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Política, literatura e interés general

Cabe volver una y otra vez sobre los problemas que a nivel cultural dificultan que los cubanos puedan constituir algún día una nación moderna. Uno de ellos es la tendencia al caos y al canibalismo. Al diálogo de sordos (al monólogo), el desorden, el reguero. Y de lo que se trata no es de buscar unanimidad sino puntos de coincidencia en torno a proyectos de interés general.

Por ejemplo, la libertad de Cuba constituye un proyecto de interés general, que a todos favorece y no tiene un color político determinado. Los judíos han permanecido unidos en torno a un proyecto común durante siglos (el proyecto de su supervivencia) y no por ello puede acusárseles de unánimes.

En la imagen que acompaña a este texto, por ejemplo, no hay unanimidad de origen. Los problemas de los monos, al menos aparentemente, son de distinta naturaleza en cada caso: Uno no puede oír, el otro no puede ver, un tercero no puede hablar. No hay unanimidad en principio, pero sí un punto de coincidencia que los une: no pueden comunicarse efectivamente. Aquí el proyecto radicaría, entonces, en enfrentar los problemas, o el problema, que entorpece la comunicación de los monos. Causa común de interés general, y valga la redundancia.

A mí también, como aducen algunos, las dictaduras me importan mucho menos que la literatura. En realidad no me importan absolutamente, entendidas como objeto teórico o de atención. Lo que me importa es el amor, la libertad, la vida, la propia literatura, etcétera. La cuestión, en el caso cubano, es que casi todas estas cosas tienen aún, de una manera u otra, la bota de la dictadura castrista encima.

He ahí el problema: a las dictaduras sí les importan nuestras vidas, nuestras libertades, la literatura… para aplastarlas o controlarlas. No sé quién dijo más o menos esto (cito sin consultar): “El castigo del que no se mete en política es que la política siempre termina metiéndose con él”. Y no se trata de “meterse” en el sentido tradicional de hacer política únicamente, pero ignorar la política, específicamente la cubana, con 62 años acumulados de asesinatos, encarcelamientos, robo de propiedades, familias rehenes, públicos secuestrados, divisiones artificiales, etcétera, no parece realista.

No se trata de añadirnos a la totalidad sino precisamente de burlar la totalidad, el pensamiento único que la mayoría de los cubanos pretende imponerle al prójimo. Se trata de aprender, paulatinamente, a convivir con la diferencia. Un primer paso en esta dirección se daría al comenzar a organizarnos en torno a intereses generales. Porque los hay, y muchos, tras más de medio siglo de dictadura.


 

Los timbales de Dios

Foto cortesía Pixabay

Los timbales de Dios intenta un recorrido por lo que podría ser la historia de la guapería en Cuba, resabio ligado indisolublemente al nacimiento y desarrollo de la propia identidad nacional. Como afirma Francis Sánchez, jurado del concurso de ensayo ‘Carlos Alberto Montaner’ que otorgó Mención Especial al libro de José Hugo Fernández: “Es de valorar mucho este pensamiento lateral que desmitifica y al mismo tiempo juega con los estereotipos de la idiosincrasia cubana”.

“Tema importante en la antropología del cubano, el de la guapería, abordado en Los timbales de Dios desde una perspectiva novelesca, de lucidez y digresiones, como una gran anécdota o historia cuajada de análisis y criterios”. Manuel Gayol Mecías (jurado).

