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Convocatoria: Foro ‘Racialidad, género, cultura y diversidad’

El Comité Ciudadanos por la Integracion Racial (CIR), con el acompañamiento de su programa socio-cultural Di.Verso, convoca a la celebración de su foro Racialidad, género, cultura y diversidad, el cual estará dedicado a tres temáticas fundamentales:

  • Emergencia de un Programa Nacional contra el racismo y la discriminación en Cuba y el  desarrollo de la esfera pública afrodescendiente
  •  Prácticas de empoderamiento de las mujeres y la necesidad de una Ley contra la violencia de género. Aprendizajes desde el feminismo negro.
  • El papel de los artistas y líderes sociales  como influencers y agentes de cambio y la experiencia del activismo social y comunitario

Racialidad, género, cultura y diversidad es un espacio  para el intercambio y multiplicación de ideas, un  foro que invita abiertamente a todos los actores de la sociedad civil a desmantelar ―con responsabilidad ética, con ánimo integrador y con respeto a la diversidad― los espejos de la hegemonía, a estimular líneas de  investigación y el compromiso del activismo ciudadano con la realidad, a explorar la constante atracción semántica entre nación, género e identidad, a conciliar diferencias, a restaurar grados de libertad y autonomía que permitan articular acciones de transformación y multipliquen opciones para el futuro. 

Promover el ejercicio de la soberanía ciudadana, continuar descifrando la sinfonía de nuestra identidad, pensando a Cuba con otros lentes, es un propósito imprescindible para este evento que piensa Cuba desde todas las diversidades.

El Foro, animado por el CIR, estará dedicado a la memoria y el pensamiento de las intelectuales e investigadoras afrocubanas Leyda Oquendo Barrios (La Habana, 1936- 2008) e Inés Maria Martiatu Terry (La Habana 1942-2013), las cuales desde el magisterio, la comunicación social y los saberes acompañaron su preocupación por la historia de la afrodescendencia en Cuba y el mundo.

Tambien el Foro es un homenaje al Decenio Internacional de la Mujer Africana y de la Diáspora. El foro utilizará la metodología de presentación de ponencias, debates y mesa redonda que cubrirá las siguientes temáticas:

  • El campo cultural y político afrodescendiente en el escenario cubano actual. Barreras y desafíos para la sociedad civil
  • El Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial (CERD), un mecanismo de protección y empoderamiento para la afrodescendencia global
  • Prácticas culturales y de empoderamiento organizativo de las mujeres ante la violencia de género
  • La agenda de género afrodescendiente desde un enfoque diferencial
  • Trabajo comunitario desde el empoderamiento ciudadano
  • La economía solidaria y desarrollo de incubadoras en el mapa de empoderamiento de la afrodescendencia

Las ponencias no deben exceder las 15 cuartillas y deben ser escritas en letra Times New Roman, fuente 12, a espacio y medio. Un resumen de una cuartilla debe ser enviado por los participantes a los siguientes correos electrónicos:

 [email protected]

 [email protected]

 [email protected]

La fecha límite para el envío de las ponencias será el 10 de marzo de 2020.

Las ponencias deben ir acompañadas de una ficha de autor que incluya nombre, dirección particular, correo electrónico y una breve reseña curricular. La participación está abierta a todas las personas dentro y fuera de Cuba. Las ponencias serán recibidas por el Comité Organizador.

Juan A. Madrazo Luna                       Marthadela Tamayo González

Coordinador Nacional CIR                 Coordinadora Desarrollo de Proyectos

Patmos Ediciones, inauguración en el American Museum of the Cuban Diaspora

Mario Félix Lleonart, autor de 'La medalla en mi solapa'

A siete años de fundado, el Instituto Patmos inicia su proyecto Patmos Ediciones. Enfocada en el particular caso cubano, la editorial abre con la serie #BerlinWall30, dedicada a los 30 años de la caída del muro de Berlín, conmemorados en noviembre de 2019.

Los dos primeros libros de la serie, Cuba, una isla entre la apatía y la revolución, del ensayista José Gabriel Barrenechea, y La medalla en mi solapa, del pastor Mario Félix Lleonart Barroso, serán presentados el próximo jueves 13 de febrero, a las 7:30 p.m., en el Museo de la Diáspora Cubana (1200 Coral Way, Miami, FL 33145).

