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Suchlicki: Hay que brindar armas y entrenamiento militar a la oposición cubana

El académico e investigador de origen cubano Jaime Suchlicki, director del Instituto de Estudios Cubanos (CSI), con sede en Coral Gables, señaló este miércoles, en texto publicado en la página de la organización, la necesidad de proveer “entrenamiento militar y armas” a la oposición anticastrista.

“Por primera vez en 60 años, existe evidencia de una creciente oposición en Cuba contra el régimen heredado de la era de Castro”, señaló el especialista. “Los cubanos han abandonado la política de esperar a que el régimen brinde el cambio desde arriba. Ahora buscan un cambio desde abajo”.

“El levantamiento popular a nivel nacional del 11 de julio pasado, y las manifestaciones abortadas de este mes, son claros indicios de una población movilizada que está perdiendo el miedo y de un régimen que no puede o no quiere ofrecer una respuesta que no sea la represión violenta”, apuntó.

“La situación cubana no mejorará en 2022 o más allá. Aumentarán la violencia, la migración y la participación de Rusia y China en la isla”, escribió el profesor. “Y las presiones económicas crecientes no traerán el colapso del régimen. La administración económica del general Luis Alberto Rodríguez López-Callejas es suficiente para sostener al aparato militar y represivo. Y es poco probable que la ayuda económica y el comercio funcionen en el futuro. Después de todo, no han traído concesiones del gobierno cubano en el pasado”.

El profesor Jaime Suchlicki

Para iniciar opciones que aceleren la desaparición de la dictadura castrista, Suchlicki recomendó tres variables fundamentales:

-Incrementar el acceso de los cubanos a Internet y la información del exterior. Contamos con la tecnología para lograr estos objetivos. Pero necesitamos la voluntad y un compromiso a largo plazo para implementar esta política.

-Seguir movilizando a amigos y aliados para apoyar a la creciente oposición en Cuba. Reconocer y nutrir a esta oposición, brindándole información y literatura, alentándola a trabajar en equipo y denunciar las continuas violaciones a los derechos humanos.

-Proporcionar entrenamiento militar y armas a la oposición. El fin del régimen cubano muy probablemente se producirá como resultado de una oposición violenta estimulada por la ayuda militar de Estados Unidos y otros países aliados. Las protestas pacíficas solo funcionarán temporalmente. Cuba no es la India y el régimen cubano no es Inglaterra. Los cubanos no somos una población hindú dispuesta a sacrificarse durante largos años para lograr un resultado incierto.


 

La batalla de los Grammy y el ejemplo de España

El régimen cubano lo convierte todo en una ridícula batalla. Como es incapaz de mirarse en el espejo, pues le teme a la imagen de octogenarios vencidos por la vida, asume una visión heroica de sí mismo. Ahora mismo ha transformado la entrega de los “Grammy Latinos” del 2021 en una lucha épica contra Yotuel, Maykel Osorbo, a quien mantienen en la cárcel, Descemer Bueno, Yadam González, El Funky, Gente de Zona y Beatriz Luengo. ¿Por qué? Por ser los autores o los intérpretes de Patria y vida (“Chancleta Records”),  y porque los organizadores, con toda justicia, eligieron a esa canción como la mejor, la más destacada del año. Simultáneamente, recibieron el Premio a la “Mejor canción urbana” del 2021.

Ni siquiera fueron los únicos cubanos que obtuvieron un Grammy. Gloria Estefan y la Orquesta Aragón también fueron merecedores de uno. Gloria Estefan resultó premiada por el “Mejor Álbum Tropical del año” con Brazil305, mientras la Orquesta Aragón, fundada en 1939, 20 años antes de que surgiera la Revolución Cubana, recibió el premio al “Mejor Álbum Tropical  Tradicional” por su Cha-Cha-Cha: Homenaje a lo tradicional. La noticia sorprendió a los miembros de la orquesta, según relató Rafael Lay, su actual director e hijo de uno de los fundadores, aunque la calidad del sonido se logró en Los Ángeles por las gestiones de Isaac Delgado y Alain Pérez, dos excelentes y carismáticos intérpretes.

Observen la secuencia de los hechos. Primero fue el choque con el Movimiento San Isidro. Un grupo de jóvenes artistas muy pobres, separados del poder político, se presentaron de buena fe en el Ministerio de Cultura a hablar con el ministro. No se les concedió esa gracia. Meses más tarde ocurrieron las protestas cívicas del 11 de julio. Miles de personas se levantaron en todo el país. No hay que ser un lince para vincular ambos sucesos. Por último, el 15 de noviembre tomó el relevo la asociación cívica “Archipiélago”, provisionalmente dirigida por Yunior García Aguilera, quien acabara exiliado en España, y a quien se debe una magnífica explicación de estos fenómenos pronunciada en la rueda de prensa.