Fragmento del capítulo tercero: Pobre gente

Arquíloco, célebre poeta de la antigüedad, colocado junto a Homero como fundador de la poesía griega, fue además un guerrero que destacó en diversas acciones bélicas. Sin embargo, alguna vez, para suerte y desgracia suya (pero para el provecho de la civilización humana, pienso yo) decidió abandonar su escudo y salir huyendo en medio de una batalla. En la infantería griega de aquella época, el escudo, que era especialmente pesado, no sólo servía como arma defensiva para el guerrero que lo portaba, sino también para proteger el flanco de su compañero más cercano. De modo que abandonarlo durante un combate era considerado una deshonra y además un delito grave, que podía ser pagado con la condena a muerte. No obstante, Arquíloco lo abandonó para poder huir más ligero, al ver perdida la batalla. Nadie sabe cuántos lo habían hecho antes que él y cuántos más lo hicieron después sin que llegasen a ser condenados, pues sus arranques de incontrolable miedo no serían descubiertos por los jefes. Pero ocurre que Arquíloco no era un guerrero cualquiera. Era un gran poeta, un hombre sabio, perteneciente al linaje de los rebeldes impenitentes. Así que no se conformaría con salir corriendo cuando su sentido común se lo indicó. Tuvo que contarlo para que lo supieran todos. Y además lo hizo en versos destinados a procurarle la inmortalidad. “Algún sayo se ufana con mi escudo, un escudo irreprochable que abandoné contra mi voluntad en un matorral. Mas con ello salvé mi vida. Qué me importa aquel escudo. Ya me compraré otro que no sea peor”. Con palabras tan desenfadadas y con un enfoque humorístico para el que se necesitaba tener tanto valor como para pelear en la guerra, el poeta dio cuenta en sus célebres Elegías de aquel acto de amilanamiento, ¿por acción u omisión? Sus correligionarios espartanos lo despreciaron y prohibieron sus poemas, en honor a un culto al heroísmo no menos dogmático (y por tanto falso) que el sufrido por nosotros mismos en Cuba. Muchos pensadores de la Antigüedad y no pocos de estos tiempos lo han calificado como un cobarde, sin tener en cuenta siquiera que al final Artíloco murió con las botas puestas en una de sus otras muchas acciones de guerra. En cualquier caso, es lo que menos importaría a la hora de evaluar la trascendencia de aquel pasaje de emotivo miedo, mediante el cual él había reafirmado su férrea personalidad y su originalidad, expresadas al extremo de hacer burla con las convicciones y los tópicos aceptados comúnmente y apuntalados por las leyes de su época. Arquíloco se creció sobre sus tiempos al echar por tierra los códigos morales del heroísmo y de la falsa idealización de la guerra. Ello lo convertiría en el primer antihéroe de la civilización, al tiempo que su poesía le pasaba la cuenta al heroísmo épico de Homero, inaugurando con ello la modernidad. “… si bajo poderosa fuerza de un dios, no hay que llamarlo flojera o vileza, está bien que nos lanzáramos a huir de males devastadores. Huir tiene su temporada”. Es un fragmento de otros versos que se le acreditan, cuyo final no sólo me parece lúcido y bello, sino rematador de cualquier duda que pudiese quedar en torno a la complejidad y relatividad de los conceptos de valor y cobardía. Huir tiene su temporada. ¿Y quién que es no ha huido alguna vez?  Puntualizo que no hay que confundir el miedo, que es una emoción, o una sensación en todo caso, con la traición, que es resultado del maquinador intelecto, ya que persigue un objetivo. Muchos equívocos que hoy lastran la comprensión de nuestros hechos históricos parten justo de esa confusión, socorrida y perniciosa. El llamado Caso Padilla lo ilustra particularmente. Un poeta audaz, que hace trizas con sus versos los cánones impuestos a la brava por la estética de la revolución, llamémosle así. La respuesta del poder es infame, abusadora, inhumana, dantescamente desproporcionada hasta para los desafueros policiales de una dictadura. Preso, acorralado entre cuatro paredes donde comprende que podría malgastar el resto de su vida, reducido a no persona bajo tortura, el poeta Heberto Padilla es obligado a renegar públicamente de su obra y de sus más honestos criterios y sentimientos. Le obligan incluso a traicionar a sus colegas y amigos denunciándolos por sus nombres y exponiendo ante los represores sus íntimos secretos y su manera de pensar. Guapo por acción en un principio. Y luego, ¿cobarde por omisión o traidor por un objetivo? Paso. No me gustan las disquisiciones livianas. Huelen a queso, según el refranero. Los preceptos de la lógica y los fundamentos de la racionalidad no sirven para nada cuando se trata de ver claro entre las tenebrosas brumas del totalitarismo. A los actos de quienes han sufrido el ensañamiento de un sistema tan enajenante como enajenado, no nos valdría aproximarnos –creo yo- bajo las coordenadas del sentido común ni de ningún otro sentido. ¿Acaso disponían ellos de algo más que del sinsentido y la demencia como recursos protectores? Cierto afamado sociólogo y psicólogo social de nuestros días parece estar convencido de que lo determinante para la conducta de las personas en situaciones concretas no son las características de esas situaciones, sino la manera en que se perciben e interpretan. No está mal. Pero ¿qué puede ocurrir con las personas cuando son atormentadas hasta un punto en que pierden la capacidad de percibir e interpretar como es debido? Que me lo digan los que creen saberlo. Lo único que yo sé, por lo pronto, es que entre el mea culpa de Padilla, con sus demenciales circunstancias por delante, y la actuación de aquellos que con métodos alevosos y fríos elaboraron el guión y montaron la patraña, resulta fácil identificar de qué lado sobresale nítidamente la cobardía, tanto por omisión como por acción. Aquiles arrastrando el cadáver de Héctor en medio del lodo y la podredumbre. Y dale con los guapos de exhibiciones grotescas. Sólo que a diferencia del guerrero griego, estos guapos dirigentes de la revolución no habían ganado la contienda en un enfrentamiento limpio. Y luego, para colmo, sintiéndose amenazados por un breve manojo de poemas, no demorarían en develar ante el mundo su cobarde estofa. Se cuenta que en algún momento Heberto Padilla comentó con amigos que le hubiese gustado vivir en un país donde pudiera lanzarle una trompetilla al jefe de Estado cuando éste pasara en su auto, sin enfrentar el peligro de ir preso. Lamentablemente no le fue posible (no lo era, ni es) evitar la cárcel por tan pueril atrevimiento. Pero algo sí creo entender. Y es que muy por encima del bálago de sus condicionados miedos, quedará en la historia por haber lanzado la más atronadora trompetilla de la poesía cubana contra el totalitarismo fidelista…


 

La escalada del conocimiento, guerra avisada para Cuba

Sanguinetty, Álvarez, Hayek. Montaje sobre video de Wenceslao Cruz

¿Podrían el mérito o el tiempo de lucha ceder luego a la condición temporal de un cargo público? ¿Podría Trayectoria, tras cumplir su mandato, ponerse a trabajar? ¿Despertaría Cuba con Julio César o con Washington? El primero, Galia en mano, se autoproclamó eterno. El segundo sirvió y se retiró. La transferencia pacífica de poder. ¿Cómo remover al régimen? Complicado pero posible. ¿Cómo evitar pasar de un caudillo a otro? Imprescindible, no sea que la larga espera termine en la orilla.

No se trata de cambiar la naturaleza, todo ser humano busca su interés personal y eso nos sacó de la cueva. El reto es acotar dónde empieza la libertad del otro, limitar al político para, mientras persigue su interés, no obstruya el interés del resto. La república liberal y sus restricciones son lo más cercano a lograr esta coincidencia.  No sea que lleguemos a elecciones (Democracia) pero nunca lleguemos a República, al imperio de la ley.

