Tras tener la experiencia y madurez de tres revistas, Verbum, Espuela de Plata y Nadie Parecía, surgió la revista Orígenes, que significó la plenitud de José Lezama Lima. La revista mereció grandes elogios. Octavio Paz afirmó que era lo mejor que se hacía en el idioma y Vicente Aleixandre que era una revista donde había poetas que tenían mucho que enseñar a los poetas españoles.
Cada número que publicaba era un festín. Una maravilla oler los ejemplares frescos, dejarse envolver por el aroma a pan que tiene la tinta, a trigo fresco, a saludo de la mañana… Fue un disloque prodigioso. Un signo y una fe para el trabajo literario.
Fue un Renacimiento de las letras cubanas. Por supuesto, sin mecenas oficial. Vi reunidos en mi casa poetas, músicos y artesanos de la tipografía. Una vuelta a los talleres del espíritu. La revista nacía de lo cubano, pero plenamente universalizada. Orígenes centró quince de los mejores años de Lezama.
Amaba su Isla. Viajó poco y siempre insistía en que también Goethe y Proust habían viajado poco. La «imago» era su navío. «Soy un peregrino inmóvil» (J.L.L.). Pero aclaraba: «No es que no me guste viajar, es que he viajado poco». En cierta ocasión lo invitó la Unesco a París para un conversatorio sobre Gandhi, y me comentaba: «Me siento tan desolado, indolente y abúlico, que lo que en otros tiempos hubiera sido un motivo de gran alegría, ahora lo es de hondas preocupaciones. El sentirse solo, sin familia, sin respaldo, te va debilitando en tal forma que pierdes el entusiasmo y la decisión». No pudo asistir.
En un escrito aparecido un mes antes de su muerte en la Revista de Occidente, haciendo la crítica del poeta José Angel Valente, refiriéndose a la comunicación poética, dijo:
“Como detrás de cada palabra hay otra palabra que es la que logra la luz del silencio evidente… Como la palabra desaparece, se hunde en el silencio, se vuelca sobre la nada y reaparece de nuevo y ofrece conexiones en un mundo nuevo”.
Era un termómetro capaz de otear lo telúrico. Sobrenatural. En la conversación familiar siempre recalcaba que así como había llegado a la cultura como un ciervo herido, su alergia era capaz de irritar su sensibilidad al menor cambio de temperatura. De acuerdo con la claridad del día podía producir prosa o verso y hasta llegó a predecir si el poema sería largo o corto. Su penetración traspasaba los cristales y las rejas de la soledad de sus últimos años. Dicen que presintió su muerte. No estaba enfermo de gravedad, pero en unas cuantas horas murió de una tonta pulmonía.
En los últimos poemas que escribió, los que forman parte del volumen que dejara a su muerte recopilado y titulado Fragmentos a su imán, versifica como un predestinado. Trata el tema de lo que se espera y no llega. Hace un repaso de su juventud y declara el tokonoma, el vacío, la compañía insuperable. También trata el tema inverso, en la ‘Fabulilla de Dánae’, lo que llega sin ser esperado, atravesando los cerrojos. ¿Por qué no la muerte?
Fragmento de un texto escrito y leído por la hermana de José Lezama Lima en 1977, durante un homenaje al escritor en la Universidad Interamericana de Puerto Rico.
El régimen cubano quiere hacer reformas. Eso está muy bien. La sociedad cubana es de una improductividad asombrosa. Comenzarán por la moneda. ¡Bien pensado! De nada sirve hacer reformas si el elemento esencial, el dinero, vale muy poco. Especialmente en el vecindario de Estados Unidos, donde reina su Majestad el Dólar, pese a que desde 1971 su valor se mide subjetiva y arbitrariamente. (En ese año, Nixon eliminó el respaldo del oro a la moneda norteamericana).
Los reformistas cubanos harían bien en mirar lo que sucede a escasas 90 millas de sus costas. Los exiliados, que se fueron azuzados por el espantoso grito de “no los queremos, no los necesitamos”, han prosperado tremendamente. En USA, con matices, se hacen las cosas como se llevan a cabo en las naciones más ricas de la tierra.
Hablemos del 20%.
Unos pocos son “asquerosamente” ricos. Son billonarios. A otros les basta con tener varios milloncejos. Hay muchos profesionales que están muy acomodados. Médicos, abogados, contables, banqueros, arquitectos. Casi todos tienen dinero en la Bolsa, segundas casas, y compran objetos de arte. A ese grupo se suman los pequeños empresarios. Unos crecerán hasta hacerse grandes. Otros desaparecerán, pero en el camino habrán aprendido una lección provechosa.
El 80% restante forma parte de los tres grupos sociales medios, más los pobres que luchan por integrarse a ellos: El grupo medio más alto, el grupo medio-medio, el grupo medio-bajo y los pobres de solemnidad. Afortunadamente, la movilidad social es tremenda en Estados Unidos. No hablo de “clases” porque es un concepto cerrado, del que se han apropiado los marxistas (y así les va).
Los pobres de solemnidad en USA son quienes disponen de hasta $25,000 dólares anuales para una familia de cuatro personas. Generalmente, son pobres con automóvil, televisión, aire acondicionado, calefacción, agua potable, electricidad, teléfonos, sellos de alimentación, protección policiaca, sistema judicial, escuelas y hospitales gratis. Viven en “proyectos” del gobierno o en pequeños apartamentos subsidiados a los que, al menos en el sur de Florida, llaman “Plan 8”.
20 y 80%. Ese es el “Principio de Pareto”. No es una ley de la naturaleza de obligatorio cumplimiento. Es un “principio”, una “observación” que casi siempre se cumple. Vilfredo Pareto fue un gran matemático de origen italiano que enseñó en una universidad suiza a caballo entre los siglos XIX y XX. Se dedicó a averiguar la disparidad histórica entre los que tienen recursos y los que carecen de ellos. En donde quiera que hay libertad para crear riquezas surgen los inventores, los empresarios, la gente que se destaca por su afán de triunfar.
Al general Raúl Castro no le debe ser difícil entender el fenómeno. Su padre, Ángel Castro Argiz, que llegó en alpargatas de una aldea gallega, cuando murió, en octubre de 1956, dejó un capital de 8 millones de dólares (hoy serían más de 100), varios cientos de trabajadores, una finca muy productiva de 30 kilómetros cuadrados, dotada de un cine, que administraba su hija Juanita, una escuela y una estafeta de correo. Sin duda, Ángel Castro pertenecía al 20%.
Hoy el “Principio de Pareto” se ha transformado en una fórmula que se estudia en mercadeo y en casi cualquier actividad: el 20% de las causas generan el 80% de las consecuencias. El 20% -más o menos- de los productos producen el 80% de las ventas. El 20% de los vendedores sostienen el 80% de las ventas. Y así sucesivamente.
El problema que posee la observación de Pareto es que conduce a la desigualdad en la tenencia de ingresos. Quienes forman parte del 20% reciben una enorme cantidad del dinero que genera la sociedad.
Eso es un anatema para los comunistas, empeñados en que los resultados de todas las personas sean aproximadamente iguales, porque no se han dado cuenta de que los seres humanos son diferentes, tienen diversos sueños, y esperan una remuneración distinta, a veces de carácter emocional.
