Soandry del Río: ‘El rap me dio las respuestas’

En el rap cubano hablar de Hermanos de Causa es mencionar un pilar que sin dudas, con su estilo y poesía, marcó una línea que continuarían muchos grupos que le sucedieron. Dentro de la diversidad del movimiento de rap cubano de los noventa, este dúo logró un sello que cada uno de sus miembros mantiene. La representación del rap noventero, Old School, en el presente son ellos, y lo siguen siendo por los diferentes rumbos que han tomado sus dos miembros.

Dentro del panorama actual del hip hop es bastante recurrente escucharle a los nuevos raperos expresiones como “soy real”, “soy underground”, “soy consciente”  mas estas frases no pasan de una retórica construida en busca de fórmulas fáciles para agradar al oyente poco exigente. El verdadero concepto de lo que es ser Real o Underground cada vez se pierde más entre el mercantilismo del arte y la necesidad de los artistas de ser aceptados por el público.

Soandry del Río, director de Hermanos de Causa, con más de veinte años de carrera artística, sigue marcando el paradigma de lo que es ser real y consecuente con un discurso. Que ha tenido transformaciones en su largo trayecto, es lógico, y ha madurado muchas ideas y concepciones; pero su esencia sigue siendo la misma. Rebelde, antisistema, se trata de alguien que se debe a sus percepciones de la vida y no a lo que dictan las masas o las políticas culturales, ya sean de Cuba o del planeta entero. La música que hace Soandry te remonta a un tiempo que al menos personas de mi generación no vivimos. Es portador de una poesía áspera y punzante que relata el escenario en el cual se inspira y nos da vestigios del lugar y la época de donde viene.

Soandry, aunque no le guste reconocerlo públicamente –pues en su interior lo sabe–, es una de las figuras más importantes dentro de su gremio rapero en la isla; lo es por su historia, por sus valores, por cómo ha asumido y mantenido sus posturas y por poseer una luz como la de pocos. Reconocido por todo el que conoce las raíces del rap cubano, incluso por las instituciones que censuran su obra.

Pese a esto, él camina humilde por las calles de Cojimar, pasea a sus perros, educa a su hija y huye de la aclamación mediática. Es de esos artistas que crea por necesidad de expresión, por botar lo que le oprime el alma, no por ser famoso. Prefiere calar de forma concisa en el corazón y la mente de unos pocos antes que ser una moda pasajera o generar productos de reemplazo a diario.

¿Qué es ser un rapero negro y de la Habana del Este?

Esta frase es parte de una de mis canciones favoritas de Hermanos de Causa: quiere decir que me siento orgulloso de mi raza, de mi barrio, de mi música y de mi gente. Fue la manera que encontré de gritarle al mundo a través de una canción el amor y la devoción que sentía y siento por lo que fui, lo que soy y lo que seré; puesto que siempre aborrecí la doble moral. Por lo general trato de evitar la tendencia a relacionarme con personas que no asumen lo que son pese a que vivimos en una sociedad interdependiente y sometida  a inescrupulosos dogmas. Aceptar y reivindicar lo que eres es el primer paso del largo camino que te conduce a ser libre.

Cuéntame cómo fue la etapa de tus comienzos en el rap…

Fue a través de la cultura negra norteamericana como descubrí que yo tenía muchas cosas que expresar. Por otra parte, me sentí identificado por un fuerte sentido de pertenencia que era incapaz de encontrar en la política cultural impuesta por las instituciones que rigen el ámbito artístico en mi país; ellas eran excluyentes con las posturas no afines al sistema o con las manifestaciones empíricas que no contaban con el respaldo de la academia.

Comprendí que la cultura Hip-Hop es una herramienta necesaria para creadores que no encajan en la estructura paternalista y centralizada que ofrece el oficialismo. El rap me dio las respuestas que nadie me pudo ofrecer, la música me esculpió y la poesía me dio un poder. Me siento extremadamente afortunado de poder decir que soy pionero y de los fundadores del rap underground en la isla, puesto que tuve el privilegio de ser partícipe de uno de los mayores fenómenos de empoderamiento artístico que ha experimentado esta nación.