El salto en Occidente fue forzar al Estado, que era agencia para someter y extraer, a convertirse en agencia para proteger las libertades civiles,  la propiedad de cada uno. Un andamiaje de reglas y hábitos donde los instintos y las emociones quedan limitados. Ese salto fue posible por uno anterior en las ideas y su alcance gradual en las mayorías. “Primero el conocimiento y después la acción”, repetía Carlomagno mientras regaba escuelas por Europa. Nótese el aporte intelectual de Grecia a Roma, del Renacimiento a la Revolución Industrial, etc. Entonces, salvar a Cuba implica no solo un cambio de sistema sino introducir a tiempo en la cultura popular elementos básicos de historia, ciencias sociales y economía como si fuera un deporte. Y esto debe empezar por la oposición afuera, hoy con creciente eco en la Isla.  El cubano, en términos generales, no completó ese avance, más bien retrocedió.

Nos referimos a aspectos sencillos, sobre todo aquellos que desmontan mitos. Decía Hayek que si las mayorías hubiesen sabido algo de economía nunca habría habido socialismo. Por ejemplo: Adam Smith trajo la mano invisible, genial observación que explica el libre mercado aun hoy.  Pero se equivocó  al advertir el origen del valor. Tres economistas, que no se conocían entre sí, demostraron que el valor es subjetivo —según lo que prefiera cada cual. El valor no parte del obrero, sino del consumidor.  ¿Qué precio tiene para una persona en el trópico un abrigo de lana? ¿Importa el costo? ¿Si el costo determina el precio, por qué algunas empresas quiebran? Entonces, ¿qué sucedió?  Aunque la idea inicial había quedado fuera, Marx la retomó. No había internet, la gente no se interesa por estos asuntos, el marxismo estaba muerto pero las mayorías no lo sabían. Resultado: Tuvimos la Unión Soviética, un Mao y varios Castro.

Veamos algunos dicharachos que serían muy útiles:

1) Ni la salud ni la educación son derechos. Nada que implique la acción de otro es un derecho. A no ser que creas que puedes obligar a que te atiendan o te enseñen sin consultar la voluntad ajena. La necesidad no implica obligación. De alguna parte sale el pago, el acuerdo. Como comenta Axel Kaiser, (también Martin Krause), “educación gratis es un derecho a la plata de otro” (Existe una extensa literatura sobre el tema… ver: Murray Rothbard)

2) La enseñanza a todos los niveles, particularmente en ciencias sociales, necesita incluir alternativas, diferentes autores y escuelas de pensamiento. Aunque se enfatice en los consensos, debe primar el cuestionamiento y la libre elección. Cuba, después de 1959, mutiló carreras como Historia, Economía, Literatura y Psicología para reducirlas a la corriente conveniente. Ello devino en un presente con muy pocos elementos de análisis. La lista de ausentes es larga; en Psicología apenas mencionan a Freud. En Economía le regalan la nota a Marx.

3) No es lo mismo el capitalismo de Honduras (ejemplo), que el de Estados Unidos. En el primero hay arreglo entre elites, con mínima o nula entrada para los nuevos. Importa el apellido y el orden de llegada o la jerarquía. “Yo soy de los fundadores”. Hay garajes pero no Bill Gates. Predomina la oferta cerrada, la inflación, la mafia política. El segundo es un orden de libre acceso en lo político y en lo económico. Las leyes son impersonales. Lo mismo llega un actor de cine a la Casa Blanca que un desconocido progresa. Por eso es destino común del emigrante. La zanja está en las reglas del juego –instituciones, etc.—, un arreglo entre opuestos donde el que pierde un round no va preso y siempre hay tiempo para empezar de nuevo. (Ver: Por qué fallan las naciones. Acemoglu. También otros textos de D. North, etc.)

4) Las sociedades progresan si los individuos —en cooperación espontánea— tienen libertad para decidir, y son los que producen. Luego una pequeña parte de los ingresos se entrega al Estado para asuntos comunes. Cualquier otra variante fracasa. Demostrado.

5) El mundo libre corre bajo una suma positiva y no una suma cero como repite la izquierda. La ganancia de uno no necesariamente implica pérdida para otro. Incluso en el plano más sencillo, el salario, tu ganancia, existe porque trabajas para otro que también gana (ver: Douglas North, Hayek, Montaner, Vargas Llosa… así como la “teoría de juegos”)

6) La compra-venta, el intercambio, no implica igualdad de bienes sino una doble desigualdad. Si das $200 por una laptop, en ese momento valoras más la laptop que los $200, y al vendedor le ocurre lo contrario. En cada intercambio ocurre un beneficio para ambos. Quien provee la mesa con lo que los demás quieren es en el fondo un benefactor social. (Ver: Escuela Austriaca de Economía, Menger, Mises, Hayel, Salermo y otros autores recientes como Axel Kaiser, Gloria Álvarez, etc.). Por eso, en ausencia de coerción, el salario es una transacción voluntaria, de valoración cruzada. Por definición no existe la explotación. Uno necesita el dinero hoy y el otro puede esperar, tomar el riesgo.

7) No podemos confundir la verdad con la opinión de la mayoría. La opinión de la mayoría arruinó a Cuba. El éxito sería entonces lograr un cambio de opinión allí. Estados Unidos, Inglaterra y otros pocos, son repúblicas liberales, no simples democracias, precisamente para evitar que una mayoría masifique su ignorancia.

8) Lo importante no es de dónde sale la pobreza, que es la condición natural de todo ser humano. Lo importante es de dónde sale la riqueza, qué arreglo traduce el esfuerzo en resultado y el resultado en recursos. Por ello la obra de partida de la economía moderna se titula Una investigación sobre la riqueza de las naciones. La izquierda ha intentado siempre invertir esto.

9) En el lenguaje, los términos colectivos como pueblo, beneficio social, bien común, esfuerzo decisivo etc., son políticamente vacíos si el individuo no se presenta como un fin en sí mismo en lugar de como un  instrumento para los fines de otros (Kant). Esta narrativa es típica de ideologías seculares como el socialismo. Por cierto, la moral socialista no existe, la única moral posible y aceptada es la que respeta la voluntad ajena. Ver Ayn Rand, así como lo que  George Orwell  llama neo-lengua, utilizada por los regímenes totalitarios. “El Ministerio de la Verdad”, “todos somos iguales pero hay algunos más iguales que otros”, etc.