Participarán Yoaxis Marcheco como moderadora; Dagoberto Valdés y Armando Añel como presentadores, y uno de los dos autores, Mario Félix Lleonart.

José Gabriel Barrenechea, escritor, investigador y periodista. Durante años ha estado escribiendo artículos sobre cultura, historia y actualidad cubana para publicaciones en la isla y el exilio, entre ellas 14ymedio, Convivencia, Cubaencuentro, Cubanet, Puente a la Vista y Voces. También ha pertenecido al equipo editorial de revistas independientes como Cuadernos de Pensamiento Plural. En 2018, Neo Club Ediciones publicó su libro de relatos Tubular Bells, disponible en Amazon.

Mario Félix Lleonart Barroso, pastor, activista, editor, nació en 1975 en una familia cristiana-protestante. Tras abrazar el sacerdocio, fundó el sitio alternativo cubanoconfesante.com y comenzó a denunciar la represión en Cuba desde Twitter. Publicó las denuncias del disidente Juan Wilfredo Soto, quien falleció en 2011 tras ser golpeado por la policía cubana. Sufrió persecución y fue arrestado varias veces, como durante la visita de Barack Obama a Cuba en 2016. Sus libros Cubano confesante y Doce entrevistas para Nota del cielo pueden adquirirse en Amazon.

Novedades de la represión cultural en Cuba: La familia en la mirilla

El escritor Jorge Olivera y la activista Nancy Alfaya abandonan la estación policial de Zapata y C tras ser interrogados (imagen de archivo)

Este sábado 7 de febrero nuestra redacción compiló algunas de las noticias que en materia de represión cultural continúa generando, crecientemente, el régimen de La Habana. En boca de activistas de la sociedad civil:

Idabell Rosales: “La activista cultural Nancy Alfaya tendrá que presentarse una vez al mes ante el Jefe de Sector policial. Va a estar bajo estricto control de la policía. Pero lo peor no es eso: Estos mal nacidos no solo la humillan y la desestabilizan a ella, su madre volvió a enfermar de ataques de pánico y está muy mal de salud. Esta es la Cuba de tantas y tantas familias separadas, acosadas, humilladas por tantos años solo por querer un país distinto, próspero. No puede ser que pensar diferente, actuar diferente, siga siendo motivo de intimidación, cárcel, exilio o muerte”.

Juan Antonio Madrazo: “La represión contra Nancy Alfaya es parte de un hostigamiento selectivo y criminal contra los actores de la sociedad civil en Cuba”.

Yoaxis Marcheco: «El Instituto Patmos ha incluido un nuevo nombre a su lista de ‘regulados’, el del joven periodista independiente y escritor habanero, Yoe Suárez. Según declaraciones suyas a Radio Viva 24, el 4 de febrero, en la tarde, un oficial de la Policía Nacional Revolucionaria dejó en su casa una citación para que se presentara al siguiente día a la estación policial del reparto Siboney, en Playa, Ciudad de La Habana». Durante la citación, Suárez recibió amenazas contra su esposa y su hijo pequeño, señalándosele «que la vida de ellos podría sufrir repercusiones por el trabajo que realiza».

Luis Manuel Otero Alcántara fue detenido este viernes. Se dirigía a una reunión de trabajo en horas de la mañana. No sé dónde está, ni si está bien, tampoco cuál fue el motivo de la detención. Luis realiza un gesto artístico que consiste en llevar un casco de protección por los derrumbes que están ocurriendo de manera constante en La Habana y en homenaje a las niñas fallecidas recientemente en uno de ellos. Además, a través de esta acción ha visibilizado viviendas y situaciones precarias en las que viven las familias cubanas. ¡Alerta! ¡La represión contra los artistas e intelectuales va en aumento! ¡Abramos lo ojos, reaccionemos! Es hora de decir: ¡Basta ya! Pensar diferente, disentir, no es un delito; luchamos, exigimos que Cuba sea un país mejor para todos, que seamos considerados seres humanos y por tanto se respeten nuestros derechos”. Claudia Genlui Hidalgo

‘La rareza’. Cuentos completos de Lezama

Ediciones Hurón Azul y Linkgua coeditan, por primera vez, los cuentos completos de Lezama Lima, en una apuesta que rescata los cuentos clásicos y otros textos con valores propios del relato, hasta llegar a sumar 19. Además, el proyecto cuenta con el apoyo de la familia del escritor cubano.

