RevoluciOFF

Santos, Casanova, Olema y Marichal en RevoluciOFF

 

La exposición RevoluciOFF es un ejemplo bien ilustrado de lo que sí puedes hacer por Cuba.

A la gran mayoría, en sus egoísmos y borracheras, no le importa. Pero mucha gente se pregunta qué hacer para cambiar las cosas. En ese grupo hay cuatro gatos haciendo y, otra vez, la mayoría sin rumbo ni idea de cómo apoyar el cambio a la democracia en la Isla. Esta exposición ha sido inspiradora.

No se trata de la parte material, palpable y visible, de lo que pasó el sábado 27 de julio en un espacio llenísimo de vida en la Calle Ocho; lo importante aquí son las acciones y las intenciones. Umbrella Art Foundation es una organización pequeña dedicada a trabajar con una zona del arte cubano auténtica, interesante y sexy, porque nace en general de los dolores provocados por la mafia de los Castro en los artistas.

Y por supuesto también nace de la necesidad de devolver el golpe con el poder incalculable del artivismo (arte + activismo). Este es el producto con el que intentan traficar Diddier Santos y Ana Olema. Está clarísimo que es con esfuerzo e iniciativa propios, y lo otro que está clarísimo es que no hay una gran inversión detrás ni nadie poderoso dictando. Ni falta que hace, el esfuerzo dedicado a cosas cargadas de honor posibilita casi siempre que el resultado sea honorable.

En este episodio Umbrella nos muestra un recorrido por la cartelística (política) de Annelys PM Casanova, que estuvo acompañada de la lírica de Marichal en el sonido. Los dos fueron las estrellas de la noche.

Marichal es un rapero cubano que hace años vive en el exilio. Sueña y siente como lo hizo en su tiempo la Comisión Depuradora allá por el 2006 y además tiene un valor añadido a su poesía contestataria: a diferencia de la mayoría de sus colegas, Marichal se ha dedicado a estudiar Historia cubana, a cultivarse y a comprender profundamente los temas que toca en sus canciones. Es rap conciencia puro, del bueno, del irrefutable, del que hace falta.

Annelys es una creadora cubanoamericana que estudió diseño gráfico en Los Ángeles. Sus carteles hablan de su relación con el bombardeo de propaganda utilizado por el gobierno totalitario impuesto en Cuba y de la cultura visual hollywoodense, dejándonos ver su predilección por los carteles clásicos de la pantalla de seda cubana de los años 60-70’s. Así recrea una nueva historia del movimiento cívico emergente ignorado por el mismo sistema que anteriormente patrocinara el movimiento de protesta.

Ella vive en Los Angeles pero mantiene cercanía con Miami desde mayo de 2013, cuando se ha estado involucrando en varias campañas utilizando una fusión de ilustración, diseño y activismo en forma de carteles. Ha desarrollado un estilo de expresión cívica con un aspecto ilustrativo de serigrafía que tiene como objetivo informar sobre situaciones, ideas y eventos históricos de la oposición cubana y de otros países en dictadura. #RevolucioOFF es su primera presentación unipersonal.

Annelys se ha dedicado a producir un cartel-denuncia-homenaje cada vez que ha pasado algo o alguien ha terminado en la cárcel de los Castro. Seguro que como a ella, con la indignación por los abusos y la necesidad de denunciar, a muchos otros se les ocurren cosas que dibujar, que cantar, que bailar, etc., pero desafortunadamente son pocos los que ejecutan: muchos somos los que pensamos y sentimos. Annelys siente y ejecuta con su técnica de dibujo suelta y jirilibre, conquista el ojo y el corazón sin dudarlo y lo más importante: mantiene vivo el recuerdo de los crímenes pasados e impulsa a otros artistas produciendo inspiración para el futuro.

Anoche me quedé con ganas de dibujar lo que siento aunque sea en dos minutos, aunque el resultado no sea perfecto, aunque tenga detractores y gente que piense que es mejor “no-meterse-en-problemas”.

Se esperaría de Miami una cultura súper vibrante y renovadora, considerando que tanta gente talentosa y con tantos proyectos ha llegado a esta tierra buscando libertad para crear. Pero no. No sabría definir el qué, pero algo ocurre en la ciudad que casi obstruye el desarrollo de las ideas nuevas mientras es un hecho que todo guerrero que llega sangrando de la guerra en Cuba deja de ser interesante si decide quedarse en Miami y, por tanto, atraviesa un proceso de olvido y abandono en el cual la mayoría tiene que aprender por su cuenta todo lo que el resto ya sabe y que tomaría unos minutos explicar. Ejemplo: ¿Cómo funciona el crédito? ¿Cómo cuidar tus finanzas? ¿Dónde estudiar? ¿Qué son los taxes? Encima, hay que pagar los billes, por lo que la mayoría no tiene un momento para hacer arte en Miami, a la que algunos llaman “el cementerio de los artistas”.

¿Te imaginas a Mozart repartiendo pizzas de Domino’s? Suena increíble pero pasa. Mucho talento ha llegado a esta ciudad y está siendo subutilizado en el fregado de platos, en el ensamblaje de piezas, en la repartición de periódicos, cuando potencialmente podríamos ser New York en la cultura. Generalmente el poder no está muy interesado en los artistas, así que queda en manos de nosotros mismos promover y formar el foco. Por eso nace Umbrella, como una de las pocas instituciones dedicadas a producir este tipo de eventos.

Queda clarísimo, después de la buena experiencia del sábado pasado, que Miami necesita más Umbrellas… por la salud de la poesía.