Regresemos a Cuba para concluir. ¿Con qué se cuenta hoy?

Se utilizan dos herramientas admirables: La protesta interna, apoyada desde afuera, y la denuncia, que tiene quebrado el vitral del régimen. Pero ambas podrían ser probables víctimas de círculos viciosos. Sigo creyendo que hace falta un tercer elemento, una articulación, y que esta podría ser el despegue inevitable del sector privado. Fondos producidos allí. (Ver economistas cubanos con sugerencias similares en los 1990’s). No hablamos de unos pocos con mucho, sino muchos insertados en el mercado informal. Los macetas siempre han sido aniquilados, no así la bolsa negra en general. Al decir del profesor Jorge A. Sanguinetty, el cubano económico siempre ha prevalecido sobre el cubano político.

El primero podría aliarse con la oposición interna y formar clusters espontáneos  sin necesitar una casa para reunirse, al menos de inicio. A diferencia de los 1990’s, esta vez el número de jugadores podría ser creciente, dispersarse en múltiples pares, y los recursos del régimen son en extremo escasos. Un desbalance aquí, el primero desde 1959, necesitaría una estrategia seria de arranque. Esta podría incluir la “compra” de oficiales, el viraje voluntario de algunos, la toma escalonada de una zona geográfica, etc. Son escenarios probables, sin precedentes.

En paralelo es necesario enlazar a la oposición. Organizarla. ¿Cómo? Unos pocos estatutos comunes –escritos– podrían unir líderes, grupos y actores internos que podrían a su vez sorprender y cambiar de bando. Estas máximas necesitan hacerse populares en la Isla, y ello debe ocurrir a tiempo. O sea, conformar un posible Bill of Rights cubano. Los documentos de la revolución americana partieron de borradores redactados antes. El Bill of Rights británico fue escrito por los nobles previo a la guerra civil y tuvo de predecesor La Carta Magna en el siglo XII.

Además, por algún lado hay que anotar y hacer llegar a todos que, aunque en democracia el Estado ejerce el monopolio de la violencia –policía y ejército–, éste no se subordina a ningún partido ni ideología, sino a la ley. Sería el primer objetivo si se remueve el régimen.  Y de nuevo, hay que dejar claro que los cargos públicos en la nueva Cuba son temporales, o sea, para cuidar mi derecho a mi plan de vida, al de cada cual. Para ello, el que ejecuta no legisla, y el que legisla no juzga (División de Poderes).  Creo que esa es la nación que queremos todos.


 

Coro de los presos políticos en Cuba: ¡Únete!

El #CoroPresosPoliticosCuba continuó esta semana su denuncia de la situación de los presos de conciencia en la Isla publicando diariamente videos donde las voces del coro leen los nombres de los reclusos.

Se trata de una iniciativa interactiva de la artista Tania Bruguera y constituye un homenaje al preso político Yosvany Arostegui, muerto en las prisiones del régimen cubano este mes de agosto, tras una prolongada huelga de hambre.

«En nombre suyo y el de todos los presos políticos que hoy sufren cárcel en Cuba por el único delito de pensar diferente, hacemos este coro y damos a conocer al mundo sus nombres y la gran injusticia cometida con ellos», puntualizó la artista la pasada semana.

«Hasta el momento contamos con casi cien voces provenientes de 16 países y podemos decir con orgullo que la mayoría desde Cuba y de cubanos», enfatizó la página de la iniciativa en Facebook.

«Actualmente, cada día alguien recita uno a uno los nombres de los presos políticos y son recordados, homenajeados. Agradecemos a las muchas personas que antes no se habían pronunciado por ellos y que hoy unen su voz y dirigen la atención hacia aquellos que piensan diferente», agregó. «¡Libertad para los presos políticos en Cuba!».

Para seguir la iniciativa, dando «visibilidad, voz y vida a los presos de conciencia», envía un video mientras lees sus nombres a:https://www.facebook.com/CoroPresosPoliticosCuba/

La lista de los nombres de los presos: https://bit.ly/ListaCoroPresosPoliticosCuba


 

Soñar a Cuba

Las crudezas del invierno —que en el norte del país tienen momentos brutales— suelen tentar al exiliado con el clima de su país, si éste, desde luego, es más cálido. A los cubanos se les impone insidiosamente su geografía original cuando la adquirida se torna inhóspita. En la poesía del exilio cubano del siglo XIX, la añoranza por el paisaje patrio casi siempre aparece en contraste con el entorno actual de quien escribe.

A la tentación de la geografía —magnificada por la nostalgia— se contrapone el horror de la historia; y en esto son unánimes todos nuestros poetas exiliados del período colonial, Heredia el primero. La historia contemporánea de nuestro país contamina la geografía que alguna vez fuera entrañable y nos la hace irreconocible.

Ese es el trauma que, con mayor o menor grado de intensidad, vivimos los exiliados cubanos. El país que perdimos, del que fuimos escindidos por la violencia impuesta por una banda de facinerosos, se va volviendo un sitio ajeno en el que se pervierten los hábitos y el carácter de un pueblo, se degrada permanentemente su humanidad, en tanto se tergiversa la realidad del mundo y se reescribe el pasado. Con ese monstruoso ejercicio de desfiguración, algunas personas nos llaman a reconciliarnos.