El hecho de que el premio a la “Canción del año” haya sido concedida a Patria y vida, debería haberle revelado a la dirigencia revolucionaria que tiene un mensaje que huele a naftalina. Es muy viejo. Hace 20 o 30 años hubieran premiado una canción en torno del lema Patria o muerte, y se lo hubiera otorgado un chaval que vestía una camiseta del Che, pero hoy es impensable que algo así ocurra. ¡El primero de enero comenzará el año 63 de esa revolución y de ese régimen! Por supuesto, pueden permanecer en el sillón de mando, pero, ¿hasta cuándo? El general Francisco Franco murió en la cama (aunque “sólo” llevaba 40 años en la jefatura), como Fidel, y como presumiblemente sucederá con Raúl, pero lo que no evitarán es que las jóvenes generaciones modifiquen totalmente el rumbo político del país. Así ha sido siempre en la historia del planeta.

Franco había supervisado cuidadosamente la educación de su sucesor en el Poder Ejecutivo –el rey– para garantizar que no habría sorpresas. Incluso, en el Parlamento –que en esa época se llamaba “las Cortes”– existían unos aguerridos parlamentarios que integraban “los 40 de Ayete”. Así se llamaba por el palacete en que solían reunirse, muy cerca de San Sebastián, en el “país vasco”, lugar de residencia de Franco en los veranos. Era el grupo de franquistas que, supuestamente, resistiría cualquier intento de cambio. Sólo que al frente de “los 40 de Ayete” estaba, nada más y nada menos, que Adolfo Suárez, el hombre que junto al rey encabezó la transición una vez que Franco murió.

Ni el rey Juan Carlos ni Adolfo Suárez fueron traidores a Franco. O, si lo fueron, debieron optar por una de dos lealtades conflictivas: la que le debían al viejo caudillo que los había encumbrado personalmente, o la que les debían a las nuevas generaciones que no habían participado activamente en la guerra civil, como era el caso de ellos mismos. Tanto Juan Carlos de Borbón como Adolfo Suárez eran producto de la Segunda Guerra mundial, o, si se quiere, de la Guerra Fría que entonces se libraba. Ellos eligieron dirigir a sus compatriotas a la modernidad y extraerlos de la primera parte del siglo XX a la que los había arrastrado el Generalísimo de España.

No sé cómo se puede obviar el ejemplo de España, pese a que, desde el punto de vista económico, los últimos 15 años del franquismo fueron espléndidos. Cuba tiene una oportunidad dorada de corregir el rumbo equivocado emprendido en 1959. Todo lo que tiene que hacer es rectificar, consultar a la sociedad, e ir, como señalaba Oswaldo Payá, “de la ley a la ley”. De lo contrario el país puede sucumbir a otra etapa de innecesaria violencia.


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El rayo de Longino cae otra vez

El crítico retórico griego Longino o Pseudo-Longino (si aceptamos como bueno el dato tan poco fiable de esta autoría) escribió que si lo sublime se utiliza en el momento justo es como un rayo que hace polvo todas las cosas y evidencia de golpe la fuerza del orador, y añade que es grande realmente solo «aquello que proporciona material para nuevas reflexiones» y hace difícil, más aún imposible, toda oposición y «su recuerdo es duradero e indeleble” [1]

Y ahora, pensando en eso, voy a escribir unas palabras, no sobre el tal Longino, sino, en cierto sentido, sobre lo que Longino refiere. Voy a escribir sobre otro libro de José Hugo Fernández, un libro sublime que habla de una obra sublime.

José Hugo acaba de repetir otra de sus generosas hazañas literarias. Ha publicado, gracias a la Editorial Dos Islas, de Miami, Una brizna de polen sobre el abismo. Como ha hecho otras veces, se trata de un libro sobre libros y, además, sobre lo que esos libros sugieren o cómo él los leyó. Porque, es cierto, en ningún momento Hugo pretende que leamos como él, no traza un código, simplemente describe el mundo que concibió a partir de lo que ha leído y que, lógicamente, nos recomienda como una posibilidad o, si se prefiere, como una guía genérica.

Focaliza esta vez su interés en la obra de Odalys Interián, una de las poetas más peculiares y poderosas del panorama literario cubano actual.

Para escribir sobre toda una obra poética y hacerlo con semejante perspectiva, lógicamente hay que conocer muy bien la poesía, y en específico dicha obra. Se precisa, en fin, tener un bagaje que permita incrustar e interconectar la obra en cuestión en un contexto, o nos perderíamos. En tal sentido, José Hugo es el lector y, además, el “escritor sobre lecturas” ideal. Lee, sabe el mecanismo o la ingeniería de eso que lee, y luego es capaz de esa necesaria contextualización, sin la cual el sentido quedaría mediatizado por la falta de datos. Es decir, por la ignorancia.