Fue bello cantar en lugares que ya no existen; con tecnología obsoleta como la máquina de cintas, disco de acetato, casete, minidisco y disco compacto. Fue maravilloso compartir un mismo par de zapatos, un pulóver, una gorra con un amigo o un vaso de ron para todo un grupo. Identificar el sonido de los diferentes chiflidos de las personas cuando trataban de agruparse a la salida de los eventos o discotecas.

Eran geniales aquellas batallas de freestyle a las tres o las cuatro de la madrugada en la parte de atrás de una confronta, cuando regresábamos de Pabexpo o la Piragua. Fue divino ver cómo era más importante el baile que presumir la ropa, compartir un cigarro con un extraño producto por el cual muchas veces podías amanecer con una fosforera que no era tuya en el bolsillo.

Reunirnos, ensayar en casa del socio de la grabadora cuando sus padres estaban para el trabajo, intentar aprender cómo construir antenas ilegales para captar las señales de radio y televisión de los canales de la Florida. Esto como única fuente de actualización de música para presunción del conocimiento cultural a través del sonido. Por otra parte, estaban los festivales de rap, amigos que ya no están, talentos que ya se han ido y toda una escala de valores que con poco creaba muchos nichos.

Qué te puedo decir, pudiéramos estar horas hablando del tema.

¿En qué momento los miembros fundadores del hip-hop cubano comienzan a tomar una conciencia autóctona de la realidad social cubana y a tratar la temática racial?

Una toma de conciencia es el cumulo de muchos momentos, de muchos factores y de muchos actores. Me atrevería a decir que la toma de conciencia de la temática racial en el movimiento comenzó por la imitación de los códigos de vestimenta emitidos por los artistas negros norteamericanos, quienes, para nadie es un secreto, constituyen la cultura negra visual y musical con más influencia en el mundo.

Partiendo de lo antes dicho, el primer paso comienza a partir de la ruptura con los cánones impuestos de belleza que siempre han tenido como base el eurocentrismo. A esto hay que agregarle la interacción con personas con conocimientos en el tema que no tardaron en percatarse del creciente poder de convocatoria que emergía del novedoso género.

También con artistas, académicos y activistas nacionales e internacionales que corroboraban dicha toma de conciencia, la cual iba exigiendo más sentido de la responsabilidad como respuesta a la necesidad de plasmar de manera efectiva la esencia de una realidad que, simultáneamente, representa un despertar que retroalimenta al emisor y al receptor como parte del mismo conflicto.

De esta manera fue que poco a poco fuimos descubriendo que todo tenía su dosis de racismo, incluyendo el párrafo que en la Constitución hace alusión a la erradicación del mismo; ya que cerrar las puertas al debate y vivir de espaldas a la realidad ha sido parte del problema, ayudando a consolidarlo. Los raperos lograron amplificar el tema racial ayudando al reconocimiento y la aceptación del mismo en la nación. Si hoy en Cuba se reconoce que hay evidentes problemas de racismo, en gran medida es gracias al rap cubano.

¿Qué impacto generó en diferentes sectores de la sociedad, la cultura y la política el abordaje de estos temas en las voces de los raperos?

Como explicaba antes, mediante el rap cubano se amplificó el tema racial a través de las vivencias narradas por los que más sufrían el impacto, y con un lenguaje que estaba en sintonía directa con las masas; expandiendo y generando conciencia no solo en los afro descendientes sino en toda la sociedad. Al mismo tiempo que sonaban las alarmas en las instituciones culturales, el rap cubano se posicionó en la mirilla gubernamental, convirtiéndose así en centro y atención de interés político.