En opinión de esos pragmáticos, la supervivencia del castrismo —independientemente de la catástrofe que ha significado para el pueblo cubano— constituye su carta de legitimidad. La devastación física y moral de una nación entera ha de verse, gracias a su prolongada duración y a la profundidad de sus efectos, como substancia de una nueva realidad con la que tenemos que contar y de la que tenemos que partir para emprender cualquier empresa de cambio o ejercer la menor influencia. No se trata, como hemos creído durante mucho tiempo, de una calamidad transitoria no importa cuán extensa, sino de una naturaleza esencialmente pervertida. Cuba no es el espacio y el tiempo rescatables que insiste en imponernos la nostalgia, sino esa sentina crapulosa donde se habla una jerga de ñáñigos.

¿Por qué tendríamos que aceptar como legítima esa desfigurada realidad y, además, reconciliarnos con ella cuando el hacerlo implicaría la renuncia a nuestra razón de exiliados?  Algunos podrían respondernos —y tendría mérito— que para ponerle fin a esta dolorosa ruptura con suelo y pobladores, especialmente nuestros seres queridos. Pero si la transformación de la realidad cubana es tan irreversible, así también entonces debe ser irreparable esa ruptura que, más que una separación física, responde a un auténtico quiebre espiritual y cultural.

¿Sería entonces la respuesta adecuada, más allá del perpetuo duelo por el país perdido, una renuncia a nuestra condición de exiliados y un deliberado empeño de adaptación en el país prestado, éste o cualquier otro, por mucho que alguna vez nos agredan su clima o sus costumbres?

No creo que esta opción estaría tampoco al alcance de muchos de nosotros. Cuba es un ingrediente demasiado importante en nuestras vidas como para intentar eliminarlo sin que nuestra propia humanidad resulte mutilada. Sólo nos queda, entonces, mantenernos fieles a la memoria, al “sueño”, del país que nos falta, pero no como mero ejercicio de saudade, sino como concepto a partir del cual proyectarnos hacia el porvenir.

En el siglo XIX, la nación cubana surgió lentamente —en medio de una plantación próspera pero envilecida por la esclavitud y la ignorancia—  como la concreción del sueño de una elite de patricios y de intelectuales asociados con ellos. Ese sueño fue adquiriendo corporeidad y convirtiéndose en causa y consecuencia de conspiraciones, manifiestos, exilios, ejecuciones, guerras, propaganda internacional e intervención extranjera, al mismo tiempo que se iba creando un cierto corpus ideológico que nos iba identificando y distinguiendo.

La precoz decadencia de la república y el descoyuntamiento impuesto por la gestión totalitaria han devuelto a Cuba al sistema de plantación, con el agravante añadido de que se trata de una plantación arruinada con una población mayoritariamente envilecida. Ante esa catástrofe, no creo que lo pertinente sea pactar con los criterios de ese envilecimiento y de esa ruina —material y moral— como la única política viable, por práctica que pueda parecer y por fatigados que podamos estar. Por el contrario, se impone volver al ideal de nuestros próceres fundadores y persistir en que ese “sueño” funcione como un modelo platónico frente a la pervertida realidad del presente.


Artículo perteneciente al libro A lo largo del año, de inminente aparición en Argentina.
©Echerri 2007

 

Breve historia del rap cubano. Intérpretes y opiniones (III)

Tras la entrevista de Mauricio Mendoza Al pan, pan y al vino, vino, con Rodolfo Rensoli, que ha generado interesantes intercambios en las redes, Puente a la Vista sigue esta serie interactiva sobre el género urbano. Una manera de contribuir, modestamente, al conocimiento de la historia de la música contestataria en la Cuba de la censura y la manipulación ideológica:

“Sábado 27 de junio de 2020, cumpleaños 25 del Primer Festival de Rap y yo, cual peregrinación espontánea, hice el recorrido entre las dos ciudades involucradas en su fecundación: los repartos Guiteras y Alamar, en La Habana del Este”. Rodolfo Rensoli en Facebook

“Nunca olvidar el trabajo de Omni Zona Franca con el Festival Poesía Sin Fin; el de Adrian Monzón VjCuba y Matraka con el disco La comisión depuradora y el Rotilla Festival; el de Maykel Xtremo y más tarde Soandry del Río con los Puños Arriba; Mikki Maiki Flow con los eventos creados allá por los años 2011 y 2012 en la Madriguera y en Río Cristal; #Garaje19 con Fito y Mirita; David D Omni e Ivia Pérez en Santa Mía de la Talla; la Génesis Club y el KBolá Project en la Galería Poco Bonito. Con la impronta del trabajo en forma independiente, y aunque para nada fueron los únicos, todos los mencionados dejaron marcado un espacio en la historia del Hip Hop cubano dentro del universo de oscuridad al que estábamos sometidos ante el poder absoluto que tenían la instituciones culturales en Cuba… con tan solo usar la palabra independiente les caía encima el duro peso de la censura”. Elier A. Alvarez en Facebook

“Todo el mundo conoce L3y8, La Prosa Oscura, La Comisión Depuradora. De esta última, hablaré más adelante. Lo que pocos calculan son los aportes de estos proyectos al rap cubano. Aldo (El Aldeano) entendió rápido que el hip-hop estaba rodeado. Rodeado por el gobierno, por las instituciones culturales, por las autoridades y otros espantapájaros sin rostro. La única solución era unirse. Colaborar juntos. Crear un gueto. Que todos tuvieran voz y protagonismo. Apoyarse y empujar parejo. No tratar de pisar a nadie. Por eso el rap logró imponerse en Cuba, a pesar de tantos enemigos declarados”. Luis Dener Hernández en Facebook

“Raudel Collazo sostiene que los raperos cubanos se han caracterizado por llevar un mensaje crítico de su realidad. El cantautor guarda la esperanza de que este sencillo pueda llegar a una población global, y que abra sus ojos ante la pésima situación que enfrenta el pueblo cubano a diario, en manos de un sistema político que utiliza la represión para silenciar a los opositores —muchos de ellos músicos urbanos, como Raudel— que buscan llevar cambios a su país”. Roxana Romero en Martí Noticias


 

Sinsonte criollo en Nanaimo

Ese poder transfigurador de la imaginación mediante el que Lídice Megla extrae poesía de las cosas más fútiles, es prueba de una gracia providencial. También conforma un perfil que delata sus raíces. Patrimonio del gran pájaro cantor de los campos de Cuba, cuyos trinos sintetizan la expresión de un arte que su madre aportó al citoplasma. Pues ya sabemos que es en la hembra donde se origina la virtuosa polifonía del sinsonte macho.