Esto quiere decir que no se trata de reformar el sistema comunista, sino de cancelarlo, y de aceptar de buen grado que unos ciudadanos vivan mejor que la media. No es cuestión de desaparecer las tres monedas, o de que los niños o los adultos puedan tomarse un vaso de leche cuando les plazca y no cuando lo indique la planificación centralizada. Se trata de preguntarles a los cubanos si quieren seguir con el comunismo o prefieren hacer sus transacciones como las llevan a cabo en los treinta países más prósperos del mundo.
Reynaldo Fernández Pavón durante una de sus presentaciones en Miami (Facebook)
Nos hemos adaptado a las tinieblas porque de ellas es la luz…
—¿O no?—
“Un nuevo orden se aproxima”.
Reynaldo Fernández Pavón
Reynaldo Fernández Pavón (compositor total: en lo clásico y lo popular y en estrecha armonía con la poesía) es un autor que gusta debatir la Historia, pero además y fundamentalmente, cuenta con una cosmovisión profunda y en muchas ocasiones la tiene presente en sus creaciones musicales y en la literatura. Me atrevo a decir que su pasión es la creatividad y que mucho de su interés humanista no solo se canaliza a través de la composición musical sino además en su intuición histórica mediante la poesía. Y es esto último lo que nos ocupa debido a la publicación de su más reciente libro, Los últimos relatos (una selección de poemas suyos, publicada en Estados Unidos por Eniolá Publishing, 2020). Aun cuando su título parece hablar de narrativa, no es sino un conjunto de verdaderos poemas que desde una genuina perspectiva tropológica busca y encuentra la manera ideo-estética de contar una crónica invisible; digamos una leyenda que probablemente se conoce muy poco y cuyo sentido sí podría indicarnos un amplio y remoto proceso épico; proceso enfrascado en toda su extensión en una poética de “sentir y contar” su propio y particular (por diferente) modo de interpretar los entresijos secretos de la historia oficial.
Toda poesía, en sus inicios, contaba una aventura, un testimonio y hasta el surgimiento de un mito, o dejaba, al menos, los rasgos de una acción legendaria en la memoria de los hombres. De ahí la Ilíada y la Odisea, por ejemplo. Por estas razones, en estos poemas que veremos aquí hay una marcada significación del despertar de la humanidad, de los valores y la sensibilidad del ser, de la necesidad sustancial de sugerir de dónde venimos, o al menos crear cierto camino intuitivo del hecho sensible (o sea, para hacernos sentir) una rara inquietud protohistórica por nuestros ancestros. Es por ello que Fernández Pavón recurre a una potencialidad de la épica que se esconde en la relación semántica, en la que el asombro radica en una exacta y enriquecida selección poética entre la metáfora y la conceptualización de su palabra. Esta posibilidad incurre en poemas que están imbuidos de una creativa experiencia que ha tenido mucho que ver con el proceso sociopolítico de su patria y de la humanidad.
Indiscutiblemente, como ya ha dicho el profesor y ensayista Enrique Patterson, estos bellos poemas de Reynaldo Fernández Pavón siempre han apuntado hacia una compleja cosmovisión del ser humano no solo como especie, sino también como individuo en cuanto a la proyección de una gran trascendencia. Es, a bien decir, que estos poemas que conforman un conjunto sin fin, Los últimos relatos, buscan y encuentran el “más allá” de una Isla para resonar en un gran diapasón del mundo.
Pero ese “resonar” no es un simple escuchar de palabras en sonidos, no están siquiera sujetos por los límites del orbe. Se trata más bien de la apoteosis de una intimidad henchida de gratitud por la vida. Es la composición total de toda una visión cósmica, que gravita entre nosotros con sus profundas necesidades humanas, pero que es imparable ante los extraordinarios sueños de libertad. Es lo que he llamado siempre “la utopía posible”; esa búsqueda de engrandecer más y más nuestra propia condición humana. Desde los griegos nos viene, y desde los sumerios encontramos los indicios de esta épica histórica, desde el Gilgamesh y su primer oponente y después amigo, Enkidu, cuando ya el hombre piensa en la inmortalidad para igualarse a los dioses.
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La primera parte son “cantares” en los que se revela el origen. Lo primigenio del ser que habla muchas lenguas, que imita la grandeza venida del cielo: ángeles creadores que, según se sospecha, nos permitieron la vida. Esa multiplicidad, esa diferencia unida como paradoja inexplicable de lo nacido igual-distinto y enlazado en la genética de los dioses. ¡Oh, belleza!, ¿dónde está la luz que aún habita en mí? ¿Y las cabezas… las gigantescas cabezas de la primera Historia?, me preguntaría yo sobre las incógnitas de sus poemas, tal como siento ante esta deliciosa bruma del pasado:
Revela los cantares de tu origen.
Háblales en lenguas,
cuéntales de la ola de secuestros
y muéstrales las huellas del tráfico incesante;
a ver si el asombro los lleva de regreso,
al sitio donde los dioses se alejaron;
donde habita la luz que los condujo
hasta las tierras donde plantaron cabezas
esculpidas con basalto.
[Fragmento de “Cantares”, I, p. 11].
De este libro, ya desde esta primera parte de los “Cantares”, emana una atmósfera épica que nos acerca, con buen tino, a las travesuras imaginativas de los juglares, o quizás mejor: de los trovadores, que ya daban luz a la realidad-ficción de una epopeya o romance aparentemente invencionados para engrandecer al ser en su propio trasiego humano. Aunque no encontramos héroes explícitos en estos cantos de Fernández Pavón, sí percibimos un gran sentido de gesta que surge del sujeto lírico (porque elegíaca es la emoción que nos trasmite) en todo lo que nos advierten sus versos. Y, de hecho, porque la heroicidad se encuentra en la humanidad de su palabra, en la belleza de sus imágenes. Más que comentarios —nos insinúa ese protagonista enigmático— son señalamientos de lo que ha pasado en la vida humana, y al usar la segunda persona del singular, nos advierte cómo reconocer que todas las cosas tienen sus memorias, sus semblanzas, sus crónicas:
…los ámbitos donde nacieron las incandescencias,
la escritura cuneiforme y el accidente.
Después de la contracción,
todo podría ser absolutamente igual,
o absolutamente diferente.
No han existido números semejantes.
Los auxiliares no han vuelto a visitarnos.
Después de andar la tierra y de cercarla,
los guardianes volaron en los querubines,
tú los convocaste por sus nombres y sus conocimientos
que se refractan en la profundidad de todas las cosas.
[Fragmento de “Cantares”, I, p. 14].
Estos “cantares” nos dicen de algo muy remoto, pero donde ya la inteligencia del ser humano iba tomando su camino. Es decir, algo que podría venir de la protohistoria. La conciencia entonces tendría sus proyecciones, específicamente su cosmovisión luminosa. El ser iba mitificando las realidades corpóreas a su alrededor y los ángeles caídos de una región lejana del Sistema Solar eran convertidos en dioses que recreaban al hombre a modo de sumisos laborantes a los que se les dejaban —tal vez sin querer— los genes de la barbarie:
¡Ay de las criaturas terrestres!
¿En qué momento fracasó el experimento?
¿A la imagen de qué barbarie
fue creada la cultura de la muerte?