Si ya de por sí un negro fue y es motivo de sospecha y miedo, con un micrófono en la mano y poder de convocatoria pasaba a ser un foco de preocupación estatal. No solo por condenar el racismo, sino por indagar en la verdadera historia de Cuba, la que no te dan en la escuela, la que vetan de muchos libros, la que se acerca muchísimo más a la verdad.

Este proceso trajo consigo toda una ola de empoderamiento cuya fuerza era capaz de desgastar la dependencia física y psicológica fomentada por el régimen. Otro aspecto importante fue la interacción con reconocidos activistas sociales de la esfera internacional generando de esta forma una simpatía que comenzó a labrar una vía alternativa a la colaboración e intercambio de experiencias y conocimientos. Al tiempo que la propuesta artística, desde la oratoria, mejoraba más y más.

Por otra parte, fuimos capaces de demostrar que se podía incidir en la comunidad a través de la plataforma cultural, identificando vacíos desatendidos desde la política. Al tiempo que se gestaba un muy necesario e imprescindible estado de opinión.

¿Crees que de los 90 hacia acá hubo alguna mejoría?

Comenzaré diciéndote que el racismo cubano es súper hipócrita y en la mayoría de las ocasiones asintomático. Es algo que se esconde con extrema facilidad, pero tú sabes que está ahí. Está tan arraigado y tan insertado en la cultura que a mucha gente le cuesta identificarlo apropiadamente. Las personas están tan acostumbradas a ver al negro jodido que se molestan cuando uno les habla de racismo o cuando uno los confronta con la evidencia sobre el racismo imperante en la sociedad.

La gente está tan familiarizada con las desventajas de las comunidades negras, tan acostumbrada a ver al negro jodido, repito, que ven como malagradecimiento cuando una persona negra se muestra inconforme con la situación en la cual se encuentran los afrodecendientes. Todo esto es producto del racismo estructural también.

Uno de los pilares que sostiene esta dinámica racial está conformado por aquellos que saben que existe tal racismo estructural pero no pretenden renunciar al mismo para poder seguir disfrutando las ventajas adquiridas por los privilegios y se escudan en la negación, en la justificación histórica, así como inventan estrategias de contraataque para llevar a cabo sus objetivos. Otra base importante en este aspecto es la inmensa ignorancia histórica del tema. Por tanto, el racismo hace que muchas personas viren la cara cuando se toca el tema, que siempre se deja de último.

Muchas personas tienen como única concepción de la palabra racismo la esclavitud, la colonial, por decirlo de alguna manera. Si no ven abuso físico, castigo en el cepo o latigazos, sienten que es una exageración decir que hay racismo, ignorando de manera consciente o inconsciente toda una amplia gama de mecanismos de opresión, marginalización y dominación, los cuales contribuyen todo el tiempo al freno del desarrollo de los negros cubanos.

Yo, en el plano personal, considero válidos muchos esfuerzos que se llevan a cabo por grupos de personas en el mundo para luchar por la erradicación de dicho flagelo. Pero hasta tanto la sociedad no adquiera la madurez de entender lo aberrante de la dogmatización y el blanqueamiento al cual somos diariamente sometidos, siempre habrá una gran parte incapaz de ver al racismo realmente como lo que es: una vergüenza.

De los años 90 para acá, uno de los logros para los afrodescendientes ha sido el mayor acceso a la información a través de los avances de la ciencia y las comunicaciones a nivel mundial. En términos de la sociedad cubana, se ha realizado un insuficiente y muy pequeño esfuerzo estratégico por erradicar los problemas que tenemos. El racismo ha permanecido y ha ido cambiando según la situación o los intereses, camuflándose unas veces más, otras veces menos, escondiéndose cuando es necesario, saliendo cuando hace falta. Pero por sobre todas las cosas, sosteniendo y construyendo el dominio de un estructura de poder blanca.

Yo siempre he defendido la tesis de que en el hip-hop cubano el grupo que introduce la temática de lo sociopolítico, desde el activismo consciente, es Hermanos de Causa. ¿Cómo se descubren ustedes con esa línea de trabajo? ¿Fue consciente o llegaron ahí por casualidad y después la fueron concientizando?