Así José Hugo nos da una lección de buena lectura. Es como debe leer alguien que lee. Y en esto no hay ninguna obviedad, aunque lo parezca. Me explico: alguien que lee no siempre lee. Hablo del acto de leer a fondo, con lucidez, llevando a cuestas el mundo previo de lecturas necesario para que el viaje (la lectura) tenga la máxima vastedad. Digo esto (y disculpen si una vez más parezco obvio), porque un libro, aparte de lo que es en sí, también es su lector. El triángulo perfecto, pues, no es otro que éste: autor / libro / lector. Tríada en la que, si la cosa funciona, el primero puede, y quizá deba, quedar subsumido en los otros dos, y sobre todo en el tercero.

Dicho de otra manera: Solo alguien con la erudición de José Hugo puede, p. ej., situar la obra de Odalys en ese paisaje riquísimo y complejo, valiéndose de una sin duda fructífera metodología: la “literatura comparada”. Concepto que utilizo solo en lo que tiene que ver con la esencia de algunos contenidos, no con los aspectos “geográfico” y “lingüístico”. Así nos muestra la poesía objeto de estudio a través del prisma de, o en relación con otros poetas que, de algún modo, forman o deben formar parte del material con que ella ha construido (y construye) su magnífico edificio.

Y como la poesía de Odalys tiene un marcado peso religioso y, por qué no, anagógico, como reflejo o en consecuencia de su fe, Sor Juana Inés de la Cruz y San Juan de la Cruz proyectan inevitablemente sobre ella una especie de sutil espectro de Brocken. Pueden considerarse como referentes, indirectos o no, conscientes o no, de ese tema y, en alguna medida, de ese, su modo de hacer. Pero el autor los trae a colación solo para establecer la necesaria distinción que dije al referirme al contexto en la dinámica del análisis comparativo. El autor —quiero decir— no hace este estudio para buscar exactamente ingeniosas relaciones entre facturas o modos de ejecución (las incómodas influencias), sino para que se entienda el qué de Odalys, una poeta que actualiza esa manera de ver a pesar de que, en cierto modo,  proyecta ese espectro o efecto. Nos dice, para resumir, cuáles son las claves de una “modernidad” que, aun cuando propone un mensaje dos veces milenario, cubre el fondo y la superficie de esta magnífica poesía.

Tampoco el autor incurre en la fácil tentación de ubicar a Odalys en un canon. Simplemente habla de su obra, se sitúa e intenta situarnos a sus lectores en determinada actitud hacia, y en determinado lugar de dicha obra. Tacto que la posteridad deberá agradecerle. Habría sido un error, me parece, arriesgar juicios de valor apriorísticos. Lo que no impide adelantar, por supuesto, el deslumbramiento actual como prueba:

“Es así que su estilo se va haciendo notar en el panorama de la poesía contemporánea en español como pepita de oro bajo el agua estancada.”  (p. 108, §2)

Hacia el final del libro hay algo especialmente interesante: José Hugo le da voz a la poeta. Odalys explica ahí su forma de ver y vivir la poesía. Uno “oye” su voz y es como si se encendiera una luz en esa habitación llena de muebles magníficos, y de pronto descubriéramos algo esencial que, sin esa luz,  no podíamos ver. Y se agradece.

Como digo, el autor ha vuelto a hacer gala de su enorme sensibilidad, de su cultura y de su capacidad excepcional para decir las cosas del modo que deben decirse, sin que sobre ni falte  una coma. Porque él escribe con ese exquisito respeto que solo suele apreciarse en los escritores auténticos, esos que saben que una coma mal puesta, es algo más que una coma mal puesta.

Para ilustrarlo, una cita que añado a las anteriores, pero ésta (en serio) tomada  al azar:

“Por ello pienso que aun cuando no sean pocos los instantes de sublimidad que podríamos entresacar si hurgamos en la historia de la literatura, a partir por lo menos de los jeroglíficos egipcios o la épica sumeria o los cantos babilónicos sobre la creación del mundo, sí debe ser bien limitado el número de poetas que en cualquier época han escrito sostenidamente bajo el pasmo de lo sublime”. (p. 12, §2)

Destaco, por tanto, el esplendor literario alcanzado por José Hugo, el ensayista, novelista y cronista, que acaba de incorporar a la historia de la literatura y la teoría literaria aplicada de nuestra lengua, con “Una brizna de polen sobre el abismo”, no solo la aproximación a una poeta excepcional, sino un modo de hacerlo igualmente excepcional.

Y es que él sabe muy bien de qué va lo sublime. Lo reconoció en la obra de Odalys Interián, poeta sublime por excelencia, y nos lo transmite con una obra igualmente sublime. Cuando la lean, porque deben hacerlo, el rayo de Longino (y cito lo que supuestamente dijo aquél) les pulverizará todas las cosas y les mostrará, en un abrir y cerrar de ojos y en su totalidad, sus poderes. —Y ésa, agrego yo, será la recompensa.


  • [1]Longino (Dionisio Longino): Del Sublime, ed. de C. M. Mazzucchi, Milán, Vita e Pensiero, Università Cattolica, 1992.

