La guerra, la pesca y el ego

Estamos en guerra. Y el campo de batalla no se reduce a Ucrania, sino que es muchísimo más amplio, global, y sufre metralla y bombardeo desinformativos desde hace mucho, cuando ni siquiera Crimea había sido engullida por Putin. Se trata de una guerra entre el Occidente independiente de los derechos humanos y la división de poderes y el Oriente colectivista de las teorías de la conspiración y la criminalización de la diferencia (sin que esto signifique ubicación geográfica necesariamente: Oriente y Occidente son conceptos más que territorios a los efectos de esta guerra o de este texto; la ubicación, ubicua, es digital).

Estamos en guerra y pescar egos en Occidente constituye, probablemente, la mayor prioridad del autoritarismo antiliberal liderado en Oriente, sobre todo, por Vladimir Putin. Los egobiados pescados -influidos- por Rusia, China, Cuba y otros regímenes delincuentes (ahora mayormente por Rusia dado su poderío energético y su temeridad suicida), funcionan como soldados antioccidentales, dividiendo, difamando, enredando, estableciendo un clima de guerra civil en aquellos países que Putin y Xi aspiran a debilitar, empezando por EE.UU. Los egobiados constituyen la quinta columna conspiranoica. Están aquí, entre nosotros, haciéndose pasar por «patriotas». Peones creyéndose reyes frente al espejo.

En Occidente, el aparato de desinformación ruso moviliza fundamentalmente a tres tipos de individuos: los frustrados, los envidiosos y los idiotas. Disfrazados de patriotas, escudados en la retórica victimista de una supuesta «libertad de expresión» ideotonta que sin embargo, siempre que puede, criminaliza la diferencia sin recato, estos tres tipos, consciente o inconscientemente, trabajan para Moscú. Y Moscú, ya se sabe, no cree en lágrimas.

Mientras mayor es tu ego, mayor es la posibilidad de que Putin, incluso Díaz-Canel, te utilicen. ¡Cuidadito compay gallo, cuidadito!


 

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Escritor, editor, zensicólogo. Ghost Writer. Entre los años 1998 y 2000 se desempeñó como periodista independiente en Cuba. Tras recibir el premio de ensayo anual de la fundación alemana Friedrich Naumann, con la revista Perfiles Liberales, en febrero del año 2000 viajó a Europa, donde residió en España e Inglaterra hasta radicarse en Estados Unidos en 2004. Tiene una docena de libros publicados. Dirige Neo Club Ediciones y es uno de los coordinadores del proyecto Puente a la Vista y del Festival Vista.