Todo empezó por lo sociocultural y de manera consciente. Ya el aspecto político es algo inherente dentro del mismo proceso. Lo que tengo que reconocer que llegó de manera inconsciente fue la madurez sociopolítica y el mejor ejemplo de esto que estoy diciendo es el tema Tengo.

Luego de algún tiempo de cantar el tema, recuerdo que en una entrevista una estudiante de filosofía norteamericana que estaba haciendo su tesis de graduación basada en el fenómeno cultural que representaba el rap cubano, me dice: “La canción es una analogía del poema Tengo de Nicolás Guillén”. Y lo era, lo que no estuve consciente de ello cuando compuse la letra. Justo ahí me di cuenta de que estaba siendo partícipe de un proceso que no siempre percibía.

Otra experiencia que pudiera contar de la misma canción fue la conferencia realizada por el prestigioso catedrático Alan West Duran, quien vino a Cuba y expuso en el museo de la música un análisis profundo entre el poema Tengo de Nicolás Guillén y la canción Tengo de Hermanos de Causa.

Por otra parte, me gustaría agregar que es el único tema en el rap cubano que ha sido interpretado por otro grupo musical y cabe destacar que, en la cultura hip-hop, los raperos no interpretan canciones escritas por otros raperos, puesto que cada artista tiene como máxima proyectar su propio discurso.

¿Qué extrañas de las épocas pasadas del rap en Cuba que ya no se ve en el presente?

Lo extraño todo, pero por sobre todas las cosas la escala de valores de aquellos tiempos. Pasamos de ser una selva diversa y saludable a convertirnos en un maizal uniformado y enfermo. Vuelvo y repito: lo extraño todo.

Háblame de tus influencias en las artes visuales…

Vienen desde muy temprana edad, recuerdo que cuando era niño pasaba horas dibujando. Por otra parte, tengo que reconocer que haber tenido un hermano pintor y escultor contribuyó a la construcción de la conexión que hoy tengo con dicho sector de la cultura.

Cabe destacar también que gracias al rap cubano he tenido la oportunidad de conocer y trabajar con prestigiosos artistas de la plástica. Tengo que mencionar un evento que marcó mi vida en el 2010, cuando fui invitado por Alejandro de la Fuente a participar en Keloides. También dentro de mi círculo de amistades cercanas se encuentran muchos exponentes de la antes mencionada tendencia artística.

No puedo concebir mi poesía sin la influencia de los mismos. También considero que en cierta medida mis canciones son como cuadros abstractos conformados por palabras.

Háblame de tu reciente video Todo pa’ él…

Todo pa’ él es una crítica social más. Retrata parte de mi visión sobre el momento actual. La oración Todo pa’ élhace alusión al egoísmo gubernamental, que, si lo comparamos con la retórica de los tres monos, los tres se representarían tapándose los oídos. Creo que gran parte de la crisis en la cual se encuentra inmersa nuestra sociedad se debe al paternalismo patológico y el acaparamiento desmedido que no permite que el cubano de a pie sea partícipe de Cuba.

Como ya es costumbre en mí, busqué transmitir mi inconformidad desde una poesía elaborada que en ocasiones encripta un poco el mensaje para de esa forma jugar con un doble sentido que jamás deja de ser crítico. Me gusta poner a pensar a las personas porque implica un proceso que exige esfuerzo mental para con uno mismo.

En esta canción también se aplica la filosofía de mínimo recurso vs máximo rendimiento. En este caso me refiero al video clip pero, vuelvo y repito, el grueso de la batalla se lleva a cabo en el plano mental. Aquí también se puede apreciar la participación de la plástica a través del grafiti callejero no solo como elemento de la cultura hip-hop sino, también, como complemento del mensaje transmitido.