Vicente Echerri presenta ‘El caballo de ébano’ en Madrid

El Grupo Renacimiento y la librería Alberti invitan a la presentación de la novela El caballo de ébano (Espuela de Plata, 2020), del escritor de origen cubano Vicente Echerri. La presentación estará a cargo del escritor y académico español Antonio Muñoz Molina.

Fecha: 9 de diciembre de 2021
Hora: 7:00 p.m.
Lugar: Librería Alberti (C/ Tutor 57, Madrid, España)

«La evocación de un célebre cuento de Las mil y una noches sirve como parábola de la peripecia vital de un personaje que se cree destinado al triunfo y a la fama por distintas avenidas, en las cuales se empeña sin otro fundamento que su desbocada fantasía: alto oficial del ejército, músico extraordinario, prelado, reconocido escritor… Su vida, que transcurre en la novela a lo largo de cuatro décadas –desde su adolescencia en un pueblo de Costa Rica hasta su madurez en Nueva York–, está marcada por una galopante imaginación que, previsiblemente, va dejando un rastro de fracasos, en tanto desatiende los modestos logros que obtiene en el plano de los sentimientos, al mezclarlos o confundirlos con una sexualidad inexhaustible», apuntan los editores sobre el libro.

Vicente Echerri, periodista, editor y escritor cubano, nació en Trinidad, al centro de Cuba. Ha publicado, entre otros libros, Luz en la piedra (1986), La señal de los tiempos (1993), Historias de la otra revolución (1998) y Doble nueve (2009). Ha ejercido el periodismo de opinión por más de treinta años y ha traducido numerosos libros del inglés al español. Reside en Estados Unidos.

 


 

Corazón como una isla sin mapa

En la recién concluida Feria del Libro Internacional de Miami, entre sus más de cuatrocientos títulos de valía publicados, la Editorial Primigenios puso a la venta la segunda edición bilingüe del poemario de Ismael Sambra Orgía del miedo —Libro Primero de la trilogía Los ángulos del silencio—, con la que celebrara el Aniversario 20 de su edición.

Poeta, narrador y dramaturgo, como guionista, productor y asesor de TV, al luchador anticastrista cubano Ismael Sambra lo renombré Sambra sin sombra —en mi artículo homónimo, publicado por Armando Añel en su infalible Neo Club Press— por su heroica actitud mantenida durante la injusta condena en la causa no. 15 de 1993, a que fue sometido durante diez años de privación de libertad por los delitos de «Rebelión pacífica» y «Propaganda enemiga de carácter continuado», con el consiguiente presidio político en las ergástulas castristas/comunistas de los Castro. Añado que mi citado texto lo incluí en mi libro de artículos y ensayos Ejercitar el criterio. Crítica de narrativa, publicado por Primigenios en 2019 y republicado en el 2021.

El consecuente bregar anticomunista de Ismael, llevaría a la valiente colegamiga, y asimismo excelente poeta y narradora María Elena Cruz Valera, a subrayar: «[…] mientras exista Dios habrá poesía, y hombres como Ismael Sambra continuarán con sus versos y actitudes devolviéndole a la palabra su sentido original y primigenio.»

Y es muy acertado su criterio, pues desde su primer poema (que reproduce el título del libro), Orgía del festín, Sambra revela la bien asimilada influencia que ejerciera, con su icónico poemario Fuera del juego, el siempre recordado Heberto Padilla, quien, en veraces palabras del propio Sambra, sería:

inspiración para muchos, incluso para mí, que comenzaba mis primeros pasos en la literatura […] Escribí poemas disidentes o contestarios solo para engavetarlos, para decir al menos mi verdad. Ya había intentado infructuosamente escapar del país en un barco mercante anclado en un muelle de la bahía, y solo me quedaba la opción de adaptarme al sistema Porque esta era la frase imperante: «O te incorporas al tren de la revolución o el tren te pasa por encima.» Todavía mantenía el espíritu rebelde, pero el Caso Padilla fue una inspiración y una lección para todos.

Mas, he aquí el poema inicial:

Todos tenemos miedo

bajo esta lluvia que ha comenzado a caer.

Se nos hizo un nudo en la garganta

la flor que un día inventamos como niños

y no deja pasar la primavera.

Alguien esta tocando a la puerta de mi casa.

Viene a provocarme los auxilios rezagados

a citarme para el gran festín de los pensantes.

Y yo no abro.

Me quedo suspirando todavía enmudecido

todavía con los huesos dislocados

con los huesos que se han negado a sostener

mi voluntad.

Alguien me llama también desde adentro

y me atormenta con el derrumbe

de las cosas

que soñé.

Alguien me persigue por la casa

a la hora del baño, a la hora de las comidas,

a la hora de los hijos, a la hora

de dormir con mi mujer

que también me persigue con su miedo.   

El libro continuaría su vertiginoso ascenso, evidenciando el terror esgrimido por los sangrientos Castro, aprendido en las infames lecciones de Stalin, quien, a lo largo de su extensa/intensa tiranía, llevara a cabo la transformación brutal y radical del pueblo ruso.