La rareza. Cuentos, relatos y poemas narrativos de José Lezama Lima (1910-1976) agrupa la parte fundamental de las narraciones del gran poeta cubano, reuniendo sus cuentos clásicos más todos aquellos textos con valor de relato dentro de sus obras ensayísticas, narrativas e incluso de la propia poesía, en aquellos poemas donde es visible la intención de narrar por la presencia de epos, personajes y situaciones de tiempo y espacios definidos. Las fronteras genéricas aparecen aquí transgredidas, pero siempre se acentúan los textos donde hay narratividad.

El volumen es el resultado de la unión de seis cuentos clásicos, ocho poemas con valores narrativos, un cuento autónomo dentro de su extraordinaria novela Paradiso, y cuatro crónicas-relatos de Tratados en La Habana y Analecta del reloj.

El osado conjunto muestra la capacidad del poeta para narrar más allá de sus dos novelas esenciales. Ello implica la originalidad de superar con creces las ediciones de cinco cuentos típicos que Lezama Lima mismo defiera como propios de tal género literario.

El autor, compilador y prologuista es el Doctor en Ciencias Filológicas Virgilio López Lemus, quien ha publicado unos cuarenta libros, incluidos doce poemarios y más de veinte de ensayos; es académico de la Academia de Ciencias de Cuba, profesor universitario, investigador, crítico literario y de artes y traductor. López Lemus es autor del libro La imagen y el cuerpo: Lezama y Sarduy (1999), organizador de coloquios sobre la obra del insigne cubano y ha ofrecido a la publicación doce antologías de la poesía cubana editadas en Cuba, España, Italia y Brasil.

Contacto:

Director editorial: [email protected]

Web: https://huronazul.es/product/la-rareza-cuentos-completos-de-lezama-lima/

Artista camina La Habana con un casco en homenaje a niñas fallecidas

El artista Luis Manuel Otero Alcántara

Nueve días en homenaje a las víctimas. A las tres niñas cubanas fallecidas por un derrumbe en enero pasado en La Habana Vieja. Es el performance que el artista independiente Luis Manuel Otero Alcántara ejecuta por las calles habaneras portando un casco azul de la construcción con el siguiente enunciado:

Los niños nacieron para ser felices

no para morir en derrumbes

“Se trata de una especie de grito de auxilio”, expresó el creador independiente en su página de Facebook, y pidió que se le entreguen cascos protectores a los niños en Cuba como parte de su uniforme escolar.

«Son 60 años de inmovilidad, de que el Estado ni siquiera permita reparar nuestras casas», expresó, culpando al regimen del deterioro y la prohibición generalizados en la Isla.

“Acaba de caerse una reja de un balcón al doblar de mi casa… parece casual pero no: así está La Habana (por suerte nadie pasaba)”, enunció en otro video de su página Otero Alcántara.

Recientemente el régimen cubano impidió un homenaje popular a las tres niñas fallecidas, María Karla Fuentes (12 años), Lisnavy Valdés Rodríguez (12) y Rocío García Nápoles (11), tras el derrumbe de finales de enero pasado en las calles Revillagigedo y Vives, en el barrio de Jesús María.

Verdades de un hombre aferrado a la soledad

Rolando Ferrer Espinosa (izq.) junto al pastor Mario Félix Lleonart en el Festival Vista

 

El sentido de pertenencia a una isla/país fragmentada, lleva al narrador/personaje a reflexionar sobre la competitividad de ciertas actitudes. Y es que detrás del dolor, de la ansiedad que hostiga a un escritor, en ocasiones meditabundo, late una espiral de esperanza en el poder de la acción y del verbo, inocencia que oxigena la creación de toda certeza negativa o acto anulador.

Y en efecto, es el libro Tinieblas de soledad, del escritor cubano, por excelencia santaclareño, Rolando Ferrer Espinosa, Premio Internacional Reinaldo Arenas 2017, publicado por la editorial Neo Club Ediciones en 2018, la continuidad de un dolor y de una soledad que se vienen expresando —y se acrecientan— desde el interior del Yo singular para convertirse en un Yo plural que nos abarca a todos los que, de una forma u otra, y con unidad o no de criterios, pernoctamos en esta gran ciudad atiborrada de sombras que llamamos Cuba.