Es fácil comprender por qué con ningún otro de sus variados registros, Lídice demuestra sentirse tan a sus anchas como con aquel que emplea para dar respuesta al convite de la naturaleza. Antes y aun por encima del afortunado tirón inspirativo sobre el que habló Rimbaud hay una fuerza telúrica que le impone adentrarse en los misterios de la poesía no ya por conducto de los grandes motivos al uso, ni del espesor filosófico, sino a través de las tenues plegaduras del paisaje: “entre las manadas infra rojas del calor/ entre el plumaje de la clorofila,/ con los peces tibios sin grieta sobre su lomo/ respirando el día…”

Con tropos tersos como la piel de un caimito, la poeta nos revela su herencia entroncada en la guardarraya, el rumor de la corriente del río y el mínimo gorjeo de los tomeguines. Que tales atributos apenas representen ya vestigios de algún edén abandonado no obstaculiza que sigan acompañándole en largo periplo de evasión y desarraigo. Nunca es tan blanca la blancura perdida como en el recuerdo, diría William Carlos Williams. En tanto Lídice evoca: “la abuela con su bregar/aroma de tibia leche/del pecho que permanece/en lo que no existe ya…”. Los días de la infancia en predios rurales de Camajuaní burbujean entre las cataratas de Englishman River y el lapislázuli que va trazando las líneas del horizonte en Nanaimo. Felizmente, en ámbitos de la poesía, el tiempo como imagen móvil de la eternidad no es sino especulación, otra, y la distancia es cálculo frío: “Prisioneros del agua, los patos miran su silueta flotar/en el color del cielo…”.

Escanciando en el poema las minucias del entorno (en el detalle radica la sabiduría, apuntó su admirado William Blake), Lídice parece buscar –y encuentra– una simbiosis perfecta: poesía-memoria-instinto sublimado. La limpidez del verso, su concisión y luminosidad hacen el resto. Desde luego que estas recreaciones no se quedan, no podrían quedarse en lo material inmediato. Igual que sus encuadres no son unidireccionales. Discurren entre el exterior y su interior en ida y vuelta, transparentándolo todo a su paso, aun cuando a veces la claridad desvele los ángulos más oscuros: “Sinuosos espectros le cuelgan al día/Enjambres de ventanas custodiadas/por tarjetas sin más crédito/para sostener la fabulación de existir”. Se trata de la dosis de acritud justa para acentuar el contraste con una dulzura que es fundamento en sus versos, y sospecho que también en cada una de sus proyecciones humanas.

Esas lanzas que, según ella, aguijonean ocasionalmente sus poemas, no son sino desgarramientos del espíritu. Entonces no deben representar más que una mínima porción del todo. La porción más adolorida, aunque no por ello menos elocuente e inspirada: “Cuando la única bestia que me posee/es la soledad/edifico el fiero aullido del silencio”

Al establecer los emblemas que representan al pájaro solitario, San Juan de la Cruz debió esbozar también de algún modo los senderos por los que Lídice Megla iba a orientar siglos después el vuelo que la llevaría desde Camajuaní hasta Nanaimo. Un recorrido liberador sin duda, pero a través del cual debió ir regando en el camino las migas que no le permitieran perder de vista sus orígenes. El pájaro solitario –dispuso aquel santo poeta- pondrá el pico en la tierra para cantar suavemente mientras asciende a lo más alto.


Prólogo al poemario La oración que trae el viento, disponible en Amazon


 

Variantes de una traducción

Walt Whitman

Native Moments, breve poema de Walt Whitman, bullente de desafiante homoerotismo e inconveniencias sociales, por momentos casi procaz, pero en verdad hermoso, motivó a varios escritores de nuestra lengua —tanto famosos como desconocidos y cada uno obrando por su cuenta— a traducirlo al español. Y este «ejercicio», si así puede llamársele, sirve para ilustrar las variaciones textuales que puede consentir una traducción, con mayor grado de felicidad y acierto, y también para reafirmarnos el criterio de que cualquier traducción, especialmente en el caso de la poesía, es aproximativa y siempre ha de dejarnos la duda —mayor aún cuando se hace a partir de lenguas que no dominamos— sobre cuán fiel ha sido al original. Esa duda está en la raíz de las reiteradas traducciones que se han hecho, a lo largo del tiempo, de algunos textos —religiosos, filosóficos, literarios, científicos— cuya importancia justifica el esfuerzo precario que se ilustra, encapsuladamente, en las versiones al español de este poema:

Walt Whitman
NATIVE MOMENTS
 
Native moments —when you come upon me— ah you are here now,
Give me now libidinous joys only,
Give me the drench of my passions, give me life coarse and rank,
To-day I go consort with Nature’s darlings, to-night too,
I am for those who believe in loose delights,
I share the midnight orgies of young men,
I dance with the dancers and drink with the drinkers,
The echoes ring with our indecent calls, I pick out some low
person for my dearest friend,
He shall be lawless, rude, illiterate, he shall be one condemn’d
by others for deeds done,
I will play a part no longer, why should I exile myself from
my companions?
O you shunn’d persons, I at least do not shun you,
I come forthwith in your midst, I will be your poet,
I will be more to you than to any of the rest.
 
