Augusto Lemus

El escritor Augusto Lemus responde las cuatro preguntas esenciales de nuestra página, una manera práctica de profundizar, con el creador, en su obra y sus experiencias:

Cuéntenos sobre sus inicios en la literatura. ¿Qué le impulsó a escribir y cuáles fueron sus primeros textos?

La grafía llegó mucho después de que la literatura anidara en mí. Asmático crónico, pasé gran parte de mi infancia sumergido en la lectura, desde la cama, ante la imposibilidad de jugar por prejuicios y juicios errados de la época. Por ello la ficción cohabitó con mi precaria realidad. Junto a la biblioteca de mi padre, una de las mejores y más grandes de Oriente, se alzó la influencia de un grupo de amigos de él, viejos retóricos y ampulosos que formaron o deformaron mis gusto, por lo que mis primeros escritos fueron versos infames y vergonzosos, y ya en la adolescencia un conato de obra dramática artificiosa.  Desde entonces batallo, con poca suerte, por domeñar el verbo.

Defina o mencione brevemente, por favor, aquello que los lectores descubrirán, o conocerán, a través de sus libros.

Ante todo me considero un promotor, un gestor de proyectos y un entusiasta auspiciador de los ajenos, de ser rico sería un mecenas. Mi “obra” posee dos vertientes fundamentales, la que se expresa en versos, que no me atrevería a nombrarla poesía, y la que se da desde la impostación del sujeto poético, en donde suelo burlarme de los tradicionales tópicos de los aedas (el amor, el desamor, el abandono, la soledad, etc.), siempre en tono de solfa irónica. En la segunda vertiente, la de la investigación, el lector puede encontrar la pasión y el empeño de casi toda una vida por hallar los hechos que revelen y definan la identidad de mi tribu, mi Guantánamo natal; aquí tendría que decir, “modestia apártate”, que he logrado hacer aportes innegables pese a la conjura del silencio, el despojo del exilio y las mezquinas e insidiosas campañas. El ensayo, la crítica literaria y de arte, son parcelas menores cultivadas ocasionalmente. Suelo recomendar a los lectores, en beneficio de su tiempo y la cordura, alejarse frenéticamente de mis textos. Dios se apiade de ellos y me escuchen.

Mencione tres autores o libros que considere fundamentales o que le hayan inspirado o influido durante su trayectoria creativa.

Un libro que me dejó sin aliento, cuando a los 17 años lo leí por primera vez, fue Crimen y castigo de Dostoyevski. Me gustaría mencionar a Marcel Proust, Frank Kafka o James Joyce, pero esas lecturas fueron más ejercicios de formación que derroteros placenteros.  Adoro la fina ironía de Wilde, Borges o Sartre. Los ostentosos germanófilos suelen citar, para epatar, a Nietzsche o a Schopenhauer, pero yo no oculto mi hispanofilia por Gracián, José Ortega y Gasset y Unamuno.

A partir de las nuevas teorías cuánticas según las cuales la esencia del universo no es la materia ni la energía, sino la información, ¿estamos a punto de descubrir que la vida es literatura?

Ya mi amigo Oscar Wilde lo había dicho: “la vida imita al arte”. Somos, de Pirandello, personajes en busca de autor. De la mano de Dios, agrego yo.


Augusto Lemus nació en Guantánamo el 29 de diciembre de un año «indeterminado y oblicuo». Ha publicado, entre otros libros, ‘Tropismos’ (Ed. EntreRíos, Los Ángeles-Las
Vegas-Miami, 2005), ‘Cartas de odio, amor y de otras nimiedades’ (Ed. Linden Lane, Fort Worth, Tx., 2011), y ‘Yo Augusto’ (Neo Club Ediciones, Miami, 2015). Está representado en las antologías ‘Lenguas recurrentes’ (Ediciones Ego, Guantánamo, 1982), ‘Lauros’ (Ediciones AHS, Guantánamo, 1989), ‘Epigramas’ (Ed. Oriente, Santiago de Cuba, 1994), ‘Antología cubana del exilio’ (Ed. Aduana Vieja, Valencia, España, 2011) y ‘Postales’ (Ed. Linden Lane, Fort Worth, Tx., 2015).

 

Artículo anterior¿Cuál considera el descaro o guayaba mayor del castrismo en lo que va de mes?
Artículo siguientePuente de Letras 15: Editorial
El proyecto cultural Puente a la Vista (PV) apoya a escritores y artistas alternativos para que produzcan y difundan su obra dentro y fuera de Cuba. La revista Puente de Letras, el portal Puente a la Vista, la editorial Puente a la Vista Ediciones, el Festival Vista y sus redes asociadas, abren un abanico de espacios de promoción, publicación, presentación y en general apoyo a los creadores independientes, en un proceso de interacción con especialistas y autores exiliados. La revista digital humorística Arroz con Mango y el canal de PV en Youtube son otras de las herramientas que el proyecto pone al servicio de la independencia creativa. También, PV sirve de punto de referencia en la denuncia de violaciones de derechos humanos a artistas, activistas, periodistas y escritores. Por una cultura en libertad.