban el 5 o el 10% para que las prostitutas pudieran comprarle a ellos su libertad y manumitirse.

Eso deja exactamente en el mismo lugar que antes de 1886 (año en que, finalmente, se abolió la esclavitud) la evaluación de la operación «El hospital cubano de Qatar». Algunos de los médicos, paramédicos y técnicos piensan que el 10% es mucho más de lo que ganaban en Cuba, como muchas prostitutas del siglo XIX creían que era mejor estar en el prostíbulo que en las casas y en los campos azucareros, expuestas a las palizas, y sin esperanzas de redimirse alguna vez. Es una variante del “síndrome de Estocolmo”.

Ha cambiado el lugar donde se realiza la transacción, pero no la esencia de ella. El gobierno cubano sabe que está muy mal lo que hace. Tiene que cambiar el modo de actuar. No puede continuar explotando a los profesionales cubanos con la complicidad ciega de países como Qatar. Espero que David Beckham les explique puntualmente lo que sucede en el Hospital Cubano, y comiencen a pagarle directamente a esos profesionales y no a través de Cuba.


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Diez respuestas de Abilio Estévez

2022 es el año, también, de la segunda parte del libro Retrato del exilio cubano, serie de entrevistas que Neo Club Ediciones publicó en 2015 y cuya principal intención, como el título indica, fue dar a conocer una especie de radiografía de la comunidad cubana en el exterior a través de sus definiciones. Ahora, con nuevos entrevistados de ambas orillas, esta segunda entrega de la saga profundiza en el contexto cubano del día después, cuando el castrismo en el poder entra en su recta final.

Al habla con el escritor Abilio Estévez:

Armando Añel- ¿Qué es para usted la patria?

Abilio Estévez- Unos cuantos recuerdos de mi niñez y adolescencia. Mi padre paseándome por la Plaza de Marianao en busca de arenques para ahumar. Las tandas del cine Alfa, con las paredes de gladiadores en relieve. El olor de la tierra mojada antes de un aguacero torrencial. La arboleda llena de estatuas donde vivía mi abuela, la Niña Ibáñez. La tumba familiar en el cementerio de Bauta. La guagua que cogíamos para ir al Cabo Parrado, nuestra playa en Jaimanitas. La alegría que nos daba ver que a la bodega de la esquina, la de Plácido, llegaba Beny Moré a beber y jugar cubilete. Ir por detrás de la Escuela del Hogar, por un trillo que era lo más parecido a una selva. El puesto de fritas que había siempre en la esquina de Luceván. La marioneta-payaso que bailaba por una moneda y bajo un cristal en el Ten Cents de Galiano (también lo había en el de Monte). Las fiestas que daba en la calle nuestra vecina, Nieves Fresneda. Unas cuantas personas inolvidables y muy queridas. Los programas radiales diarios de Barbarito Diez y Vicentico Valdés. Puedo decir muchas cosas más. Hubiera sido mejor decir qué no es para mí la patria.

AA- ¿Qué es la libertad?

AE- Que nadie imponga una supuesta verdad. La sagrada verdad. Que nadie me obligue a añorar un futuro en el que no creo. Que nadie me obligue a morir por la patria. Que nadie me haga marchar hacia un “ideal”. Que nadie considere que soy idiota y debe conducir mi modo de vida. Que nadie me diga que “por mi bien” debo comportarme de este modo o de este otro. Esto por ser breve y no entrar en los detalles de que hablaba Isaiah Berlin. Esto por hablar del lado social de la libertad y contando con el presupuesto de que hay límites sociales inevitables. Para decirlo rápido, viene bien la famosa frase (simple pero efectiva) de Martí en una revista para niños: Libertad es el derecho de todo hombre a pensar y hablar sin hipocresía. Sin hipocresía. Hipocresía. (Subráyese la palabra.)

AA- ¿Cómo y cuándo Cuba será libre?

AE- Dentro de muchos años, no sé cuántos. A estas alturas no basta con los derechos humanos y la libertad jurídica. Una instauración de la democracia ya no es suficiente. También hay que resolver el problema de las conciencias, de cada conciencia, aprender a respetar, saber que mi libertad termina cuando empieza la del otro. Ese proceso de aprendizaje es trascendental. Y arduo, porque la peor ruina no es la de las ruinas. Las ruinas quizá se pueden volver a levantar con arquitectos, albañiles y materiales de construcción, pero ¿qué hacemos con el deterioro moral?, ¿cuánto tiempo necesita una reparación como esa?

AA- ¿Qué hacemos con, o qué se hacen, los cientos de miles de cubanos considerados castristas una vez Cuba sea libre?

AE- Esta pregunta es muy delicada. Hay muchos muertos y heridos por el camino. Si tenemos en cuenta el número de ofendidos, calumniados, represaliados, suicidados, presos, ahogados en el mar, fusilados… Las hordas del totalitarismo han hecho un daño irreparable. Sólo que, por más doloroso que sea, si no hay un pacto de reconciliación nacional no sé a dónde podríamos llegar. La palabra “reconciliación” provoca escalofríos, lo sé. ¿Es esta una postura cristiana o de pragmática política? También sé lo bien que sabe el plato frío de la venganza.  Y sé, además, que hay heridas que cierran en falso, y si alguien las toca se vuelven a abrir, como decía un sabio llamado Gustavo Sánchez Galarraga.