Fe que se renueva segando vidas;
parece como si nunca, nunca,
colmara su sed.
[Fragmento de “Cantares”, IV, p.19].
Quizás estos fueron los seres, ya de alguna manera humanizados, que dieron lugar a Sumer, que construyeron ciudades (Uruk, Ur, Eridú, Kish, Lagash, Uma, Nipur y tantas más) y propiciaron la cultura mesopotámica. Quizás solo fueron seres que habitaron en el inconsciente de Fernández Pavón, pero que por tales también se arrebujaron entre los escombros de una secreta primera civilización, que solo ahora podemos tener en cuenta a través de tablillas de escritura cuneiforme, donde ángeles caídos se convierten en dioses y diosas; diosas que mucho tienen que ver con el alma mater de nuestra auténtica nascencia, con sus dos naturalezas: la divina y la humana.
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De las divinidades nos viene una mujer universal y renace en las “Iluminaciones” de estos poemas. Es una segunda parte en la Historia de los seres de este mundo. Es la gestación del ser por nosotros mismos. Es la mujer la gran progenitora de todas las potencialidades y posibilidades. Nuestra verdadera diosa de la fertilidad, de la creatividad. Conciencia de nosotros como los seres que ahora caminamos por la fe, sin la mano de los dioses. Los ángeles caídos nos abandonaron, pero quedaron nuestros propios pasos, el aliciente de la utopía hacia adelante. Nuestra propia lucha contra la Nada, contra la sed de la sangre y el fracaso del experimento. A partir de nuestra grandiosa madre en su sublimidad, nosotros, todos, renacemos al dolor y a la esperanza.
… ¡Ah, la fruta prohibida!
¡Ah, los temblores del parto
y la simiente donde amaneció la existencia!
Así, a pesar de los quebrantos,
sobrevive la memoria en estertores…
Misterio del Universo:
En ti se han gestado las creaciones
como semillas sedientas en una siembra de credos;
y surges tú de las profundidades.
¡Oh, magnífica maga que te vuelves anhelos!
¿Qué sería de la vida sin tu aliento prodigioso?
Una gran pena en silencio.
[Fragmento de las “iluminaciones”, I, p. 21].
Del renacer, y por la misma salida del Sol, “hay que amanecerse”. Y siento que mi “canto viaja con los navegantes de Gadir” (y da lo mismo Gadeira o Islas Gaditanas), que vayamos todos a “reposar en las esteras de Olissipona y Canea”. Porque “te hablan por mí las voces de la antigua Varanasi, / la sensualidad de Damasco, los caracoles de Jaffa”. Ciudades importantes que en ocasiones dejan rasgos en el corazón. Como toda buena literatura, los poemas principalmente son un viaje a la Imago, y así los lugares se identifican con la belleza de sus imágenes. Porque el mundo, la Historia y los recuerdos ancestrales también son imágenes, quedan como imágenes que brotan del subconsciente, a veces como flores, otras como espinas relucientes de tanto filo. Las subtituladas “Iluminaciones” perfilan el viaje que indudablemente conduce a la “inmortalidad”. Porque es un viaje sin tiempo, “en la coordenada del nunca-jamás. /Este tránsito acontece/ en el mapa de la transmigración” [“Iluminaciones”, V, p. 25].
Ese interlocutor con que cuenta el sujeto lírico es la mujer soñada, la mujer que anda por todos los corredores memoriosos del poeta; es la mujer onírica que como la diosa Innana se fija en su mente como un único tiempo de eternidad:
Regreso una y otra vez a los papiros.
Las auroras conducen a estertores espléndidos.
Los arcanos extienden sus alas.
Ríos tendidos sobre las sienes
acompañan la algarabía de la noche
y la cadencia crepuscular toca los labios
para propiciar eternidad.
La creación se multiplica
En visiones de sueños compartidos.
Ámbito donde los collares rodean las caderas
y la vida danza.
[Fragmento de “Iluminaciones”, VII, p. 27].
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En la tercera parte, “El verso continuo”, los hacedores de la alquimia resaltan la magia de ciudades festivas, con nuevas tabernas de peregrinos, donde las miradas furtivas a veces dicen más que las chácharas mundanas, “de disquisiciones y rezos”, de las lenguas antiguas, remotas, crepitantes de sonidos y risas, recordando los abetos, “las fábulas y los cimientos…”. Exactamente es eso: el fecundo sonido del verso, imparable, como “luz de hoguera”. Y la poesía, sí, “¿cómo va la poesía?”. Y desde lo cotidiano, como un coro griego, muchas voces responden al unísono: “como un personaje”. Divina poesía que se destila en versos y forma poemas como canciones. El autor se adentra en su propia creación, más que todo en su propia emoción. Su decir que ahora ha pasado de lo remoto y secreto de las ciudades perdidas a los vientos íntimos del corazón. Es entonces, más bien ahora, el individuo en su palabra. ¿Qué recuerdo le ha traído esa “actriz que se acostó con la gloria, y despertó en medio de un pantano?”. ¿Qué personaje de su historia íntima cobra vuelo en el reino de las nuevas imágenes? Esa mujer que crece en las obsesiones de las pupilas es un aliciente sacado de la Nada, o del aparente Vacío, donde a pesar de lo inexplicable el autor invenciona el aire, las moléculas del aire que se procrean en sus manos y surge la belleza transparente de la mujer universal. En los poemas, las letras semejan gotas de agua, y se escucha el ritmo de la lluvia llenando la fuente. Aquella fuente que, por no tener, tenía un pez que escupía el agua, y los versos, en la superficie, formaban un espejo, donde los rostros se limpiaban de viejos pesares. Y en el patio central de la vetusta mansión, “la soledad es umbral del conocimiento”. Son los poemas que surgen de Ur, del sur de Mesopotamia, de aquellas regiones de carruajes voladores, con las siluetas encantadas y gigantescas de los ángeles caídos:
Las doce tumbas de piedras y ladrillos serán mostradas,
con gemas de los soberanos de Ur
entre hojas de sauce,
allende los territorios donde nació Abraham
y la caja de resonancia de esa lira,
convertida en estandarte;
vibrará en los carros alados.
[Fragmento de “El verso continuo”, VIII, p. 36].
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La cuarta parte, como “Retorno del ocaso”, habla del Padre, que no podía faltar. Ha sido una de las obsesiones afectivas del autor. Su padre prisionero de una dictadura diabólica. Desde el primer poema, todo en esta parte es conmovedor. El hijo convoca la imagen dorada de su progenitor. En realidad, no hay otra luz que no sea la de su propia sangre; una luz que se ahonda cada día del mundo, porque está hecha de amor y conocimientos. Es un dolor estremecedor porque habla de la soledad, del “insondable asombro del silencio en que te perdí”. El padre fue la cúspide de sus ilusiones y lo perdió entre las prisiones, las granjas y la vida misma en el espacio-tiempo de este mundo. Se hace inevitable el leer estos versos:
Padre,
no pude mencionarte antes,
las palabras se fueron colapsando
en las granjas de tu prisión.
Desde entonces trato de encontrarte
en calles de ciudades de las que nunca debiste regresar.
En el banco de los acusados dijiste:
—Hijo, la vida no es más que un breve diálogo
de una puesta en escena.
Padre que estás y no estás:
¿Cómo continuar el viaje?