Así, en el segundo poema «Un hombre en desventaja», Sambra alude a sus duros recuerdos de los meses, días y años sufridos en prisión:

Un hombre atacado por la duda

da vueltas y vueltas en la cama.

Él ha sentido el peso de los dioses a su espalda.

Su escapada se argumenta ya en delirio:

horas dictadas al destino de ser y no ser,

destino girando alrededor de su cabeza,

al compas de alguna palabra clandestina

                       […]

Un hombre atacado en su hombre

siente que ya no vive solo con su espectro:

es un hombre ofensivo, expectante, documental,

opuesto a su reflejo

porque hay otros que esperan su caída.

Lleva solo pan en los bolsillos

y alguna fruta en ese viaje impropio y turbio. 

Un hombre en la vigilia

lleva su propio corazón como una isla sin mapa,

descalzo va con su sombra

se da cuenta que existe

y que puede morir un poco en desbandada

porque debe pagar su atrevida posición

ese defecto de estar diciendo sin fondo ni trasfondo

esa libertad solo de dioses en la tierra.

Un hombre atacado por la duda

tiene que dormir para otro día,

despierta finalmente a su mujer

y comienza a fornicar su angustia.

En sus rotundos versos también se escuchan los ecos de otros poetas que sufrieron la cruel prisión del totalitarismo. El mejor ejemplo es Armando Valladares, quien, encarcelado en diciembre de 1960, por su oposición a la enseguida sangrienta tiranía, sería condenado a treinta años de reclusión: sufriría veintidós en las ergástulas castristas, por negarse a los planes de rehabilitación, tal asimismo, por rechazar alimentos durante cuarenta y seis días, se le obligaría a continuar prisionero otros ocho años y, peor aun, en una silla de ruedas.

En la cárcel, escribiría su primer poemario, Desde mi silla de ruedas, que traducido a numerosos idiomas lo daría a conocer en el mundo. Asimismo, escribiría y publicaría El corazón con que vivo y, posteriormente, Cavernas del silencio. Mas su título clásico es sin duda Memorias. Contra toda esperanza. Al fin, en 1981, ante el reclamo de la opinión pública internacional, a pesar del odio del canalla Fidel, tendría que liberarlo. En el exilio, sería Embajador de Estados Unidos ante la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.

En los poemas de Sambra, atisbamos el eco de los de Valladares, tal en «La mejor tinta», donde confiesa:

«Me lo han quitado todo / las plumas / los lápices / la tinta / porque ellos no quieren / que yo escriba / y me han hundido / en esta celda de castigo / pero ni así ahogarán mi rebeldía. / Me lo han quitado todo/ —bueno, casi todo— / porque me queda la sonrisa / el orgullo de sentirme un hombre libre / y en el alma un jardín / de eternas florecitas. / Me lo han quitado todo / las plumas / los lápices/ pero me queda la tinta de la vida / —mi propia sangre— / y con ella escribo versos todavía.»

   Asimismo, en los versos de Sambra, escuchamos resonancias de otros poemas de Valladares: «Yo tengo más», «¿Libre…?» y, sobre todo, «Sitiada sin esperanza», donde escribiría uno de los  presos políticos cubanos con mayor tiempo entre las crueles rejas castristas los siguientes versos: «Quieren aplastarme estas bóvedas / y aquellas alambradas / marcan mi carne nuevamente / como si no lo hubieran hecho nunca / como si no supieran que yo / hace años / estrené mi terror de siempre / que ha envejecido y muerto / entre angustias y bayonetas / sin pan y sin mañana / con el hambre en los huesos / con el miedo en la sangre / y la esperanza en un rincón.»

En otro valioso texto: «Retorno y desamparo», el poeta santiaguero, remarca:

Si salgo a la calle es

para que no crean que estoy preso

entre las olas y una página en blanco.

Si salgo es para creerme que aún respiro

que quiero gritar mi esperanza

de hombre todavía enamorado.

Si salgo no es para que vean que camino

que traigo rodela

y los puños cerrando alguna herida:  

No ha sido fácil salir

para cobrar lo prometido.

No ha sido fácil insistir

con la cabeza llena.

No ha sido fácil regresar vacío.

«Poética de amor y desenfreno», pieza que revela la nostalgia por la esposa lejana en sus hermosos versos, deviene un haz de acertado simbolismo, por la idónea equivalencia entre ambos status: la cárcel y la lejana amada:

La quietud de estos árboles

me dice que no sopla el viento,

que hoy es otra noche de spoor y de vigilia.

                            […]

Puedo decir que tengo un jardín

protegido sin reproches:

Un jardín que bate su quietud de geometría.

Para qué las horas en un jardín

abatido en su ornamento. Para qué

desperdiciarme en su único color de insomnio

en su escaso latido y agonía.

Hace falta que se vaya en el otoño

y vuelva nuevo en el estío.

Hace falta que se vaya este jardín

con su espectro de frutas y flores.