Aquí el dolor que aterra al narrador/personaje frente a su isla/país se hace más evidente desde las palabras introductorias escritas por el poeta y narrador Rafael Vilches. Cito: «Se narra en estas páginas una historia de amor por la vida, pero triste y despiadada. Donde los hombres que se encuentran en el poder son el lobo de los que como corderos se hallan en prisión».

Es Rolando Ferrer un escritor que escribe desde la profundidad del dolor, desde la intraducible soledad del hombre que ve partir sus sueños bajo una bruma que no emite otra señal que la desesperanza, dándonos la sensación que va muriendo lentamente en el vacío, en ese recuerdo inconmensurable sobre un futuro al que todos apuestan y cada vez está más lejos.

En cada una de sus páginas otea la resistencia del corredor de fondo y, al mejor estilo de la tradición hispanoamericana, llega a la conclusión, o más bien a la aceptación, de que el dolor y la soledad son definitivos y debe aceptarlos como ecos del silencio de su Yo interior. Ese que abriga los espacios que comparte en tono apesadumbrado.

El libro está dividido en doce partes, las que agrupan comunicaciones que reflexionan sobre asuntos conexos, todos, como dijera en los inicios, bajo la misma unidad temática referente al dolor y a la soledad, al ser humano como un ente insólito sobre la tierra, equilibrista frente al vacío al cual se enfrenta desde su nacimiento. Un ente absurdo en cierta forma porque, como dijera Quevedo, «Buscas en Roma a Roma, ¡oh peregrino…!». Parece que el personaje/narrador concluye con la noción de que buscamos a Cristo en cristo ya que todos somos cristo. Es decir, que lo somos en potencia si somos capaces de arriesgarnos a caminar por la cuerda floja, «línea mortal del equilibrio», como dijera Vallejo, y así convertirnos, junto a él, en los desheredados de la tierra que son, en el fondo, una numérica mayoría, y así encontrarnos a nosotros mismos sin máscaras y frente al mar, espejo silencioso de nuestros infortunios.

Constantemente regresa a la memoria de Rolando Ferrer su isla/país fragmentada, sus habitantes con sus sueños e improperios a cuestas, con sus diálogos que tal parecen monólogos alucinados, esa cantera de imágenes y planteamientos que apuntan a una visión más íntegra del ser humano y su esperanza, siempre al borde del abismo. También se vuelve sobre su propio presente para subrayar su desencanto por una actualidad sumergida en una crisis de valores que lo asfixia, lo hace sentir insomne entre los callejones de una isla/país ya no solo fragmentada, también camino al caos.

El poder de la imaginación para profetizar y reconstruir en él, a pesar del dolor y la soledad que constantemente lo aquejan, es infinito. En repetidas ocasiones a lo largo del texto, ha ejemplificado sus realidades, haciéndonos ver que todo fin puede ser un comienzo, que toda esperanza no tiene por qué ser utopía y que el hombre, en toda su dimensión de animal herido, puede ser salvado de las filosas garras de la desesperanza.

Tinieblas de soledad no es más que la lucha constante de su autor contra las prohibiciones y la censura, contra el enrejado moral de la cultura muy de moda por estos tiempos. Revela en el plano de la escritura la presencia de un hombre deseoso de dejar sus huellas de manera consciente, plural y a la vez contradictoria, de su paso por el mundo. Reflexión y crítica, desgarramiento espiritual y nostálgico, historia dentro de la historia, Dios misericordioso, el pasado revertido en un presente a la deriva y sin otro mensaje que el desconcierto, y el dolor y la soledad, es la tonalidad mágica que encierra este libro. La aflicción de un hombre que nos llama a no perder nuestra identidad, a no claudicar ante tanto desarraigo, ante tanta duda imponiéndose a los días vividos y a los por vivir, como nos dice, con calculada sutileza, en los inicios del libro, precisamente en el capítulo Cómo sobreviví: «Así ajusté mi coraza protectora contra todo lo malo que pudiera venir. Creé un nuevo concepto, allá afuera, y lo ubiqué lejos de mí. Sería una meta de futuro, sin contacto con el presente». 

Un cubanito ‘bien’

 

Otaloandri de la Caridad es un joven cubano de estos tiempos.

Otaloandri viste a la última moda, tiene un teléfono con un coeficiente intelectual bastante más alto que el suyo, y una noviecita tan chic como él. Porque Ota no es un tipejo de esos que viven de sisar en alguna empresa, de las peleas de perros, de gallos, o vaya a saberse de qué otro recurso de malandrines de baja estofa.