AA- La difamación, el brete, las teorías de la conspiración, etc., han contribuido grandemente a afianzar el totalitarismo en Cuba en los últimos 63 años. ¿Cómo atenuar esta tendencia sociológica en una Cuba en democracia, con conexión abierta a Internet?

AE- Esto me lleva a lo que te decía antes de la degradación moral. El divide y vencerás de los grandes emperadores llevado al nivel de la cominería y del solar, del comité de defensa. Un Julio César de quincalla, que por otra parte ha jodido y jode bastante. Todos enemigos de todos. La era de la sospecha. Así no hay nación que resista. Así sólo resiste la mafia del poder, pero de ahí para abajo, todo se humilla hasta los extremos que ya hemos visto. Creo que con instituciones democráticas, eso se iría resolviendo, poco a poco. Sin embargo, lo más importante es que la gente pueda vivir con cierta dignidad, comiendo, vistiendo, trabajando y viendo el fruto de su trabajo, descansando y viendo el fruto de su descanso. Ser los dueños de sus vidas. Que nadie decida por ellos qué deben comer o qué olla exprés deben usar o qué libros deben leer. Que no tengan la indignidad de tener que hacer colas durante horas para comprar unas libras de papas o una ración ridícula de pollo. Que si tienen el sueño de hacer un crucero por el Nilo, puedan ahorrar y, aunque les cueste años, hacer el crucero por el Nilo. Aun cuando no vaya nunca. Saber al menos que es una ilusión posible. Creo que cuando nos sentimos aproximadamente bien, en paz con nuestras vidas y con lo que nos rodea, estamos a un paso de abandonar el brete y la conspiración. Si alcanzar una cierta satisfacción en la vida depende de tu voluntad, y no de lo que decida el Ogro Filantrópico (el estado), estamos a un paso de abandonar el oportunismo político que engendra el brete.

AA- ¿Usted votaría a favor de incluir una asignatura contra la envidia en un futuro sistema de educación en Cuba?

AE- No, no, eso es gastar dinero en profesores que nada resolverán. Esa envidia nos viene en gran medida de la herencia hispana. (Léase a Unamuno y a María Zambrano). Esa envidia la trae una cultura que desprecia el esfuerzo. Odia el triunfo, o el supuesto triunfo del otro. La parte heredada de la envidia, agravada por las pésimas condiciones de vida que hemos tenido. Ese sentimiento es consustancial al desastre.

AA- ¿Cuán positivamente puede contribuir a la liberación y desarrollo de Cuba el activismo político youtuber liderado actualmente, entre otros, por influencers como los Pichy Boys, Alain Paparazzi o Alexander Otaola?

AE- Es un medio de hacer política como otro cualquiera. Nuevo, de una incidencia inesperada y sorprendente, de acuerdo, solo que en esta época estamos. Supongo que sí, que pueden ser ventanas hacia la libertad si se tiene en cuenta que ese, el youtuber, es un fenómeno de nuestro tiempo y partimos de la convicción de que todos podemos expresar lo que pensamos. Los influencers tienen un gran poder. Y, por supuesto, una gran responsabilidad. Que se use bien ese recurso depende de la inteligencia y la cultura política del influencer, exactamente igual que en un artículo de periódico o en una tertulia televisiva.

AA- ¿Qué tipo de influencia podría ejercer Estados Unidos en el futuro de Cuba teniendo en cuenta los estrechos lazos existentes entre ambos países desde hace, por lo menos, tres siglos?

AE- Mira, Estados Unidos es un país que yo admiro mucho. Con cualquier defecto que se quiera, es una democracia como ninguna otra. Y con una cultura extraordinaria. Tenemos mucho en común, sobre todo con la cultura de plantación del Cinturón Bíblico. Escribí una novela titulada El navegante dormido para intentar descubrir todo lo que en Cuba debemos a ese país. La importancia que tuvo y tiene para nosotros. El hecho de que muchos cubanos (hoy, ahora mismo) intenten huir a Moscú con el propósito de llegar a Estados Unidos, es una prueba de lo que digo. Para los cubanos, desde hace más de sesenta años, es la Tierra Prometida. Así que la influencia seguramente será decisiva.

AA- ¿Usted quiere ser enterrado en la mayor de las Antillas o, por el contrario, prefiere que sus cenizas sean arrojadas al mar?

AE- No, por Dios, no voy a dejarle ese problema a los que me sobrevivan. La parte mía que debía ser enterrada en Cuba ya está enterrada hace años en Cuba. Los libros de mi biblioteca personal habanera acaban de ponerse a la venta, desperdigados por librerías particulares. Es una metáfora de las cenizas dispersas. La parte mía que queda, la que todavía está viva, la pueden tirar al contenedor de la basura si no fuera antihigiénico e ilícito. No hace falta el ritual de las cenizas y el mar. Ningún otro ritual. Como decía Borges: “Quiero morir del todo con este compañero, mi cuerpo”.