Hace falta remover la tierra,

respirar y salir de su hemisferio:

hace falta que surjas tú en la tormenta.

«Querido hogar» resulta una suerte de despedida plena de esa honda nostalgia que destroza las tristumbres, parafraseando el excelente verso del fallecido poeta cubano Fermín Carlos Díaz.

De tal suerte, Sambra escribe este formidable poema:

Los que fuimos a comprar amor en los patios

donde se plantaron urgentes limoneros.

Los que fuimos mojándonos bajo sus hilos

de lluvia pretérita. Los que llegamos

asustados a la tierra enferma

y sorprendimos nuestra inocencia

pactando cada herida.

Los que dejamos el hogar,

la novia escurridiza e impaciente,

los juegos y artificios de la tronchada juventud.

Los que partimos la misma noche de boda o el embarazo.

Los que extrañamos calor de madre

de nuevos hijos. Los que bebimos lágrimas secas

entre las cartas, fotos,

alguna cinta o flor marchita.

Los que pasamos finalmente el cerco

de tanta muerte desbordada

sobre los plélagos y la única existencia.

Los que dejamos atrás a los amigos

con sus carnes y huesos bautizados

por el fuego de otro cielo…

recibamos las medullas con la frente

y el pecho firme. Recibamos

un nuevo ascenso sobre la muerte, mientras los limones

se vayan madurando y nos dejen sus ácidos,

su fiebre de gravedad…

Otro exultante poema de amor es «Hoy no puedo resumirte en mi memoria», en el que le dice a la amada:

Ya no son las mismas noches

las que un día dejé pasar sin tus caderas

                     […]

Estoy tocando una trompeta de fuego

desde que fui a beber la muerte en tus orillas.

Cómo pude ignorar

que existías en un pesebre

de hierbas retoñadas.

Es una moneda en la alcancía del sol

entre tus piernas.

No quiero respirar esta suerte

por temor a desgajarla. No quiero pasar

ni dejar que pases con tu cuerpo intacto

en esta angustia de relojes trasnochados,

en esta noche,

la misma noche del día

donde vienes a pasar mi desespero.

Sin embargo, no será hasta «Pequeño testamento diurno, casi triste», donde el poeta multiplicará la nostalgia y la pasión por la esposa, de la que ha sido separado por la tiranía que castiga con la mayor crueldad los afanes de libertad de los luchadores anticastristas.

Por ello, en la también hermosa carta de amor, el poeta pregunta con original acento a su añorada:

Cuéntame en tu vida con todas mis esporas,

sin suerte, sin fortuna.

Cuéntame con este corazón desfallecido desde que ansiaba

por las noches el cuento y el beso que mi madre nunca dio.

Cuéntame por el hada que no vino a mis sueños

y por qué el amor entró y salió con mil formas y disfraces

y ahora es una jaula y un pájaro olvidado, una copa

que se puede beber y abandonar sin dejar huellas.

Cuéntame en tu vida dueña de mí en pleno diálogo de amor

Con todos mis temores y fracasos

                                          de hombre confiable y huérfano,

perseguido y asechado

desde el día que descubrí las rejas

con todo mi descalabro y mi entrega no correspondida

en ese beso que deje perdido en tus mejillas

“sediento de tus labios” de plena juventud.

Cuéntame en tu vida porque te lo entrego todo:

mi fatiga

mi añoranza

mi constante rebelión. 

   Por fin, en Orgía del miedo, Ismael Sambra corrobora su vocación de poeta en versos y en actos, como quería nuestro Martí, al que Sambra igualmente venera en su valioso ensayo El único José Martí. Principal opositor a Fidel Castro (2000).


 

Poesía sin fin a través de todo el mundo

48 horas de lecturas y arte en vivo por artistas y escritores de todo el mundo en solidaridad con el pueblo de Cuba y la jornada del pasado 15N, prohibida y reprimida por el régimen representado por Miguel Díaz Canel.

Fue la propuesta del festival Poesía Sin Fin, un evento original del grupo Omni Zona Franca convocado para los días 15 y 16 de noviembre, digitalmente, por la escritora Achy Obejas, el poeta Amaury Pacheco, el artista y escritor Luis Eligio D Omni y el Movimiento San Isidro.

Dos jornadas de intensa poesía divididas en seis segmentos, o videos, de varias horas cada uno, en las que participaron decenas de escritores, artistas y activistas de varios países. Poesía sin fin a través de todo el mundo:

Segmento uno

Segmento dos

Segmento tres

Segmento cuatro

Segmento cinco

Segmento seis


 

Yunior García, guerra avisada

El dramaturgo Yunior García, uno de los gestores del grupo Archipiélago, opositor al régimen cubano, había prometido que el 14 de noviembre —un día antes de la fecha escogida por Archipiélago para la marcha en reclamo por la libertad de expresión para la Isla —, allá La Habana, desfilaría en solitario llevando como única arma una rosa blanca. Acción que sería como una suerte de anticipo de la marcha del día 15.