A Otaloandri le disgustan tanto las maneras poco sofisticadas, hasta cabe decir que bestiales de la mayor parte de sus contemporáneos, que incluso estuvo por participar en aquella marcha contra la violencia animal que se quiso organizar aquí, en Santa Clara. Hasta que un tío suyo, coronel del MININT, les advirtió a él y su novia de los verdaderos y contrarrevolucionarios intereses que movían a sus organizadores.

Ota es en definitiva un chico bien, de esos que dicen “bien importante”, o “bien bonito”, y hablan de una manera muy particular, a grandes trancos respiratorios, algo así como si quisieran imitar al difunto ministro de cultura Armando Hart.

Ota estudia medicina en la Universidad de aquí, de Santa Clara, pero no viaja a diario a la casa de sus padres, en Calabazar de Sagua, y mucho menos hace uso de la beca que le paga el Estado. Él ni tan siquiera pasa por el comedor la mayor parte de los mediodías, y rara vez come algo más que dos cucharadas de lo que le ponen en la bandeja.

Ota y su noviecita alquilan un caserón, a la mitad, con otra parejita chic. La parte del alquiler que les toca, 60 dólares, se lo pagan unas tías que se matan limpiando culos de viejos en Miami. Son ellas, y un primo, casualmente el hijo menor del coronel del MININT, quienes le mantienen su ropero siempre rebosante, y bastante dinero en el celular como para hablar cualquier nimiedad por ese caro medio, a cualquier hora, con cualquier otro chic contemporáneo suyo.

En cuanto a la saludable comida que ingiere la parejita en su alquiler, se la sacan del lomo sus padres, allá en Calabazar de Sagua. Ellos también por vías no muy chic.

Ota y su noviecita suelen frecuentar los bares más caros de la ciudad, como esa copia de la Bodeguita del Medio que recientemente inauguraron por acá, o cafés caros, como ese carísimo -y malísimo- en el Boulevar, o la cafetería al aire libre, en el portal del hotel junto a la emisora provincial de radio. Adonde también suele ir a exhibir su buen y muy caro vivir cierta locutora, que frente al micrófono se nos da de muy proletaria.

Estos lugares chic normalmente se los pagan ellos mismos, no sus parientes. Mas no con el sudor de su frente, o en general de cualquier parte de sus cuerpos, ya que ellos prefieren las habitaciones climatizadas para desempeñar las labores que rinden los dividendos imprescindibles. Más bien se los pagan los amigos extranjeros que suelen hacer en sus diarias visitas a estos mismos lugares, o en Facebook.

Porque olvide agregar más arriba que Ota y su media naranja no sólo se gastan el dinero que, vía ETECSA, les ponen tías, primos… y hermanos -que la noviecita algo pone a la economía conyugal de su parte, o más bien de parte de su gente en Miami-, en hablar cáscara de piña con sus contemporáneos chic.

Ellos también navegan bastante en Internet. Mas no para informarse de lo último en la ciencia médica, o incluso de lo que ocurre fuera y dentro de la Isla. De hecho rara vez abren alguno de esos sitios que divulgan los chismes de su país, como el tal Chanclecuba, que ahora hace furor entre los mayores de 30. No, ellos no están para eso. Lo suyo es disfrutar la vida y conocer gente, pero gente de afuera, que se hagan sus amigos, o más bien sus benefactores con derechos… sexuales, se entiende.

Porque se me olvidaba decirle que Ota y su noviecita también asisten religiosamente a cierto gimnasio chic. Uno bueno de verdad, de esos en que hacer ejercicios una semana cuesta tanto como a uno de nuestros ancestros hacerse con uno de aquellos sufridos negros congos, sobre cuyos lomos se edificó la riqueza nacional.

Es a causa de esa rutina de ejercicios, a las frecuentes visitas al peluquero, al pedicuro, al especialista facial… y por supuesto a una buena retahíla de productos caros de la más… clase media cosmética, por lo general procedentes de Miami, que Ota y su despampanate noviecita salen tan bien en las fotos que no paran de compartir en Facebook, o en WhatsApp, y en que por lo común muestran mucha más área de piel lozana y tersa que de los tejidos de sus abarrotados roperos.

