Diez respuestas de Gilberto Dihigo

2022 es el año, también, de la segunda parte del libro Retrato del exilio cubano, serie de entrevistas que Neo Club Ediciones publicó en 2015 y cuya principal intención, como el título indica, fue dar a conocer una especie de radiografía de la comunidad cubana en el exterior a través de sus definiciones. Ahora, con nuevos entrevistados de ambas orillas, esta segunda entrega de la saga profundiza en el contexto cubano del día después, cuando el castrismo en el poder entra en su recta final.

Al habla con el periodista, escritor e historiador Gilberto Dihigo:

Armando Añel- ¿Qué es para usted la patria?

Gilberto Dihigo- Patria es una definición que sirve para que miles de hombres mueran por defender un pedazo de tierra atacada por otros hombres que quieren hacerla suya o liberarse de un poder. Si miras el mapa de Europa desde la primera a la segunda guerra mundial y luego la caída del comunismo en Europa, notas que durante esas distintas etapas históricas muchos países desaparecieron como “patrias”, como el Imperio Austrohúngaro, Yugoslavia y Checoslovaquia. En la actualidad, ninguna de esas patrias existe. Quienes nacieron en esos tiempos, dentro de esas patrias, ¿a cuáles consideran patrias ahora? La misma Cuba: tenemos que nuestra bandera nacional la diseñó un venezolano anexionista, junto con el escudo, y varios pasajes de Las bodas de Fígaro, de Mozart, se encuentran en el himno nacional. Creo que los hombres debemos empezar a pensar que nuestra única patria es el planeta Tierra; lo demás son nacimientos al azar que ocurren por decisión de nuestras madres en países que luego muchos de los nacidos a veces no quieren siquiera mencionar.

AA- ¿Qué es la libertad?

GD- La libertad es una emoción subjetiva, pero que llena la vida de los hombres. Aunque en realidad nunca somos libres del todo. Creo que los más libres son los locos, porque viven en un espacio que ellos solo conocen, sin ataduras ni límites. No creo ser anarquista -a lo mejor sí pero no me doy cuenta, aunque admiro a Bakunin-, pero los gobiernos de una forma u otra lastran el sentimiento total de libertad. Sin embargo, me siento libre cuando estoy frente al mar, tal vez por mi condición de isleño irreverente.

AA- ¿Cómo y cuándo Cuba será libre?

GD- Los cubanos somos muy complicados y eso se refleja en la propia historia. Ahora mismo todos saben que la dictadura castrista es nefasta y, sin embargo, algunos que viven en el exilio siempre encuentran una paja en el ojo de cualquier opositor. El sistema afectó de tal manera la conciencia en una gran parte de los nacidos bajo ese gobierno, que pasarán varias generaciones -incluso cuando termine el castrismo o el neocastrismo- a las que les faltará el sentimiento de libertad y muchos recordarán la etapa castrista con nostalgia, como ocurre con muchos dominicanos que recuerdan positivamente a Trujillo. Los dictadores ejercen una extraña atracción en algunas mentes. Lo que sí estoy convencido es que yo y muchos de mi generación no veremos ese día de la libertad, para nosotros lo que dice Willy, “el día que ya viene llegando”, solo es una canción motivadora. Pero no tengo dudas que el castrismo desaparecerá. No tienen salvación y la Isla al menos será libre de ese virus. ¿Cuándo? No me siento Nostradamus para vaticinar, pero los vientos del cómo soplan en la Isla entre los jóvenes que salen a protestar y arriesgan su relativa libertad personal por la libertad de expresarse.

AA- ¿Qué hacemos con, o qué se hacen, los cientos de miles de cubanos considerados castristas una vez Cuba sea libre?

GD- Todos los cubanos sin excepción hemos sido expuestos a un bárbaro sistema de adoctrinamiento, sostenido por un abuso visual y auditivo desde que éramos niños. Muchos de los llamados castristas fueron víctimas de ese bombardeo psicológico, lo cual explica hasta cierto punto el apoyo a ese gobierno, considerándolo incluso una parte importante de la patria. Con este criterio no excuso a quienes cometieron y cometen crímenes contra otros cubanos. Sin embargo, tenemos un ejemplo a tomar en cuenta, que son los procesos sostenidos en Alemania. Ellos primero fueron infectados con el autoritarismo fascista y luego con el comunista, y hoy Alemania está unida. Está claro que no somos alemanes, hay mucha pasión caribeña por medio, pero sin dudas es una referencia. Otros países con problemas similares han hecho comisiones nacionales para dar satisfacción a las víctimas y enjuiciar a los criminales. En todo esto es cierto que los más vilipendiados, los más castigados, con quienes se cometieron todo tipo de atropellos y aún se perpetran, son los llamados “gusanos”. Pero creo que lo más importante es la racionalidad para castigar a quien lo merece.