¿A qué ciclo corresponde este sitio
donde acontece mi antes, mi después?
[Fragmento de “El retorno del ocaso”, I, p.41].
Su padre no solo representa el amor de su familia, incluso la madre buena y grandiosamente humilde que languidece en la Isla, sino que fue el Maestro de sus aspiraciones de los misterios históricos y axiológicamente humanos. Mientras su madre, creadora en todos los sentidos, significa lo nacional, su fuerte amor por lo telúrico, el padre es el universo en sí mismo, el sendero de la imaginación heroica, el romántico regreso a los orígenes. Y es por lo que surgen los asombros del planeta: la protohistoria invisible, las aventuras no contadas por los escribas oficiales, los hallazgos de las tumbas y monumentos, la enigmática procedencia de los faraones, los carruajes de fuego descendiendo entre las nubes, las pirámides alineadas con las constelaciones y entre tantas y tantas sospechas de otros mundos. Del Padre al Universo:
Tu rostro convertido en recuerdo,
la conversión de los mapas,
la quema de los códices,
los rollos del mar muerto,
los templos sepultados,
los incendios de Alejandría,
los ismos,
el culto a la ignorancia,
me aferran a tus pechos.
[Fragmento de “Retorno del ocaso”, V, p. 46].
Los ojos rasgados de una gitana tropical influyen en este poeta, conocimiento que lo atrae en las obras de Víctor Manuel; gitana del mundo con su sensualidad moderna que resalta de pronto en uno de sus poemas. Pero al mismo tiempo es imposible que el poeta en sus versos olvide El rapto de las mulatas, de Carlos Enríquez. El voluptuoso hedonismo cubano se refleja en un violento movimiento de sueños que sobresale de los dos nombres de esos universales pintores mencionados. Y su poema gana con el entrelazamiento poético de esas pinturas oníricas; de esos momentos que se hacen eternos:
¡Ay, Víctor Manuel!
Si pudieras extender tu abrazo,
tus ojos en este espacio,
tu delgada figura por estas calles,
inclinando tu sombrero bajo el Sol,
sobre el cariño en vida de estas ciudades hembras.
[…]
¡Ay, Carlos Enríquez!
Ojalá pudieran raptarse estas imágenes
y volcar en color sus transparencias.
Si hubieran visto estas siluetas
en las entrañas mismas del encanto,
habrían querido compartir estas alucinaciones.
[Fragmento de “El retorno del ocaso”, X, pp. 51-2].
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Los “Versos de la siega” conforman una quinta parte no venida a menos, sino por el contrario enriquecida paradójicamente en su brevedad. Es como la ascendencia ya en la cúspide. El mirar desde arriba todo lo escrito. Los tres poemas que componen la “siega” es el quehacer de una metapoesía. El accionar, el recomponer las ideas pasadas envueltas en la bruma de la poiesis, la sublimación del tropo con el significado-otro de nuevas palabras para reafirmar lo acontecido. Es del ser al ser-otro. Es la creación y el cambio; el movimiento de lo nuevo, y más cuando proclama a su persona: una poiesis del alma. El poema entonces permite la transformación del sujeto lírico, del sentirse necesitado de “sentir” en palabras, de sacar su verdad del pecho y penetrar, poéticamente, en los secretos del hombre. Es un señalamiento para renacer y recordarse a sí mismo que uno, independientemente de ser creador, pertenece a la legitimidad de este mundo.
Nacidos de un proto-pueblo
las visiones danzan el adagio de lo ignoto,
imágenes que dan paso a toda forma.
Desarmonía que se refracta,
percepción de los sueños
cuando cambio los epítetos.
Al ritmo de voces sonando a elegía
tomo la imagenería terrestre,
el símil transfigurado en acordes,
los armónicos celestes,
y la morfología que se asoma
como si hubiese sido antes
reminiscencias de las letras
paso de las gestas,
sentido de la transmutación,
belleza fundida en cadencia,
sin principio, sin definición…
[Fragmento de “Versos de la siega”, I, p. 54]
Hay como una receta en la búsqueda de su propia creación. Al Poeta le interesa la exactitud de sus sentimientos, aun cuando muchas veces el alma se desborda más allá de uno. Los versos se precisan en “la fugacidad, / la recurrencia, / la fragilidad, / las derivaciones / y el flujo de los ciclos; / creando territorios.”. Sin embargo, más puedo decir: los versos vuelan plenos de sugerencias. Las palabras, en verdad, indican sutilmente caminos secretos, dimensiones primigenias de un resonar psíquico. La imaginación del Poeta, intuitivamente, busca otras lecturas de la Historia, incluso, se abre a sí mismo para dar una parte de su biografía más íntima y continua con el símbolo femenino y maravilloso de la vida. Además, recompone su interés pictórico, su reconocimiento a figuras señeras de la pintura cubana, la sensualidad moderna de una mujer genérica, única en su diversidad.
♦♦♦
Es como si este hermoso poemario terminara con una conclusión de sí mismo, en esa última quinta parte, al menos, en fragmentos de los dos penúltimos poemas, lo que podríamos llamar una metatextualidad poética como autorreconocimiento de lo que se ha propuesto el autor. De aquí “Los versos de la siega”. Pero al mismo tiempo, a esto se vincula una intención de oráculo, vaticinio o augurio que habla de la revelación en estos nuevos tiempos, cuando la Historia se abre, por fin, y se develan secretos social y políticamente guardados, que ya la tecnología y la ciencia han puesto en la palestra pública. Entonces, el ser humano se dejaría ver en toda su debilidad, o en toda su fuerza de redención. Quizás el pánico, tal vez la resignación de un porvenir sin soledad. O incluso la alegría de haber sabido siempre que hay algo más; o que el acontecer anterior no vino a ser sino una manera cobarde y oportunista para no aceptar nuestra verdadera e ínfima naturaleza; o que la libertad es una ley universal, o, todo lo contrario, que ha sido un disfraz de viejos tiempos, o algo que no tiene asidero, ni razón de ser ante los dioses. Y que, de hecho, desde una incertidumbre humanista nos habrá de afectar. Cambios vendrán, parece decir, y un nuevo espíritu de época nos acecha en el recodo de una cercana esquina. La incertidumbre es el colofón de Los últimos relatos:
Juventud Rebelde, quizás el más aberrante de los medios de prensa bajo el control del Partido Comunista, cataloga de «Papá Estado» al régimen cubano.
Hay que tener un corazón profundamente mezquino para clasificar de «Papá» a un seudoEstado que, tras seis décadas en el poder, no ha podido garantizar a sus ciudadanos ni siquiera los más antiguos y universales alimentos: el pan y la leche.
Un seudoEstado [una exRevolución] que va en harapos y que ha hecho de la mentira su ciencia y su esencia.
Con esa manera alevosamente tonta que distingue a cada una de sus publicaciones, Juventud Rebelde asegura que:
«La familia Cuba no puede prosperar con tanta sobreprotección igualitarista, al extremo de que sus hijos laboriosos y esforzados se desgasten trabajando y no progresen como desean para que sus hermanos vagos y extraviados vivan muchas veces mejor, del invento y del engaño medrando con las dificultades».
Esta es la respuesta soez que el régimen, a través de Juventud Rebelde, le otorga a cada trabajador cubano por el esfuerzo y el sacrificio de sesenta años. Es decir: Nada.