En parte, la canción lo que hace es unir dos corrientes artísticas de magnitudes diferentes pero que se mueven en el mismo sentido. Todo en el video clip está mandando un mensaje, y aquí voy a compartir algunos: el pasamontaña representa la hipocresía, la doble moral, los personajes y avatares que psicológicamente nos construimos. El traje representa el dogma y el estatus quo. La piscina abandonada de Alamar representa la obra social descontinuada que una vez al pueblo le fue prometida. Como detalle interesante, esta piscina tuvo como objetivo ser la más grande que en América Latina se haya construido, y hoy luce como el reflejo de un pacto que no fue cumplido, una promesa olvidada en un barco sin destino, etc.

Quiero agradecer a las personas que contribuyeron a llevar a cabo y confiaron en este quehacer artístico, que cada vez se torna más inusual para las tendencias que rigen el arte.

Háblame de ese otro campo del arte en el cual llevas un tiempo adentrándote: la fotografía.

Siempre me ha gustado la fotografía, pero también quería indagar y profundizar en ella para entender muchísimo mejor el efecto que causan en la mente las imágenes. Considero súper importante entender este proceso porque, por ejemplo, cuando yo quiero trasmitir algo de alguna canción o cuando quiero o siento la necesidad de mostrar algo en materia visual, quiero proyectar la mayor esencia posible de mi punto de vista. Entonces, si no conozco el lenguaje visual o de la fotografía, estoy en la necesidad de que otro tenga que traducir en término visuales lo que yo quiero decir. Siento que sin intermediarios en ese aspecto, el mensaje llega más directo en relación a todo lo que tenga que ver con mi música.

Otra cuestión por la cual me vi motivado a indagar en el campo de la fotografía es la escasa proyección de la imagen afro. Para nadie es un secreto que la industria de la publicidad está dominada por personas blancas y en su mayoría tienen un concepto eurocentrista del mundo, y así se manifiesta la gráfica que trasmiten. Es clave saber articular un mensaje propio en este sentido.

Háblame de los animales…

Siento un profundo respeto por la vida de la mayoría de los seres vivos de este planeta. Considero que parte del karma político que está viviendo este país se debe a que la sociedad cubana es bastante cruel y desentendida con los animales.

¿Cómo vez la problemática del maltrato animal en Cuba y las soluciones que da el gobierno?

La problemática del derecho animal en Cuba no ha sido ni es prioridad para las instituciones pertinentes. Creo que hay que ser recelosos con los acuerdos y hay que estar atentos para que los mismos se lleven a cabo correctamente. También estar pendientes de mantener esas leyes para la protección de la vida de los animales. Ahora que me hiciste la pregunta, me viene a la mente una de las historias que recuerdo haber leído cuando era niño, La historia del cachorro ssesinado; anécdota de la Sierra Maestra que en síntesis narra cómo se sacrificó a un pequeño perro que estaba poniendo en peligro un cerco operativo con sus diminutos aullidos.

¿Cómo ves Cuba en el presente y te la imaginas en el futuro?

En el presente honestamente creo que se ha aprendido muy poco del pasado, seguimos dependiendo de la necesidad de un Mesías, seguimos teniendo la tendencia patológica de centralizar todos los procesos, queriendo hacer monte con un solo palo. Seguimos ejerciendo el mismo racismo, el mismo machismo, el mismo daño antropológico heredado del comunismo. Todos miran si te caes, nadie advierte del abismo. Nos sigue ganando la emotividad conjuntamente con las hambres viejas de reconocimiento y aprobación ajena.

Por otro lado, hay que reconocer que se han dado procesos significativos, ya sea por el cúmulo de distintas situaciones o por mala praxis política de la cúpula gubernamental que intenta obtener ganancias sin compartir la riqueza, poniendo la ideología por encima de la evidencia, de la lógica y el sentido común.

El futuro no me lo replanteo. Solo me enfoco en palear la crisis y ser una mejor versión de mí mismo.