El choteo en la intimidad del castrochavismo

El choteo en el castrochavismo alcanza niveles de realización francamente lamentables. Como cuando Maduro le pregunta a Guillermo García Frías por sus gallos y éste, en lugar de responderle, averigua a su vez por “su pajarito”, mensajero del difunto Hugo Chávez.

El asunto de la alimentación entre las filas del funcionariado obeso, no por familiar menos agobiante, añade combustible al fuego del choteo en las “altas esferas”. Puede asumirse que Machado Ventura carece de sentido del humor, o que Vasito’e leche es un pesao, pero nunca dejarán de calentar, quizá por eso mismo, ciertos episodios de socarronería escatológica.

Otro gran tema afín a la ancianidad castrochavista y sus asistentes en el choteo: La muerte. Hablan sin descanso, a menudo en son de burla cuando no se refieren a sí mismos, sobre lo viejos que están todos y lo pronto “que se van a morir”:

“El partido es inmortal”, rezonga Vasito’e leche.

“Déjalo que se tiña, Raúl, déjalo que se tiña”, sugiere Maduro mirando de soslayo a Díaz Canel.

“Que se tiña tu pajarito”, le responde el aludido, cual García Frías cualquiera.

“Socialismo o muerte”, musita desde el más allá el Comandante en polvo.