Diez respuestas de María Matienzo

2022 es el año, también, de la segunda parte del libro Retrato del exilio cubano, serie de entrevistas que Neo Club Ediciones publicó en 2015 y cuya principal intención, como el título indica, fue dar a conocer una especie de radiografía de la comunidad cubana en el exterior a través de sus definiciones. Ahora, esta segunda entrega de la saga profundiza en el contexto cubano del día después, cuando el castrismo en el poder entra en su recta final.

Al habla con la periodista y escritora María Matienzo:

Armando Añel- ¿Qué es para usted la patria?

María Matienzo- Un concepto que con los años se me ha vuelto más impreciso, más arcaico, que me asfixia. Un pretexto para mantenernos anclados a un lugar, para esclavizarnos, para silenciarnos. La patria es la imposición de fronteras geográficas. Es el verdadero significado de la amenaza de nuestras madres cada vez que dicen: “te van a cortar las alas”. Es un concepto reduccionista de lo que debiera ser la humanidad.

AA- ¿Qué es la libertad?

MM- Básicamente es el derecho que tiene toda persona a actuar según su voluntad, pero yo siempre siento un poco estéril hablar de libertad en abstracto porque hay muchos tipos de libertades. Hay quienes dicen vivir en un país de libertad y los vez más esclavizados que los que vivimos en dictaduras.

Las libertades deberían de verse siempre en contexto. ¿Hasta qué punto te permites ser libre y decir o hacer lo que te libere sin más miramientos que tu propia libertad? Claro, la libertad, ser libre, tiene un costo. Entonces la pregunta sería, ¿estás preparado para la libertad?

A veces me parece que es otra abstracción más.

AA- ¿Cómo y cuándo Cuba será libre?

MM- Creo que nunca porque la libertad de Cuba no solo depende de la dictadura que vive hace 63 años. La dictadura nos ha calado tanto que habría que ver si lo que viene detrás no será otra dictadura.

Esta que vivimos ahora, después del 11 de julio, se demostró que no depende solo del pueblo en la calle ni de la presión que ejerzamos desde varios frentes. Creo que depende, tristemente, de un poder que se nos escapa cuando tratamos de calcular cuál es un magnitud real.

AA- ¿Qué hacemos con, o qué se hacen, los cientos de miles de cubanos considerados castristas una vez Cuba sea libre?

MM- Nada, supongo. Lo mismo que se hizo con los miles de cubanos que sirvieron a otras dictaduras como chivatones. Recuerda que esa palabra la heredamos, no la creamos, y nuestros abuelos siguieron conviviendo con los mismos que los vigilaban antes del 59. La chivatonería, los chivas, son patrimonio inmaterial de la nación. Esos mismo mutarán cuando lo vean necesario y oportuno, pero sobre todo seguro, y serán los encargados de señalar a los que tuvieron el valor de oponerse abiertamente, sacando el más mínimo desliz.

Ahora que lo pienso. Es un proceso que ya está sucediendo. Mira cuánta gente se ha erigido como juez y cuando estuvieron en Cuba solo bajaron la cabeza.

Pero en serio. Habrá gente que tendrá que responder por los delitos de lesa humanidad que haya cometido.

AA- La difamación, el brete, las teorías de la conspiración, etc., han contribuido grandemente a afianzar el totalitarismo en Cuba en los últimos 63 años. ¿Cómo atenuar esta tendencia sociológica en una Cuba en democracia, con conexión abierta a Internet?

MM- Creo que estás tocando realmente la médula de la idiosincrasia cubana. No hay Cuba sin teorías de conspiración, ni brete ni difamación. En una Cuba democrática habrá leyes, seremos un Estado de Derecho y quien se atreva a difamar pues podrá enfrentarse a una demanda. Mientras tanto, con esta Cuba es con la que tenemos que crecer.

A veces me parece que estamos viviendo el medioevo que no nos tocó por cuestiones elementales de historia. Pero tenemos todos los rasgos de la Edad Media, y eso con perdón de los historiadores serios. Esta es mi impresión como escritora.

En Cuba tenemos la percepción del mundo entendido como algo estático; Dios (Fidel) en el centro de todo y su religión(el estado socialista) como base fundamental de la sociedad; una monarquía que nos está llevando al trueque para sobrevivir; una pandemia que se evita con el lavado constante de las manos, pero que lo que dice ser el Estado no puede controlar; los autos de fe (ya sea en las redes, en los actos de repudio, en los chats privados) y un público ávido de ver ejecuciones. Estamos empezando a morir “de una rara enfermedad”, como dicen los obituarios de esa época.

AA- ¿Usted votaría a favor de incluir una asignatura contra la envidia en un futuro sistema de educación en Cuba?