Porque nada es lo que tiene la familia cubana, mientras las Fuerzas Armadas [FAR] administran las arcas del país al tiempo que el Ministerio del Interior [MININT] le sirve de escolta y de cerbero.
¿Quiénes son los hijos laboriosos y esforzados; quienes los vagos y extraviados? Esa es la respuesta que jamás podrá ofrecer el insulso y oxidado Juventud Rebelde.
¿Por qué Juventud Rebelde no dedica sus páginas a detallar cuánto cuesta y quién financia los constantes y violentos operativos policiales contra la oposición política, contra los activistas pro derechos humanos, contra los periodistas y artistas independientes?
¿Por qué Juventud Rebelde no explica en sus páginas que la tremebunda y licenciosa vida a la que se abocan las familias de Fidel Castro, Raúl Castro, Miguel Díaz-Canel, y un larguísimo etcétera, se financian no solo con el sudor del pueblo cubano, sino con las remesas del exilio cubano, con las remesas de la UE, la FAO, la UNICEF y, también, con el 75% de la venta de los servicios que prestan los profesionales de la Salud Pública en más de treinta naciones extranjeras?
El engaño se termina aquí.
Cubanos: el régimen, a través de Juventud Rebelde, nos quiere dividir ahora y mezquinamente en «laboriosos» y «vagos», en «esforzados» y «extraviados».
Despierten.
No somos ni laboriosos ni esforzados ni vagos ni extraviados: somos esclavos, Cuba es una plantación de caña de azúcar y nuestros hogares, barracones.
Cuba es hoy menos que una finca, sino un corral desvencijado. Un suave latifundio, administrado por la mentalidad de quienes se autoperciben terratenientes e inquisidores.
Cuba vive una época oscura bajo la egida del Partido Comunista, y Juventud Rebelde es uno de sus patíbulos.
El engaño, al menos para este cubano, termina aquí. A mí nadie me paga porque jamás estuve en venta.
Cuando el joven artista visual Luis Manuel Otero Alcántara y los integrantes del Movimiento San Isidro empezaron su batalla por la libertad de creación artística frente al ominoso Decreto 349, pocos pudieron imaginar la repercusión que llegarían a alcanzar.
La huelga de hambre de San Isidro y la consecuente protesta durante cerca de doce horas, el pasado 27 de noviembre, de más de 400 artistas frente al Ministerio de Cultura, en reclamo de libertad de expresión, han puesto en jaque al régimen.
Con la represión contra el Movimiento San Isidro lo que ha conseguido la dictadura es que centenares de artistas e intelectuales -algunos de ellos con mucho reconocimiento dentro de la cultura oficial- que hasta ahora permanecían callados, se solidaricen con los artistas reprimidos y se sumen a los reclamos por la libertad de expresión.
Esos reclamos, que seguirán creciendo, no los pararán con la alharaca de los más sumisos y los sicarios del pensamiento oficial de la UNEAC y la Asociación Hermanos Saíz y la farsa de diálogo que más bien es un monólogo ministerial, un chapucero remake de las Palabras a los Intelectuales de Fidel Castro en 1961.
A los mandamases castristas, en su intento de maniatar y amordazar al arte, les salió el tiro por la culata. Pero en su miedo y su torpeza, cuando, con tanto escándalo, muchos ojos en el mundo se viran hacia Cuba y es tan precaria la situación de los cubanos que pareciera inminente un estallido social, no se les ocurre otra cosa que aumentar la represión, sacar a los boinas negras a la calle y montar en los medios oficialistas un carnaval de mentiras y difamaciones ridículas en contra de los miembros del Movimiento San Isidro, a quienes presentan como “mercenarios pagados por el gobierno norteamericano” e intentar vincularlos con actos terroristas.
Los medios oficialistas se han ensañado con Luis Manuel Otero Alcántara. Ironizan diciendo que, fabricado por el gobierno norteamericano, es “un nuevo héroe de la contrarrevolución”. En realidad ese héroe, y los que vendrán, los ha creado no la CIA, sino el castrismo, con su paranoia, su odio y su saña represiva
Los prepotentes y paranoicos mandamases, que ven a todo el que disiente como un enemigo, se niegan a aceptar que Otero Alcántara es un artista. Para ellos, es “un negro gusano, marginal y revoltoso”, ideal para dar un escarmiento.
Otero Alcántara, con su excesivamente chocante irreverencia en la desnudez y la utilización de la bandera para sus performances, en un país donde las banderas son sacralizadas, y algunos miembros del Movimiento San Isidro, con su impulsividad, algunas frases desafortunadas y su devoción por Trump, se la han puesto fácil a los difamadores papagayos del régimen para su campaña de descrédito. Eso, por no hablar del vídeo del rapero Denis Solís y su altercado con el policía que irrumpió en su vivienda, que, como prueba del desacato del que se le acusó, parece filmado en el ICRT, con guión del Ministerio del Interior, para el serial “Tras la huella”.
Pese a todo eso, gústenos o no su arte y sus procederes, la mayoría de los creadores cubanos, los que nos negamos al sometimiento y la censura, no tenemos otra alternativa que solidarizarnos con los del Movimiento San Isidro por haber sacado la cara por todos nosotros y su valor para prender la chispa de las protestas.
Seis décadas de aberradas “políticas culturales”, que pretenden remachar con el Decreto 349, han generado una mediocre cultura de rebaño y un medio intelectual donde más allá de ciertas inocuas poses contestatarias imperan, como en el resto de la sociedad cubana, el miedo, la hipocresía, la simulación y el doble discurso. Ya es hora de terminar con ese aherrojamiento.
No puede estar en manos de un Estado-Gobierno-Partido, como pretende el Decreto 349, determinar quién es artista y quién no, y qué es arte y qué no lo es. Si el arte está sujeto a los intereses y conveniencias del Poder, será cualquier cosa, remedo, propaganda, panfleto, lo que sea, pero no arte.
El arte, no hay otro modo posible, tiene que ser independiente. Y si es irreverente y provocador, bienvenido sea también.
Pésele a quien le pese, el arte será libre o no será.
En la escena del rap cubano el Yimi –como todos le conocemos– es un personaje particular y pintoresco, capaz de llegar tarde a sus propios conciertos y luego subirse al escenario con la sonrisa de un niño pícaro intentando vivir a su tiempo sin que nadie le imponga leyes, reglas u horarios. Su obra está cargada de un lenguaje performático que la hace original en medio de la diversidad del rap insular. No de ahora, que ya se puede decir que este artista ha alcanzado madurez en su creación por toda su trayectoria: Desde sus primeros trabajos, se observaban vestigios de una investigación creativa que rebasa las fronteras del rap para apropiarse de otros códigos estéticos, sonoros, visuales y sociales, con los cuales se conforma su música.
Poseedor de una poesía distintiva con gran dominio de la rima, sus letras expresan lo que se habla en el barrio. No cualquier barrio, sino la Habana Vieja. Esa Habana de solares en peligro de derrumbe, del invento para buscar dinero, de los pillos que te envuelven con la labia, prostitutas y travestis que salen de noche a comerciar su cuerpo.