Concha Zardoya
SENCILLOS INSTANTES
 
Sencillos instantes, ¿cuándo venís a mí? ¡Ah!
¡heos aquí, al presente!
¡No me otorgáis ahora más que alegría lujuriosa!
¡Dad fin a mis pasiones! ¡Dadme la vida bestia!
Hoy iré en compañía de los queridos hijos de la
Naturaleza, y esta noche también;
Me dirijo a los que creen en las voluptuosidades
Disolutas.
Exijo mi parte en vuestras orgías de medianoche,
jóvenes.
Bailo con los bailarines y brindo con los que brindan;
resuene el eco de nuestros gritos indecentes; escojo
por mi más querido amigo a un cualquiera;
yo lo quiero insumiso, rudo, inculto; lo quiero
condenado por los otros a causa de sus faltas.
No representaré una farsa por más tiempo. ¿Por qué
habría de apartarme de mis verdaderos
camaradas?
¡Oh vosotros, a los cuales se aparta! Yo, al menos,
no me alejo de vuestro lado;
me mezclo con vosotros libremente, quiero ser
vuestro poeta;
quiero ser para vosotros más que todos los demás.
 
Jorge Luis Borges
MOMENTOS ELEMENTALES
 
Momentos elementales —cuando me sorprendéis—
¡oh, ahora estáis aquí!
Sólo os pido los goces de la lascivia,
El chorro de mi pasión, la vida exuberante y grosera,
Hoy iré en busca de los hijos predilectos de la
Naturaleza y esta noche también,
Yo soy de los que creen en goces carnales, comparto
las orgías de los muchachos a medianoche,
Bailo con los que bailan y bebo con los que beben,
Resuena el eco de nuestros gritos indecentes, elijo para
amigo preferido la persona más baja,
Será rebelde, rudo, iletrado, será uno que los otros
condenan por sus delitos,
No seguiré representando, ¿por qué habré de renunciar
a mis compañeros?
¡Ah, gente a la que todos rehuyen, yo al menos no
huyo de vosotros,
Me mezclo con vosotros, seré vuestro poeta,
Seré más para vosotros que para nadie!
 
Enrique López Castellón
MOMENTOS SENCILLOS
 
Momentos sencillos, ¿cuándo venís a mí? ¡Oh!
¡Habéis venido!
Sólo os pido el placer lujurioso,
Descargar mi pasión, vivir exuberante la vida de
las bestias.
Iré a buscar a los hijos queridos de la naturaleza,
Incluso por la noche,
Yo soy de los que creen en los goces carnales,
reclamo mi lugar en la orgía juvenil y nocturna,
Bailo con los que bailan y alzo mi copa con los
que la alzan,
Resuenan los ecos de gritos indecentes, elijo como amigo
al primero que veo, elijo al más bribón;
Yo lo quiero insumiso, rudo, inculto, condenado
por todos a causa de sus faltas,
No seguiré representando farsas por más tiempo,
¿por qué no he de vivir entre mis camaradas?
Vosotros, de los que todos huyen, yo no pienso
alejarme jamás de vuestro lado,
Me uniré a vuestro grupo, seré vuestro poeta,
Os prefiero a vosotros por encima de todos.
 
Francisco Alexander
INSTANTES PRIMITIVOS
 
Instantes primitivos —cuando me sorprendéis— ¡oh, aquí
estáis!
No me deis ahora más alegrías lascivas,
Dadme el diluvio de mis pasiones, dadme la vida grosera y
obscena.
Hoy día me voy en compañía de los hijos predilectos de la
Naturaleza, y esta noche también,
Me atengo a aquellos que creen en los placeres licenciosos,
participo en las orgías de medianoche de los jóvenes,
Resuena el eco de nuestros gritos indecentes, elijo para amigo
predilecto a una persona de baja condición:
Habrá de ser licenciosa, ruda, inculta, tendrá que haber sido
sentenciada por sus transgresiones,
Yo no quiero fingir, ¿por qué he de desterrarme de mis
compañeros?
¡Oh, vosotros de quienes las gentes huyen, yo al menos no
huyo de vosotros!
Me asocio a vosotros, quiero ser vuestro poeta,
Quiero merecer de vosotros antes que de los demás.
 
Alberto Guigou
IMPULSOS PRIMITIVOS 
Impulsos primitivos, cuando llegáis como ahora a mí
dadme tan sólo placeres lascivos.
Dadme la furia de las pasiones, dadme la vida exuberante y cruda.
Hoy estoy en connubio con los favorecidos de la Naturaleza
y esta noche también,
estoy con los que creen en disolutos deleites
disfruto con hombres jóvenes sus orgías nocturnas
danzo con los que danzan y bebo con los que beben
los ecos retumban con nuestros gritos soeces,
mi amigo predilecto es uno de la ralea,
será fugitivo, rudo, analfabeto, estará condenado por las cosas que ha hecho.
Ya no simulo más, ¿por qué excluirme de mis iguales?
A vosotros, proscritos, yo, al menos, no los proscribo,
vengo íntegramente a ser vuestro poeta
y seré más para vosotros que para ninguno de los demás.
 
Vicente Echerri
MOMENTOS PRIMORDIALES
Momentos primordiales, al asaltarme como lo hacéis ahora
dadme sólo los júbilos lascivos,
dadme la inundación de mis pasiones,
dadme la vida ordinaria y vulgar.
Voy a juntarme con los favoritos de la naturaleza,
     esta noche también.
Soy el campeón de los que creen en goces disolutos,
comparto a medianoche las orgías de los jóvenes,
bailo con los que bailan y bebo con los ebrios
     y nuestros indecentes clamores repercuten.
Elijo a algún canalla como mi amigo íntimo,
será desaforado, tosco y analfabeto,
       aquel a quien condenan por lo que ha cometido.
No seguiré fingiendo, ¿por qué habré de privarme
     de estar con mis iguales?
Oh, seres marginales, yo al menos no os margino.
Me planto entre vosotros, seré vuestro poeta,
más vuestro que de nadie.