MM- Definitivamente sí, pero no uno sino dos semestres con cuatro módulos: Historia universal de la envidia y la miseria, Origen y memorias de la envidia y la miseria cubana, El arte de ser envidioso y miserable en Cuba, Estudios de casos sobre la envidia y la miseria en Cuba.

La envidia en Cuba es endémica y no la puedo separar de la miseria humana porque sería cercenar una línea esencial de la cubanía, de lo que es ser cubano.

Podría desenterrar mis conocimiento de metodología de la enseñanza y armar el plan de clases porque, si vamos a ser envidiosos, seámoslo con conocimiento de causa.

AA- ¿Cuán positivamente puede contribuir a la liberación y desarrollo de Cuba el activismo político youtuber liderado actualmente, entre otros, por influencers como los Pichy Boys, Alain Paparazzi o Alexander Otaola?

MM- Ellos son parte del proceso. Creo que les damos demasiada importancia y no es que no la tengan, es que son Cuba también. Son gente que ha asumido el poder que brindan las redes y lo hacen desde el entretenimiento. Si contribuyen o no, lo mismo a la liberación que al desarrollo del activismo, es según cómo los asumas, cuán serio te los tomes. Si crees que necesitas una escuela de formación política porque te es muy difícil leerte un artículo o un libro y ellos te sirven, pues adelante. Si repites las noticias que ellos difunden sin antes corroborarlas y después te dicen que no confían en ti, pues asume las consecuencias también.

El fenómeno de los influencers no es exclusivo de Cuba. La industria del entretenimiento es universal y, si no lo es, debería ser un derecho, lo que marca la diferencia es cómo los asumes como consumidor. En el resto del mundo nadie se anda preguntando si como influencers van a llegar a ser presidentes de un país o nadie les está pidiendo que tengan la cultura política de un académico.

AA- ¿Qué tipo de influencia puede ejercer Estados Unidos en el futuro de Cuba teniendo en cuenta los estrechos lazos existentes entre ambos países desde hace, por lo menos, tres siglos?

MM- Creo que hablas de una relación a futuro que es presente y ha sido pasado, y por fuerza seguirá siendo.

Los lazos con los Estados Unidos mientras más los niegan creo que más fuertes se hacen. La única diferencia es que hace 70 años había un Ferry y hoy le dedican el espacio informativo más importante que tiene la televisión cubana. No importa cuán tergiversada sea la información que brinden, pero el sistema informativo —centralizado y con alcance nacional— se vuelca a mantener activa su importancia en el imaginario colectivo de lo que es Estados Unidos.

Además del sistema informativo, te puedo decir sin temor a equivocarme que más del 60% de la programación televisiva nos muestra a los Estados Unidos en toda su diversidad, como un paradigma de país. Ahora se le sumó Rusia Today con cuatro canales analizando, mostrando con una calidad de imagen que no tienen los materiales de la televisión cubana, cómo hay un Yuma donde cabemos todos.

Así que esa influencia ya esta siendo ejercida, basta con que den la oportunidad y verás que linda se vuelve Cuba.

AA- ¿Usted quiere ser enterrada en la mayor de las Antillas o, por el contrario, prefiere que sus cenizas sean arrojadas al mar?

MM- Yo soy iniciada en la regla de Osha y a los santeros no se nos crema porque debemos completar el ciclo de la vida y todo el proceso que ocurre bajo tierra es importante para nuestro crecimiento espiritual. Una que se la pasa la vida de iyalocha ofrendándole a los orichas, se convierte en ofrenda también, y creo que es lo justo.

El día que yo me muera, dice uno de los tantos Itá que una recibe como religiosa, debe de haber fiesta y rumba durante nueve días y al último día me deben llevar comida a la tumba. Ojalá cuando eso ocurra, porque pienso morirme muy vieja, haya gente a mi alrededor con fuerzas para hacer toda la ceremonia.

Y la verdad es que me da lo mismo que sea en La Habana, Nueva Delhi, Barcelona o Nueva York.

AA- Por favor, revélenos el nombre secreto de Cuba.

MM- Si te lo revelo deja de ser un secreto. Lo mejor en estos casos es que la nombres como quieras, como la sientas y establezcas tu propia relación con ella.


 

Artículo anterior‘La otra historia de Joel Merlín’, ya en Amazon
Artículo siguienteBotero a todo volumen
Escritor, editor, zensicólogo. Ghost Writer. Entre los años 1998 y 2000 se desempeñó como periodista independiente en Cuba. Tras recibir el premio de ensayo anual de la fundación alemana Friedrich Naumann, con la revista Perfiles Liberales, en febrero del año 2000 viajó a Europa, donde residió en España e Inglaterra hasta radicarse en Estados Unidos en 2004. Tiene una docena de libros publicados. Dirige Neo Club Ediciones y es uno de los coordinadores del proyecto Puente a la Vista y del Festival Vista.