El folklore que lo rodea, la religión, los santos, la rumba, el espíritu de su abuela que lo guía, es parte de la construcción de este rapero, activista, Dj y productor. Un chamaco de barrio con sueños por los cuales apostó: al arte, la música, la libertad…
¿Cómo llega Yimi Konclaze al rap?
Tengo el recuerdo de haber rapeado con el Rap del Tomatico en la primaria, de encontrarme con algún que otro casete de Vico C en cinta. Estando en la secundaria en algún pase de la beca, en fiestas del CDR, ponían a El General. En esa época fue cuando yo tuve noción de la Música Urbana.
¿Qué temáticas comenzaste a desarrollar en tus canciones?
En ese tiempo yo me sentía con poco feedback y lo que hacía era ver filmes. Muchas de las primeras canciones eran basadas en los filmes que veía. Me conectaba incluso con los soundtracks de esas películas. Después han pasado los años y evidentemente me he dado cuenta que muchos eran filmes buenos. De un Hollywood comercial pero con buena factura sobre todo en el contenido y el mensaje que te dejaban. Me gustaba leer, le descargo a los libros, pero el cine capturó una cosa en mí, lo cual me inspiraba mucho.
Con el pasar del tiempo igual comencé a inmiscuirme un poco más en la trayectoria de raperos que me estaban gustando, sobre todo del Yuma, New York, Los Ángeles y esas tallas. Ahí empecé a comprender cosas que estaban en plena sintonía con las ganas que teníamos de expresarnos mediante ese medio.
También para crear las canciones creo que hay factores que tienen que ver con los momentos de crisis. Pueden ser personales o cosas que uno busca en el propio pasado u otras que te estén sucediendo en el presente. A partir de la separación de lo que para ti es crisis, pero pudo haber sido en otro momento crisis para otras personas, comienzas a valorar los ciclos donde rompes esa dualidad con otros seres y eso es lo que te hace crear las canciones con las cuales pueden conectar con el público.
En tu trabajo se puede percibir una gran variedad de mezclas, dando como resultado un producto experimental dentro del rap. Háblame de tus referentes musicales.
Desde que uno está en la barriga de mami está cogiendo pulsaciones y recibiendo un beat. Ese beat tiene mucho que ver con tus genes y ADN. Todo eso tiene que ver con tu árbol y tu historia trasgeneracional y por supuesto ahí está la música, en la conexión espiritual con mis antepasados, mi abuela y demás. Entonces, en primer lugar, eso a mí se me refleja y me siento muy conectado con ello.
Yo tengo total gratitud con la época que me tocó vivir de fiñe, yo viví los ochenta. Lo que tenía era un tv ruso y un Elpidio Valdés, una radio, muchas cintas sobre las cuales estás sentado –debajo de esa cama hay muchos casetes de cinta– y tengo una gran pasión por ese momento.
La banda sonora de mi niñez es en gran parte la música que les gustaba a mis padres. Podría mencionar la música romántica de aquel tiempo, los boleros. También te puedo mencionar referentes como Caetano Veloso, Van Van, Irakere, Carlos Embale, Los Muñequitos de Matanzas. Yo soy criado en Jesús María, Habana Vieja, la rumba tiene mucho de mí. Este es un barrio de rumba natural, lo aprendí luego.
Comencé a entender realmente la rumba súper tarde, a los veinte y tantos años. En mi etapa de adolescente lo que estaba de moda era la timba cubana. Yo estuve en el concierto del Team Cuba en el Capitolio. Cuando salía de pase en la beca iba para el Salón Rosado de la Tropical, los conciertos de la Piragua con NG La Banda. Todo eso en vivo yo lo cogí de chama. Igual era lo que se oía en la beca, que fue donde aprendí a bailar casino. Eso influyó mucho pues me encantaba bailar y con el rap fue un contraste fuerte, pues los raperos no bailan.
La rumba llega a mí por mi abuela y mi barrio. Pero la primera conexión que yo tuve con un tambor fue en casa de mi tío Carlitín, en el Cerro.
Háblame un poco de tu experiencia como productor musical.
Eso también tiene que ver con la música que me ha influenciado. Cuando me quiero acordar de mi infancia sampleo sonidos relacionados a ella, que detecto en el momento: Nelson Ned, José Feliciano, José José, Dúo Pimpinela, el cual mis padres me ponían a cantar de niño junto a mi hermana. Esas cosas a mí me cuadra samplearlas porque me conectan con el niño que quiero seguir siendo.
Aprendí que la música se podía hacer por computadora en un momento de la vida en que yo no tenía computadora, ni soñaba tenerla, creo que mi hija aún no había nacido. Yo sabía que en mi cabeza tenía el software, por llamarlo de algún modo, y eso hizo que el camino se me hiciera súper fácil para atrapar y lograr cosas sin tener la posibilidad.
Mi carrera de disidente comienza cuando copio la llave de la oficina de mi mamá sin que ella se diera cuenta, y entro a la escuela donde ella era directora sin pedir permiso… y de ahí salían mis backgrounds.
Háblame de tus trabajos como promotor cultural en la comunidad.
Eso surge a raíz de entender que había mucha gente aquí que se estaba conectando. Yo te digo, cuando uno hace algo en el barrio y trae disciplina no piensa que está rompiendo un paradigma. Yo realmente lo que pienso es que la gente lo sabe y lo va a asumir bien sin entrar en shock cuando me decido a hacer algo con la comunidad. Yo entiendo que todo el mundo sabe lo que es y lo entiende. Es la respuesta que he tenido, aunque luego en el proceso me he dado cuenta que para ellos ha sido un impacto positivo de conocimientos.
Háblame de tu proyecto La Partidera, el cual realizabas en La Madriguera y dabas espacio a otros raperos para que se presentaran…
Eso surge por allá por el año 2007, por lo menos la primera temporada, ya la segunda fue por el 2012 o 2013. Mira, Claudia Expósito, Carlito El Puro, Libán, Jorgito, Denis, ellos eran EL Topo Producciones que trabajaban ahí en La Madriguera, son los que me apoyan en ese proyecto.
Libán era el que se encargaba de programar a los artistas que cantaban. Ya yo en ese tiempo tenía mi experiencia como DJ, poseía una laptop y me gustaba mucho poner música. Y aunque me gustaba rapear, siempre he pensado que el rap no me puede aburrir y entonces la cultura la empecé a expandir y me comuniqué con grafiteros y bailadores, abriendo espacios para esa cultura underground.
Cuéntame de tu conexión con las artes visuales y en especial con la figura de Wifredo Lam.
A Lam yo lo escuchaba de nombre y no sabía si era escritor o pintor (músico si estaba seguro que no era). Entonces me encuentro con el documental de Humberto Solás con música de Leo Bouwer, es ahí donde comienzo a recoger imágenes de Lam y a tener noción de su obra.
De Lam me inspira sobre todo su historia, su pensamiento, la mezcla también, pues yo vengo de chino y de afro igual. Entonces, gracias a Otari, un artista visual que me regala su biografía, me pude adentrar más en lo que es su obra, y es lo que realmente comienza a despertar en mí a la religión afrocubana. Eso ocurre en el documental cuando el menciona el nombre de Changó, haciendo una descripción de una obra, y yo soy hijo de Changó. Ocurrió antes de la de mano de Orula sin yo saber de quién era hijo, en el 2014, lo cual marcó un antes y un después.