AA- Por favor, revélenos el nombre secreto de Cuba.

AE- Está clarísimo: Ampanga.


 

En el principio era El Verbo, es decir, el diálogo

Lo primero es rescatar las palabras. «En el principio era El Verbo». Bajo ninguna circunstancia podemos dejarnos arrebatar las palabras. El lenguaje construye la acción. La gente por lo general no calcula la enorme capacidad del idioma para definir el presente y el futuro. Y es que lo que distingue en primer lugar a la humanidad de las otras especies es el lenguaje.

Demonizar -una manera de prohibir- palabras tan estratégicas como «diálogo», constituye una forma de condenar a los cubanos a la barbarie. Mientras más se insista en criminalizar esta y otras palabras, más deberíamos darles un lugar constructivo de cara al cambio.

Si el pueblo, o un segmento del pueblo castrista o anticastrista, no entiende qué significa diálogo, pues se le educa. Desde siempre el pueblo ha sido manipulado y también desde siempre, a manera de antídoto, ha necesitado educación.

En el futuro, un encabezado del Diálogo Nacional propuesto por el Movimiento San Isidro -Diálogo Nacional que la difamación extremista insiste en confundir con un diálogo con los esbirros del régimen castrista para afianzar al régimen castrista- podría ser: «Diálogo nacional por la liberación de Cuba: Iniciativas a debate». Me encantaría ver la cara que ponen los saboteadores y manipuladores de ambos extremos.

No al Patria o Muerte (al ruido, la incomunicación y la guerra permanente). Sí al Patria y Vida (a la argumentación y el diálogo en libertad y para la libertad).

En cualquier caso, nadie desarmado, en estado de indefensión, quiere guerra. Nadie armado, acostumbrado a oprimir, quiere diálogo. Como decía en un texto de junio pasado publicado en este portal, «a diferencia de otros regímenes de fuerza como el nicaragüense o el venezolano, que han llegado al gobierno por la vía electoral, el castrismo obtuvo al poder por las armas y para él sentarse a dialogar con la oposición interna significa comenzar el proceso de desmantelamiento del totalitarismo en Cuba».

Mientras más se implemente y diversifique el diálogo entre cubanos -no la perreta, no la difamación, no la imposición-, más se pondrá a la dictadura contra la pared.


 

Nueve libros bajo análisis

Los escritores Alberto Lauro y Manuel Gayol Mecías en el II Festival Vista de Miami (2015)

Hace ya casi tres años que Regocijo del criterio (Lecturas de interpretación para una dramativa cubana), la primera entrega de esta saga, vio la luz de la mano del narrador y crítico Manuel Gayol Mecías, cuyas reseñas literarias y aproximaciones ensayísticas, caracterizadas por la hondura de sus presupuestos, no requieren presentación.

Regocijo del criterio II (Letras del Puente), volumen que el lector ya puede adquirir en Amazon, constituye una especie de segunda parte de aquel libro abarcador, aunque centrado en la producción editorial del proyecto Puente a la Vista. Segunda parte que expone las visiones de una compilación (Cuentos del Club) y ocho escritores cubanos (Rolando Ferrer Espinosa, Verónica Vega, Rafael Vilches, Amir Valle —autor que repite con su ensayo ganador de la primera edición del premio ‘Carlos Alberto Montaner’—, José Hugo Fernández, Juan Manuel López, Reynaldo Fernández Pavón y Orlando Freire Santana) entre lo más destacable del actual panorama creativo.

Entonces, igual que ahora, se trataba de crear un corpus de interpretaciones que pudieran inducir “no solo a buscar las obras presentadas por su alta calidad formal, sino también por sus importantes contenidos: nuevos y esenciales en sus problemáticas de lo contemporáneamente cubano”.

“Aquí la complicidad viene a ser entre el crítico y el autor analizado; es la trama que ha propuesto ese escritor para que no solo sea leída, a su manera, con simpleza, sino además para que exista ese otro alguien —en este caso el crítico— haciendo su papel de lector experimentado”, apunta el autor. “El crítico es un intermediario, una especie de comunicador privilegiado que ofrece su opinión, como un resplandor que intenta propiciar la lectura”.

Para Gayol Mecías valorar, establecer criterios, desata un sentimiento de regocijo, y esta circunstancia resulta definitoria en su manera de encarar obras y situaciones. “El acto con que se manifiesta la alegría de concebir el criterio”. El espíritu siempre a la caza de la realidad analítica. Algo inmediatamente visible en esta segunda entrega, en la que el autor hace gala una vez más de su muy particular capacidad para entender, y asumir, la literatura que analiza. En sus propias palabras, “aun cuando el criterio sobre algo puede ser infinito o, incluso, limitado, el aporte puede constituirse en sustancial para otro lector. Y es esa esperanza también (desarrollada en el análisis y en la opinión), de abrir una nueva vertiente de comprensión, lo que termina creando el sentimiento de regocijo en el crítico”.

Nueve libros bajo análisis: nueve maneras de adentrarnos en una realidad, la cubana, cuya excepcionalidad está fuera de toda duda y constituye un elemento adicional de interés.


 

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