¿Cómo reconstruiremos un país, cómo hallaremos un denominador común, si apostamos por la consabida Ley del Talión, del ojo por ojo? Gandhi deslizó una frase que refleja muy bien las consecuencias de la venganza sin límites: “Ojo por ojo y todo el mundo acabará ciego”.

AA- La difamación, el brete, las teorías de la conspiración, etc., han contribuido grandemente a afianzar el totalitarismo en Cuba en los últimos 63 años. ¿Cómo atenuar esta tendencia sociológica en una Cuba en democracia, con conexión abierta a Internet?

GD- Eso ya resulta técnicamente imposible, desgraciadamente la red de redes contiene muchos jinetes del Apocalipsis que cabalgan sin límites sobre la credibilidad de cientos de miles de personas que prefieren asumir como verdades hechos irrebatibles, como que la tierra no es plana. Sin embargo, hay una organización que certifica lo contrario. El totalitarismo se afianzó no por las teorías de la conspiración sino, primero, por el adoctrinamiento feroz y luego por el miedo; ambos ya no son realidades absolutas dentro de la Isla. En una Cuba democrática, habría que volver la vista hacia lo que dijo Félix Varela, el hombre que enseñó a pensar a los cubanos, y asumir la “necesidad de educar al hombre para que viva en libertad, para que viva en una sociedad libre”.

AA- ¿Usted votaría a favor de incluir una asignatura contra la envidia en un futuro sistema de educación en Cuba?

GD- Perderíamos el tiempo, los envidiosos aparecen hasta en la Biblia. Caín mató a su hermano Abel por envidia. En la literatura tenemos a Otelo, que mata a Desdémona por envidia de Yago. Edison envidiaba a Tesla. Los envidiosos nunca van desaparecer, lo necesario son asignaturas para elevar el talento.No perdamos el tiempo con eso, sería esfuerzo y dinero despilfarrados.

AA- ¿Cuán positivamente puede contribuir a la liberación y desarrollo de Cuba el activismo político youtuber liderado actualmente, entre otros, por influencers como los Pichy Boys, Alain Paparazzi o Alexander Otaola?

GD- Creo que cada quien lleva el mensaje que puede a Cuba y cada sector de la población escoge el que le simpatiza o entiende. Hay muchos más aparte de ellos, que pueden ser los mas conocidos, pero en estos tiempos cada palabra vale para dar luz a los cubanos de la Isla. Aunque los métodos de comunicación sean poco ortodoxos en algunos casos.

AA- ¿Qué tipo de influencia podría ejercer Estados Unidos en el futuro de Cuba teniendo en cuenta los estrechos lazos existentes entre ambos países desde hace, por lo menos, tres siglos?

GD- Ya no es el tiempo de la gravitación política con la famosa “manzana” de Cuba hacia Estados Unidos, pero la influencia siempre existirá. Sobre todo por la cantidad de cubanos nacidos en los Estados Unidos que aman al país de sus padres o abuelos. No hay que olvidar que en buena medida el renacimiento de España, luego del franquismo, fue obra de los españoles que regresaron al país. No hay dudas que el país del norte directa e indirectamente tendrá una influencia en la Isla, pensar lo contrario es pecar de ingenuos. ¿Mucha o poca? Se sabrá en su momento, de acuerdo a la geopolítica.

AA- ¿Usted quiere ser enterrado en la mayor de las Antillas o, por el contrario, prefiere que sus cenizas sean arrojadas al mar?

GD- Mira, le dije a mi esposa que cuando muera quiero ser como el hombre que le pidió a sus familiares que si moría en Grecia lo enterraran en México, que si moría en México lo enterraran en Grecia. Y cuando le preguntaron por qué, respondió: para joder.

Antes de hacerle el chiste, le dije a mi esposa que deseaba llevara una parte de mis cenizas a Cuba y otra a República Dominicana, una porción a México y otra a Estados Unidos, países que me acogieron y donde me desarrollé como profesional y hombre. El resto, al mar. La pobre se quedó mirándome y solo le dije riéndome: «Haz con la cenizas lo que quieras». Hay que preguntarle a ella si al final me lanza al mar o me entierra; solo le pedí que si me entierra ponga en la lápida: «Aquí yace el cimarrón Gilberto Dihigo. No murió, escapó de la vida».

AA- Por favor, revélenos el nombre secreto de Cuba.

GD- Palenque.