Walt Whhitman (1819-1892). Poeta estadounidense que rompe con los esquemas tradicionales, valiéndose de un lenguaje innovador y desbordado que da rienda suelta a las sensaciones, a partir de un fuerte sentimiento de individualidad integrado a la naturaleza y una versificación libre en estrecha correspondencia con el significado o emoción de su poesía. Hojas de hierba constituye la obra de toda la vida de Whitman, quien aumentó y modificó este texto a través de los años, como lo evidencian sus múltiples ediciones.Título original en inglés: Leaves of Grass.

Nueve claves para evitar la censura en Facebook

Vivimos tiempos de zozobra, caos y disparate —y hackers rusos, muchos hackers rusos—, cuando la democratización de la exposición desprecia, cada día más agresivamente, las más elementales reglas de la cortesía y la ética, de la educación y el sentido común. En este contexto escandaloso, y ante las protestas tanto institucionales como empresariales,  gubernamentales, etc., que claman por una limpieza a fondo de contenidos basura, sitios digitales como Youtube, Twitter y Facebook han cedido a las presiones y decidido endurecer sus sistemas de control y persuasión.

Frente a esta realidad incontestable, algunos consejos de quien nunca ha sido censurado por Facebook incluso habiendo criticado duramente a políticos y gobiernos de todos los bandos e ideologías (es decir, algunos consejos de Armandito, éste que está aquí):

  1. No comparta enlaces sensacionalistas, o Fake News, de websites dudosas solo porque concuerdan con su pensamiento o intereses políticos. Recuerde que EE.UU. está bajo ataque ruso y en general de regímenes autoritarios como el cubano cuyos hackers se hacen pasar por ciudadanos y sitios estadounidenses para influir en las elecciones y crear falsos estados de opinión
  2. Relacionado con lo anterior: Desconfíe de aquellos titulares «convenientes» o teorías de la conspiración que provienen de páginas que nunca había oído mencionar en su vida. No los reproduzca. Entienda que prácticamente estamos en guerra
  3. Relacionado con lo anterior pero en sentido general: No comparta rumores que no ha confirmado antes exhaustivamente, mucho menos si se trata de la supuesta aparición de medicamentos «milagrosos» que en realidad pueden afectar la salud ajena o tener efectos secundarios nocivos (usted no es un especialista)
  4. Evite el bullying, la difamación —el asesinato de la reputación— y los ataques personales. También invadir el espacio ajeno es un acto autoritario y en muchos casos punible. Facebook no es el Solar del Reverbero aunque lo parezca en ocasiones
  5. Evite los llamados a la violencia del tipo que sean, las amenazas y el alarde belicoso
  6. Evite utilizar palabras y hacer proposiciones soeces. Si no lo hace en público o en casa ajena, si suele discurrir civilizadamente en la calle, ¿por qué en Facebook se comporta como una rata?
  7. Evite toda clase de fotos o ilustraciones que puedan ser tomadas por pornografía o relacionados. Recuerde que no todo el mundo es un especialista
  8. Compórtese como si hubiese sido invitado a la casa de un familiar o de un amigo o de alguien que estima, donde ni gritará ofensivamente ni tirará los platos ni acusará a quien discrepe de «hijo’eputa» o «comunista»
  9.  Por último, comprenda de una buena vez que Facebook no es un sitio estatal sino una empresa privada que ofrece un servicio gratis, con absoluta libertad de implementar las normas o reglas que estime convenientes y hacerlas cumplir. No joda el negocio para que el negocio no lo joda. Si usted visita un restaurante y comienza a blandir un machete en medio del salón, o a mearse sobre las mesas, o a soltar palabrotas, va a ser desalojado, ¿cierto? Pues eso. Facebook es el restaurante

 

Olga Tokarczuk

No creo que el Nobel de Literatura 2018, concedido a la novelista, poeta y ensayista polaca Olga Tokarczuk, fuese inflado o sacado de la manga, como dijeron algunos y como en realidad ha ocurrido más de una vez con este premio. Aun cuando muchos no la conociéramos antes del galardón de la Academia Sueca, ella es una excelente escritora, con más de una docena de obras de primera línea publicadas. El fragmento que presentamos a continuación pertenece a su novela Los errantes, ganadora del Premio Man Booker Internacional y finalista del National Book Award en la categoría de libros traducidos.

En todas partes y en ninguna

Cuando salgo de viaje desaparezco del mapa. Nadie sabe dónde me encuentro. ¿En el punto del que partí o en aquel al que me dirijo? ¿Existe un “entre”? ¿No seré como ese día perdido cuando volamos al este o esa noche recuperada cuando lo hacemos hacia el oeste? ¿Estoy sujeta a la misma ley de la que tan orgullosa está la física cuántica: que una partícula puede existir en dos lugares al mismo tiempo? ¿O a otra que todavía ignoramos: que se puede no existir doblemente en un mismo lugar?

Creo que abundan las personas como yo. Desaparecidas, ausentes. Aparecen súbitamente en la terminal de un aeropuerto y empiezan a existir cuando el personal de tierra les sella el pasaporte o cuando un amable recepcionista de hotel les entrega la llave de su habitación. Seguramente ya han descubierto su volubilidad y su dependencia de los lugares, de las horas del día, de la lengua o de la ciudad y su atmósfera. Precisamente lo volátil, lo móvil, lo ilusorio equivale a lo civilizado. Los bárbaros no viajan, simplemente van directos a su objetivo o hacen incursiones de conquista.


 

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