Más allá de lo que pica el pollo

A mis amigos escritores, paisanos, compatriotas o no, gente de bien, gente por la zona, gente instruida e inspirada -los queremos, los necesitamos-, por favor, este es un llamado al sentido común de alguien que los aprecia y disfruta, alguien del gremio, alguien que los comprende, pero please, resuman la idea, sinteticen un poco -no musicalmente, claro-, afinen, condensen, achiquen, reduzcan.

Ya no se lee como antes, sorry, es la pura verdad -en esto no cabe la posverdad-, nadie digiere una de esas tallas kilométricas por muy maravillosamente que estén redactadas, ¡ni siquiera muchos de nuestros propios colegas lo hacen! Nada más asomarse al post de la red social y ver la extensión de las parrafadas, el lector sale huyendo por muy en la zona que esté, lo digo por experiencia.

Este mundo, tal vez por desgracia, va muy de prisa, vertiginosamente, no lo detiene la elaboración sino la condensación, la exposición sino la puntería. Es criminal que por no detenernos a resumir un poco la humanidad prosiga su eterna marcha hacia ninguna parte sin conocer vuestro pensamiento, vuestros aportes, vuestras ocurrencias, vuestra genialidad.

Adelante señoras y señores, compañeros, amigos, hermanos, comediantes, el mejor perfume viene en frasco pequeño: no aflojen, no especulen, no pierdan el norte que ya termino, que ya empiezo a hablar de lo pica el pollo.


 

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Escritor, editor, zensicólogo. Ghost Writer. Entre los años 1998 y 2000 se desempeñó como periodista independiente en Cuba. Tras recibir el premio de ensayo anual de la fundación alemana Friedrich Naumann, con la revista Perfiles Liberales, en febrero del año 2000 viajó a Europa, donde residió en España e Inglaterra hasta radicarse en Estados Unidos en 2004. Tiene una docena de libros publicados. Dirige Neo Club Ediciones y es uno de los coordinadores del proyecto Puente a la Vista y del Festival Vista.