Guerra avisada no mata soldados, dice el refrán.

Pero esta vez, sí mató.

Mató la poca vergüenza, la poca capacidad de embuste que mantenía el régimen cubano.

Es decir, quedó en evidencia la debilidad de un gobierno que, ante la promesa de un hombre de que habrá de desfilar llevando como única arma una flor, movilizó todo un sistema.

Durante la semana anterior al día prometido, el régimen vació, en la zona donde residía el dramaturgo, el arsenal que guarda para estos casos. El oprobio,  el ventajismo —el millón contra uno, el disparo de cañón contra la tórtola—, la calumnia, la impiedad que lo caracterizan.

Yunior no pudo resistir la presión: abdicó, se fue a España —hubiera sido igual a Miami, Cataluña o Burkina Faso. Y ya en la Península, ha declarado eso mismo: que no pudo resistir, que no es de bronce.

Así, reitero, la “amenaza” de Yunior García con su rosa blanca nos trajo la totalidad de esa victoria: poder apreciar en panorámica las bajezas del régimen que asola a Cuba.

La semana anterior al 14 de noviembre, La Habana y otras ciudades del país estuvieron militarizadas como si, una vez más, “los yanquis” estuviesen a punto de invadir la Isla. Se ha podido documentar que en ese lapso se llevaron a cabo más de cien arrestos de disidentes —no solo pertenecientes al grupo Archipiélago—, que incluyen a mujeres y a algunos menores de edad.

Según Cubalex, ONG de asesoría legal, en la jornada del 15 de noviembre fueron detenidas otras 35 personas, más 11 desapariciones forzadas; entre ellas las de Lázaro Lamelas Ortiz, Pedro Lago Segura y Daniela Cecilia Rojo Varona.

Hoy viernes 19 se ha confirmado que al menos —al menos— se mantienen en prisión 18 de los detenidos en los últimos días.

Por otra parte, la buena noticia resulta la liberación de Reniel Rodríguez, tuitero de 15 años de edad y quien convocara a los residentes de la ciudad de Cárdenas, Matanzas, a desfilar el 15 de noviembre, vestidos de blanco, para reclamar libertad de expresión para la Isla.

Como otros grupos disidentes del país, los de Archipiélago han reiterado que su intención no es “tumbar” al gobierno sino abogar, entre otros ´cambios´, por la libertad de expresión, el respeto a los derechos humanos de todos los cubanos y soluciones a los problemas de la sociedad mediante vías democráticas y pacíficas. Claro, esto puede parecer una ironía: todos sabemos —incluido el régimen, o sobre todo el régimen— que con libertad de expresión y lo demás de este tenor aquello desparece de inmediato.

Del 12 al 14 de noviembre se recrudeció la ofensiva contra la casa del hombre de la rosa blanca.

Sin descanso, piquetes de esa crápula sarnosa —valga la redundancia— que se extiende por toda la Isla en grupos de una cochina homogeneidad, dadores de lo que el régimen define como “mítines de repudio”, algo que de modo tan certero simboliza la cobardía, el peor cinismo, no dejaron de gritar y amenazar a Yunior Rodríguez y su familia, quienes sufrieron durante más de 72 horas el asedio inclemente.

Si algo faltaba para mostrar ante los ojos del mundo la inhumanidad del comunismo cubano, ahora no quedan dudas.

Esta guerra la avisaste y la ganaste, Yunior. Gracias.


 

Luis Felipe Rojas en Viernes de Tertulia

Viernes de Tertulia, el evento artístico y literario que coordina en Miami el escritor Luis de la Paz, anuncia su jornada del mes de noviembre de 2021 invitando a un conversatorio con el escritor y periodista cubano Luis Felipe Rojas.

Fecha: viernes 19 de noviembre de 2021
Hora: 8:00 de la noche
Dirección: 111 SW 5ta Avenida. Miami, Florida

El programa Viernes de Tertulia es una producción del Creation Art Center, organización fundada por Pedro Pablo Peña (†) y dirigida por Eriberto Jiménez.

Luis Felipe Rojas (San Germán, 1971) tiene publicados, entre otros libros, los poemarios Máquina para borrar humanidades, Secretos del monje Louis, Animal de alcantarilla, Anverso de la bestia amada y Para dar de comer al perro de pelea. Durante años fue blogger independiente en Cuba y por su acción contestataria sufrió el acoso del régimen militar vigente en la Isla. Reside en Miami.


 

Doble triunfo cubano en los Grammys: Patria y Vida

Maykel Osorbo en una imagen de archivo (Facebook)

La siete veces ganadora del Grammy, la cubana Gloria Estefan, una vez más se alzó este jueves con el premio gracias a su álbum Brazil305, el primero que lanza desde su aclamada producción discográfica The Standards (2013).

«Catorce de las dieciocho canciones son versiones nuevas de los clásicos de su ilustre carrera, con arreglos que unen sonidos familiares con un majestuoso acompañamiento orquestal e instrumentación de samba de los músicos más reconocidos de Bahía, junto con arreglos de percusión de Laércio da Costa», reseñó la revista Wow a propósito del disco, ganador en la categoría ‘Mejor álbum tropical contemporáneo’.