¿Cómo ves la situación del arte independiente en Cuba?
Lo veo tan oprimido que no llega hasta aquí. Ahora lo que veo es el colapso. Pero vamos a ver por qué llegó al colapso. Es por toda la censura y todo lo que se ha tenido que hacer por los propios medios de uno sin ningún apoyo. Yo creo que la pandemia también ha sido un factor importante que ha frenado muchos espacios que antes existían y ahora ya ni eso.
También que las instituciones a través del tiempo han perdido más interés y sentido de apropiación por los eventos que se hacen, ya sea porque no los entienden o porque no los valoran o entran en diferentes tipos de conflictos con sus organizadores. Jorge Enrique Rodríguez en algún momento fue algo en las instituciones, no sé si vicepresidente de la AHS o qué exactamente, y hoy por hoy él es una persona que trabaja fuera de las instituciones, vinculado con eventos culturales o no, pero lo que se demuestra aquí es que esas instituciones han perdido el vínculo con sus propios trabajadores. Imagínate con los artistas que no ven todos los días, gente que se queda, gente que va y viene.
¿Cómo tú ves esos casos de represión donde a artistas independientes los hostiga la Seguridad del Estado y los funcionarios dicen que ellos desconocen esos incidentes?
Eso es mentira. Esa gente se sigue los unos a los otros. ¿Que la institución cultural no va a saber que los artistas están recibiendo represión, en serio bro? No de ahora, de cuando el Sexto.
¿Qué opinas del descrédito que sufren los artistas independientes, que son acusados en los medios como mercenarios?
¿Mercenarios porque reciben dinero de otros sitios? ¿Y cómo se han hecho las guerras en este país? ¿Cómo tú puedes enfrentar a un sistema que no te va a reconocer como partícipe de un cambio? ¿Qué estamos haciendo?, repitiendo un ciclo. ¿Qué vamos a decir? Que Martí vivió en New York más de 10 años, que tuvo que contactar con tabacaleros y tuvo que formar cosas porque él venía de una familia pobre.
El arte independiente proviene de una esencia realmente complicada y disfuncional y al no recibir ningún tipo de apoyo del gobierno tiene que buscar opciones. Yo no sé de dónde sale el dinero para que los artistas produzcan sus obras. De cualquier lugar que salga, no tiene que ser directamente de Estados Unidos. ¿Vas a ser mercenario? Porque estás buscando una manera de equilibrar la obra que viene contigo desde que naces y el sistema en que vives no apoya eso. Imagínate tú, eso no hay quien lo controle y yo creo que ahí lo que hay es mucha difamación.
¿Cómo tú visualizas la Cuba del futuro?
Una Cuba sin tener que hacer colas y poder proyectar mi vida sin tener que mirar precios ni qué cuesta nada. Sin tener que estar ahorrando nada, ni salarios, ni datos móviles ni esto o lo otro. En este mismo espacio que es mío donde no pago renta y tengo una vista que me gusta, con tranquilidad y sin ningún ruido de nada. Quiero poder tener un huerto y la libertad de hacer lo que me plazca. Que todas las personas tenga el derecho a amar lo que hacen y libertad de hacerlo. El que no tenga la libertad de hacerlo que salga para la calle o se lo discuta a quien se lo tenga que discutir.
La Cuba del futuro donde ya todos hubiesen discutido eso y no hubiese más guerras ni conflictos.
Katherine Bisquet y Camila Lobón reaccionan al cerco de la policía política (foto de Facebook)
La Cuba policial continúa empeñada en ahogar a la Cuba independiente. En Facebook, cubanos de dentro y de afuera se hicieron eco este martes de las denuncias contra el bloqueo de la Seguridad del Estado a dos jóvenes creadoras del Movimiento San Isidro, quienes ya por trece días permanecen cercadas domiciliariamente.
«Katherine Bisquet y Camila Lobón escribieron en una sábana para denunciar que llevan 13 días en presión domiciliaria ilegal en Cuba y la colgaron hacia la calle», denunció desde Barcelona el escritor Arsenio Rodríguez Quintana. «El valor de estas jóvenes contra la dictadura en Cuba es descomunal. Mi apoyo a ellas, al Movimiento San Isidro y al 27N es sin fisuras».
«Un orgullo tener amigas como ellas, las artistas Katherine Bisquet y Camila Lobón. Encerradas por la Seguridad del Estado de Cuba por 13 días sin una sola razón legal. Usando su maquillaje, han pintado esta sábana y la han colgado del balcón», subrayó desde La Habana la periodista Luz Escobar:
Tras los sucesos del 27 de noviembre pasado, cuando cientos de jóvenes se congregaron frente al Ministerio de Cultura pidiendo la liberación del rapero Denis Solís y el cese del acoso contra los creadores independientes -luego de una huelga de hambre protagonizada por el Movimiento San Isidro-, los miembros del grupo se han visto sometidos a un cerco frente a sus domicilios que ya abarca todo el mes de diciembre.
El mitin de repudio contra Bisquet y Lobón no podía faltar:
«El arsenal culturo-repudial ha integrado en su repertorio a Moneda Dura, Moncada, Carlos Puebla, Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Shara González, fragmentos de discursos de Fidel grabados y de vez en cuando un vecino que declama Bonifacio Byrne o grita lo de siempre, Fuera, Gusanas, Descaradas, Mercenarias, la calle es solo de los revoluyouknow», describió Lobón en Facebook. «Nada nuevo bajo el sol, imaginación 0. Es mi segundo acto de repudio en el año».
«A muchos les va a dar risa y a muchos ganas de llorar», escribió, por su parte, Bisquet. «A la mayoría les provoque quizás la mueca extraña esa entre la risa y el llanto. Pero la verdad es que cuando el altavoz, justo antes de la conocida avalancha de improperios e insultos, balbuceó las palabras delirantes ‘Y gracias a esta Revolución se está salvando a nuestra Revolución’, yo llegué a pensar por un segundo que aquella voz no venía de la calle sino de ahí mismo, de la azotea, y era una voz que entendía perfectamente tanto los mecanismos como el sentido último del Estado cubano».
La editorial miamense El Ateje abre su Colección Teatro «con dos dramaturgos esenciales dentro del panorama teatral cubano, José Abreu Felippe y Héctor Santiago», han anunciado sus editores.
«Las piezas que integran estos libros parten del drama humano y se adentran en el dolor, la desesperación, la ruptura familiar y el deseo de libertad», indicaron. «Dos de las obras, Amar asíde Abreu Felippe y El último vuelo de La Paloma, de Santiago, están ambientadas en los sucesos del Mariel, que este año 2020 conmemora su 40 aniversario».
«En la segunda pieza de Santiago, El loco juego de las locas, los personajes recrean en un juego de dolor y muerte, los campos de trabajo forzado UMAP en Cuba, que conmemora sus 55 años de instaurados».
«Dos efemérides cubanas que evocan momentos trágicos, violentos, actos de repudio, trabajo forzado y represión».