Y es precisamente gracias a tan buena pinta que tienen tantos amigos por esos países del mundo… rico, claro. Los cuales amigos no paran de venir de visita a Cuba, y que sin falta le dedican a la parejita una noche, o a veces hasta un fin semana completo de su apretada agenda en la Isla. Repleta de compromisos semejantes con otros muchachos y muchachas chic, que conocieron por semejantes vías.

Y es en parte a resultas de esa estupenda pinta de Ota y su noviecita, pero sobre todo gracias a su espíritu muy liberal, en lo esencial para las diversiones, y sobre todo para las que se ejercitan en la cama, que últimamente la parejita ha podido dejar de depender por completo de sus familiares en Miami para pagarse el gimnasio, y muchas otras pequeñas cosas. Porque no es que ellos dos sientan algún peso en su conciencia al dilapidar el dinero que a las tías de Ota les cuesta hasta 12 horas diarias de limpieza de culos arrugados, y al hermano de la noviecita levantarse a la una de la madrugada, para irse a quitar la nieve de las calles de Minneapolis.

No, el asunto es que a ratos sus tías se pusieran “fulas”, como aquella vez en que Ota las llamó desde el Parque de la wifi en Calabazar de Sagua, para explicarles la necesidad de un nuevo par de zapatillas de marca, porque las últimas se le habían despegado en la caminata anual al Monumento al Che, “que figúrense, hubo que hacerla debajo de un aguacero”.

O como aquella otra en que le pidió a su primo que le estampara por allá afuera un pullover, “de buen algodón de verdad”, con la imagen del Comandante, para poder salir súperbien en las fotos que se iba a tomar durante su próxima participación en la “la marcha de las antorchas”. Fotos con las que quería impresionar favorablemente a una pareja de italianos “progres” con la que había comenzado a comunicarse hacía unos días.

Entonces tuvo que soportar que su primo le gritara en el medio de la zona wifi que si él era comemierda, que si él no sabía que por menos que eso podría buscarle tremendo lío allá en Miami: “¡asere, tú te imaginas llegar a un negocio de esos con ese encarguito… ño asere, te pones fula cantidad!”

Nada, como si todos no supieran en el municipio de Calabazar en el Exilio que quien surte de supositorios de última generación a su papá, el coronel Vega, aquejado de estreñimiento crónico, es precisamente su hijo, y que los saca nada menos que de los business sucios que con sus tías hace con el seguro médico del Estado Yanqui.

Aclaramos que Ota no es que sea en el fondo comunista, ni progre, ni de izquierdas, ni nada por ese estilo. Como tampoco lo es por cierto su tío el estreñido del coronel Vega, a quien también le gusta mucho lo bueno, y después que probó el whisky por primera vez no ha habido manera de que vuelva a tomar ni Havana Club.

No, tras la superficie sensual de ambos, sobrino y tío, no hay nada tan profundo como un fondo, o en general un algo cualquiera.

Ota simplemente trata de vivir bien, y para ello ha aprendido desde la cuna que en este país hay que estar con los que mandan: si hay que cantar la Internacional, se canta y ya, o si hay que gritar ¡Viva Fidel!, se grita y punto, que mientras más ganas uno le ponga al grito más los que tienen la sartén por el mango se harán de la vista gorda con tus deslices burgueses por la cultura consumista.

Si de algo está consciente Ota es de que en un final esta vida chic no le durará para siempre, que la juventud se irá. Que cuando termine la carrera ya sus tías no le pagaran más su alquiler, y su primo, el de los supositorios que tanta ayuda le prestan a la actividad represiva de régimen, no será tan espléndido con la ropa y los zapatos, las laptops o las recargas al móvil. Por eso desde hace meses hace correr a sus padres, con lo de la ciudadanía española, y por eso el mismo ha hecho lo imposible para congraciarse con el vicecónsul de aquí, de Santa Clara, que según las malas lenguas es tremendo malandrín.

Sus planes para su futuro son simples, y se concretan en una frase: de esta mierda hay que irse.

Claro, él no quisiera tener que pasarse ocho años sin poder regresar al país, como ocurriría en caso de abandonar alguna de las misiones médicas del Estado Cubano en el extranjero. Ota, en caso de que lo de la ciudadanía española no llegara a concretarse, piensa pedir asilo político por ahí, en cualquier parte, y mientras espera la correspondiente decisión judicial se colgará día y noche un pullover con la imagen de Rosa María Payá, encargará por Amazon el juego completo de camisetas que promueve su medio tocayo, Ota Ola, conseguirá una insignia como seguidor en Facebook de Bolsonaro, y exhibirá en redes un anticomunismo solo comparable al del senador McCarthy.