“Patria y Vida”, el ya célebre tema interpretado por Yotuel Romero, Gente de Zona, Descemer Bueno, Maykel Osorbo y El Funky, también resultó ganador este jueves, obteniendo el premio Grammy Latino a “Mejor Canción Urbana – Premio Compositores” y el premio a la mejor canción del año.

Maykel Osorbo, por cierto, lleva meses encarcelado en Cuba por pedir, precisamente, patria y vida.

“Me río sola cuando pienso en el Estado cubano y sus instituciones deplo-culturales, enfrascados en demostrar que Maykel no es artista y haciendo el ridículo», precisó la pareja del cantante urbano, la activista Anamelys Ramos, en Facebook. «Maykel ha querido decirlo el mismo: este premio es para el pueblo cubano. Desde una prisión de máxima seguridad, enfermo pero firme, Maykel sigue siendo lapidario para la dictadura cubana».


 

El 15N ganó la oposición

Estoy pensando mucho en lo que pude hablar hoy con Zafi, mi amiga imaginaria que se encuentra dentro de Cuba. Ella me hizo una observación que considero genial, y es la siguiente: la dictadura de Cuba, de hecho, perdió esa gran batalla que se creyó estaba librando contra la oposición. Ganó la oposición, y ganó porque se logró demostrar ante el mundo que el régimen de Cuba, de Raúl Castro y del lazarillo Díaz Canel, es una dictadura de las peores, capaz de hacer monstruosidades para mantenerse en el poder.

Ante todo, el grupo Archipiélago pudo hacer que la gran mayoría de los gobiernos del mundo se enfocara en la problemática de Cuba como una dictadura que, en realidad, asfixia al pueblo. Al parecer todo fue calculado por Archipiélago, que, de facto, sabía que el régimen no iba a dejar salir a nadie el 15N, pero además sabía que, si los dejaba salir, iba a perder por la millonada o millonadas que iban a botarse a las calles. ¿Qué pasó entonces? Pues lo que, al mismo tiempo, se suponía tenía que pasar: la dictadura no les permitiría salir. De esta manera, todo el mundo, los gobiernos, las instituciones, la ONU, la OEA, hasta la misma religión católica, pudo apreciar el bloqueo dictatorial -y con “religión católica” me estoy refiriendo a la superestructura del Vaticano, que, amarrada por el protocolo papal de Francisco, no se ha puesto al lado del pueblo cubano sino de sus dictadores y de la izquierda agresiva mundial. ¡Lo cual no ha dejado de ser una vergüenza histórica! Con la excepción de que ahora la Iglesia católica cubana sí se puso de parte del pueblo, principalmente por el gran grupo de sacerdotes que sí apoyó la convocatoria del 15N.

Mediante los celulares, se pudo pasar una enorme cantidad de videos que demostraron a la opinión pública internacional, y a todas las entidades anteriores que he mencionado, que Cuba sí tiene una dictadura brutal de casi 63 años, que no quiere dar marcha atrás para que el pueblo mejore.

¿Cómo va a ser entonces, de ahora en adelante, la relación del pueblo con la dictadura? Pues simplemente podrá darse el cuento de «Ahí viene el lobo», pero el lobo nunca llega hasta un día. Habrán más amenazas de convocatorias para volver a salir, como sucedió el 11 de julio pasado, y no los dejarán salir, y así sucesivamente, hasta que un día, cualquier día, cuando menos lo piensen los castristas, porque crean que es una nueva amenaza, o jugarreta, pues se descuidarán, y será cuando todo el mundo se volverá a lanzar a la calle y, claro, pacíficamente. Pero habrá sido tanto el oprobio de esa dictadura que, cuando los lacayos de la tiranía se dispongan de nuevo a golpear, a llevarse a la gente presa, etc., los cubanos se van a defender. Tengan la seguridad, estúpidos lacayos, que la avalancha de la justicia va a ser demoledora. No quieran ustedes imaginar lo que les va a pasar.

Otro episodio que complementa la estrategia de Archipiélago, fue el que idearon Rosa María Payá, los dos eurodiputados y el influencer Ota-Ola, de entrar a Cuba a través, por supuesto, de una aerolínea radicada en Miami que pidió permiso al régimen cubano sabiendo de antemano que no les iban a dejar. Eso también demostraría, o mejor, reforzaría, el hecho de que sencillamente se estaba tratando con una dictadura de la más vulgar ralea, inepta, irracional, y que el mundo no podía permitir más los abominables hechos que ya caracterizan a los castristas.

De ahora en adelante, se acabó -supongo, si hay decoro y buena voluntad en el mundo- el Espejismo de Cuba. Incluso para la izquierda moderada, que no deberá apoyar más, por ningún concepto, a los monstruos que conforman el castrismo.


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