José Abreu Felippe. Poeta, narrador y dramaturgo. Nació en La Habana el 19 de marzo de 1947. Vivió unos años en Madrid y desde 1987 reside en Miami. Premio Internacional de Poesía Gastón Baquero por El tiempo afuera, 2000. Como dramaturgo ha publicado Amar así (1988, 2020), primera obra escrita en el marco literario cubano sobre el éxodo del Mariel, fechada en La Habana en 1980. Teatro (1998), que reúne cinco piezas; Tres piezas (2010); y Árido (2012). Recibió el Premio Baco de Teatro en el 2012. Entre sus obras más recientes se encuentran Cenizas (2016) y La Felicidad (2020).
Héctor Santiago (La Habana, 1944). Director, dramaturgo, actor, titiritero, coreógrafo, bailarín y pintor. Graduado del Seminario de Dramaturgia del Teatro Nacional de Cuba. Vive exiliado en New York desde 1979. Sus obras han sido estrenadas en Estados Unidos, México, Brasil, Perú y Paraguay. Premio “Letras de Oro” 1997, por Vida y pasión de La Peregrina; Premio “Concurso Chicano/Latino”, Premio Teatral Internacional “Monólogo Dramático”, Madrid, España. Premio Teatral Internacional “Alberto Gutiérrez de la Solana”. En New York participó en una exhibición colectiva en la Galería Jadeite y en una unipersonal en la galería del curador Gustavo Valdés en New Jersey. En el 2012 publicó la novela La memoria del agua.
1- No hace falta un acento unificado —el supuesto ‘neutro’— para que el público se identifique y acepte a los distintos personajes de esta serie en Netflix. Por ejemplo, Alma es argentina, habla con un marcadísimo acento gaucho y nadie se lo cuestiona. Se entiende todo lo que dice, así que Televisa, Telemundo, Univisión, quiten la camisa de fuerza del acento dizque ‘neutro’ a sus actores no mexicanos.
2- Pero la gran lección no es esa, sino cómo es la vida de los pobres ciudadanos bajo un régimen totalitario, vigilados por una Begoña en cada comuna (cual CDR castristas: «En cada cuadra un comité, en cada cuadra… un chivatón») y por la Seguridad del Estado, a merced además de los chivatos oportunistas o fanáticos, que nunca faltan. Hace falta que todos los socialistas trasnochados —sobre todo los españoles— vean esta serie, donde el pueblo come ‘carne con papas’ sin carne mientras la nomenclatura gobernante y sus familiares gozan de todo tipo de privilegios. Esa es la Cuba de hoy, tíos trasnochados, y lamentablemente, desde ya pronto 62 años.
3- Desgraciadamente, la Seguridad del Estado siempre encuentra individuos que, por miedo a perder su trabajo o su posición, o por chantaje, porque los detuvieron haciendo algo ‘ilegal’ —casi toda actividad libre del control del estado totalitario es ‘ilegal’—, aceptan vigilar e informar sobre sus familiares y amigos, algo de lo que he sido víctima yo mismo, pues dos de mis supuestos grandes amigos en Cuba, uno en La Habana y otro en Santiago de Cuba, accedieron a vigilarme cuando yo iba a la Isla para informar de mis movimientos y reportar si tenía algún encuentro con la disidencia.
A uno lo dejé de tratar pero al otro lo he perdonado. Aunque no olvido.
4- Y por último, y no por ello menos importante, que todos los pueblos bajo dictaduras totalitarias se comportan de modo similar. La mayoría vive con miedo y hace el juego de la doble moral y hay chivatos y colaboradores. Como tan bien dice mi gran amiga Anabel, un solo hombre como dictador no puede joder a un país y a un pueblo si no cuenta con gente servil que lo siga y lo apoye.
Como coletilla, y ya sin nada que ver con dicha serie: Incluso muchos de los que logran escapar de la dictadura castrista (Díaz Canel es tan títere que no amerita decir «canelista») aún continúan con miedo a las represalias del régimen, como no poder entrar a Cuba, y no ponen «like» a textos en su contra, como éste mismo, por ejemplo. Ya que sabemos que las ciberclarias nos revisan Facebook, los emails y Twiter, como antes nos abrían la correspondencia… y siguen escuchando las llamadas.
Gracias, valiente Movimiento San Isidro. Viva la libertad de expresión. Cuba para todos. Sin miedo.
"El San Lázaro de cerámica que teníamos en San Isidro". Katherine Bisquet en Facebook
Este lunes, en Facebook, la escritora Katherine Bisquet publicó el siguiente comunicado a nombre del Movimiento San Isidro, cuyos miembros continúan sitiados por el régimen castrista en sus domicilios:
Comunicado:
En los días recientes hemos asistido a un despertar sin precedentes para Cuba. Miles de cubanos, sin importar el lugar de residencia actual, se han reconectado con el país y sus anhelos de libertad y han salido a las calles, exhibiendo con entusiasmo el apoyo a San Isidro, a la liberación de Denis Solís y a un cambio democrático para todos.
Dentro de la isla también hemos recibido numerosas muestras de apoyo, a pesar de la campaña difamatoria que el Estado ha desarrollado contra nosotros y la militarización de los espacios públicos. Algunos se han manifestado, exponiéndose a detenciones y maltratos, otros han apoyado desde un posicionamiento en la redes o a través de muestras de solidaridad a nivel personal o grupal.
Todo cuenta para nosotros: desde comunicados explícitos de apoyo, obras de arte, carteles, videos, hasta los saludos emocionados que recibimos de personas en las calles, poniendo sus manos en el corazón, o las que auxilian en sus casas a los que todavía están sitiados.
Desde ese espíritu de celebración queremos continuar en la senda de la libertad. Insistimos en nuestro derecho a movernos libremente y a reunirnos. Insistimos en la necesidad de seguir luchando por la liberación de Denis Solís y ahora también de Luis Robles, joven que se manifestó pacíficamente en el boulevard de San Rafael, en La Habana, y que ya fue acusado de desacato.
El gobierno ha demostrado de todas las maneras posibles que no quiere diálogo y que está dispuesto incluso a recurrir a la violencia con tal de no cejar en la violación constante de nuestros derecho humanos y ciudadanos. Hemos esperado por dos semanas que la Seguridad del Estado quite la vigilancia a nuestras casas y nos permita volver a nuestras vidas y ocupaciones. Como no ha ocurrido, dejamos explícita nuestra decisión de hacer uso de nuestros derechos elementales y responsabilizamos al Estado Cubano de cualquier acto agresivo y arbitrario en nuestra contra. Somos mujeres y hombres libres y nuestras casas no son calabozos. Este clima de efervescencia nacional coincide con la celebración de San Lázaro esta semana, culto popular donde se concentran tradicionalmente los anhelos más entrañables de los cubanos. Invocamos a la confluencia de esas energías y voluntades, para que cada persona de buena fe contemple, dentro de sus peticiones e iniciativas, el cambio que tanto necesitamos todos.
Queremos acompañar a Maykel Castillo a llevar hasta el Rincón la ropa de preso por él utilizada estos últimos meses, un performance a favor de la liberación de Silverio Portal Contreras. Que Silverio esté libre es motivo de júbilo y nos impulsa para continuar abogando por la excarcelación de Denis y de los más de cien presos políticos cubanos.
A esta demanda, sumamos el reconocimiento por parte del Estado Cubano de la ciudadanía plena a todos los cubanos dispersos por el mundo. Que volvamos a ser, también desde la legalidad formal, un solo pueblo.
¡Libertad y vida para Cuba! Acuartelados de San Isidro