Entonces su vida consistirá en trabajar en el exterior, con la cabeza sin embargo en Cuba, adonde correrá a gastarse lo ahorrado cada vez que tenga oportunidad.

Ya sin su noviecita, que lo habrá abandonado a poco de haber llegado a otras tierras, hará amistad por Facebook con alguna de las parejitas de jóvenes chic que vinieron a ocupar el lugar que en Santa Clara él dejará abandonado a poco de graduarse… Es en las consiguientes correrías por los nuevos lugares chic que encontrará de cuando en cuando a su ex, bien casada con un viejo uruguayo, español… en fin, yuma, o quizás hasta cubano, con más posibilidades que él, que nunca logrará revalidar su título.

Ella arrastrará tras de sí a algún fornido y rebosante de testosterona mulato, para nada chic, a quien mantiene en secreto en Cuba; él se dejará conducir por su tropa de un poco más jóvenes amiguitos, que solícitos le abren espacio para que no se pierda un detalle de las exuberantes formas de la novia del estudiante de ingeniería, o de derecho, que tan orgulloso de sus relaciones bien se muestra ante este parroquiano.

Puente de Letras 14: Editorial

Este año 2020 abre en Cuba envuelto en la misma atmósfera represiva con que cerró el 2019. En la era del ‘puesto a dedo’ Miguel Díaz Canel, como llaman en las redes sociales al actual gobernante cubano títere de la familia Castro, quienes apostaban por una mayor apertura, o al menos por una relativa paz vigilada, han sufrido una gran decepción. La represión ha aumentado considerablemente en la Isla en los últimos dos años, particularmente en el ámbito cultural. Como ha expresado la periodista y curadora independiente Claudia Genlui Hidalgo, se trata de ”una estrategia que aboga por forzarnos al exilio, agotarnos y quebrantar nuestro espíritu creativo”.

En los dos últimos años han aumentado exponencialmente los casos relacionados con dos tácticas de guerra psicólogica que el régimen de La Habana utiliza contra los creadores independientes: El bloqueo a sus viviendas, para que no puedan ganar la calle, y los secuestros express que fluctúan entre las pocas horas y los varios días. Adicionalmente, en el año 2019 que acaba de cerrar ha crecido dramáticamente el número de “regulados”, eufemismo que el funcionariado oficialista utiliza para señalar a aquellos escritores y artistas, y en general miembros de la sociedad civil, a los que se les prohíbe viajar al exterior. El Decreto 349, que criminaliza la independencia cultural en Cuba —o el espíritu represivo de dicho decreto—, ya se aplica a rajatabla, aunque el régimen, tras sucesivos escándalos mediáticos relacionados con la medida, evita llamarlo por su nombre.

La situación se vuelve insostenible y la policía política cuenta con el cansancio psíquico de la sociedad civil para que esta “se relaje” o termine abandonando el país. De estas tácticas han sido víctimas, insistentemente, artistas, escritores y activistas independientes como Nancy Alfaya, Jorge Olivera y Luis Manuel Otero Alcántara, así como numerosos integrantes del grupo Demóngeles y del movimiento San Isidro, entre muchos otros.

En otro orden de cosas, el Dossier de este número, dedicado al narrador y poeta Félix Luis Viera, saluda la entrega en Miami del Premio Nacional de Literatura Independiente de Cuba ‘Gastón Baquero’ a este relevante escritor nacido en Santa Clara, en el centro de la Isla. De él escribió uno de los jurados, el narrador y ensayista José Hugo Fernández:

“Viera es un caso raro en la literatura: gran poeta y gran narrador. Hay muchos poetas también narradores y narradores que escriben poesía, pero no abundan los que sobresalen en ambos géneros y a un mismo nivel. Yo no me atrevería a afirmar que Viera es mejor narrador que poeta, ni lo contrario. Y en los dos géneros tiene libros que por sí solos le bastan para merecer este Premio Nacional. A ello hay que sumar su larga y fructífera trayectoria como escritor y los valores de su obra en general, además de su actitud cívica como cubano residente en el exterior”.

En esta ocasión, el Consejo Asesor, compuesto por nueve jurados (Rafael Almanza, Rebeca Ulloa, Odalys Interián, Reinaldo García Ramos, Alejandro González Acosta, José Hugo Fernández, Luis Pérez de Castro, José Alberto Velázquez y Armando Añel), eligió finalistas a otros cuatro escritores: Lilliam Moro, Francis Sánchez, Amir Valle y Rafael Vilches.

Retiran estatua de John Lennon de parque en La Habana

Caricatura de Omar Santana

«Tienen en un parque de La Habana una estatua de John Lennon mientras Celia Cruz, cubana de pura cepa, no pudo ni entrar a despedirse de su mamá y murió sin poder regresar al país en que nació», protestó Manolín, el Médico de la Salsa, en fecha tan temprana como 2015.

Cabe recordar que la supuesta reconciliación de la dictadura cubana con The Beatles llegó en el año 2000, cuando el Comandante en Polvo, fallecido en 2016, develó una estatua de Lennon en dicho parque, convertido luego en sitio de peregrinación de cubanos y extranjeros.

«Lamento mucho no haberte conocido antes», dijo en 2000 un inspirado Fidel Castro durante la inauguración, y se excusó afirmando que no era culpable de la censura anterior sobre Lennon, pues entonces estaba «concentrado en tareas de gobierno». Una afirmación, por cierto, que nunca gustó a Raúl Castro, quien jamás ha escuchado música anglo y que según se dice se sintió aludido en su momento, como si su hermano mayor le hubiese achacado, sigilosamente, la prohibición musical.

Este 2 de febrero de 2020, consecuentemente, agentes raulistas parecen haber retirado la estatua del parque también sigilosamente, a contrapelo del mismísimo Miguel Díaz Canel, como retrata la caricatura de Omar Santana que acompaña esta nota. Y es que, parafraseando el conocido título cinematográfico, Raúl no cree en lágrimas. Mucho menos en muertos. Muchísimo menos en la música y la cultura independientes.

«Un sueño que sueñas solo, es solo un sueño. Un sueño que sueñas con alguien más, es una realidad, dijo John Lennon. Desde Cuba me atrevo a decir: un sueño que se comparte con un pueblo, es un maravilloso desafío que nos hace soñar y nos desvela a cada minuto», había escrito Díaz-Canel en Twitter hace apenas dos años. Aunque olvidó agregar que ciertas «presidencias» también son un sueño para el pueblo. O peor: una pesadilla. Como la suya seguramente.


Aviso: ‘Arroz con mango’, semanario humorístico de Puente a la Vista, no se hace responsable de interpretaciones que no provoquen risa.

Bobby Fischer en La Otra Esquina de las Palabras

La Otra Esquina de las Palabras, la tertulia que coordina en Miami el poeta Joaquín Gálvez, invita a la presentación del libro Bobby Fischer en Cuba (Two Bishops, 2019), de los escritores y periodistas Miguel A. Sánchez y Jesús Suárez. Las palabras de presentación estarán a cargo del Gran Maestro Internacional Julio Becerra.

Café Demetrio
300 Alhambra Circle, Coral Gables
305-448-4949
Sábado, 8 de febrero/3:00 p.m

Miguel Ángel Sánchez (Guayos, 1947) formó parte por muchos años del equipo de redacción de la revista cubana de ajedrez Jaque Mate. Es Licenciado en Periodismo en la Universidad de La Habana. En 1976 su libro Capablanca, leyenda y realidad ganó el premio en el género de biografía de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba. Miguel Angel trabajó casi dos décadas como editor en el diario/LA Prensa de la ciudad de Nueva York. Desde el año 2016 reside en Miami.

Jesús Suárez Suárez nació en La Habana, vivió en México y reside desde 1994 en Miami. Es licenciado en Ingeniería Química en la Universidad de La Habana. Fue miembro del equipo de redacción de la revista cubana de ajedrez Jaque Mate desde 1963 y es Arbitro Internacional desde 1984. Después de marcharse de Cuba en 1987 trabajó en México y Miami en las agencias de prensa United Press International (estadounidense), Reuters (inglesa) y EFE (española), así como en el diario miamense El Nuevo Herald. Desde el 2000 comienza su carrera como guionista de cine y es coautor de las obras The Uncornered King, The Yod, The Psychiatrist y Las aventuras de Cheo Casas.

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